/ viernes 26 de junio de 2020

Anatomía de lo Social | Mis tres amigos y la incertidumbre nacional

La duda: la escuela de la verdad

Sir Francis Bacon

Después del confinamiento domiciliario, obligado por la pandemia provocada por el virus Covid-19, finalmente decidimos salir, aprovechando la declaración de las autoridades sanitarias para reiniciar algunas de las actividades que habían quedado suspendidas; bajo esta consideración, acordamos reunirnos nuevamente, aunque nunca dejamos de estar en comunicación, bien haya sido por llamadas telefónicas o por una conferencia grupal a través de las plataformas digitales, desde luego ayudados por uno de los hijos del amigo de la prudencia, que es experto en el uso de esta tecnología, pues nosotros, en la obsolescencia total, no sabíamos cómo; de cualquier forma, la reunión con los amigos era inevitable y alentadora, pues la suspensión temporal de las reuniones nos había provocado un hondo pesar, sin embargo, hoy también nosotros reactivamos nuestras acostumbradas reuniones para disfrutar de la charla y la aromática taza de café.

Sin descuidar los protocolos establecidos para guardar la sana distancia, la aplicación del gel antibacterial y el uso del cubre-bocas, nos acomodamos conforme a lo permitido, sin importar el saludo y el abrazo omitidos, se notaba la alegría de poder vernos después de muchos días de no hacerlo. Algo que no podía variar era el inicio de las conversaciones en la voz del amigo de la bonanza; esta vez -decía en tono de reproche- debemos hablar de las malas artes del gobierno actual, su animadversión por el pasado lo han llevado a descalificar todo lo hecho por los gobiernos anteriores, además de culparlos de no permitirle gobernar…

Espera un momento -le atajaron- debes de aceptar que lo que se ha declarado al respecto es cierto, la corrupción y el tráfico de influencias, entre otras cosas, eran lacras que en la actualidad se ha ido diluyendo en las manos de los actuales funcionarios públicos, en especial del Ejecutivo, por eso ha sido cuestionado, por pretender acabar con todo lo malo heredado por sus antecesores…

Sin permitirle terminar el comentario -le refuto el interpelado-, me parece extraño tu comentario, pues siempre te conducías en contra de las malas acciones y comportamientos de los gobiernos, ahora me sorprendes, pues no puedes mirar objetivamente lo que está pasando, argumentando que los “conservadores” y “neoliberales” son los culpables de los ataques, solo te digo que, en su eterna lucha por gobernar, él sabía cuáles eran las condiciones del país, así es que ahora te toca a ti ser consciente de que las cosas están mal en el presente, sin responsabilizar totalmente al pasado.

Puede que tengas un poco de razón -respondió el aludido- pero no podrás negar que las cosas encontradas estaban muy desaseadas por eso creo ha costado mucho trabajo resolver los asuntos y compromisos adquiridos institucionalmente, así como el nuevo proyecto de gobierno, quizá ahí estén los conflictos que impiden el desarrollo…

Generada la controversia por los comentarios en torno al actual sistema de Gobierno había la necesidad de buscar esa parte del equilibrio, pensando en que el amigo de la cordura y de la conciliación habría de comentar su postura en ese sentido, por eso le pedí hiciera el uso de la palabra…

Agradecido por la solicitud, inicio su comentario diciendo: la verdad es muy compleja la situación por la que estamos viviendo, sobre todo porque la opinión del pueblo pareciera se incorpora a la postura de nuestros amigos -hablaba mientras señalaba a quienes ya se habían expresado- pues mucho se habla de la baja en la popularidad del presidente, en virtud de no cumplir a cabalidad y totalidad sus ofrecimientos de la muy lejana campaña, han pasado casi dos años y sigue en la misma tesitura de señalamiento hacia sus antecesores; olvidando la mejor parte, es decir, de gobernar; ya debería hacer lo prudentemente necesario para dedicarse a cumplir con las actividades propias de su investidura…

La duda: la escuela de la verdad

Sir Francis Bacon

Después del confinamiento domiciliario, obligado por la pandemia provocada por el virus Covid-19, finalmente decidimos salir, aprovechando la declaración de las autoridades sanitarias para reiniciar algunas de las actividades que habían quedado suspendidas; bajo esta consideración, acordamos reunirnos nuevamente, aunque nunca dejamos de estar en comunicación, bien haya sido por llamadas telefónicas o por una conferencia grupal a través de las plataformas digitales, desde luego ayudados por uno de los hijos del amigo de la prudencia, que es experto en el uso de esta tecnología, pues nosotros, en la obsolescencia total, no sabíamos cómo; de cualquier forma, la reunión con los amigos era inevitable y alentadora, pues la suspensión temporal de las reuniones nos había provocado un hondo pesar, sin embargo, hoy también nosotros reactivamos nuestras acostumbradas reuniones para disfrutar de la charla y la aromática taza de café.

Sin descuidar los protocolos establecidos para guardar la sana distancia, la aplicación del gel antibacterial y el uso del cubre-bocas, nos acomodamos conforme a lo permitido, sin importar el saludo y el abrazo omitidos, se notaba la alegría de poder vernos después de muchos días de no hacerlo. Algo que no podía variar era el inicio de las conversaciones en la voz del amigo de la bonanza; esta vez -decía en tono de reproche- debemos hablar de las malas artes del gobierno actual, su animadversión por el pasado lo han llevado a descalificar todo lo hecho por los gobiernos anteriores, además de culparlos de no permitirle gobernar…

Espera un momento -le atajaron- debes de aceptar que lo que se ha declarado al respecto es cierto, la corrupción y el tráfico de influencias, entre otras cosas, eran lacras que en la actualidad se ha ido diluyendo en las manos de los actuales funcionarios públicos, en especial del Ejecutivo, por eso ha sido cuestionado, por pretender acabar con todo lo malo heredado por sus antecesores…

Sin permitirle terminar el comentario -le refuto el interpelado-, me parece extraño tu comentario, pues siempre te conducías en contra de las malas acciones y comportamientos de los gobiernos, ahora me sorprendes, pues no puedes mirar objetivamente lo que está pasando, argumentando que los “conservadores” y “neoliberales” son los culpables de los ataques, solo te digo que, en su eterna lucha por gobernar, él sabía cuáles eran las condiciones del país, así es que ahora te toca a ti ser consciente de que las cosas están mal en el presente, sin responsabilizar totalmente al pasado.

Puede que tengas un poco de razón -respondió el aludido- pero no podrás negar que las cosas encontradas estaban muy desaseadas por eso creo ha costado mucho trabajo resolver los asuntos y compromisos adquiridos institucionalmente, así como el nuevo proyecto de gobierno, quizá ahí estén los conflictos que impiden el desarrollo…

Generada la controversia por los comentarios en torno al actual sistema de Gobierno había la necesidad de buscar esa parte del equilibrio, pensando en que el amigo de la cordura y de la conciliación habría de comentar su postura en ese sentido, por eso le pedí hiciera el uso de la palabra…

Agradecido por la solicitud, inicio su comentario diciendo: la verdad es muy compleja la situación por la que estamos viviendo, sobre todo porque la opinión del pueblo pareciera se incorpora a la postura de nuestros amigos -hablaba mientras señalaba a quienes ya se habían expresado- pues mucho se habla de la baja en la popularidad del presidente, en virtud de no cumplir a cabalidad y totalidad sus ofrecimientos de la muy lejana campaña, han pasado casi dos años y sigue en la misma tesitura de señalamiento hacia sus antecesores; olvidando la mejor parte, es decir, de gobernar; ya debería hacer lo prudentemente necesario para dedicarse a cumplir con las actividades propias de su investidura…