/ viernes 9 de marzo de 2018

Anatomía de lo Social

Una mujer puede cambiar la trayectoria vital del hombreSevero Ochoa

Día internacional de la mujer

Sin precisar la información respecto de los acontecimientos ocurridos en donde se sustenta la naturaleza del día “festejado”, así como tampoco quienes fueron sus principales promotoras, hay algunos indicios, particularmente de escritos, sobre una posible marcha de mujeres realizada justamente el 8 de marzo, pero del año de 1857; suponiéndose un movimiento radicalizado en aras de mejorar sus condiciones salariales y la reducción de las jornadas de trabajo que prevalecían en ese tiempo.

Se dice también de un movimiento atribuido a Clara Zetkin, comunista almena, en cuyas pretensiones, o logros, se establecía una jornada nacional por la igualdad de los derechos cívicos; medida adoptada durante la segunda Conferencia Internacional Socialista de Mujeres celebrada en agosto de 1910 en Copenhague, Dinamarca.

Aunque hubo otros eventos muy relevantes para contextualizar la “celebración”, el reconocimiento oficial asignado por la Organización de las Naciones Unidas, en el marco del año internacional de la mujer, queda establecido el día 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, siendo uno de los objetivos de desarrollo sustentable: acabar con la desigualdad, así como, señalado en otro apartado oficial, poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas, ya que esto no solo es un derecho humano básico sino también es crucial para acelerar el desarrollo sostenible.

Más allá de cualquier fecha, lugar, acontecimiento, tratado, convenio, acuerdo o decreto, lo cierto es el reconocimiento a las mujeres por su condición de seres humanos, en independencia de su género. Por eso, sin ser solamente una simple celebración, debe ser importante definir, con todos los criterios legales posibles, las condiciones de igualdad entre los hombres y las mujeres, es decir, ese tratamiento debe someterse al establecimiento de la normatividad para otorgarle los mismos beneficios y derechos que a cualquier otra persona; así como en lo indistinto de otros ámbitos, dígase, entre ellos lo relativo a lo laboral, político, económico y social; presuponiéndose, en ese sentido, el cumplimiento del estado en el otorgamiento de este derecho indiscutible para las mujeres.

Sin discutir si se magnifican, especialmente por los medios de comunicación, todos los eventos para felicitar a las mujeres en un solo día; resulta imprescindible promover un cambio de cultura de respeto generalizado durante todo momento y tiempo, en el papel, o papeles, desempeñados en esos quehaceres socialmente asignados a las mujeres; dicho de otra manera, no es el festejo en sí mismo, sino el trato correcto para todas las mujeres en todos esos espacios donde se desempeñan.

Sin restarle importancia a quienes han logrado acceder ya a esos lugares donde no cabía la posibilidad de conseguirlo, bajo ninguna circunstancia, hoy en día, ya se pueden observar a mujeres desempeñándose en esos espacios considerados únicamente para los hombres; se pude decir entonces, aunque quizá con muchas limitaciones, la mujer ha ido ascendiendo en esos niveles de trabajo pero sin perder su característica de feminidad.

Tampoco se pueden soslayar los graves problemas de violencia, acoso, discriminación, patologías ligeramente atendidas, a veces, por la ignorancia de los derechos, o, tal vez, por el temor a sufrir cualquier tipo de represalias, circunstancias que limitan, muchas veces, su defensa; de ahí la importancia de promover un cambio de cultura que no se quede en un festejo sino en el sentido de responder a las expectativas de quienes han sido vulneradas en sus derechos y garantías.

Con todo esto, se hace evidente el interés de muchos por atender las necesidades de las mujeres; sin embargo, desde una postura particular, habrían de hacerse algunas especificaciones respecto del papel de las mujeres en asuntos donde ese reconocimiento todavía no ha llegado; por ejemplo, aquel que se realiza al interior de una familia, donde la falta de respeto es una actitud constante, en especial de los hijos, considerando este comentario como una recomendación, por la necesidad de considerarla, por ser justamente en la familia donde se puede generar ese cambio por todos esperado; la mujer de la casa merece todos los cuidados y atenciones por todos los integrantes de esa institución primaria en cuyo núcleo se obtienen los principios para socializarlos.

A las mujeres trabajadoras, expuestas al maltrato o violencia, verbal por parte de los superiores, en algunos casos al acoso, deberán tomar sus consideraciones y el valor para denunciar, esto, también le abonaría a ese cambio de cultura, cuando se empiecen a ver los primeros castigos a quienes infrinjan la ley y abusen de su condición de autoridad; las mujeres que trabajan merecen un doble reconocimiento; siendo ellas las principales sostenedoras de una familia, ya sea con dinero o con la mano de obra en los quehaceres que en otros tiempos eran de su exclusividad.

En otros ambientes, se pueden encontrar a personas mayores, obvio mujeres, en esa lucha diaria por encontrar el sustento de todos los días, aquellas dedicadas al comercio informal, ofreciendo a los compradores un producto que por su modestia, los ingresos recibidos solo le alcanzan para medio atender, escasamente, una de tantas necesidades elementales; de igual manera esas mujeres que con rebozo e hijo en brazos, viven de la caridad de las personas, consiguiendo unas monedas, para poder comprar un poco de comida para sus hijos; esas son las mujeres que merecen otro tipo de atención, la intervención de las autoridades acercándoles los programas de asistencia social, que les permitan atender sus carencias y limitaciones; cuando eso ocurra, las celebraciones estarán justificadas, cuando las políticas gubernamentales les ofrezcan la posibilidad de vivir dignamente. Bajo estas consideraciones y cuando esto pueda lograrse, las mujeres ocuparán esos lugares que desde hace mucho tiempo han reclamado, si así ocurre, entonces se estarán celebrando por todas partes, los días de las mujeres.

Una mujer puede cambiar la trayectoria vital del hombreSevero Ochoa

Día internacional de la mujer

Sin precisar la información respecto de los acontecimientos ocurridos en donde se sustenta la naturaleza del día “festejado”, así como tampoco quienes fueron sus principales promotoras, hay algunos indicios, particularmente de escritos, sobre una posible marcha de mujeres realizada justamente el 8 de marzo, pero del año de 1857; suponiéndose un movimiento radicalizado en aras de mejorar sus condiciones salariales y la reducción de las jornadas de trabajo que prevalecían en ese tiempo.

Se dice también de un movimiento atribuido a Clara Zetkin, comunista almena, en cuyas pretensiones, o logros, se establecía una jornada nacional por la igualdad de los derechos cívicos; medida adoptada durante la segunda Conferencia Internacional Socialista de Mujeres celebrada en agosto de 1910 en Copenhague, Dinamarca.

Aunque hubo otros eventos muy relevantes para contextualizar la “celebración”, el reconocimiento oficial asignado por la Organización de las Naciones Unidas, en el marco del año internacional de la mujer, queda establecido el día 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, siendo uno de los objetivos de desarrollo sustentable: acabar con la desigualdad, así como, señalado en otro apartado oficial, poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas, ya que esto no solo es un derecho humano básico sino también es crucial para acelerar el desarrollo sostenible.

Más allá de cualquier fecha, lugar, acontecimiento, tratado, convenio, acuerdo o decreto, lo cierto es el reconocimiento a las mujeres por su condición de seres humanos, en independencia de su género. Por eso, sin ser solamente una simple celebración, debe ser importante definir, con todos los criterios legales posibles, las condiciones de igualdad entre los hombres y las mujeres, es decir, ese tratamiento debe someterse al establecimiento de la normatividad para otorgarle los mismos beneficios y derechos que a cualquier otra persona; así como en lo indistinto de otros ámbitos, dígase, entre ellos lo relativo a lo laboral, político, económico y social; presuponiéndose, en ese sentido, el cumplimiento del estado en el otorgamiento de este derecho indiscutible para las mujeres.

Sin discutir si se magnifican, especialmente por los medios de comunicación, todos los eventos para felicitar a las mujeres en un solo día; resulta imprescindible promover un cambio de cultura de respeto generalizado durante todo momento y tiempo, en el papel, o papeles, desempeñados en esos quehaceres socialmente asignados a las mujeres; dicho de otra manera, no es el festejo en sí mismo, sino el trato correcto para todas las mujeres en todos esos espacios donde se desempeñan.

Sin restarle importancia a quienes han logrado acceder ya a esos lugares donde no cabía la posibilidad de conseguirlo, bajo ninguna circunstancia, hoy en día, ya se pueden observar a mujeres desempeñándose en esos espacios considerados únicamente para los hombres; se pude decir entonces, aunque quizá con muchas limitaciones, la mujer ha ido ascendiendo en esos niveles de trabajo pero sin perder su característica de feminidad.

Tampoco se pueden soslayar los graves problemas de violencia, acoso, discriminación, patologías ligeramente atendidas, a veces, por la ignorancia de los derechos, o, tal vez, por el temor a sufrir cualquier tipo de represalias, circunstancias que limitan, muchas veces, su defensa; de ahí la importancia de promover un cambio de cultura que no se quede en un festejo sino en el sentido de responder a las expectativas de quienes han sido vulneradas en sus derechos y garantías.

Con todo esto, se hace evidente el interés de muchos por atender las necesidades de las mujeres; sin embargo, desde una postura particular, habrían de hacerse algunas especificaciones respecto del papel de las mujeres en asuntos donde ese reconocimiento todavía no ha llegado; por ejemplo, aquel que se realiza al interior de una familia, donde la falta de respeto es una actitud constante, en especial de los hijos, considerando este comentario como una recomendación, por la necesidad de considerarla, por ser justamente en la familia donde se puede generar ese cambio por todos esperado; la mujer de la casa merece todos los cuidados y atenciones por todos los integrantes de esa institución primaria en cuyo núcleo se obtienen los principios para socializarlos.

A las mujeres trabajadoras, expuestas al maltrato o violencia, verbal por parte de los superiores, en algunos casos al acoso, deberán tomar sus consideraciones y el valor para denunciar, esto, también le abonaría a ese cambio de cultura, cuando se empiecen a ver los primeros castigos a quienes infrinjan la ley y abusen de su condición de autoridad; las mujeres que trabajan merecen un doble reconocimiento; siendo ellas las principales sostenedoras de una familia, ya sea con dinero o con la mano de obra en los quehaceres que en otros tiempos eran de su exclusividad.

En otros ambientes, se pueden encontrar a personas mayores, obvio mujeres, en esa lucha diaria por encontrar el sustento de todos los días, aquellas dedicadas al comercio informal, ofreciendo a los compradores un producto que por su modestia, los ingresos recibidos solo le alcanzan para medio atender, escasamente, una de tantas necesidades elementales; de igual manera esas mujeres que con rebozo e hijo en brazos, viven de la caridad de las personas, consiguiendo unas monedas, para poder comprar un poco de comida para sus hijos; esas son las mujeres que merecen otro tipo de atención, la intervención de las autoridades acercándoles los programas de asistencia social, que les permitan atender sus carencias y limitaciones; cuando eso ocurra, las celebraciones estarán justificadas, cuando las políticas gubernamentales les ofrezcan la posibilidad de vivir dignamente. Bajo estas consideraciones y cuando esto pueda lograrse, las mujeres ocuparán esos lugares que desde hace mucho tiempo han reclamado, si así ocurre, entonces se estarán celebrando por todas partes, los días de las mujeres.