/ viernes 24 de enero de 2020

Anatomía de lo Social | Coronavirus

La salud es un estado transitorio entre dos épocas de enfermedad y que, además, no presagia nada bueno.

Winston Churchill

  • Hasta el momento, las especulaciones generadas a partir de la divulgación sobre la presunta llegada de un virus a nuestro país han propiciado la intervención de las autoridades del ramo de la salud, con el propósito primario de alertar a la población sobre las posibilidades de adquirir esta nueva “neumonía de causa desconocida”, como le llaman los expertos, además de implementar medidas precautorias para detener un posible contagio.

Ante la presunción del origen del coronavirus en un país asiático y su llegada a México, aquí, en nuestro país, se establecieron algunos protocolos de seguridad justamente para detectar el virus y, en consecuencia, atender de manera inmediata a los posibles portadores; desde luego, también se presume, no se provoque una sicosis sin tener la certeza de un contagio. Desde la postura gubernamental, se ha mencionado la creación del Laboratorio Nacional de Referencia, adquirido desde la presencia del virus de la influenza H1N1; de alguna manera, esto presupone la atención necesaria a quien lo pudiera necesitar.

Más allá de asegurar, sin magnificar, el desarrollo del virus, resulta necesario tomar medidas preventivas para guardarse de cualquier posibilidad, es decir, como el virus se manifiesta en igualdad de coincidencias de otras enfermedades respiratorias, entonces también se debe actuar de maneras similares, por ejemplo, entre otras cosas, usar un cubre boca, evitar el saludo de beso, o de mano, al estornudar o toser es importante usar las mangas de la ropa; de igual manera, si aparecieran otros síntomas como fiebre y dificultad para respirar, entonces habrá de acudirse a las instituciones de salud para recibir la atención y tratamiento correspondiente.

En medidas más extremas y menos posibles, como le ocurrió al profesor del Instituto Politécnico Nacional por el hecho de haber hecho una estancia particularmente a la ciudad de Wuhan, China, por lo tanto, se recomienda, si alguien hiciere lo mismo, se debe evitar cualquier contagio con animales, vivos o muertos; el transitar por mercados de animales y el contacto con personas enfermas; recomendaciones útiles a pesar de que todavía no se precisa exactamente el lugar donde, se supone, se gesta la cepa del virus.

  • Más allá de asegurar, sin magnificar, el desarrollo del virus, resulta necesario tomar medidas preventivas para guardarse de cualquier posibilidad, es decir, como el virus se manifiesta en igualdad de coincidencias de otras enfermedades respiratorias, entonces también se debe actuar de maneras similares, por ejemplo, entre otras cosas, usar un cubre boca, evitar el saludo de beso, o de mano, al estornudar o toser es importante usar las mangas de la ropa...

Para los escépticos, las causas, en apariencia exageradas, para determinar la presencia del coronavirus, no se han podido determinar con precisión, inclusive se ha llegado a comparar con otras manifestaciones -dígase virus- como el de la influenza, donde la población desatendió las recomendaciones para su cuidado, siendo las estadísticas las que numeraron los casos, así como las defunciones ocurridas por el A/H1N1, por ello se ha desestimado si este virus pueda llegar a causar los estragos anunciados por las autoridades.

Tampoco han podido evitarse los comentarios maliciosos permeados de un humor muy al estilo de los mexicanos, evidentemente se demuestra con ello la incredulidad sobre el poder maligno del virus, en oposición han aparecido muchos memes en las redes sociales, haciendo parodia con la vinculación de la supuesta enfermedad con el consumo de una cerveza cuyo nombre se asemeja, en sus primeras silabas, con el coronavirus.

Desde luego, existen otras posturas más radicales, como aquellas que sugieren la creación de un problema para convertirlo en una distracción para diluir otro, verbigracia, las dificultades de tránsito institucional de un seguro de salud hacia un instituto de bienestar, así como los desencuentros entre quienes habían monopolizado el suministro de medicinas con el gobierno, luego entonces, se especula sobre si habrá ya acuerdos para que los enfermos reciban los medicamentos suficientes para su restablecimiento personal.

Como quiera que sea, se debe considerar como un deber ciudadano participar, aprovechando cualquier medio, para prevenir, antes de remediar, la posibilidad de padecer un contagio cuyas posibilidades de cura no se encuentren tan a la mano, en tanto, no se determinen con exactitud las causas y cura sobre la aparición de este problema llamado coronavirus.

La salud es un estado transitorio entre dos épocas de enfermedad y que, además, no presagia nada bueno.

Winston Churchill

  • Hasta el momento, las especulaciones generadas a partir de la divulgación sobre la presunta llegada de un virus a nuestro país han propiciado la intervención de las autoridades del ramo de la salud, con el propósito primario de alertar a la población sobre las posibilidades de adquirir esta nueva “neumonía de causa desconocida”, como le llaman los expertos, además de implementar medidas precautorias para detener un posible contagio.

Ante la presunción del origen del coronavirus en un país asiático y su llegada a México, aquí, en nuestro país, se establecieron algunos protocolos de seguridad justamente para detectar el virus y, en consecuencia, atender de manera inmediata a los posibles portadores; desde luego, también se presume, no se provoque una sicosis sin tener la certeza de un contagio. Desde la postura gubernamental, se ha mencionado la creación del Laboratorio Nacional de Referencia, adquirido desde la presencia del virus de la influenza H1N1; de alguna manera, esto presupone la atención necesaria a quien lo pudiera necesitar.

Más allá de asegurar, sin magnificar, el desarrollo del virus, resulta necesario tomar medidas preventivas para guardarse de cualquier posibilidad, es decir, como el virus se manifiesta en igualdad de coincidencias de otras enfermedades respiratorias, entonces también se debe actuar de maneras similares, por ejemplo, entre otras cosas, usar un cubre boca, evitar el saludo de beso, o de mano, al estornudar o toser es importante usar las mangas de la ropa; de igual manera, si aparecieran otros síntomas como fiebre y dificultad para respirar, entonces habrá de acudirse a las instituciones de salud para recibir la atención y tratamiento correspondiente.

En medidas más extremas y menos posibles, como le ocurrió al profesor del Instituto Politécnico Nacional por el hecho de haber hecho una estancia particularmente a la ciudad de Wuhan, China, por lo tanto, se recomienda, si alguien hiciere lo mismo, se debe evitar cualquier contagio con animales, vivos o muertos; el transitar por mercados de animales y el contacto con personas enfermas; recomendaciones útiles a pesar de que todavía no se precisa exactamente el lugar donde, se supone, se gesta la cepa del virus.

  • Más allá de asegurar, sin magnificar, el desarrollo del virus, resulta necesario tomar medidas preventivas para guardarse de cualquier posibilidad, es decir, como el virus se manifiesta en igualdad de coincidencias de otras enfermedades respiratorias, entonces también se debe actuar de maneras similares, por ejemplo, entre otras cosas, usar un cubre boca, evitar el saludo de beso, o de mano, al estornudar o toser es importante usar las mangas de la ropa...

Para los escépticos, las causas, en apariencia exageradas, para determinar la presencia del coronavirus, no se han podido determinar con precisión, inclusive se ha llegado a comparar con otras manifestaciones -dígase virus- como el de la influenza, donde la población desatendió las recomendaciones para su cuidado, siendo las estadísticas las que numeraron los casos, así como las defunciones ocurridas por el A/H1N1, por ello se ha desestimado si este virus pueda llegar a causar los estragos anunciados por las autoridades.

Tampoco han podido evitarse los comentarios maliciosos permeados de un humor muy al estilo de los mexicanos, evidentemente se demuestra con ello la incredulidad sobre el poder maligno del virus, en oposición han aparecido muchos memes en las redes sociales, haciendo parodia con la vinculación de la supuesta enfermedad con el consumo de una cerveza cuyo nombre se asemeja, en sus primeras silabas, con el coronavirus.

Desde luego, existen otras posturas más radicales, como aquellas que sugieren la creación de un problema para convertirlo en una distracción para diluir otro, verbigracia, las dificultades de tránsito institucional de un seguro de salud hacia un instituto de bienestar, así como los desencuentros entre quienes habían monopolizado el suministro de medicinas con el gobierno, luego entonces, se especula sobre si habrá ya acuerdos para que los enfermos reciban los medicamentos suficientes para su restablecimiento personal.

Como quiera que sea, se debe considerar como un deber ciudadano participar, aprovechando cualquier medio, para prevenir, antes de remediar, la posibilidad de padecer un contagio cuyas posibilidades de cura no se encuentren tan a la mano, en tanto, no se determinen con exactitud las causas y cura sobre la aparición de este problema llamado coronavirus.