/ viernes 8 de junio de 2018

Anatomía de lo Social

La democracia no es el silencio, es la verdad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos

Enrique Múgica Herzog

La buena política

En el interés colectivo existe la evidencia de querer cambiar el estado actual de las cosas, con el ánimo de mejorar las condiciones de vida actuales. En esa aspiración también se genera, por propia naturaleza, la oportunidad de ser partícipe de ese cambio, colaborando decididamente con quienes tienen como objetivo ofrecer las posibilidades de conseguir un bienestar común; dicho de otra manera, la vinculación directa entre pueblo y autoridades, será un factor determinante para conseguirlo, por ello, en el desarrollo del presente proceso electoral debe quedar establecida esa sinergia de voluntades, dándole, con esa relación, el carácter democrático de la sociedad.

Bajo esta premisa, debe entenderse, implícitamente, el cumplimiento de una obligación ciudadana, la emisión del voto, acción convertida en el factor determinante para conseguir ese anhelado cambio del statu quo; de igual manera, se podrá tener la satisfacción de ser promotor de ese cambio, con base en la decisión de haber elegido a la persona correcta; para eso es importante, sin perder la libertad individual, seleccionar cuidadosamente a quien sería un digo representante del pueblo.

Justamente, es aquí donde la elección, además de libre y razonada, debe construirse bajo criterios basados en propuestas, no en promesas; para darle certeza y seguridad a los electores; en este sentido, para quienes hemos participado, me incluyo, en eventos de campaña, escuchar un mensaje permeado de seriedad y compromiso, se convierte en convocatoria para el auditorio; como un buen ejemplo, así se percibieron los comentarios vertidos por el Dr. Serafín Ortiz, candidato a una diputación local, en uno de esos actos proselitistas, distinguiéndose, en el discurso, los principios de una buena política, donde los resultados, la objetividad y la experiencia, son parte de esa estructura en sus propuestas.

De relevancia, se refirió a la postulación, entre otras, de dos leyes importantes, la primera referente a la de brindar seguridad al trabajo perio dístico, y la otra, retomar la ley del primer empleo; siguiendo el orden señalado; se destacó la importancia de proteger a todos aquellos que a través de la palabra escrita, o con imágenes, transmiten su pensamiento y opinión, para describir algún comportamiento alejado de todo principio y ordenamiento legal, particularmente por personajes o funcionarios públicos, sometiéndolos al escrutinio popular; arriesgando su integridad física, más aun cuando se crea un disgusto entre los infractores. La siguiente, respecto a la Ley del primer empleo; habrá de convertirse el instrumento de ayuda a todos aquellos que pretenden incorporarse a los ambientes laborales, proponiendo alternativas y apoyo a los sectores que contraten a jóvenes que no cuentan, con experiencias exigidas por los contratantes. Sin duda, la consolidación de ambas leyes traería grandes beneficios para la colectividad.

Utilizando otros adjetivos para respaldar los criterios, mejor dicho, los postulados de una buena política, se debe hacer referencia a la objetividad, donde se asume el compromiso, de actuar conforme la demande la misma sociedad, sin imaginarios o utopías, sino con propuestas para resolver los problemas que se presenten, buscando siempre las mejores formas para superarlos, desde luego, para el caso, se puede apreciar, que no existe mejor forma para responder a la expectativa ciudadana, más que el trabajo serio y responsable.

Cuando los ofrecimientos llevan en su contenido la objetividad mencionada, se construye, también el compromiso de cumplirlos; esa obligatoriedad, también, queda definida bajo condiciones de obligatoriedad, adquiriendo la responsabilidad de mantener informada a la gente sobre el ejercicio de las funciones así como de los trabajos realizados al respecto; aunque pareciera irrelevante, los informes son una parte sustantiva para lograr, además del impacto social, la aceptación de los representados.

De lo más destacable, en esta propuesta de la buena política, se encuentra el apartado de los resultados; donde se establece tácitamente, que ningún compromiso adquirido debe quedar inconcluso, no solo como el requisito cumplido sino por la palabra empeñada, además de entregar calidad en los resultados, en consecuencia, la conjunción entre objetividad, compromiso y resultados, seguramente permitirán a las personas evaluar el desempeño, motivando, así se estima, la participación en otras acciones subsecuentes.

Como un complemento adicional a los quehaceres de la buena política, debe establecerse un perfil que la sostenga, para eso es importante destacar, las características y cualidades de quien la propone y opera; entre otras, la capacidad académica, el conocimiento de las leyes; la posición lograda en los altos niveles del sistema educativo, la publicación de libros y artículos, orientados, algunos de ellos, al respeto a los derechos humanos, otros, respecto a la aplicación de la justicia. Con eso queda demostrado una actitud visionaria y creativa, para enfrentar todos los retos que se encuentran en lo cotidiano de las personas humanas.

Dentro del mismo contexto de la buena política debe señalarse también la plataforma de trabajo; donde se incluyen entre otras asignaturas, la alimentación, vivienda, salud, empleo y seguridad; para eso, se puede observar, dentro de las fortalezas de su promotor, se encuentran la experiencia, la capacidad de gestión, el buen uso y manejo de los recursos públicos, asegurando con estas cualidades el buen trato y, con seguridad, los buenos resultados en cuanto se atiendan estas debilidades sociales.

Cuando pueden apreciarse esa gran diversidad de formas e interpretaciones de los quehaceres de un representante popular, también se pueden descubrir, las pretensiones, aunque no descritas de quien verdaderamente se interesa por el bienestar del pueblo y de su gente; luego entonces la justicia social se construye bajo esos principios; evadiendo la corrupción y la impunidad como sus principales antagonistas.

Indudablemente para quienes aspiramos a vivir sin preocupaciones de ninguna índole, y de contar con los satisfactores para atender nuestras necesidades, habremos de reconocer la propuesta del Dr. Serafín Ortiz Ortiz para hacer de nuestro espacio territorial, un lugar digno y tranquilo para todos, desde luego bajo la tutela y aplicación de la buena política.


La democracia no es el silencio, es la verdad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos

Enrique Múgica Herzog

La buena política

En el interés colectivo existe la evidencia de querer cambiar el estado actual de las cosas, con el ánimo de mejorar las condiciones de vida actuales. En esa aspiración también se genera, por propia naturaleza, la oportunidad de ser partícipe de ese cambio, colaborando decididamente con quienes tienen como objetivo ofrecer las posibilidades de conseguir un bienestar común; dicho de otra manera, la vinculación directa entre pueblo y autoridades, será un factor determinante para conseguirlo, por ello, en el desarrollo del presente proceso electoral debe quedar establecida esa sinergia de voluntades, dándole, con esa relación, el carácter democrático de la sociedad.

Bajo esta premisa, debe entenderse, implícitamente, el cumplimiento de una obligación ciudadana, la emisión del voto, acción convertida en el factor determinante para conseguir ese anhelado cambio del statu quo; de igual manera, se podrá tener la satisfacción de ser promotor de ese cambio, con base en la decisión de haber elegido a la persona correcta; para eso es importante, sin perder la libertad individual, seleccionar cuidadosamente a quien sería un digo representante del pueblo.

Justamente, es aquí donde la elección, además de libre y razonada, debe construirse bajo criterios basados en propuestas, no en promesas; para darle certeza y seguridad a los electores; en este sentido, para quienes hemos participado, me incluyo, en eventos de campaña, escuchar un mensaje permeado de seriedad y compromiso, se convierte en convocatoria para el auditorio; como un buen ejemplo, así se percibieron los comentarios vertidos por el Dr. Serafín Ortiz, candidato a una diputación local, en uno de esos actos proselitistas, distinguiéndose, en el discurso, los principios de una buena política, donde los resultados, la objetividad y la experiencia, son parte de esa estructura en sus propuestas.

De relevancia, se refirió a la postulación, entre otras, de dos leyes importantes, la primera referente a la de brindar seguridad al trabajo perio dístico, y la otra, retomar la ley del primer empleo; siguiendo el orden señalado; se destacó la importancia de proteger a todos aquellos que a través de la palabra escrita, o con imágenes, transmiten su pensamiento y opinión, para describir algún comportamiento alejado de todo principio y ordenamiento legal, particularmente por personajes o funcionarios públicos, sometiéndolos al escrutinio popular; arriesgando su integridad física, más aun cuando se crea un disgusto entre los infractores. La siguiente, respecto a la Ley del primer empleo; habrá de convertirse el instrumento de ayuda a todos aquellos que pretenden incorporarse a los ambientes laborales, proponiendo alternativas y apoyo a los sectores que contraten a jóvenes que no cuentan, con experiencias exigidas por los contratantes. Sin duda, la consolidación de ambas leyes traería grandes beneficios para la colectividad.

Utilizando otros adjetivos para respaldar los criterios, mejor dicho, los postulados de una buena política, se debe hacer referencia a la objetividad, donde se asume el compromiso, de actuar conforme la demande la misma sociedad, sin imaginarios o utopías, sino con propuestas para resolver los problemas que se presenten, buscando siempre las mejores formas para superarlos, desde luego, para el caso, se puede apreciar, que no existe mejor forma para responder a la expectativa ciudadana, más que el trabajo serio y responsable.

Cuando los ofrecimientos llevan en su contenido la objetividad mencionada, se construye, también el compromiso de cumplirlos; esa obligatoriedad, también, queda definida bajo condiciones de obligatoriedad, adquiriendo la responsabilidad de mantener informada a la gente sobre el ejercicio de las funciones así como de los trabajos realizados al respecto; aunque pareciera irrelevante, los informes son una parte sustantiva para lograr, además del impacto social, la aceptación de los representados.

De lo más destacable, en esta propuesta de la buena política, se encuentra el apartado de los resultados; donde se establece tácitamente, que ningún compromiso adquirido debe quedar inconcluso, no solo como el requisito cumplido sino por la palabra empeñada, además de entregar calidad en los resultados, en consecuencia, la conjunción entre objetividad, compromiso y resultados, seguramente permitirán a las personas evaluar el desempeño, motivando, así se estima, la participación en otras acciones subsecuentes.

Como un complemento adicional a los quehaceres de la buena política, debe establecerse un perfil que la sostenga, para eso es importante destacar, las características y cualidades de quien la propone y opera; entre otras, la capacidad académica, el conocimiento de las leyes; la posición lograda en los altos niveles del sistema educativo, la publicación de libros y artículos, orientados, algunos de ellos, al respeto a los derechos humanos, otros, respecto a la aplicación de la justicia. Con eso queda demostrado una actitud visionaria y creativa, para enfrentar todos los retos que se encuentran en lo cotidiano de las personas humanas.

Dentro del mismo contexto de la buena política debe señalarse también la plataforma de trabajo; donde se incluyen entre otras asignaturas, la alimentación, vivienda, salud, empleo y seguridad; para eso, se puede observar, dentro de las fortalezas de su promotor, se encuentran la experiencia, la capacidad de gestión, el buen uso y manejo de los recursos públicos, asegurando con estas cualidades el buen trato y, con seguridad, los buenos resultados en cuanto se atiendan estas debilidades sociales.

Cuando pueden apreciarse esa gran diversidad de formas e interpretaciones de los quehaceres de un representante popular, también se pueden descubrir, las pretensiones, aunque no descritas de quien verdaderamente se interesa por el bienestar del pueblo y de su gente; luego entonces la justicia social se construye bajo esos principios; evadiendo la corrupción y la impunidad como sus principales antagonistas.

Indudablemente para quienes aspiramos a vivir sin preocupaciones de ninguna índole, y de contar con los satisfactores para atender nuestras necesidades, habremos de reconocer la propuesta del Dr. Serafín Ortiz Ortiz para hacer de nuestro espacio territorial, un lugar digno y tranquilo para todos, desde luego bajo la tutela y aplicación de la buena política.