Por distintos medios y personajes se le han hecho llegar presidente Andrés Manuel López Obrador los informes de la situación real de Pemex; Alfonso Romo, por ejemplo, le contó de los problemas que se estaban creando; igual el secretario de Hacienda, Arturo Herrera; tiene información concreta; lo mismo Rocío Nahle, titular de Sener; que sigue en su batalla con el director, Octavio Romero.
Y hasta los consejeros amigos presidenciales como Laura Itzel Castillo lo saben. Ojo, la consejera sostiene serias diferencias con el director, cada vez más públicas, porque no le cuadran las cuentas y los planes de producción.
Las decisiones se toman en el Zócalo, por eso los errores. Un ejemplo, este gobierno tiró a la basura el avance del 60% del proyecto de gasolinas mejoradas que se tenía en Tula y que requería una inversión de 2 mil 500 millones de dólares. Hoy los equipos están tirados en la refinería, canibalizados por los propios trabajadores de Pemex que al no tener refacciones a la mano las toman de estos equipos.
La semana pasada el Presidente dijo que iban a corregir la situación, que iban a producir más gasolinas y menos combustóleo y se iba a retomar este proyecto de Tula, el problema es que ahora cuesta al menos 20% más, unos 500 millones de dólares, más la reposición de todas las refacciones que fueron tomadas de los equipos que fueron canibalizados.
Este es un pequeño problema anterior a la crisis que se le viene a la SHCP con el costo de la deuda de Pemex. El equipo de Arturo Herrera se empieza a hacer cruces porque necesita atender una deuda que hoy, por su tamaño, es igual a poco más del 50% de la riqueza nacional producida por el país.
Pero los intereses se pueden poner peor porque la decisión que viene desde el norte, con el gobierno de Joe Biden; es que los proyectos que generen emisiones de carbón tendrán intereses más altos, es decir, de facto, serán más costosos.
Y justo aquí es donde cabe la refinería de Dos Bocas. Primero se dijo que este proyecto sería con recursos del gobierno, gasto corriente pues, pero el nervio que hay en la SHCP es demasiado como para creerlo, lo más probable es que haya un componente de deuda directa del gobierno que no está clasificado directamente para Pemex.
De ahí el nervio, la refinería costará al menos 12 mil millones de dólares, no es fácil manejar este monto.
El presidente sabe estos problemas, pero al parecer no los dimensiona y el futuro no se ve mejor.
Buzos
1.-Este chisme es muy bueno: Rocío Nahle tendría en el nuevo director del Centro Nacional de Control de Gas natural (CENAGAS), David Alipi Mena a su gallo para sustituir al actual director de Pemex, Octavio Romero. Si no se puede el que se va es el director de Administración y Servicios, Marcos Herrería Alamina.
2.-Pemex perdió los contratos firmados con Hoc Offshore a pesar de que la ASF demostró que sí existen, son del 2018 y son de dos ductos marinos en el campo Xanab y, con motivo de la fiscalización de la cuenta pública de 2018 y de 2019. Esos contratos los debe de buscar en la Subdirección de Abastecimiento, la Dirección Corporativa de Administración y Servicios y la Subdirección Jurídica de Contratos y Convenios.
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