/ viernes 27 de marzo de 2020

Anatomía de lo Social | Mis tres amigos y el Coronavirus

La precipitación y la superficialidad son las enfermedades crónicas del siglo.

Aleksandr Solzhenitsin

Ante una realidad hasta ahorita medianamente tangible, por acuerdo de todos, después de muchos años de reuniones, los días viernes último de cada mes, tendríamos que esperar a los resultados finales que, se supone, deberán arrojar las estrategias y tratamientos para enfrentar el Coronavirus, con esa base y si todo sale bien, estaríamos reactivando las tradicionales reuniones, las amenas charlas llenas de experiencia y, en algunos casos, de madurez, obvio sin que faltará nuestra taza de café. En consecuencia, como todos alcanzamos ya más de sesenta años, y siendo susceptibles al contagio del Covid-19, ante las circunstancias y aprovechando las ventajas de las redes sociales, formamos un grupo de WhatsApp para que cada quien hiciera una aportación, según su punto de vista, sobre esta pandemia de carácter mundial, sin que perdiéramos la comunicación de costumbre, aunque esta vez a la distancia…

Como siempre, adelantándose a todos, el primero en enviar su mensaje fue el amigo de los hoy llamados conservadores, cuyo argumento se refiere a las buenas decisiones tomadas por el Ejecutivo local, así como los comunicados a la población respecto, primero, de la suspensión de las actividades en las instituciones educativas con el propósito de evitar el contagio entre todos los actores de este sistema; en otro sentido, las instrucciones a las instancias de salud se refieren a extremar precauciones y atender los protocolos de seguridad establecidos, con el objetivo de mantener al estado en el nivel de ceros casos de coronavirus, en independencia de algunos atendidos con resultados negativos, suponiéndose entonces que en Tlaxcala no se han presentado casos graves…

Como siempre, inició su mensaje otro de los amigos, el de la beligerancia: Tus adulaciones se apartan un mucho de la realidad, es decir, el discurso le abona a una postura política, lo grave del asunto es que de presupuestos ni hablar, aun cuando uno de los hombres más ricos del mundo ha dicho que hará una donación de mil millones de pesos para la compra de equipo médico, en tanto el presidente también hizo lo propio al declarar que hay 400 mil millones para “paliar” la epidemia; en contrasentido, si pudieras visitar un hospital donde se atiende al pueblo, te darías cuenta de las enormes carencias que se tienen en esos lugares…

Aun sin terminar su comentario, ya se miraba en pantalla del celular que el antecesor se encontraba escribiendo, suponiéndose que sería la réplica al comentario de la oposición…

Sin equivocación a lo visto, le respondió, quizá tengas razón, aunque me parece es un comentario prematuro, pues todo está debidamente organizado para responder a cualquier contingencia sanitaria…

Me parece que te equivocas, “whassapeo” el aludido, tus comentarios no tienen fundamento, vamos, ni siquiera, creo, conozcas el Hospital General de Tlaxcala, pues tú solo, por tu dinero, te atiendes en los mejores hospitales de paga, ni siquiera en tu estado, te vas a Puebla o a México.

Con la diferencia de opiniones, y con un virus a punto de infiltrarse en nuestra sociedad, es importante, así se considera, el deber y la obligación ciudadana de involucrarse en el cumplimiento, hasta donde sea lo más extremadamente posible, sobre los protocolos de seguridad, para erradicar, en su caso, el virus, y poder darle continuidad a todas las actividades cotidianas; aunque, como ya se mencionó en otro momento, existen personas que no pueden detenerse a cumplir con todas las medidas necesarias, pero que, en su momento, puedan apoyar para salvaguardar el bienestar personal y, por supuesto, el de la familia…

La precipitación y la superficialidad son las enfermedades crónicas del siglo.

Aleksandr Solzhenitsin

Ante una realidad hasta ahorita medianamente tangible, por acuerdo de todos, después de muchos años de reuniones, los días viernes último de cada mes, tendríamos que esperar a los resultados finales que, se supone, deberán arrojar las estrategias y tratamientos para enfrentar el Coronavirus, con esa base y si todo sale bien, estaríamos reactivando las tradicionales reuniones, las amenas charlas llenas de experiencia y, en algunos casos, de madurez, obvio sin que faltará nuestra taza de café. En consecuencia, como todos alcanzamos ya más de sesenta años, y siendo susceptibles al contagio del Covid-19, ante las circunstancias y aprovechando las ventajas de las redes sociales, formamos un grupo de WhatsApp para que cada quien hiciera una aportación, según su punto de vista, sobre esta pandemia de carácter mundial, sin que perdiéramos la comunicación de costumbre, aunque esta vez a la distancia…

Como siempre, adelantándose a todos, el primero en enviar su mensaje fue el amigo de los hoy llamados conservadores, cuyo argumento se refiere a las buenas decisiones tomadas por el Ejecutivo local, así como los comunicados a la población respecto, primero, de la suspensión de las actividades en las instituciones educativas con el propósito de evitar el contagio entre todos los actores de este sistema; en otro sentido, las instrucciones a las instancias de salud se refieren a extremar precauciones y atender los protocolos de seguridad establecidos, con el objetivo de mantener al estado en el nivel de ceros casos de coronavirus, en independencia de algunos atendidos con resultados negativos, suponiéndose entonces que en Tlaxcala no se han presentado casos graves…

Como siempre, inició su mensaje otro de los amigos, el de la beligerancia: Tus adulaciones se apartan un mucho de la realidad, es decir, el discurso le abona a una postura política, lo grave del asunto es que de presupuestos ni hablar, aun cuando uno de los hombres más ricos del mundo ha dicho que hará una donación de mil millones de pesos para la compra de equipo médico, en tanto el presidente también hizo lo propio al declarar que hay 400 mil millones para “paliar” la epidemia; en contrasentido, si pudieras visitar un hospital donde se atiende al pueblo, te darías cuenta de las enormes carencias que se tienen en esos lugares…

Aun sin terminar su comentario, ya se miraba en pantalla del celular que el antecesor se encontraba escribiendo, suponiéndose que sería la réplica al comentario de la oposición…

Sin equivocación a lo visto, le respondió, quizá tengas razón, aunque me parece es un comentario prematuro, pues todo está debidamente organizado para responder a cualquier contingencia sanitaria…

Me parece que te equivocas, “whassapeo” el aludido, tus comentarios no tienen fundamento, vamos, ni siquiera, creo, conozcas el Hospital General de Tlaxcala, pues tú solo, por tu dinero, te atiendes en los mejores hospitales de paga, ni siquiera en tu estado, te vas a Puebla o a México.

Con la diferencia de opiniones, y con un virus a punto de infiltrarse en nuestra sociedad, es importante, así se considera, el deber y la obligación ciudadana de involucrarse en el cumplimiento, hasta donde sea lo más extremadamente posible, sobre los protocolos de seguridad, para erradicar, en su caso, el virus, y poder darle continuidad a todas las actividades cotidianas; aunque, como ya se mencionó en otro momento, existen personas que no pueden detenerse a cumplir con todas las medidas necesarias, pero que, en su momento, puedan apoyar para salvaguardar el bienestar personal y, por supuesto, el de la familia…