/ viernes 6 de mayo de 2022

Anatomía de lo Social | Inflación

La inflación es como el pecado; cada gobierno la denuncia, pero cada gobierno la práctica.

Georg Christop Lichtenberg

Aunque los términos económicos usados por las autoridades hacendarias y el gobierno, son claramente determinados por las variantes en los precios de productos, bienes y servicios, para la gente común, tienen una connotación muy simple, el alza en los precios, y la evidencia permanente de su constante crecimiento; manipulados, en muchas de las veces, por los monopolizadores de la producción y algunos acaparadores, siendo ellos, quienes llegan a determinar los precios, según sea el interés por las ganancias.

Sin embargo, en un afán por controlar las inequitativas formas en el aumento de la riqueza de quienes son poseedores de los medios de producción, existe una pretensión, para conciliar y armonizar, el vínculo existente entre los que venden, producen y los que compran; cuando menos estos son los planes del gobierno, para ello, ha propuesto un programa para contener, en primera instancia, el alza en los precios de la canasta básica; aunque, en la propuesta, no exista la intención de fijar precios oficiales.

Tal vez, con la clara intención mejorar, el programa no define con claridad cuáles serían las formas para conseguir ese propósito, ni si existe la posibilidad de que los productores y comercializadores, acepten someterse a la poco diáfana propuesta, sobre todo cuando las partes atenten en contra de sus intereses particulares, peor aun cuando el gobierno dejo entrever, por facultades de ley, la posibilidad de establecer los precios en los productos de necesidades elementales.

Ahora bien, haciendo algunas precisiones sobre la propuesta, se dice que tendrá una duración de seis meses, para conseguir el objetivo y poder detener la inflación; en contrasentido, desde el Banco de México, por parte de su gobernadora, aseguró que este fenómeno de la inflación podrá durar hasta finales de 2024; comentario avalado por el subsecretario de Hacienda, argumentando, además, que continuara el aumento acelerado de precios y controlarlo podría tardar al menos 18 meses; esto, pareciera, es un pronóstico que supone el fracaso de la propuesta.

Evidentemente, las consecuencias del fenómeno, no pueden acotarse por la simpleza de un acuerdo de voluntades, sino en la búsqueda de ayudar, sin dádivas, a quienes carecen de las formas para obtener los ingresos necesarios y poder comprar los alimentos para atender, cuando menos, las necesidades primarias de la familia; dicho de otra manera, cuando la gente tenga los medios, tendrán, por obviedad, la posibilidad de que su poder adquisitivo sea el suficiente para vivir.

Entre otras cosas del plan, se hace referencia a que los precios de las gasolinas se estabilizan, en razón del aumento en los precios del petróleo y mantener subsidiados estos combustibles; aunque también en este rubro, para quienes viajan constantemente, los precios son muy variables de un lugar a otro, afectando, desde luego, a los consumidores, aquí se incluyen a los transportistas, que tiene que pagar altas cuotas de peaje para llegar oportunamente a los mercados; en este mismo sentido, el plan, ofrece la seguridad a quienes llevan productos, en general, y evitar el robo de las mercancías.

En la misma propuesta, se planteó el aumento en la producción del maíz, frijol, arroz, así como la distribución equitativa de fertilizantes; aumentando de 4 a 9 los estados beneficiarios.

La eliminación de aranceles a los productos básicos e insumos, para que, al llegar al mercado, se pueda garantizar un precio justo para las familias mexicanas; esta parte, si se hiciera realidad, tendría un alto impacto, en el cambio de vida de las personas, favoreciendo, como consecuencia, la posibilidad de mejorar en las formas de comportamiento de las mismas.

De alguna manera, se reitera, las buenas intenciones no son suficientes para mejorar y beneficiar al pueblo, deben ser las buenas acciones lo que harán el éxito de, hasta ahora, una propuesta de mejora, ojalá se pueda lograr pronto, para acabar con las opiniones y declaraciones contrarias, pues las necesidades del país, no pueden esperar mucho tiempo.

El comentario, como simple resumen, contiene seis de las siete consideraciones para enfrentar el proceso inflacionario; la última, en argumento particular, nada tiene que ver con las necesidades primarias, al señalar la generosidad de los dueños de dos grandes emporios, posiblemente monopolizadores, de la telefonía y el pan de caja, sobre los precios, mencionándose que no habrá aumentos, cuando menos, antes del 2023; en un sentido, plagado de ironía, puede decirse que hay quienes prefieren hacer recargas a sus celulares que comprar un alimento; pues al parecer la comunicación, se ha sustituido por la comida; y que decir del pan para los sándwiches, se mantendrán un poco por arriba de las tortillas.

Finalmente, acuerdos o no lo cierto es que el fenómeno de la inflación es verdaderamente preocupante, pues seguirá siendo generadora de gente mal alimentada y aumentado los índices de la pobreza; por ello, ojalá, las buenas intenciones puedan consolidarse.

Las buenas intenciones no son suficientes para mejorar y beneficiar al pueblo, deben ser las buenas acciones lo que harán el éxito de, hasta ahora, una propuesta de mejora

La inflación es como el pecado; cada gobierno la denuncia, pero cada gobierno la práctica.

Georg Christop Lichtenberg

Aunque los términos económicos usados por las autoridades hacendarias y el gobierno, son claramente determinados por las variantes en los precios de productos, bienes y servicios, para la gente común, tienen una connotación muy simple, el alza en los precios, y la evidencia permanente de su constante crecimiento; manipulados, en muchas de las veces, por los monopolizadores de la producción y algunos acaparadores, siendo ellos, quienes llegan a determinar los precios, según sea el interés por las ganancias.

Sin embargo, en un afán por controlar las inequitativas formas en el aumento de la riqueza de quienes son poseedores de los medios de producción, existe una pretensión, para conciliar y armonizar, el vínculo existente entre los que venden, producen y los que compran; cuando menos estos son los planes del gobierno, para ello, ha propuesto un programa para contener, en primera instancia, el alza en los precios de la canasta básica; aunque, en la propuesta, no exista la intención de fijar precios oficiales.

Tal vez, con la clara intención mejorar, el programa no define con claridad cuáles serían las formas para conseguir ese propósito, ni si existe la posibilidad de que los productores y comercializadores, acepten someterse a la poco diáfana propuesta, sobre todo cuando las partes atenten en contra de sus intereses particulares, peor aun cuando el gobierno dejo entrever, por facultades de ley, la posibilidad de establecer los precios en los productos de necesidades elementales.

Ahora bien, haciendo algunas precisiones sobre la propuesta, se dice que tendrá una duración de seis meses, para conseguir el objetivo y poder detener la inflación; en contrasentido, desde el Banco de México, por parte de su gobernadora, aseguró que este fenómeno de la inflación podrá durar hasta finales de 2024; comentario avalado por el subsecretario de Hacienda, argumentando, además, que continuara el aumento acelerado de precios y controlarlo podría tardar al menos 18 meses; esto, pareciera, es un pronóstico que supone el fracaso de la propuesta.

Evidentemente, las consecuencias del fenómeno, no pueden acotarse por la simpleza de un acuerdo de voluntades, sino en la búsqueda de ayudar, sin dádivas, a quienes carecen de las formas para obtener los ingresos necesarios y poder comprar los alimentos para atender, cuando menos, las necesidades primarias de la familia; dicho de otra manera, cuando la gente tenga los medios, tendrán, por obviedad, la posibilidad de que su poder adquisitivo sea el suficiente para vivir.

Entre otras cosas del plan, se hace referencia a que los precios de las gasolinas se estabilizan, en razón del aumento en los precios del petróleo y mantener subsidiados estos combustibles; aunque también en este rubro, para quienes viajan constantemente, los precios son muy variables de un lugar a otro, afectando, desde luego, a los consumidores, aquí se incluyen a los transportistas, que tiene que pagar altas cuotas de peaje para llegar oportunamente a los mercados; en este mismo sentido, el plan, ofrece la seguridad a quienes llevan productos, en general, y evitar el robo de las mercancías.

En la misma propuesta, se planteó el aumento en la producción del maíz, frijol, arroz, así como la distribución equitativa de fertilizantes; aumentando de 4 a 9 los estados beneficiarios.

La eliminación de aranceles a los productos básicos e insumos, para que, al llegar al mercado, se pueda garantizar un precio justo para las familias mexicanas; esta parte, si se hiciera realidad, tendría un alto impacto, en el cambio de vida de las personas, favoreciendo, como consecuencia, la posibilidad de mejorar en las formas de comportamiento de las mismas.

De alguna manera, se reitera, las buenas intenciones no son suficientes para mejorar y beneficiar al pueblo, deben ser las buenas acciones lo que harán el éxito de, hasta ahora, una propuesta de mejora, ojalá se pueda lograr pronto, para acabar con las opiniones y declaraciones contrarias, pues las necesidades del país, no pueden esperar mucho tiempo.

El comentario, como simple resumen, contiene seis de las siete consideraciones para enfrentar el proceso inflacionario; la última, en argumento particular, nada tiene que ver con las necesidades primarias, al señalar la generosidad de los dueños de dos grandes emporios, posiblemente monopolizadores, de la telefonía y el pan de caja, sobre los precios, mencionándose que no habrá aumentos, cuando menos, antes del 2023; en un sentido, plagado de ironía, puede decirse que hay quienes prefieren hacer recargas a sus celulares que comprar un alimento; pues al parecer la comunicación, se ha sustituido por la comida; y que decir del pan para los sándwiches, se mantendrán un poco por arriba de las tortillas.

Finalmente, acuerdos o no lo cierto es que el fenómeno de la inflación es verdaderamente preocupante, pues seguirá siendo generadora de gente mal alimentada y aumentado los índices de la pobreza; por ello, ojalá, las buenas intenciones puedan consolidarse.

Las buenas intenciones no son suficientes para mejorar y beneficiar al pueblo, deben ser las buenas acciones lo que harán el éxito de, hasta ahora, una propuesta de mejora