/ viernes 22 de febrero de 2019

ANATOMÍA DE LO SOCIAL

Las organizaciones de la sociedad civil

Arturo Duen Torres

Aunque ya se había programado en el presupuesto de egresos de este año, la cancelación de los apoyos a las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC)...

Particularmente a los programas de coinversión social regulados por el Indesol, no dejaron de ser desalentadoras las declaraciones del ejecutivo al referirse sobre la corrupción imperante en este tipo de organizaciones, al simular actividades y desviar recursos provenientes de institutos que se encargaban de entregarlos explícitamente, así se entendió, orientado a la Sedesol. De igual manera se particularizó sobre los apoyos dirigidos a las personas con discapacidad, agregando sobre el apoyo actual a este grupo de personas por una cantidad de 14 mil millones de pesos, argumento para descalificar la existencia de esos apoyos a las organizaciones.

Tal vez, lo declarado, no tenga los elementos suficientes para terminar no solo con la distribución de recursos traducidos en apoyos no materiales a grupos de alta vulnerabilidad o quizá sea fundado en el desvío de dinero público realizado por la anterior titular de la Secretaría de Desarrollo Social, en esta ambigüedad de interpretaciones, lo cierto es el inminente fin de los trabajos, sin fines lucrativos, que realizaban este tipo de organizaciones, pues en independencia de sus actividades, todas quedaron ahora en el centro de la corrupción por el supuesto mal manejo de los recursos públicos.

La generalización del comentario, hace suponer un desconocimiento parcial de quienes, con seguridad, asesoraron al presidente en el sentido de la existencia y cobertura de las organizaciones en atención a grupos con necesidades de atención, es decir, las organizaciones según el objeto social que se expresa en las actas constitutivas, deben cumplir con los requisitos suficientes para poder prestar servicios a todas aquellas personas que lo requieran; y quienes los atienden, en la mayoría de los casos, son voluntarios que solo reciben el reconocimiento y la gratitud de los atendidos y, en algunos casos, cuando hay apoyo de algún programa de asistencia social, se les retribuye lo elemental para transportarse y alimentarse; obvio es evidente, en este caso, la ignorancia de este tipo de actividades.

Vista en otra perspectiva, la descalificación de las organizaciones se llevó únicamente por el lado de la izquierda y el conservadurismo, promovidas por los grandes consorcios, así lo dijo el presidente, siendo solo una bandera esto de la sociedad civil. De alguna manera, desde esa postura interpretativa, hace a un lado a muchas organizaciones que en su momento le brindaron el apoyo para lograr lo que es una realidad, el cargo que hoy ostenta.

Con la pretensión de hacer algunas aclaraciones respecto de las ideas globales que involucran a las organizaciones de la sociedad civil, es preciso señalar algunas características que pudieran servir para acotar el verdadero interés colectivo que hacen suyo las OSC: en una primera instancia, la característica principal es estar consideradas dentro del llamado tercer sector no lucrativo, nadie gana, salvo algunas excepciones, algún salario por un servicio que se presta voluntariamente y, su manutención, es con las contribuciones de sus afiliados.

No se puede negar la participación de este sector, no lucrativo, traducido en organizaciones, sobre su notable presencia en actividades económicas, sociales y culturales, así como sus efectos en los cambios efectuados en el contexto donde se desempeñan, logrando una amplia participación de los ciudadanos y la contribución al bienestar de la gente que atienden. Por eso, en esta parte, se puede dar testimonio de la participación real y efectiva de los trabajos realizado por las organizaciones, mejor aún, cuando se han recibido apoyos externos, dígase recursos públicos, para lograr los objetivos presentados en un proyecto determinado.

Desde un punto de vista administrativo y legal, también es importante considerar que las organizaciones deben cumplir con una serie de requisitos que les permitan adquirir primero el reconocimiento ante las instancias correspondientes y después tener la posibilidad de cumplir con lo establecido en los principios que las regulan; por eso, desde su naturaleza, debe valorarse la intención de estas entidades sin fines lucrativos.

En este proceso, una vez integradas las organizaciones por un determinado número de personas, de inicio, había que registrase en la Secretaria de Relaciones Exteriores con el nombre y la membresía que la integraba, posteriormente, la obtención de las escrituras o acta constitutiva, donde quedan inscritos el representante legal junto con la mesa directiva, el domicilio fiscal de la organización y el objeto social de las misma; enseguida del procedimiento, también es necesario darse de alta ante las autoridades hacendarias para obtener un Registro Federal de Causantes (RFC) y finalmente, obtener la Cluni, la Clave Única de inscripción al Registro Federal de la Organizaciones de la Sociedad Civil, instrumento indispensable para que las organizaciones puedan acceder a los apoyos y estímulos del gobierno federal y facilitar el cumplimiento de sus actividades.

Evidentemente, con este procedimiento se legitima a las organizaciones, se les faculta la prestación de algún servicio a las comunidades o centros de población, se les ofrecen las posibilidades de acceso a los recursos públicos, bajo la exigencia de comprobar la distribución y aplicación de los mismos, junto con el pago de los impuestos correspondientes. Con estas medidas y las reducidas cantidades de dinero aportadas para la ejecución de un proyecto difícil resultaría el enriquecimiento ilícito, salvo que se les dieran cantidades millonarias como ocurrió en la administración del gobierno anterior.

Más allá de la interpretación simplificada de las bondades que pudieran encontrarse en este tipo de organizaciones, se debe entender también esa intervención colaborativa con los deberes y obligaciones del estado al involucrarse en tareas y lugares donde las instancias del gobierno y su personal no alcanzan para atender todas las demandas de los grupos sociales en vulnerabilidad; esos deben ser los principales criterios para realizar con justicia una reestructuración, no de las instituciones como tal, sino de todas y cada una de sus funciones. De esa manera, el reencuentro entre el gobierno y el pueblo, podrá seguir manifestándose, desde luego, con el apego a las obligaciones que deberán normar los trabajos de asistencia social, vinculados con lo multifactorial de sus funciones. Con todo esto, desde esta postura particular, se puede asegurar que el colectivo, en lo general, desde el gobierno hasta el pueblo, necesita de la presencia de las organizaciones de la sociedad civil para seguir por el camino de la mejora en las condiciones de vida de las personas.

Sir Francis Bacon

En materia de gobierno todo cambio es sospechoso, aunque sea para mejorar"

Sir Francis Bacon

En materia de gobierno todo cambio es sospechoso, aunque sea para mejorar"

Las organizaciones de la sociedad civil

Arturo Duen Torres

Aunque ya se había programado en el presupuesto de egresos de este año, la cancelación de los apoyos a las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC)...

Particularmente a los programas de coinversión social regulados por el Indesol, no dejaron de ser desalentadoras las declaraciones del ejecutivo al referirse sobre la corrupción imperante en este tipo de organizaciones, al simular actividades y desviar recursos provenientes de institutos que se encargaban de entregarlos explícitamente, así se entendió, orientado a la Sedesol. De igual manera se particularizó sobre los apoyos dirigidos a las personas con discapacidad, agregando sobre el apoyo actual a este grupo de personas por una cantidad de 14 mil millones de pesos, argumento para descalificar la existencia de esos apoyos a las organizaciones.

Tal vez, lo declarado, no tenga los elementos suficientes para terminar no solo con la distribución de recursos traducidos en apoyos no materiales a grupos de alta vulnerabilidad o quizá sea fundado en el desvío de dinero público realizado por la anterior titular de la Secretaría de Desarrollo Social, en esta ambigüedad de interpretaciones, lo cierto es el inminente fin de los trabajos, sin fines lucrativos, que realizaban este tipo de organizaciones, pues en independencia de sus actividades, todas quedaron ahora en el centro de la corrupción por el supuesto mal manejo de los recursos públicos.

La generalización del comentario, hace suponer un desconocimiento parcial de quienes, con seguridad, asesoraron al presidente en el sentido de la existencia y cobertura de las organizaciones en atención a grupos con necesidades de atención, es decir, las organizaciones según el objeto social que se expresa en las actas constitutivas, deben cumplir con los requisitos suficientes para poder prestar servicios a todas aquellas personas que lo requieran; y quienes los atienden, en la mayoría de los casos, son voluntarios que solo reciben el reconocimiento y la gratitud de los atendidos y, en algunos casos, cuando hay apoyo de algún programa de asistencia social, se les retribuye lo elemental para transportarse y alimentarse; obvio es evidente, en este caso, la ignorancia de este tipo de actividades.

Vista en otra perspectiva, la descalificación de las organizaciones se llevó únicamente por el lado de la izquierda y el conservadurismo, promovidas por los grandes consorcios, así lo dijo el presidente, siendo solo una bandera esto de la sociedad civil. De alguna manera, desde esa postura interpretativa, hace a un lado a muchas organizaciones que en su momento le brindaron el apoyo para lograr lo que es una realidad, el cargo que hoy ostenta.

Con la pretensión de hacer algunas aclaraciones respecto de las ideas globales que involucran a las organizaciones de la sociedad civil, es preciso señalar algunas características que pudieran servir para acotar el verdadero interés colectivo que hacen suyo las OSC: en una primera instancia, la característica principal es estar consideradas dentro del llamado tercer sector no lucrativo, nadie gana, salvo algunas excepciones, algún salario por un servicio que se presta voluntariamente y, su manutención, es con las contribuciones de sus afiliados.

No se puede negar la participación de este sector, no lucrativo, traducido en organizaciones, sobre su notable presencia en actividades económicas, sociales y culturales, así como sus efectos en los cambios efectuados en el contexto donde se desempeñan, logrando una amplia participación de los ciudadanos y la contribución al bienestar de la gente que atienden. Por eso, en esta parte, se puede dar testimonio de la participación real y efectiva de los trabajos realizado por las organizaciones, mejor aún, cuando se han recibido apoyos externos, dígase recursos públicos, para lograr los objetivos presentados en un proyecto determinado.

Desde un punto de vista administrativo y legal, también es importante considerar que las organizaciones deben cumplir con una serie de requisitos que les permitan adquirir primero el reconocimiento ante las instancias correspondientes y después tener la posibilidad de cumplir con lo establecido en los principios que las regulan; por eso, desde su naturaleza, debe valorarse la intención de estas entidades sin fines lucrativos.

En este proceso, una vez integradas las organizaciones por un determinado número de personas, de inicio, había que registrase en la Secretaria de Relaciones Exteriores con el nombre y la membresía que la integraba, posteriormente, la obtención de las escrituras o acta constitutiva, donde quedan inscritos el representante legal junto con la mesa directiva, el domicilio fiscal de la organización y el objeto social de las misma; enseguida del procedimiento, también es necesario darse de alta ante las autoridades hacendarias para obtener un Registro Federal de Causantes (RFC) y finalmente, obtener la Cluni, la Clave Única de inscripción al Registro Federal de la Organizaciones de la Sociedad Civil, instrumento indispensable para que las organizaciones puedan acceder a los apoyos y estímulos del gobierno federal y facilitar el cumplimiento de sus actividades.

Evidentemente, con este procedimiento se legitima a las organizaciones, se les faculta la prestación de algún servicio a las comunidades o centros de población, se les ofrecen las posibilidades de acceso a los recursos públicos, bajo la exigencia de comprobar la distribución y aplicación de los mismos, junto con el pago de los impuestos correspondientes. Con estas medidas y las reducidas cantidades de dinero aportadas para la ejecución de un proyecto difícil resultaría el enriquecimiento ilícito, salvo que se les dieran cantidades millonarias como ocurrió en la administración del gobierno anterior.

Más allá de la interpretación simplificada de las bondades que pudieran encontrarse en este tipo de organizaciones, se debe entender también esa intervención colaborativa con los deberes y obligaciones del estado al involucrarse en tareas y lugares donde las instancias del gobierno y su personal no alcanzan para atender todas las demandas de los grupos sociales en vulnerabilidad; esos deben ser los principales criterios para realizar con justicia una reestructuración, no de las instituciones como tal, sino de todas y cada una de sus funciones. De esa manera, el reencuentro entre el gobierno y el pueblo, podrá seguir manifestándose, desde luego, con el apego a las obligaciones que deberán normar los trabajos de asistencia social, vinculados con lo multifactorial de sus funciones. Con todo esto, desde esta postura particular, se puede asegurar que el colectivo, en lo general, desde el gobierno hasta el pueblo, necesita de la presencia de las organizaciones de la sociedad civil para seguir por el camino de la mejora en las condiciones de vida de las personas.

Sir Francis Bacon

En materia de gobierno todo cambio es sospechoso, aunque sea para mejorar"

Sir Francis Bacon

En materia de gobierno todo cambio es sospechoso, aunque sea para mejorar"