/ viernes 27 de septiembre de 2019

Anatomía de lo Social | ¿Cómo se atreven?

Esta es la primera época que ha prestado mucha atención al futuro, lo cual no deja de ser irónico, ya que tal vez no tengamos ninguno.

-Arthur C. Clarke-

Como un llamamiento generalizado, pueden entenderse las palabras de la juvenil activista Greta Thunberg al dirigirse a los líderes del mundo, sin necesidad de la presencia de algunos, tal fue el caso de México, en la apertura de la Cumbre de Acción Climática de la Naciones Unidas; donde el reclamo, entre la emoción y la consternación, se da por la ineficiencia en las acciones, supuestamente hechas, para combatir el cambio climático; responsabilizando a las generaciones precedentes y a los gobiernos, quienes, se dijo, están más interesados en generar utilidades que en la preservación de la vida.

Si se pudiera considerar afortunada, por los 4 millones de personas de 150 países del mundo, que han mantenido el interés por ser partícipes en la demanda a sus respectivos gobiernos, también puede entenderse como un reproche para quienes se encuentran más preocupados por las precariedades de la economía que, en el cuidado del entorno, particularmente de la naturaleza.

Por eso, resulta imperioso destacar cuales serían, o son, los factores que inciden en la afectación del equilibrio ecológico del planeta, y que, en conjunto, parecen debilitar cualquier esfuerzo para que la humanidad pueda mantenerse viva en este mundo tan complejo y en un proceso posible de extinción.

La explosión demográfica, de acuerdo a Víctor M. Toledo, considera un crecimiento de 2 mil millones de seres humanos para 2050, en consecuencia, las posibilidades de alimentación serán muy limitadas, tomando en cuenta, además, el problema de la insuficiencia de agua, energía, y espacios habitables, en consecuencia, se proyecta, para el futuro, una elevada presión a los recursos de la tierra.

No se soslaya el tema de los energéticos, estimándose, en el año referido, que casi todos los países habrán agotado sus reservas de petróleo, y en años posteriores, seguirán el gas y el carbón mineral, actualmente 64 de los 98 países productores de estos energéticos, están utilizando la mitad de sus reservas. Desde luego, señala, que se deberán de cambiar las fuentes de energía, así mismo, dejar de usar los procesos en máquinas, herramientas, autos, camiones, aviones, y en fábricas donde se consumen altos niveles de energía.

Otro de los factores es el agua, refiriendo la crisis que ya se padecen en amplios sectores de la humanidad, especialmente en regiones de por sí ya escaza, adicionándose el incremento de la población, los sistemas ineficientes de transporte y de consumo.

En lo referente a la producción, circulación, transformación y consumo de alimentos, considerado otro factor, bajo procedimientos industriales, aunque se consideran eficaces, también generan impactos ecológicos y biológicos altamente dañinos, ofreciendo alimentos insanos y poco nutritivos, contribuyendo, con ello, al calentamiento global.

Finalmente, otro de los factores, no menos importante, es el da la contaminación, cuyo efecto invernadero produce el calentamiento del planeta, actuando como un catalizador, que acelera y complica el panorama, aumentando la posibilidad de un colapso en el planeta y quienes habitan en él.

Ante un panorama nada alentador para la vida, debe ser una obligación, no solo de los gobiernos, sino de los individuos en particular, pues, desde esta perspectiva, se podrá ayudar a enfrentar este fenómeno, convertido en serio problema, ya en proceso de destrucción masiva.

Tal vez no se pueda actuar en todos los factores mencionados, sin embargo, si hay posibilidades de ayudar en una causa común para detener la crisis en la que nos encontramos inmersos.

Es aquí donde, necesariamente tenemos que atrevernos, es decir, estamos obligados a defender, no solo el mundo que nos atiende en nuestras necesidades sino el mundo para NUESTROS HIJOS, ellos son ahora los importantes, se debe recuperar, bajo cualquier condición, el interés genuino por la vida, construir una “nueva” cultura del cuidado de la naturaleza y sus recursos, pues son los elementos fundamentales de la preservación de la humanidad y todos los seres vivos.

Esta es la primera época que ha prestado mucha atención al futuro, lo cual no deja de ser irónico, ya que tal vez no tengamos ninguno.

-Arthur C. Clarke-

Como un llamamiento generalizado, pueden entenderse las palabras de la juvenil activista Greta Thunberg al dirigirse a los líderes del mundo, sin necesidad de la presencia de algunos, tal fue el caso de México, en la apertura de la Cumbre de Acción Climática de la Naciones Unidas; donde el reclamo, entre la emoción y la consternación, se da por la ineficiencia en las acciones, supuestamente hechas, para combatir el cambio climático; responsabilizando a las generaciones precedentes y a los gobiernos, quienes, se dijo, están más interesados en generar utilidades que en la preservación de la vida.

Si se pudiera considerar afortunada, por los 4 millones de personas de 150 países del mundo, que han mantenido el interés por ser partícipes en la demanda a sus respectivos gobiernos, también puede entenderse como un reproche para quienes se encuentran más preocupados por las precariedades de la economía que, en el cuidado del entorno, particularmente de la naturaleza.

Por eso, resulta imperioso destacar cuales serían, o son, los factores que inciden en la afectación del equilibrio ecológico del planeta, y que, en conjunto, parecen debilitar cualquier esfuerzo para que la humanidad pueda mantenerse viva en este mundo tan complejo y en un proceso posible de extinción.

La explosión demográfica, de acuerdo a Víctor M. Toledo, considera un crecimiento de 2 mil millones de seres humanos para 2050, en consecuencia, las posibilidades de alimentación serán muy limitadas, tomando en cuenta, además, el problema de la insuficiencia de agua, energía, y espacios habitables, en consecuencia, se proyecta, para el futuro, una elevada presión a los recursos de la tierra.

No se soslaya el tema de los energéticos, estimándose, en el año referido, que casi todos los países habrán agotado sus reservas de petróleo, y en años posteriores, seguirán el gas y el carbón mineral, actualmente 64 de los 98 países productores de estos energéticos, están utilizando la mitad de sus reservas. Desde luego, señala, que se deberán de cambiar las fuentes de energía, así mismo, dejar de usar los procesos en máquinas, herramientas, autos, camiones, aviones, y en fábricas donde se consumen altos niveles de energía.

Otro de los factores es el agua, refiriendo la crisis que ya se padecen en amplios sectores de la humanidad, especialmente en regiones de por sí ya escaza, adicionándose el incremento de la población, los sistemas ineficientes de transporte y de consumo.

En lo referente a la producción, circulación, transformación y consumo de alimentos, considerado otro factor, bajo procedimientos industriales, aunque se consideran eficaces, también generan impactos ecológicos y biológicos altamente dañinos, ofreciendo alimentos insanos y poco nutritivos, contribuyendo, con ello, al calentamiento global.

Finalmente, otro de los factores, no menos importante, es el da la contaminación, cuyo efecto invernadero produce el calentamiento del planeta, actuando como un catalizador, que acelera y complica el panorama, aumentando la posibilidad de un colapso en el planeta y quienes habitan en él.

Ante un panorama nada alentador para la vida, debe ser una obligación, no solo de los gobiernos, sino de los individuos en particular, pues, desde esta perspectiva, se podrá ayudar a enfrentar este fenómeno, convertido en serio problema, ya en proceso de destrucción masiva.

Tal vez no se pueda actuar en todos los factores mencionados, sin embargo, si hay posibilidades de ayudar en una causa común para detener la crisis en la que nos encontramos inmersos.

Es aquí donde, necesariamente tenemos que atrevernos, es decir, estamos obligados a defender, no solo el mundo que nos atiende en nuestras necesidades sino el mundo para NUESTROS HIJOS, ellos son ahora los importantes, se debe recuperar, bajo cualquier condición, el interés genuino por la vida, construir una “nueva” cultura del cuidado de la naturaleza y sus recursos, pues son los elementos fundamentales de la preservación de la humanidad y todos los seres vivos.