De la “Encuesta sobre las expectativas de los especialistas en Economía del Sector Privado: Septiembre de 2019”, realizada por el Banco de México entre los días 24 y 27 de septiembre, a 37 grupos de análisis y consultoría económica del sector privado nacional y extranjero, hoy quiero destacar dos aspectos:
Las expectativas de crecimiento del PIB real para 2019 se revisaron a la baja para estimarlo en 0.5 %, y para el 2020 también se revisaron a la baja y lo prevén en 1.35 %.
Los principales factores que obstaculizan el crecimiento económico son: Gobernanza 41% y condiciones económicas internas 27 %. Ahora bien, si entendemos que la Gobernanza tiene que ver con el funcionamiento del Estado, pero también con su interacción y relación con los actores públicos y privados, no es difícil entender que la grave situación económica que vive México tiene su origen en la incertidumbre de los inversionistas privados ante la inestabilidad en la gestión pública de Morena, Partido Político que prometió un crecimiento económico del 4 % a lo largo del sexenio y nadie ve por dónde le podrá cumplir a los mexicanos.
Dicho de otra manera, los empresarios estatales, nacionales e internacionales generadores de empleo a favor de las familias -pues invierten 7 de cada 8 pesos de los que se invierten en el País- están inciertos ante un Plan de Desarrollo sin directrices, están inciertos ante la falta de posturas fijas y de muchos mensajes cambiantes del Presidente de la República, están inciertos ante la cancelación del AICM que había generado altas expectativas internacionales, están inciertos ante la evidente carencia de una estrategia para el combate a la inseguridad, están inciertos porque las políticas económicas de Morena son inconsistentes, están inciertos de que el gasto público ha sido ejercido de manera rezagada, están inciertos ante la repartición de la riqueza con fines electorales, etc., etc.
En suma el sector empresarial en México se encuentra cada vez más desconfiado, sin entusiasmo y no ve con claridad el rumbo que tendrá el futuro de sus negocios, sin embargo la falta de unidad empresarial ha hecho que su voz no tenga fuerza y que el Gobierno Federal no sienta un contrapeso real que lo obligue a recomponer sus malas decisiones.
En este orden de ideas y con la finalidad de influir en el proceso electoral del 2021 para recomponer el camino económico y social, para generar mayor certidumbre económica y mejores oportunidades de negocio, sería muy conveniente que el empresariado de Tlaxcala pusiera en su agenda de prioridades, retomar aquella iniciativa de crear un organismo empresarial que además de conjuntarlos, le dé fuerza e influencia -en la toma de decisiones estatales- a todas las voces, exigencias y propuestas que hoy están aisladas y por lo tanto, poco se escuchan o se manifiestan con mucha debilidad.
Se trata de unirse -sin protagonismos sectorizados- en torno a requerimientos comunes que el gobierno debe oír y poner en marcha; se trata de unirse para que la agenda legislativa garantice mejores condiciones para la inversión y el empleo; se trata de unirse simplemente para poner a los empresarios en el lugar que le corresponde en todas las mesas de decisión.
Por todo lo antes expuesto, en Acción Nacional estamos listos y trabajando para reconectarnos con nuestros aliados históricos - los empresarios - asimismo y con la misma fuerza buscaremos reconectarnos con los productores del campo y los sindicatos de trabajadores.
Los espero la próxima semana…
Pepe Temoltzin M.
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