/ viernes 20 de mayo de 2022

Anatomía de lo Social | Médicos

Si alguien busca la salud, pregúntale si está dispuesto a evitar en el futuro las causas de la enfermedad; en caso contrario, abstente de ayudarle.

Sócrates

Desde el discurso político se ha pretendido desprestigiar una de las profesiones más importantes en el contexto de la sociedad, aquella cuyo ejercicio les exige un trabajo extenuante, permanente, menoscabando, en muchas ocasiones, su integridad humana, al despojarlos de la posibilidad de mantener las relaciones interpersonales como cualquier otra persona dedicada a diferentes actividades, que les permite disfrutar de su familia, de sus amigos, así como de aquellas vinculadas con la recreación y diversión producto del trabajo; por ello, el reconocimiento a los cuidadores de la salud, quienes han sacrificado desde su formación académica hasta su integridad personal, haciendo valer un juramento hipocrático, en aras de curar a los enfermos.

Por eso, quienes se atreven a denostar el trabajo de un médico, las instituciones donde se formaron y el trabajo que desempeñan, demuestran una falta de conocimiento real de las condiciones en las que se encuentran, cuestionándolos por una negativa inexistente, o bien, fundada en la falta de interés para atender la problemática que priva en las instituciones de salud pública.

  • Tampoco puede someterse a una valoración personal, aderezada con estadísticas, para sustentar la importación de personal médico, cuya intención, supuestamente, refiere a cubrir los espacios vacantes en las zonas marginadas, donde los doctores nacionales no quieren ir, bajo el supuesto de la inseguridad y la lejanía, cuando menos así lo manifiesta el Secretario de Salud, justificándose, con esto, la contratación de médicos especialistas cubanos, a quienes se “pretende” responsabilizar la atención y tratamiento en lugares donde no se cuenta con ese tipo de servicios.

Desde luego, en una adicional declarativa-estadística, el famoso subsecretario de salud, Hugo López Gatell, afirma que nuestro país ocupa, según la OCDE, los últimos lugares en la correlación doctores-población, por ejemplo, así lo dijo, el déficit se agudiza en casos como la oncología pediátrica, señalando que en las instituciones públicas se tienen menos de dos decenas de especialistas, en consecuencia, remarcó, la necesidad urgente de hacer contrataciones externas, además de revertir, con ello, las condiciones heredadas de otras administraciones anteriores.

Curándose en salud, como se dice popularmente, queda plenamente justificado por las autoridades del ramo el hecho de traer especialistas cubanos, de quienes no se duda de su capacidad profesional, con el propósito de cumplir el plan estratégico de llevar los servicios a los lugares apartados, aunque no se sabe qué tan apartados puedan estar.

Por otro lado, después de las aparentes buenas intenciones, es preciso mencionar cuál es la situación que prevalece en el sector de la salud, para entender, no las supuestas negativas de trasladarse a zonas marginadas, sino las deficiencias institucionales para el efecto. Por lo tanto, es importante mencionar, primero, desde la formación de los profesionales de la medicina, además de las exigencias a las que son sometidos, sin retribuirles, con justicia, los derechos y beneficios inherentes a sus responsabilidades, además, se les trata sin consideración, debiendo cumplir jornadas de treinta y seis horas por doce de descanso; si en esa jornada de trabajo ocurre algún evento ajeno, en ocasiones a su propia voluntad, se les somete a una guardia de castigo; evidentemente, desde su formación hasta su desempeño, los médicos son muy cuestionados, culpándolos, muchas veces, de las deficiencias institucionales que propician, obviamente, las limitaciones en los servicios.

Contradictoria resulta la postura institucionalizada, por un lado, llevar especialistas a las zonas marginadas, cuando en las regiones donde se supone debe haber servicios de calidad la situación es complicada, por ejemplo, para asistir a una consulta ordinaria se tiene que hacer una cita, después esperar la disposición de tiempo y horarios del médico para ser atendido, no se diga que, justamente, en una jornada de trabajo se deben atender de 20 a 25 consultas por día, lo que hace imposible un diagnóstico completo, pues la superficialidad, por el tiempo de atención, es evidente; ahora bien, si se requiere de un especialista, hay que esperar de dos a tres meses para ser atendidos, con las consabidas consecuencias por la evolución del problema.

Finalmente, más allá de las contrataciones de médicos cubanos, el problema no radica en la negativa de traslado a lugares marginados, ni tampoco el incumplimiento a un juramento, ni atentar en contra de la salud de quien lo necesite, se encuentre donde se encuentre, sino el asunto de fondo, es de cuestiones presupuestales, la falta de infraestructura, equipo, medicamentos, oportunidad en la atención, son aspectos primordiales para darle cumplimiento a los derechos constitucionales de las personas, en este caso de la salud, cuando esto sea atendido, se podrá decir que se ha cumplido con las obligaciones, específicamente de los hoy señalados, los médicos.

Si alguien busca la salud, pregúntale si está dispuesto a evitar en el futuro las causas de la enfermedad; en caso contrario, abstente de ayudarle.

Sócrates

Desde el discurso político se ha pretendido desprestigiar una de las profesiones más importantes en el contexto de la sociedad, aquella cuyo ejercicio les exige un trabajo extenuante, permanente, menoscabando, en muchas ocasiones, su integridad humana, al despojarlos de la posibilidad de mantener las relaciones interpersonales como cualquier otra persona dedicada a diferentes actividades, que les permite disfrutar de su familia, de sus amigos, así como de aquellas vinculadas con la recreación y diversión producto del trabajo; por ello, el reconocimiento a los cuidadores de la salud, quienes han sacrificado desde su formación académica hasta su integridad personal, haciendo valer un juramento hipocrático, en aras de curar a los enfermos.

Por eso, quienes se atreven a denostar el trabajo de un médico, las instituciones donde se formaron y el trabajo que desempeñan, demuestran una falta de conocimiento real de las condiciones en las que se encuentran, cuestionándolos por una negativa inexistente, o bien, fundada en la falta de interés para atender la problemática que priva en las instituciones de salud pública.

  • Tampoco puede someterse a una valoración personal, aderezada con estadísticas, para sustentar la importación de personal médico, cuya intención, supuestamente, refiere a cubrir los espacios vacantes en las zonas marginadas, donde los doctores nacionales no quieren ir, bajo el supuesto de la inseguridad y la lejanía, cuando menos así lo manifiesta el Secretario de Salud, justificándose, con esto, la contratación de médicos especialistas cubanos, a quienes se “pretende” responsabilizar la atención y tratamiento en lugares donde no se cuenta con ese tipo de servicios.

Desde luego, en una adicional declarativa-estadística, el famoso subsecretario de salud, Hugo López Gatell, afirma que nuestro país ocupa, según la OCDE, los últimos lugares en la correlación doctores-población, por ejemplo, así lo dijo, el déficit se agudiza en casos como la oncología pediátrica, señalando que en las instituciones públicas se tienen menos de dos decenas de especialistas, en consecuencia, remarcó, la necesidad urgente de hacer contrataciones externas, además de revertir, con ello, las condiciones heredadas de otras administraciones anteriores.

Curándose en salud, como se dice popularmente, queda plenamente justificado por las autoridades del ramo el hecho de traer especialistas cubanos, de quienes no se duda de su capacidad profesional, con el propósito de cumplir el plan estratégico de llevar los servicios a los lugares apartados, aunque no se sabe qué tan apartados puedan estar.

Por otro lado, después de las aparentes buenas intenciones, es preciso mencionar cuál es la situación que prevalece en el sector de la salud, para entender, no las supuestas negativas de trasladarse a zonas marginadas, sino las deficiencias institucionales para el efecto. Por lo tanto, es importante mencionar, primero, desde la formación de los profesionales de la medicina, además de las exigencias a las que son sometidos, sin retribuirles, con justicia, los derechos y beneficios inherentes a sus responsabilidades, además, se les trata sin consideración, debiendo cumplir jornadas de treinta y seis horas por doce de descanso; si en esa jornada de trabajo ocurre algún evento ajeno, en ocasiones a su propia voluntad, se les somete a una guardia de castigo; evidentemente, desde su formación hasta su desempeño, los médicos son muy cuestionados, culpándolos, muchas veces, de las deficiencias institucionales que propician, obviamente, las limitaciones en los servicios.

Contradictoria resulta la postura institucionalizada, por un lado, llevar especialistas a las zonas marginadas, cuando en las regiones donde se supone debe haber servicios de calidad la situación es complicada, por ejemplo, para asistir a una consulta ordinaria se tiene que hacer una cita, después esperar la disposición de tiempo y horarios del médico para ser atendido, no se diga que, justamente, en una jornada de trabajo se deben atender de 20 a 25 consultas por día, lo que hace imposible un diagnóstico completo, pues la superficialidad, por el tiempo de atención, es evidente; ahora bien, si se requiere de un especialista, hay que esperar de dos a tres meses para ser atendidos, con las consabidas consecuencias por la evolución del problema.

Finalmente, más allá de las contrataciones de médicos cubanos, el problema no radica en la negativa de traslado a lugares marginados, ni tampoco el incumplimiento a un juramento, ni atentar en contra de la salud de quien lo necesite, se encuentre donde se encuentre, sino el asunto de fondo, es de cuestiones presupuestales, la falta de infraestructura, equipo, medicamentos, oportunidad en la atención, son aspectos primordiales para darle cumplimiento a los derechos constitucionales de las personas, en este caso de la salud, cuando esto sea atendido, se podrá decir que se ha cumplido con las obligaciones, específicamente de los hoy señalados, los médicos.