/ viernes 2 de agosto de 2019

ANATOMÍA DE LO SOCIAL

Mis tres amigos y el caos en Tlaxcala

Los problemas se solucionan no por dar nueva información, sino ordenando lo que siempre hemos conocido.

-Ludwig Wittgenstein-

Aunque faltan algunos días para finalizar las vacaciones, ya se hacen notar, en el ambiente comercial, las compras de útiles escolares que deberán usar los alumnos en el siguiente ciclo educativo, desde luego, se incluyen también, entre otras tantas cosas, los uniformes y los zapatos; para ello, los papás destinan la mayor parte del presupuesto familiar, con la intención de asegurarle a los hijos, la estancia en las escuelas, en independencia del nivel, con el propósito intrínseco de que se puedan preparar para tener un futuro mejor, argumento, reiterado de ser, la educación, la mejor herencia para los hijos.

Entre la observación y la interpretación particular, lo cierto es el inevitable inicio de las actividades en la gran mayoría de las escuelas del estado; en consecuencia, habrá de revitalizarse la economía local, en todas las áreas, donde se encuentre un estudiante. Con esa idea, caminé, a la inevitable, pero reconfortante reunión con mis amigos, recuerdos gratos, pues todos, en algún momento, coincidimos en alguna de las instituciones donde recibimos las enseñanzas de nuestros añorados maestros.

Al llegar a la reunión, pude notar que ya se encontraban, en los lugares acostumbrados, mis viejos amigos, me acerqué y no pude evitar la nostalgia de los tiempos idos, justamente cuando éramos estudiantes; aproveché la oportunidad para comentarles lo que en el camino me había ocurrido; y juntos recordamos algunas de las anécdotas vividas, una vez pasado el recuerdo, recobramos la conciencia, disponiéndonos a saborear la infaltable taza de café, ya servidas con un poco de anticipación…

Dándole un sorbo, el amigo de la bonanza, tomo la palabra, como casi siempre lo hacía, iniciando su comentario diciendo, casi a manera de pregunta; que les parece el trabajo que se realiza en muchas de las vías que cruzan por nuestro estado, ni se diga de la magna obra carretera que va de Tlaxcala para Apizaco; será de gran beneficio para quienes circulamos por esa vía…

Deja tus lisonjeros comentarios y ubícate en la realidad, esa obra que refieres, ha ocasionado grandes problemas a los automovilistas, pues es evidente la falta de planeación para ordenar el tránsito de vehículos, que se pueden contar en miles, como también se puede contar la ineficiencia de los encargados de realizar la obra, molestias e incomodidades las padecen todos los infortunados que deben llegar a su trabajo o a las escuelas…

Espera un momento -intervino el amigo de la mesura- no debes ser exagerado, recuerda que la modernidad y el progreso siempre traen consigo algunas incomodidades, hasta me atrevo a pensar que los viajeros frecuentes, ya se han acostumbrado y toman sus providencias para que no se les haga tarde, así es que no debes ser inconsciente ante el progreso…

Bravo -aplaudió el defendido y dirigiéndose al interpelado le dijo- debes reconocer que la obra será un gran éxito del gobierno y, por supuesto, para el pueblo, debemos sentirnos orgullosos por ello…

Lo siento -refutó quien estaba en desacuerdo- lo que ustedes dicen no tiene sentido, en primer lugar, porque nunca han pasado por ese lugar, por lo tanto, sus comentarios carecen de fundamento, y solo para ilustrarlos, por ejemplo, cuando lleguen a ir por esa ruta, me dicen después si logran ver a alguna autoridad que vigile y controle el flujo de los vehículos, me refiero a las policías federales y estatales, ningún elemento, y solo se encuentran personal de la obra dirigiendo, unos con el celular en las manos y otros hasta sentados, solo agitando las banderas sin sentido; lo peor es la falta de señalizaciones, todo mundo circula en la anarquía total; así es que mejor hablen de lo que pasa y no de lo que se verá en el futuro; del que, por cierto, ni siquiera entiendo, igual que mucha gente, de cómo va a quedar el flujo vehicular en esa obra que han magnificado.

Te concedo un poco de razón -intervino otra vez el amigo de la mesura- yo he visto las fotografías de la obra y de verdad que tampoco la entiendo, o será que habrá que mirar de cerca las maquetas para poder entenderla, digo, si eso fuera posible…

Por otro lado, también pudiera comentar que, efectivamente, este problema no se sitúa solamente en esa obra de la que hablamos, sino que ocurre en otros lugares, por ejemplo, si vienes de la ciudad de Puebla, por la vía corta, te vas a encontrar un caos terrible a la altura de Chiautempan, luego, cuando logras pasar y si transitas por la carretera de Ocotlán, otro calvario, ni que decir de los arbitrarios cierres a las vías de comunicación, sin previo aviso, como ocurrió allá por la zona del Seguro Social, donde el caos también imperó mientras duraba la obra de pavimentación, lo más grave, y también lo avalo, es la ausencia de autoridades de tránsito para apoyar y dirigir el flujo de vehículos y de personas…

Ahora soy yo quien aplaude -dijo el amigo de las inconformidades- y eso que es solamente un solo asunto, el de las vialidades, pero si se tomaran en consideración, otros aspectos colaterales, sería doblemente complicado el explicarlo, por ejemplo, los problemas de funcionamiento de semáforos, los cierres de calles por manifestante inconformes, en fin, de cualquier manera, estamos en Tlaxcala, padeciendo un terrible caos…

Olvidemos el asunto y si les parece mejor disfrutemos de otra taza de café, al fin y al cabo, que pague quien, esta vez, recibió el aval de todos nosotros; sin poderse negar, el aludido dijo en son de broma, hasta que van a cortar una flor de mi jardín, circunstancia que arrancó una sonrisa de todos nosotros…

Mis tres amigos y el caos en Tlaxcala

Los problemas se solucionan no por dar nueva información, sino ordenando lo que siempre hemos conocido.

-Ludwig Wittgenstein-

Aunque faltan algunos días para finalizar las vacaciones, ya se hacen notar, en el ambiente comercial, las compras de útiles escolares que deberán usar los alumnos en el siguiente ciclo educativo, desde luego, se incluyen también, entre otras tantas cosas, los uniformes y los zapatos; para ello, los papás destinan la mayor parte del presupuesto familiar, con la intención de asegurarle a los hijos, la estancia en las escuelas, en independencia del nivel, con el propósito intrínseco de que se puedan preparar para tener un futuro mejor, argumento, reiterado de ser, la educación, la mejor herencia para los hijos.

Entre la observación y la interpretación particular, lo cierto es el inevitable inicio de las actividades en la gran mayoría de las escuelas del estado; en consecuencia, habrá de revitalizarse la economía local, en todas las áreas, donde se encuentre un estudiante. Con esa idea, caminé, a la inevitable, pero reconfortante reunión con mis amigos, recuerdos gratos, pues todos, en algún momento, coincidimos en alguna de las instituciones donde recibimos las enseñanzas de nuestros añorados maestros.

Al llegar a la reunión, pude notar que ya se encontraban, en los lugares acostumbrados, mis viejos amigos, me acerqué y no pude evitar la nostalgia de los tiempos idos, justamente cuando éramos estudiantes; aproveché la oportunidad para comentarles lo que en el camino me había ocurrido; y juntos recordamos algunas de las anécdotas vividas, una vez pasado el recuerdo, recobramos la conciencia, disponiéndonos a saborear la infaltable taza de café, ya servidas con un poco de anticipación…

Dándole un sorbo, el amigo de la bonanza, tomo la palabra, como casi siempre lo hacía, iniciando su comentario diciendo, casi a manera de pregunta; que les parece el trabajo que se realiza en muchas de las vías que cruzan por nuestro estado, ni se diga de la magna obra carretera que va de Tlaxcala para Apizaco; será de gran beneficio para quienes circulamos por esa vía…

Deja tus lisonjeros comentarios y ubícate en la realidad, esa obra que refieres, ha ocasionado grandes problemas a los automovilistas, pues es evidente la falta de planeación para ordenar el tránsito de vehículos, que se pueden contar en miles, como también se puede contar la ineficiencia de los encargados de realizar la obra, molestias e incomodidades las padecen todos los infortunados que deben llegar a su trabajo o a las escuelas…

Espera un momento -intervino el amigo de la mesura- no debes ser exagerado, recuerda que la modernidad y el progreso siempre traen consigo algunas incomodidades, hasta me atrevo a pensar que los viajeros frecuentes, ya se han acostumbrado y toman sus providencias para que no se les haga tarde, así es que no debes ser inconsciente ante el progreso…

Bravo -aplaudió el defendido y dirigiéndose al interpelado le dijo- debes reconocer que la obra será un gran éxito del gobierno y, por supuesto, para el pueblo, debemos sentirnos orgullosos por ello…

Lo siento -refutó quien estaba en desacuerdo- lo que ustedes dicen no tiene sentido, en primer lugar, porque nunca han pasado por ese lugar, por lo tanto, sus comentarios carecen de fundamento, y solo para ilustrarlos, por ejemplo, cuando lleguen a ir por esa ruta, me dicen después si logran ver a alguna autoridad que vigile y controle el flujo de los vehículos, me refiero a las policías federales y estatales, ningún elemento, y solo se encuentran personal de la obra dirigiendo, unos con el celular en las manos y otros hasta sentados, solo agitando las banderas sin sentido; lo peor es la falta de señalizaciones, todo mundo circula en la anarquía total; así es que mejor hablen de lo que pasa y no de lo que se verá en el futuro; del que, por cierto, ni siquiera entiendo, igual que mucha gente, de cómo va a quedar el flujo vehicular en esa obra que han magnificado.

Te concedo un poco de razón -intervino otra vez el amigo de la mesura- yo he visto las fotografías de la obra y de verdad que tampoco la entiendo, o será que habrá que mirar de cerca las maquetas para poder entenderla, digo, si eso fuera posible…

Por otro lado, también pudiera comentar que, efectivamente, este problema no se sitúa solamente en esa obra de la que hablamos, sino que ocurre en otros lugares, por ejemplo, si vienes de la ciudad de Puebla, por la vía corta, te vas a encontrar un caos terrible a la altura de Chiautempan, luego, cuando logras pasar y si transitas por la carretera de Ocotlán, otro calvario, ni que decir de los arbitrarios cierres a las vías de comunicación, sin previo aviso, como ocurrió allá por la zona del Seguro Social, donde el caos también imperó mientras duraba la obra de pavimentación, lo más grave, y también lo avalo, es la ausencia de autoridades de tránsito para apoyar y dirigir el flujo de vehículos y de personas…

Ahora soy yo quien aplaude -dijo el amigo de las inconformidades- y eso que es solamente un solo asunto, el de las vialidades, pero si se tomaran en consideración, otros aspectos colaterales, sería doblemente complicado el explicarlo, por ejemplo, los problemas de funcionamiento de semáforos, los cierres de calles por manifestante inconformes, en fin, de cualquier manera, estamos en Tlaxcala, padeciendo un terrible caos…

Olvidemos el asunto y si les parece mejor disfrutemos de otra taza de café, al fin y al cabo, que pague quien, esta vez, recibió el aval de todos nosotros; sin poderse negar, el aludido dijo en son de broma, hasta que van a cortar una flor de mi jardín, circunstancia que arrancó una sonrisa de todos nosotros…