/ viernes 26 de julio de 2019

ANATOMÍA DE LO SOCIAL

Créditos

Las deudas son como cualquier otra trampa en la que es muy fácil caer, pero de la que es dificilísimo salir.

George Bernard Shaw

Desafortunadamente, las condiciones económicas actuales, permean las formas de vida del pueblo, evidenciándose la imposibilidad de contar con los recursos suficientes para atender las necesidades básicas para sobrevivir, en consecuencia, cada día se hace más complicado satisfacerlas; en este sentido, puede decirse, sobre la responsabilidad de las autoridades de gobierno que debe sujetarse, a buscar las alternativas correctas para ofrecerle a la gente, lo que por derecho constitucional le corresponde. Sin embargo, hasta la fecha, no se ha podido consolidar algún programa de atención que responda a las expectativas y necesidades de las personas.

En cuanto no exista un modelo de atención integral para evitar el aumento de la pobreza, fenómeno existente desde hace muchos años, no se podrá detener su crecimiento, aunque lento pero constante. luego entonces, es preciso, que aquellos funcionarios, expertos en el desarrollo social, implementen las estrategias necesarias para enmendar lo que se encuentra deteriorado; eludiendo las añejas formas y modelos aplicados en sexenios anteriores; donde la simulación, disfrazada de ayuda, ha propiciado que muchos mexicanos transiten, de la medianía económica a la pobreza, en muchos casos extrema.

Desde una perspectiva particular, se puede decir que el otorgamiento de créditos, no son la mejor forma de ayudar a la gente, por el contrario, son formas para dejarlos en una completa indefensión ante quienes son los poseedores del dinero, dicho de otra manera, contraer, o pedir prestado, significa perder la libertad económica, para quedar encerrados en una prisión de seguridad extrema.

Ante las circunstancias, es imperioso, mencionar cuales son algunas de las formas utilizadas para convencer, a quienes tienen el infortunio de acudir a una empresa de estas características, bajo el supuesto, de resolver un problema vinculado con cuestiones de dinero. Esto sería como el primer paso para iniciar un camino tortuoso, al adquirir una deuda, en muchos casos, impagable. Desde luego, las formas son maquilladas, tan sutilmente, para que el posible deudor caiga y firme un crédito, sin conocer siquiera de las condiciones de pago, siempre descritas, en letras muy pequeñas, donde quedan establecidas, legalmente, las obligaciones del contrayente.

Bajo estas consideraciones, la pretensión de este comentario, se basa en emitir una alerta, antes de involucrarse en una relación de esta naturaleza, donde el acreditado será el perdedor, obviamente, para no caer en las trampas disfrazadas de ayuda, basta solo mirar, con mucha acuosidad, los altos intereses a pagar mediante el famoso CAT (Costo Anual Total) tasado en altos intereses que llegan a alcanzar hasta el cincuenta por ciento, o más, sobre las cantidades de dinero, recibidas en calidad de préstamo.

En otro orden de ideas, pero dentro del mismo contexto, los créditos, se han convertido en una especie de cultura, el pedir prestado, o fiado, se dice, permite adquirir un bien o servicio, que de otra forma no podría conseguirse, es decir, comprar al contado, solo lo logran los más privilegiados, el pueblo, jamás podrá hacerlo, de ahí las largas filas en las tiendas departamentales, para pagar en abonos chiquitos, las deudas contraídas, sin importar que se pague hasta el triple del precio por lo comprado.

De una u otra forma, estas pautas de conducta, son parte de la vida cotidiana de las personas, hoy en día es difícil encontrar a alguien que no tenga un adeudo, y que, en su presupuesto quincenal o mensual, se determinen los pagos que deben hacerse, para mantener el buen historial crediticio y ser sujetos a otros “beneficios” otorgados por los dueños del capital.

Por otro lado, con base al asunto de los préstamos, o créditos, hay preocupación parcializada, por el anuncio del ejecutivo, al parecer convertido en vocero de los integrantes de la asociación de bancos de México, al anunciar que hay el ofrecimiento de otorgar créditos para la actividad productiva, hasta por 500 mil millones de pesos, bajo el argumento de que existe confianza en México.

Finalmente, no hubo evidencia de obligatoriedad para adquirir un crédito, pero sí, una intención implícita, de mantener, cautivos y endeudados a todos aquellos que se atrevan a solicitarlo; aun a sabiendas de los altos intereses que habrán de cobrarse, bajo esta forma de endeudamiento. Ojalá, se pueda evitar cualquier compromiso con los agiotistas bancarios y se hagan de lado los popularmente famosos y multicitados créditos bancarios.

Créditos

Las deudas son como cualquier otra trampa en la que es muy fácil caer, pero de la que es dificilísimo salir.

George Bernard Shaw

Desafortunadamente, las condiciones económicas actuales, permean las formas de vida del pueblo, evidenciándose la imposibilidad de contar con los recursos suficientes para atender las necesidades básicas para sobrevivir, en consecuencia, cada día se hace más complicado satisfacerlas; en este sentido, puede decirse, sobre la responsabilidad de las autoridades de gobierno que debe sujetarse, a buscar las alternativas correctas para ofrecerle a la gente, lo que por derecho constitucional le corresponde. Sin embargo, hasta la fecha, no se ha podido consolidar algún programa de atención que responda a las expectativas y necesidades de las personas.

En cuanto no exista un modelo de atención integral para evitar el aumento de la pobreza, fenómeno existente desde hace muchos años, no se podrá detener su crecimiento, aunque lento pero constante. luego entonces, es preciso, que aquellos funcionarios, expertos en el desarrollo social, implementen las estrategias necesarias para enmendar lo que se encuentra deteriorado; eludiendo las añejas formas y modelos aplicados en sexenios anteriores; donde la simulación, disfrazada de ayuda, ha propiciado que muchos mexicanos transiten, de la medianía económica a la pobreza, en muchos casos extrema.

Desde una perspectiva particular, se puede decir que el otorgamiento de créditos, no son la mejor forma de ayudar a la gente, por el contrario, son formas para dejarlos en una completa indefensión ante quienes son los poseedores del dinero, dicho de otra manera, contraer, o pedir prestado, significa perder la libertad económica, para quedar encerrados en una prisión de seguridad extrema.

Ante las circunstancias, es imperioso, mencionar cuales son algunas de las formas utilizadas para convencer, a quienes tienen el infortunio de acudir a una empresa de estas características, bajo el supuesto, de resolver un problema vinculado con cuestiones de dinero. Esto sería como el primer paso para iniciar un camino tortuoso, al adquirir una deuda, en muchos casos, impagable. Desde luego, las formas son maquilladas, tan sutilmente, para que el posible deudor caiga y firme un crédito, sin conocer siquiera de las condiciones de pago, siempre descritas, en letras muy pequeñas, donde quedan establecidas, legalmente, las obligaciones del contrayente.

Bajo estas consideraciones, la pretensión de este comentario, se basa en emitir una alerta, antes de involucrarse en una relación de esta naturaleza, donde el acreditado será el perdedor, obviamente, para no caer en las trampas disfrazadas de ayuda, basta solo mirar, con mucha acuosidad, los altos intereses a pagar mediante el famoso CAT (Costo Anual Total) tasado en altos intereses que llegan a alcanzar hasta el cincuenta por ciento, o más, sobre las cantidades de dinero, recibidas en calidad de préstamo.

En otro orden de ideas, pero dentro del mismo contexto, los créditos, se han convertido en una especie de cultura, el pedir prestado, o fiado, se dice, permite adquirir un bien o servicio, que de otra forma no podría conseguirse, es decir, comprar al contado, solo lo logran los más privilegiados, el pueblo, jamás podrá hacerlo, de ahí las largas filas en las tiendas departamentales, para pagar en abonos chiquitos, las deudas contraídas, sin importar que se pague hasta el triple del precio por lo comprado.

De una u otra forma, estas pautas de conducta, son parte de la vida cotidiana de las personas, hoy en día es difícil encontrar a alguien que no tenga un adeudo, y que, en su presupuesto quincenal o mensual, se determinen los pagos que deben hacerse, para mantener el buen historial crediticio y ser sujetos a otros “beneficios” otorgados por los dueños del capital.

Por otro lado, con base al asunto de los préstamos, o créditos, hay preocupación parcializada, por el anuncio del ejecutivo, al parecer convertido en vocero de los integrantes de la asociación de bancos de México, al anunciar que hay el ofrecimiento de otorgar créditos para la actividad productiva, hasta por 500 mil millones de pesos, bajo el argumento de que existe confianza en México.

Finalmente, no hubo evidencia de obligatoriedad para adquirir un crédito, pero sí, una intención implícita, de mantener, cautivos y endeudados a todos aquellos que se atrevan a solicitarlo; aun a sabiendas de los altos intereses que habrán de cobrarse, bajo esta forma de endeudamiento. Ojalá, se pueda evitar cualquier compromiso con los agiotistas bancarios y se hagan de lado los popularmente famosos y multicitados créditos bancarios.