/ jueves 30 de diciembre de 2021

Adiós 2021

Es casi costumbre que, a pocos días de iniciar otro año, se realice a manera de resumen un repaso de los acontecimientos más trascedentes del año que está por terminar, esos sucesos que cambiaron de alguna manera la vida de las personas.

Durante 2020 y 2021 el tema fue la pandemia por Covid-19 que sometió al mundo y sus consecuencias tanto en las economías como en los efectos personales del encierro.

Según datos del sitio web Our World in Data hasta el 27 de diciembre 5.41 millones de personas murieron por Covid-19; los países siguen haciendo esfuerzos –dependiendo sus circunstancias- por frenar los contagios y vacunar al mayor número de personas.

Ante este panorama las autoridades de todos los niveles de nuestro país han tenido que tomar decisiones a fin de continuar con las actividades y programas de trabajo ante una realidad en la que las medidas de seguridad en espacios públicos, el uso de cubre bocas, lavarse las manos y aplicarse gel antibacterial son el denominador común.

Las sociedades del mundo, en la medida de lo posible, han tenido que ir adaptándose a esta nueva forma de vivir; dicen los entendidos en el tema que la adaptación es el único mecanismo que nos permite progresar en todos los sentidos. La pandemia ha puesto a prueba a la humanidad respecto a la capacidad de adaptación y la toma de decisiones, no solo a nivel de autoridades gubernamentales, sino personales.

Lo anterior, es sin duda algo bueno y valioso; sin embargo, es importante reflexionar respecto a la forma en que estamos cambiando como seres humanos y por tanto como sociedades. La pandemia ha mostrado nuevas formas de hacer las cosas con el propósito de evitar los contagios; por ejemplo, la creación de nuevas aplicaciones para ordenar, desde casa, las compras en línea, aumento del servicio a domicilio y los trámites con cita, entre otros. Al mismo tiempo el aumento del contenido, visual y/o auditivo, que se transmite por internet, permite tener al alcance un sin número de opciones todo el día, los 365 días del año.

En esto radica lo preocupante. Si bien la tecnología puede ser una aliada en el progreso de las sociedades, puede ser al mismo tiempo un mecanismo riesgoso, dado el contenido que nos llega, validando o no nuestras creencias, sin pasar por el tamiz de la comprobación. La información que tenemos a nuestro alcance puede cambiar el destino de una sociedad, es importante que pongamos atención a qué permisos otorgamos a las aplicaciones de nuestro teléfono celular y, sobre todo, que tipo de contenido ven los niños.

En estas fechas que se denotan más reflexivas y son días de hacer propósitos personales, vale la pena detenernos a pensar en esta situación, hacía dónde nos dirigimos como sociedad y qué estamos haciendo para corregir o aportar desde uno mismo. En estos tiempos el mayor reto y propósito de año nuevo es hacer lo correcto.

Recomendación semanal

Siguiendo con la capacidad de adaptación y de fin de año, esta semana les recomiendo el libro de William Golding “El señor de las moscas” (Alianza editorial.1954) Esta novela, que se ha convertido en un clásico de la literatura, narra la historia de un grupo de niños solos en una isla desierta y tiene que sobrevivir por su cuenta, ya que no hay ningún adulto. Las cosas que en un principio resultan bien se van complicando a medida que surgen los problemas y la intención de solucionarlos. Esta novela nos lleva a la reflexión de la condición humana.

Feliz y exitoso año 2022.

Las sociedades del mundo, en la medida de lo posible, han tenido que ir adaptándose a esta nueva forma de vivir; dicen los entendidos en el tema que la adaptación es el único mecanismo que nos permite progresar en todos los sentidos. La pandemia ha puesto a prueba a la humanidad respecto a la capacidad de adaptación y la toma de decisiones, no solo a nivel de autoridades gubernamentales, sino personales.

Es casi costumbre que, a pocos días de iniciar otro año, se realice a manera de resumen un repaso de los acontecimientos más trascedentes del año que está por terminar, esos sucesos que cambiaron de alguna manera la vida de las personas.

Durante 2020 y 2021 el tema fue la pandemia por Covid-19 que sometió al mundo y sus consecuencias tanto en las economías como en los efectos personales del encierro.

Según datos del sitio web Our World in Data hasta el 27 de diciembre 5.41 millones de personas murieron por Covid-19; los países siguen haciendo esfuerzos –dependiendo sus circunstancias- por frenar los contagios y vacunar al mayor número de personas.

Ante este panorama las autoridades de todos los niveles de nuestro país han tenido que tomar decisiones a fin de continuar con las actividades y programas de trabajo ante una realidad en la que las medidas de seguridad en espacios públicos, el uso de cubre bocas, lavarse las manos y aplicarse gel antibacterial son el denominador común.

Las sociedades del mundo, en la medida de lo posible, han tenido que ir adaptándose a esta nueva forma de vivir; dicen los entendidos en el tema que la adaptación es el único mecanismo que nos permite progresar en todos los sentidos. La pandemia ha puesto a prueba a la humanidad respecto a la capacidad de adaptación y la toma de decisiones, no solo a nivel de autoridades gubernamentales, sino personales.

Lo anterior, es sin duda algo bueno y valioso; sin embargo, es importante reflexionar respecto a la forma en que estamos cambiando como seres humanos y por tanto como sociedades. La pandemia ha mostrado nuevas formas de hacer las cosas con el propósito de evitar los contagios; por ejemplo, la creación de nuevas aplicaciones para ordenar, desde casa, las compras en línea, aumento del servicio a domicilio y los trámites con cita, entre otros. Al mismo tiempo el aumento del contenido, visual y/o auditivo, que se transmite por internet, permite tener al alcance un sin número de opciones todo el día, los 365 días del año.

En esto radica lo preocupante. Si bien la tecnología puede ser una aliada en el progreso de las sociedades, puede ser al mismo tiempo un mecanismo riesgoso, dado el contenido que nos llega, validando o no nuestras creencias, sin pasar por el tamiz de la comprobación. La información que tenemos a nuestro alcance puede cambiar el destino de una sociedad, es importante que pongamos atención a qué permisos otorgamos a las aplicaciones de nuestro teléfono celular y, sobre todo, que tipo de contenido ven los niños.

En estas fechas que se denotan más reflexivas y son días de hacer propósitos personales, vale la pena detenernos a pensar en esta situación, hacía dónde nos dirigimos como sociedad y qué estamos haciendo para corregir o aportar desde uno mismo. En estos tiempos el mayor reto y propósito de año nuevo es hacer lo correcto.

Recomendación semanal

Siguiendo con la capacidad de adaptación y de fin de año, esta semana les recomiendo el libro de William Golding “El señor de las moscas” (Alianza editorial.1954) Esta novela, que se ha convertido en un clásico de la literatura, narra la historia de un grupo de niños solos en una isla desierta y tiene que sobrevivir por su cuenta, ya que no hay ningún adulto. Las cosas que en un principio resultan bien se van complicando a medida que surgen los problemas y la intención de solucionarlos. Esta novela nos lleva a la reflexión de la condición humana.

Feliz y exitoso año 2022.

Las sociedades del mundo, en la medida de lo posible, han tenido que ir adaptándose a esta nueva forma de vivir; dicen los entendidos en el tema que la adaptación es el único mecanismo que nos permite progresar en todos los sentidos. La pandemia ha puesto a prueba a la humanidad respecto a la capacidad de adaptación y la toma de decisiones, no solo a nivel de autoridades gubernamentales, sino personales.