/ lunes 11 de mayo de 2020

10 de mayo: un reconocimiento a las madres

Estimados tlaxcaltecas, los saluda su amigo Joel Molina Ramírez. Este domingo 10 de mayo, celebramos el Día de la Madre, en medio de la pandemia más terrible de los últimos tiempos. Tal situación tan complicada para todos los mexicanos, sin duda, nos llevó a reflexionar sobre el papel de las madres trabajadoras en estos momentos, más allá de lo inmediato de la contingencia sanitaria por Covid-19.

El aislamiento social, ciertamente, está mostrando a muchos hombres que la tarea de esposa, madre y trabajadora de muchas mujeres no es sencilla, y que su condición se agrava también por estereotipos y costumbres que resultan en formas de discriminación y violencia que las marginan y lastiman, muy a pesar de ser el eje de la familia, de la estabilidad de un hogar.

Muchas madres enfrentan hoy el reto de su vida: el de la sana distancia, el de la higiene y cuidado de la salud de los suyos, que se traslada a todas las esferas de sus vidas.

Doctoras y enfermeras, por ejemplo, en pie de lucha en hospitales e instituciones de salud, para atender a la población afectada por Covid-19, sacrificando parte de su felicidad y bienestar, por cumplir con su deber. Estas madres trabajadoras llegan a casa con sentimientos encontrados por el riesgo de contagio, por su sentido de responsabilidad y, sobre todo, por el amor a sus hijos y familiares. Todas merecen un reconocimiento por su disposición, entrega y valentía, porque su labor es la que permite que miles de personas se recuperen de la enfermedad y puedan volver pronto a casa.

Caso similar es el de las madres que trabajan en las corporaciones policiacas y las fuerzas armadas, que además arriesgan su vida en la lucha por garantizar la seguridad de las familias en México. Su fortaleza y tenacidad no pueden estar a discusión, ni mucho menos su contribución a la pacificación del país, que es uno de los principales anhelos de la sociedad mexicana.

¿Y qué podemos decir de las madres en el sector educativo, de aquellas mujeres que con dedicación y cariño forman a las nuevas generaciones de mexicanos en el conocimiento y los valores? Ellas han resentido en esta cuarentena el distanciamiento físico de sus alumnos, pero no se han alejado de ellos, pues gracias a la tecnología sacan adelante el presente ciclo escolar, echando mano de sus habilidades y determinación para lograr que millones de niños y jóvenes no detengan sus estudios.

Mención especial merecen también las madres que se desempeñan en los trabajos de limpieza y sanitización de los espacios públicos, de las madres solteras que no se rinden y encaran la emergencia sanitaria con decisión desde sus casas, en fin, de todas las madres mexicanas que no dejan de demostrar amor, confianza y bondad en este difícil entorno.

Como Senador de la República les expreso mi más sincera felicitación por su día, y mi profundo admiración por su entereza.

Como ex dirigente de la Sección 31 y ex secretario de Educación Pública, manifiesto también mi respeto y solidaridad a las madres trabajadoras de la educación, que como otras mujeres nos ofrecen a todos una lección de genuino valor que nos anima a seguir adelante.

Estimados tlaxcaltecas: mantengámonos unidos como sociedad, revalorando el papel de las mujeres. En el Senado seguimos haciendo esfuerzos importantes para garantizar y ampliar sus derechos. En marzo pasado, reformamos la Ley del Seguro Social, con el objetivo de que se apoye la nutrición de las trabajadoras derechohabientes embarazadas, durante los meses de gestación, y que el IMSS dé seguimiento al crecimiento de niñas y niños para garantizar un desarrollo adecuado.

Y, con la Ley de Amnistía, buscamos revertir la vulnerabilidad a la que están sometidas muchas mujeres que eran sostén de su hogar y en este momento están privadas de su libertad, por el hecho de ser pobres, no conocer sus derechos o no hablar español, y particularmente las que están embarazadas, para que sus hijos no nazcan en reclusión.

El proyecto de la 4T sigue firme y adelante, creando las bases de un desarrollo adecuado para asegurar condiciones de vida digna y alternativas para quienes hacen enormes esfuerzos para cumplir el doble rol de madres de familia y de mujeres que laboran por el bien de México. Celebremos a las madres siempre. Muchas gracias por su atención. Hasta la próxima entrega.

Estimados tlaxcaltecas, los saluda su amigo Joel Molina Ramírez. Este domingo 10 de mayo, celebramos el Día de la Madre, en medio de la pandemia más terrible de los últimos tiempos. Tal situación tan complicada para todos los mexicanos, sin duda, nos llevó a reflexionar sobre el papel de las madres trabajadoras en estos momentos, más allá de lo inmediato de la contingencia sanitaria por Covid-19.

El aislamiento social, ciertamente, está mostrando a muchos hombres que la tarea de esposa, madre y trabajadora de muchas mujeres no es sencilla, y que su condición se agrava también por estereotipos y costumbres que resultan en formas de discriminación y violencia que las marginan y lastiman, muy a pesar de ser el eje de la familia, de la estabilidad de un hogar.

Muchas madres enfrentan hoy el reto de su vida: el de la sana distancia, el de la higiene y cuidado de la salud de los suyos, que se traslada a todas las esferas de sus vidas.

Doctoras y enfermeras, por ejemplo, en pie de lucha en hospitales e instituciones de salud, para atender a la población afectada por Covid-19, sacrificando parte de su felicidad y bienestar, por cumplir con su deber. Estas madres trabajadoras llegan a casa con sentimientos encontrados por el riesgo de contagio, por su sentido de responsabilidad y, sobre todo, por el amor a sus hijos y familiares. Todas merecen un reconocimiento por su disposición, entrega y valentía, porque su labor es la que permite que miles de personas se recuperen de la enfermedad y puedan volver pronto a casa.

Caso similar es el de las madres que trabajan en las corporaciones policiacas y las fuerzas armadas, que además arriesgan su vida en la lucha por garantizar la seguridad de las familias en México. Su fortaleza y tenacidad no pueden estar a discusión, ni mucho menos su contribución a la pacificación del país, que es uno de los principales anhelos de la sociedad mexicana.

¿Y qué podemos decir de las madres en el sector educativo, de aquellas mujeres que con dedicación y cariño forman a las nuevas generaciones de mexicanos en el conocimiento y los valores? Ellas han resentido en esta cuarentena el distanciamiento físico de sus alumnos, pero no se han alejado de ellos, pues gracias a la tecnología sacan adelante el presente ciclo escolar, echando mano de sus habilidades y determinación para lograr que millones de niños y jóvenes no detengan sus estudios.

Mención especial merecen también las madres que se desempeñan en los trabajos de limpieza y sanitización de los espacios públicos, de las madres solteras que no se rinden y encaran la emergencia sanitaria con decisión desde sus casas, en fin, de todas las madres mexicanas que no dejan de demostrar amor, confianza y bondad en este difícil entorno.

Como Senador de la República les expreso mi más sincera felicitación por su día, y mi profundo admiración por su entereza.

Como ex dirigente de la Sección 31 y ex secretario de Educación Pública, manifiesto también mi respeto y solidaridad a las madres trabajadoras de la educación, que como otras mujeres nos ofrecen a todos una lección de genuino valor que nos anima a seguir adelante.

Estimados tlaxcaltecas: mantengámonos unidos como sociedad, revalorando el papel de las mujeres. En el Senado seguimos haciendo esfuerzos importantes para garantizar y ampliar sus derechos. En marzo pasado, reformamos la Ley del Seguro Social, con el objetivo de que se apoye la nutrición de las trabajadoras derechohabientes embarazadas, durante los meses de gestación, y que el IMSS dé seguimiento al crecimiento de niñas y niños para garantizar un desarrollo adecuado.

Y, con la Ley de Amnistía, buscamos revertir la vulnerabilidad a la que están sometidas muchas mujeres que eran sostén de su hogar y en este momento están privadas de su libertad, por el hecho de ser pobres, no conocer sus derechos o no hablar español, y particularmente las que están embarazadas, para que sus hijos no nazcan en reclusión.

El proyecto de la 4T sigue firme y adelante, creando las bases de un desarrollo adecuado para asegurar condiciones de vida digna y alternativas para quienes hacen enormes esfuerzos para cumplir el doble rol de madres de familia y de mujeres que laboran por el bien de México. Celebremos a las madres siempre. Muchas gracias por su atención. Hasta la próxima entrega.