Felices los valientes, los que aceptan
con ánimo parejo la derrota o las palmas.
Jorga Luís Borges
A partir del resultado de las encuestas que se realizaron para determinar quién sería el o la responsable de coordinar las actividades del movimiento de la Cuarta Transformación, finalmente, con el acierto de aquellos entendidos de la política cuyos pronósticos fueron muy atinados, la elección popular determinó que Claudia Sheinbaum Pardo fuera la persona indicada para cumplir con todo lo inherente a las elecciones del 2024; iniciando oficialmente en cuanto reciba el documento que la acredite, así como el bastón de mando que habrá de simbolizar la entrega del poder, siendo éstas la garantía para ser la candidata de Morena y sus aliados y, con ello, contender por la presidencia de la República.
Desafortunadamente, aunque tal vez ya estaba acordado, la derrota de Marcelo Ebrard se permeó de acciones y actitudes que pretendieron hacer evidentes las irregularidades del proceso, aun cuando la misma empresa encuestadora propuesta por él mismo lo ubicó en el segundo lugar con apenas el 25.9 %, además de haber señalado anticipadamente que existió desigualdad en el manejo y distribución de los recursos en los recorridos y reuniones que se tuvieron al interior del país. Para terminar su inconformidad, se aprovechó de un incidente ocurrido en el lugar donde se llevó a cabo el conteo de las boletas, acusando a la policía encargada de resguardad el lugar, por el maltrato en contra de una de sus representantes, así como el impedimento de permitirle el acceso al recinto.
Como quiera que sea, el otrora participante en el proceso de selección, y que para muchos tenía un amplio cartel para ser ungido como el coordinador de la Cuarta Transformación, ha quedado descartado y tendrá que buscar nuevas alternativas para inscribirse, como él mismo lo dijo, en la boleta para el 2024, teniendo dos opciones: la primera, registrase como candidato independiente, o buscar el aval de Dante Delgado, del partido Movimiento Ciudadano. Aunque en el primer caso, a punto de cerrase el tiempo de registro y la necesidad de juntar un millón de firmas, quedaría descartado, y la segunda posibilidad quedaría en la competencia del mismo presidente del partido mencionado. Ante la mínima posibilidad de poder participar el año que sigue, seguramente tendrá que cargar con su derrota.
En ese mismo círculo de competidores, los aparentemente derrotados por la exjefa de gobierno de la CDMX expresaron su adhesión para la futura candidata a la presidencia, así como el reconocimiento y felicitación por haber obtenido, por voluntad popular, el voto mayoritario, así lo manifestaron en el discurso que cada uno de ellos pronunció al cierre del evento realizado en el World Trade Center, convertido en el centro de acopio y conteo de las encuestas.
En independencia de todo lo acontecido alrededor del proceso, de las descalificaciones y acusaciones, se supone que la unidad de todos los participantes deberá prevalecer en beneficio del proyecto partidista y de gobierno, sin soslayar los intereses particulares que les hicieron ser partícipes de esta novedosa forma de seleccionar a su candidata, además de que, así lo dijo el presidente, se le tendrá que dar seguimiento y conclusión a todos los pendientes que hubieren de quedar en este sexenio.
Otros derrotados, sin duda, fueron los partidos integrados al Frente Amplio por México, quienes, a ultranza, defendieron hasta las últimas consecuencias a su recién nombrada candidata, sin embargo, el partido cuya hegemonía se demostraba en las competencias electorales hoy ha sido entregado por su presidente, Alito Moreno, destruyendo décadas de lucha y de poder, haciendo de lado los estatutos y su declaración de principios; por ello, esta derrota ha sido tan lastimosa que en el futuro, se presume, el partido tricolor quedará solo en la historia, cediéndole al PAN, con la supuesta alianza, los verdaderos intereses de la militancia.
Otro derrotado, Jesús Zambrano, junto con el PRD, pretendió asegurar el espacio de un partido ya casi desaparecido, su entreguismo llevaron al caos al partido surgido para defender las causas justas del pueblo, su sometimiento también ira diluyendo todo lo que se logró en otros tiempos.
La última derrotada, la pupila del expresidente de las botas, quien todavía recibe recomendaciones para que, ya ungida, ignore a los partidos que la respaldaron, cuando menos, así se entiende, sugiriéndole que, ya en campaña, no utilice los emblemas de los partidos referidos, sin considerar que todavía debe seguir con su respaldo hasta tener en sus manos el nombramiento que avala el INE para asegurar que en efecto será la candidata a la presidencia; lo grave es que su alter ego solo le transmite sus peculiares formas de vestir, aunque no son botas, sí es un huipil, y del lenguaje de las víboras tepocatas se paso al de los pendejos, rateros y huevones, cuya alusión debió haber sido para los presidentes de los partidos que la apoyaron.
Ante las notables manifestaciones de manipulación hacia la representante del Frente Amplio, y con un pueblo desencantado, se construye la hipótesis de que ni el lenguaje burdo ni su origen indígena podrán hacer olvidar las cantidades multimillonarias obtenidas por sus empresas, a pesar de tenerlo prohibido constitucionalmente. Con todo y todo, es probable que se puedan seguir viendo otro tipo de derrotas.