/ viernes 30 de noviembre de 2018

ANATOMÍA DE LO SOCIAL

La realidad no es lo mismo que la verdad -respondió el general- la realidad son solo detalles.

Sándor Maraí

Mis tres amigos y el fin del sexenio

Por razones de trabajo me encontraba fuera de la capital, específicamente en el oriente del estado, sin embargo, eso no me impidió olvidar la fecha de la reunión con los amigos, por tal motivo, me dispuse a viajar a mí destino con el tiempo estimado para llegar a él; durante el trayecto todo transcurría normalmente, a pesar de encontrar algunos obstáculos provocados por la reparación de ciertos tramos carreteros; llegué a la “Y” sin contratiempos, más adelante, antes de llegar a los puentes de Atlihuetzia, pude observar una enorme fila de cualquier tipo de vehículos, supuse un accidente, pues era como el único motivo de detener la circulación; el punto era que llegaría tarde a mi reunión.

Cuando hubo oportunidad y pude avanzar, me enteré que la razón del problema de vialidad se debía a la ampliación de ese tramo, lamentablemente no se observaban autoridades para controlar el fluido de los automotores, todo era arbitrario, unos queriendo ganar el paso y otros con la negación anticipada para no permitirlo, y bueno, entre el caos y la anarquía, finalmente pude avanzar, después de casi una hora de retraso.

Al arribar al lugar de siempre, con sorpresa pude observar que solo se encontraba el amigo de la ecuanimidad, quien al verme se levantó de su asiento para recibirme: un cordial abrazo y un apretón de manos fueron el grato saludo de siempre. Siéntate -me dijo- los otros están por llegar, me avisaron que tuvieron un contratiempo, la “ponchadura” de una llanta fue el motivo, pero no deben tardar en estar con nosotros.

Un par de minutos bastaron para que eso ocurriera, no se les miraba muy contentos, pues además de la tardanza traían las manos sucias por haber hecho la “talacha”, se dirigieron de inmediato al sanitario, haciéndonos una seña circular con el dedo índice, indicando su regreso; mientras eso ocurría pedimos se nos sirviera la acostumbrada taza del aromático y delicioso café, al fin que todos conocíamos los gustos particulares; cuando llegó el servicio, todos estábamos instalados en el lugar correspondiente…

Sin mediar otro tipo de comentario, de la molestia surgió el primer comentario: Qué problema venir de Ocotlán para llegar con ustedes, están arreglando una parte del adoquín, pero sin los señalamientos correspondientes, eso provocó cayera en un bache y se me “volara” una rueda y por eso sucios y tarde…

A mí me pasó lo mismo -le interrumpí-, solo que conmigo fue un embotellamiento insufrible, allá por la carretera a Apizaco, y tampoco muestras de señalamientos y autoridades. Cálmense un poco -intervino el amigo de la mesura-, se quejan por todo, que si está desarreglado, que si hay baches y no los tapan, en fin… recuerden que el progreso provoca molestias pasajeras, después todo estará mejor… Será el sereno -interrumpió el de la “ponchadura”-, el problema no son los cambios, sino la falta de autoridades vigilantes…

Como para terminar la conversación, tomó la palabra el amigo de la bonanza. Quiero comentarles -inició su intervención- que estoy muy orgulloso de la labor de nuestro presidente, pues hasta el último momento trabajó en bien del pueblo; como ejemplo, su viaje a la Argentina a la reunión del G20, donde se tomaran importantes acuerdos; el pasado evento donde le reconoció al Estado Mayor Presidencial su desempeño durante varias décadas desde su formación; en fin, yo estoy muy satisfecho por ello…

Así tenía que ser -le refutaron-, tu subordinación al sistema te ha obligado al respecto; pero también deberías de reconocer los grandes errores cometidos en este periodo sexenal y que fueron muchos; y nada más para recordártelo, te señalaré algunos de ellos: las mentiras constantes, es decir, nos deja un país desolado; los energéticos por las nubes, a pesar de haber exagerado en sus promesas de no incrementar sus precios; el aumento en el número de pobres, gente sin los recursos mínimos necesarios para subsistir, un alto índice en los niveles de delincuencia, en muchos casos propiciada por la misma necesidad, uno de los problemas que se concebían como prioritarios fue el de la salud, la falta de hospitales, el desabasto de medicamentos y salarios raquíticos para el personal del sector fueron factores para agotar a las instituciones encargadas de sanar a los enfermos, las estadísticas, aunque no muy confiables lo demuestran, y bueno, para concluir, los contenidos de las mal habidas reformas estructurales, la Constitución Mexicana, aunque ha tenido muchos cambios en su historia, estos fueron los más desastrosos, nos dejaron sumidos en un hoyo del que tal vez no podremos salir…

Ese es tu punto de vista -le replicaron-, pero la realidad es lo contrario, hay bienestar por muchas partes, solo es cuestión de fijarse bien…

Con una risa medio ruidosa fue interrumpido otra vez, -diciéndole- pues el tiempo le dará la razón a quien la tenga, por lo pronto se le ha catalogado a tu ídolo como el peor de la historia, en fin, ya veremos más adelante los cambios, cuando el nuevo presidente, quien, por cierto, toma posesión el día de mañana, cuando se le imponga la banda solemne que lo unge como presidente, con todas las consecuencias del poder que le atañe, es decir, el pueblo tendrá lo que necesita según sus ofrecimientos…

Lo bueno de todo esto -dijo quien le precedió en la palabra- será que ahora tú serás el que cargue con los errores de tu mandatario, ya viste, todavía ni es presidente y se tomó atribuciones que aún no le corresponden; sus consultas e intervenciones de los futuros secretarios así lo demuestran; por otro lado, qué me dices del crédito de 74 mil millones de dólares otorgado por el FMI, no creo que lo regrese…

Coyunturalmente difícil, mis queridos amigos -habló el amigo de la ecuanimidad-, no sé por dónde dar razón de mi comentario, la comparación todavía no es posible, pues hay pocos elementos para construirla, lo que sí es cierto es la prematura toma de decisiones del presidente electo, hasta mañana legalmente investido, mientras tanto, sí hay cosas por cuestionar, lo de las consultas y sus resultados, así como los nombramientos anticipados, como el que ya se ostenta como responsable del Fondo de Cultura Económica, según él, avalado por el Poder Ejecutivo y, en consecuencia, por el próximo presidente. Obvio, esto despierta inquietudes pues todo pareciera representar un poder absoluto y que las decisiones futuras serán anunciadas antes de tiempo, ojalá la situación no empeore en relación a la que hoy termina y verdaderamente haya un cambio total en el país…


La realidad no es lo mismo que la verdad -respondió el general- la realidad son solo detalles.

Sándor Maraí

Mis tres amigos y el fin del sexenio

Por razones de trabajo me encontraba fuera de la capital, específicamente en el oriente del estado, sin embargo, eso no me impidió olvidar la fecha de la reunión con los amigos, por tal motivo, me dispuse a viajar a mí destino con el tiempo estimado para llegar a él; durante el trayecto todo transcurría normalmente, a pesar de encontrar algunos obstáculos provocados por la reparación de ciertos tramos carreteros; llegué a la “Y” sin contratiempos, más adelante, antes de llegar a los puentes de Atlihuetzia, pude observar una enorme fila de cualquier tipo de vehículos, supuse un accidente, pues era como el único motivo de detener la circulación; el punto era que llegaría tarde a mi reunión.

Cuando hubo oportunidad y pude avanzar, me enteré que la razón del problema de vialidad se debía a la ampliación de ese tramo, lamentablemente no se observaban autoridades para controlar el fluido de los automotores, todo era arbitrario, unos queriendo ganar el paso y otros con la negación anticipada para no permitirlo, y bueno, entre el caos y la anarquía, finalmente pude avanzar, después de casi una hora de retraso.

Al arribar al lugar de siempre, con sorpresa pude observar que solo se encontraba el amigo de la ecuanimidad, quien al verme se levantó de su asiento para recibirme: un cordial abrazo y un apretón de manos fueron el grato saludo de siempre. Siéntate -me dijo- los otros están por llegar, me avisaron que tuvieron un contratiempo, la “ponchadura” de una llanta fue el motivo, pero no deben tardar en estar con nosotros.

Un par de minutos bastaron para que eso ocurriera, no se les miraba muy contentos, pues además de la tardanza traían las manos sucias por haber hecho la “talacha”, se dirigieron de inmediato al sanitario, haciéndonos una seña circular con el dedo índice, indicando su regreso; mientras eso ocurría pedimos se nos sirviera la acostumbrada taza del aromático y delicioso café, al fin que todos conocíamos los gustos particulares; cuando llegó el servicio, todos estábamos instalados en el lugar correspondiente…

Sin mediar otro tipo de comentario, de la molestia surgió el primer comentario: Qué problema venir de Ocotlán para llegar con ustedes, están arreglando una parte del adoquín, pero sin los señalamientos correspondientes, eso provocó cayera en un bache y se me “volara” una rueda y por eso sucios y tarde…

A mí me pasó lo mismo -le interrumpí-, solo que conmigo fue un embotellamiento insufrible, allá por la carretera a Apizaco, y tampoco muestras de señalamientos y autoridades. Cálmense un poco -intervino el amigo de la mesura-, se quejan por todo, que si está desarreglado, que si hay baches y no los tapan, en fin… recuerden que el progreso provoca molestias pasajeras, después todo estará mejor… Será el sereno -interrumpió el de la “ponchadura”-, el problema no son los cambios, sino la falta de autoridades vigilantes…

Como para terminar la conversación, tomó la palabra el amigo de la bonanza. Quiero comentarles -inició su intervención- que estoy muy orgulloso de la labor de nuestro presidente, pues hasta el último momento trabajó en bien del pueblo; como ejemplo, su viaje a la Argentina a la reunión del G20, donde se tomaran importantes acuerdos; el pasado evento donde le reconoció al Estado Mayor Presidencial su desempeño durante varias décadas desde su formación; en fin, yo estoy muy satisfecho por ello…

Así tenía que ser -le refutaron-, tu subordinación al sistema te ha obligado al respecto; pero también deberías de reconocer los grandes errores cometidos en este periodo sexenal y que fueron muchos; y nada más para recordártelo, te señalaré algunos de ellos: las mentiras constantes, es decir, nos deja un país desolado; los energéticos por las nubes, a pesar de haber exagerado en sus promesas de no incrementar sus precios; el aumento en el número de pobres, gente sin los recursos mínimos necesarios para subsistir, un alto índice en los niveles de delincuencia, en muchos casos propiciada por la misma necesidad, uno de los problemas que se concebían como prioritarios fue el de la salud, la falta de hospitales, el desabasto de medicamentos y salarios raquíticos para el personal del sector fueron factores para agotar a las instituciones encargadas de sanar a los enfermos, las estadísticas, aunque no muy confiables lo demuestran, y bueno, para concluir, los contenidos de las mal habidas reformas estructurales, la Constitución Mexicana, aunque ha tenido muchos cambios en su historia, estos fueron los más desastrosos, nos dejaron sumidos en un hoyo del que tal vez no podremos salir…

Ese es tu punto de vista -le replicaron-, pero la realidad es lo contrario, hay bienestar por muchas partes, solo es cuestión de fijarse bien…

Con una risa medio ruidosa fue interrumpido otra vez, -diciéndole- pues el tiempo le dará la razón a quien la tenga, por lo pronto se le ha catalogado a tu ídolo como el peor de la historia, en fin, ya veremos más adelante los cambios, cuando el nuevo presidente, quien, por cierto, toma posesión el día de mañana, cuando se le imponga la banda solemne que lo unge como presidente, con todas las consecuencias del poder que le atañe, es decir, el pueblo tendrá lo que necesita según sus ofrecimientos…

Lo bueno de todo esto -dijo quien le precedió en la palabra- será que ahora tú serás el que cargue con los errores de tu mandatario, ya viste, todavía ni es presidente y se tomó atribuciones que aún no le corresponden; sus consultas e intervenciones de los futuros secretarios así lo demuestran; por otro lado, qué me dices del crédito de 74 mil millones de dólares otorgado por el FMI, no creo que lo regrese…

Coyunturalmente difícil, mis queridos amigos -habló el amigo de la ecuanimidad-, no sé por dónde dar razón de mi comentario, la comparación todavía no es posible, pues hay pocos elementos para construirla, lo que sí es cierto es la prematura toma de decisiones del presidente electo, hasta mañana legalmente investido, mientras tanto, sí hay cosas por cuestionar, lo de las consultas y sus resultados, así como los nombramientos anticipados, como el que ya se ostenta como responsable del Fondo de Cultura Económica, según él, avalado por el Poder Ejecutivo y, en consecuencia, por el próximo presidente. Obvio, esto despierta inquietudes pues todo pareciera representar un poder absoluto y que las decisiones futuras serán anunciadas antes de tiempo, ojalá la situación no empeore en relación a la que hoy termina y verdaderamente haya un cambio total en el país…