/ viernes 16 de octubre de 2020

Anatomía de lo Social | Disculpas

Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón.

Jorge Luis Borges

Sin comprender las verdaderas intenciones sobre la exigencia de solicitar disculpas a los intervinientes en el descubrimiento de América y La Conquista, bajo el supuesto de los agravios cometidos en contra de los pueblos originarios; esto no parece tener un fundamento auténtico, pues el reclamo sobre eventos del pasado, solo sostiene una tesis, sobre el sometimiento e imposición de costumbres diferentes, entendiendo ese proceso de aculturación, como la mejor forma de sustituir las formas culturales de los pueblos prehispánicos, en sus comportamientos y creencias, sin soslayar que este intercambio de culturas se dio, en algunos casos, mediante el uso de la fuerza, y otras basadas en el convencimiento sobre la existencia de un poder divino y superior.

De alguna manera, puede suponerse también que, no solo es el reclamo en sí mismo, sino además, deberá ser en la modificación de la historia enseñada en las instituciones educativas, es decir, las disculpas, no cambiarán lo que hasta ahora se tiene aprendido, aunque se sugiere que para tener un conocimiento mayor, habrá que buscarse una información diferente a la establecida actualmente; para eso, por supuesto, tampoco bastará desmitificar a los precursores de estos hechos históricos, desapareciendo imágenes y estatuas, por el contrario, habrán de cambiar la identidad de toda una nación.

Con todo lo aparentemente fundado, habrá que distinguir ahora, cuales son y donde están los pueblos originarios, para que puedan recibir las disculpas solicitadas; identificar quiénes serán los pueblos -países- que deberán ofrecer, diplomáticamente, sus disculpas para no deteriorar las relaciones entre quien las exige, para satisfacer una demanda y lograr el perdón como consecuencia.

Sin duda, existe la posibilidad de lograr las demandas, para vincular las fechas históricamente determinadas, y aparecer como el adalid de la victoria, para que, en lo posterior, se exponga como uno de los logros de esas nuevas formas de gobernar; cuando menos así es como se presupone una forma de pensar, así como la pretensión de regresarle al pueblo una identidad perdida.

Independientemente de que pueda lograse tal objetivo, bien merece la pena señalar la necesidad de ofrecer otro tipo de disculpas, no solo determinadas por el tiempo pasado, sino también en estos momentos donde otros grupos de las sociedades actuales, no solo merecen este tipo de expresiones, junto con los apoyos necesarios para poder subsistir en este mundo lleno de conflictos implantados en los medios natural y social.

Esta postura se refiere quienes por las circunstancias se encuentran en situaciones de riesgo inminente, donde se destacan, entre otros grupos, los pobres, los desempleados, y, justamente, los pueblos indígenas, donde la segregación y marginación son el pan de cada día.

Particularmente, hablar de los pobres y desempleados, en perversa dicotomía, no han encontrado respuesta a sus necesidades y demandas, en consecuencia, no deben ni merecen ser ignorados por las autoridades, al contrario, justamente, como se ha dicho en los discursos, en la existencia de prioridades, "primero los pobres", aunque se encuentran en una situación numérica preferente, esto no ha significado nada para su progreso, al contrario, se han convertido en sujetos transformados de pobres a miserables, aplicándose para ellos el apotegma de la austeridad republicana a la pobreza franciscana.

Por supuesto, en las debilidades estructurales tiene cabida la gente que ha luchado por encontrar alguna forma para desempeñarse en alguna actividad productiva, encontrándose en la negación total, o la inexistencia de fuentes de trabajo, consecuentemente, se construyen las patologías de la sociedad, particularmente en la trasgresión de las normas establecidas para la buena convivencia.

Finalmente, las peticiones están hechas, los embajadores para solicitar, no solo las disculpas sino también algunos de los objetos que, se supone, pertenecen, a los "mexicanos" se encuentran esperando las respuestas afirmativas.

Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón.

Jorge Luis Borges

Sin comprender las verdaderas intenciones sobre la exigencia de solicitar disculpas a los intervinientes en el descubrimiento de América y La Conquista, bajo el supuesto de los agravios cometidos en contra de los pueblos originarios; esto no parece tener un fundamento auténtico, pues el reclamo sobre eventos del pasado, solo sostiene una tesis, sobre el sometimiento e imposición de costumbres diferentes, entendiendo ese proceso de aculturación, como la mejor forma de sustituir las formas culturales de los pueblos prehispánicos, en sus comportamientos y creencias, sin soslayar que este intercambio de culturas se dio, en algunos casos, mediante el uso de la fuerza, y otras basadas en el convencimiento sobre la existencia de un poder divino y superior.

De alguna manera, puede suponerse también que, no solo es el reclamo en sí mismo, sino además, deberá ser en la modificación de la historia enseñada en las instituciones educativas, es decir, las disculpas, no cambiarán lo que hasta ahora se tiene aprendido, aunque se sugiere que para tener un conocimiento mayor, habrá que buscarse una información diferente a la establecida actualmente; para eso, por supuesto, tampoco bastará desmitificar a los precursores de estos hechos históricos, desapareciendo imágenes y estatuas, por el contrario, habrán de cambiar la identidad de toda una nación.

Con todo lo aparentemente fundado, habrá que distinguir ahora, cuales son y donde están los pueblos originarios, para que puedan recibir las disculpas solicitadas; identificar quiénes serán los pueblos -países- que deberán ofrecer, diplomáticamente, sus disculpas para no deteriorar las relaciones entre quien las exige, para satisfacer una demanda y lograr el perdón como consecuencia.

Sin duda, existe la posibilidad de lograr las demandas, para vincular las fechas históricamente determinadas, y aparecer como el adalid de la victoria, para que, en lo posterior, se exponga como uno de los logros de esas nuevas formas de gobernar; cuando menos así es como se presupone una forma de pensar, así como la pretensión de regresarle al pueblo una identidad perdida.

Independientemente de que pueda lograse tal objetivo, bien merece la pena señalar la necesidad de ofrecer otro tipo de disculpas, no solo determinadas por el tiempo pasado, sino también en estos momentos donde otros grupos de las sociedades actuales, no solo merecen este tipo de expresiones, junto con los apoyos necesarios para poder subsistir en este mundo lleno de conflictos implantados en los medios natural y social.

Esta postura se refiere quienes por las circunstancias se encuentran en situaciones de riesgo inminente, donde se destacan, entre otros grupos, los pobres, los desempleados, y, justamente, los pueblos indígenas, donde la segregación y marginación son el pan de cada día.

Particularmente, hablar de los pobres y desempleados, en perversa dicotomía, no han encontrado respuesta a sus necesidades y demandas, en consecuencia, no deben ni merecen ser ignorados por las autoridades, al contrario, justamente, como se ha dicho en los discursos, en la existencia de prioridades, "primero los pobres", aunque se encuentran en una situación numérica preferente, esto no ha significado nada para su progreso, al contrario, se han convertido en sujetos transformados de pobres a miserables, aplicándose para ellos el apotegma de la austeridad republicana a la pobreza franciscana.

Por supuesto, en las debilidades estructurales tiene cabida la gente que ha luchado por encontrar alguna forma para desempeñarse en alguna actividad productiva, encontrándose en la negación total, o la inexistencia de fuentes de trabajo, consecuentemente, se construyen las patologías de la sociedad, particularmente en la trasgresión de las normas establecidas para la buena convivencia.

Finalmente, las peticiones están hechas, los embajadores para solicitar, no solo las disculpas sino también algunos de los objetos que, se supone, pertenecen, a los "mexicanos" se encuentran esperando las respuestas afirmativas.