/ viernes 6 de noviembre de 2020

Anatomía de lo Social | Elecciones

Tras un recuento electoral, solo importa quién es el ganador; todos los demás son perdedores.

Winston Churchill

Si las tendencias no cambian, seguramente habrá un cambio significativo en la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica, con la asunción al poder del demócrata Joe Biden, las circunstancias de su llegada pueden ser multifactoriales, desde la propuesta para gobernar, hasta la imagen deteriorada del todavía presidente, en relación a las malas decisiones tomadas durante su periodo gubernamental, particularmente en el mal trato a todos los migrantes, olvidando sus orígenes familiares; así como la violencia sentida en contra de personas de color; obvio, estas pudieran ser, entre otras tantas, las causales de la derrota.

Quizá para muchos es poco importante el resultado de las elecciones del vecino país del norte, para otros, resulta lo contrario, tal vez por tener algún familiar en los Estados Unidos, siendo ellos, de alguna manera, quienes aportan diferentes cantidades de dinero para ayudar a la manutención de aquellos cuyo parentesco los vincula en esa relación de envío y recepción de enormes cantidades de dólares. También existe la posibilidad de tener una estancia legalizada y, por convenir a sus intereses actuales, habrán de votar, o ya votaron, para definir, con el llamado voto latino, el triunfo de algunos de los aspirantes a ocupar o refrendar la "posesión" de la Casa Blanca.

Desde luego, estos serían una parte de lo sustantivo, sobre el interés de conseguir un apoyo en lo futuro, de próximo presidente de los E.U. Más allá de cualquiera de los criterios mencionados, también deben considerarse sus características particulares, pues de alguna manera, serán factores primordiales para otorgarle el triunfo, bien sea a Donald Trump, o Joe Biden.

Con esta base, la influencia de la memoria reciente, seguramente, serán tendencia, pues es difícil olvidar la necedad de construir un muro en la frontera de los Estados Unidos con México; condicionando, según sus discursos iniciales, a que deberá ser, justamente, el nuestro, el que pague por esa imposición; hasta ahora, inconcluso todavía, queda el riesgo latente de mantener esa política de restricción para los migrantes, agregados, entre otros países latinos.

Tampoco se ha olvidado el nombramiento estigmatizado, de llamar delincuentes, violadores y asesinos a todos aquellos que, por alguna razón, han perseguido el llamado sueño americano; soslayando, la participación, con mano de obra, de todos, muchos indocumentados, que le aportan con ese trabajo, el progreso o el desarrollo de los ambientes laborales, en especial de los estados cercanos a la frontera.

De las políticas más repudiadas, fueron la de exagerar con las limitaciones hacia los jóvenes

Incorporados al programa de Acción Diferida (DACA), pues con eso se limitaron, además de las aspiraciones, la imposibilidad de otros a poder ingresar al territorio de los norteamericanos, a todas luces, este asunto se asociaba con las políticas migratorias, cuyas intenciones era impedir el acceso de otros aspirantes a cambiar su vida en lo económico; limitando las pretensiones de salir de sus respectivos países por las imposibilidades de incorporarse a la vida laboral, así como de los problemas de sus respectivos gobiernos.

No puede olvidarse tampoco, el arbitrario abuso cometido, en contra de las familias de miles de migrantes cundo fueron separados de sus hijos, sin tener las mínimas posibilidades de poder estar cerca de ellos, hasta la fecha, todavía hay familias que se encuentran en este supuesto, es decir, los padres, por un lado, mientras los hijos por el otro. Graves decisiones que tal vez puedan repercutir en los votantes latinos, contados por millones.

De alguna forma, como se dijo en un párrafo anterior, quizá la memoria a corto plazo sea influyente, o en contrasentido, los simpatizantes del todavía presidente pueden cambiar el sentido de las cosas.

Tras un recuento electoral, solo importa quién es el ganador; todos los demás son perdedores.

Winston Churchill

Si las tendencias no cambian, seguramente habrá un cambio significativo en la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica, con la asunción al poder del demócrata Joe Biden, las circunstancias de su llegada pueden ser multifactoriales, desde la propuesta para gobernar, hasta la imagen deteriorada del todavía presidente, en relación a las malas decisiones tomadas durante su periodo gubernamental, particularmente en el mal trato a todos los migrantes, olvidando sus orígenes familiares; así como la violencia sentida en contra de personas de color; obvio, estas pudieran ser, entre otras tantas, las causales de la derrota.

Quizá para muchos es poco importante el resultado de las elecciones del vecino país del norte, para otros, resulta lo contrario, tal vez por tener algún familiar en los Estados Unidos, siendo ellos, de alguna manera, quienes aportan diferentes cantidades de dinero para ayudar a la manutención de aquellos cuyo parentesco los vincula en esa relación de envío y recepción de enormes cantidades de dólares. También existe la posibilidad de tener una estancia legalizada y, por convenir a sus intereses actuales, habrán de votar, o ya votaron, para definir, con el llamado voto latino, el triunfo de algunos de los aspirantes a ocupar o refrendar la "posesión" de la Casa Blanca.

Desde luego, estos serían una parte de lo sustantivo, sobre el interés de conseguir un apoyo en lo futuro, de próximo presidente de los E.U. Más allá de cualquiera de los criterios mencionados, también deben considerarse sus características particulares, pues de alguna manera, serán factores primordiales para otorgarle el triunfo, bien sea a Donald Trump, o Joe Biden.

Con esta base, la influencia de la memoria reciente, seguramente, serán tendencia, pues es difícil olvidar la necedad de construir un muro en la frontera de los Estados Unidos con México; condicionando, según sus discursos iniciales, a que deberá ser, justamente, el nuestro, el que pague por esa imposición; hasta ahora, inconcluso todavía, queda el riesgo latente de mantener esa política de restricción para los migrantes, agregados, entre otros países latinos.

Tampoco se ha olvidado el nombramiento estigmatizado, de llamar delincuentes, violadores y asesinos a todos aquellos que, por alguna razón, han perseguido el llamado sueño americano; soslayando, la participación, con mano de obra, de todos, muchos indocumentados, que le aportan con ese trabajo, el progreso o el desarrollo de los ambientes laborales, en especial de los estados cercanos a la frontera.

De las políticas más repudiadas, fueron la de exagerar con las limitaciones hacia los jóvenes

Incorporados al programa de Acción Diferida (DACA), pues con eso se limitaron, además de las aspiraciones, la imposibilidad de otros a poder ingresar al territorio de los norteamericanos, a todas luces, este asunto se asociaba con las políticas migratorias, cuyas intenciones era impedir el acceso de otros aspirantes a cambiar su vida en lo económico; limitando las pretensiones de salir de sus respectivos países por las imposibilidades de incorporarse a la vida laboral, así como de los problemas de sus respectivos gobiernos.

No puede olvidarse tampoco, el arbitrario abuso cometido, en contra de las familias de miles de migrantes cundo fueron separados de sus hijos, sin tener las mínimas posibilidades de poder estar cerca de ellos, hasta la fecha, todavía hay familias que se encuentran en este supuesto, es decir, los padres, por un lado, mientras los hijos por el otro. Graves decisiones que tal vez puedan repercutir en los votantes latinos, contados por millones.

De alguna forma, como se dijo en un párrafo anterior, quizá la memoria a corto plazo sea influyente, o en contrasentido, los simpatizantes del todavía presidente pueden cambiar el sentido de las cosas.