/ viernes 25 de septiembre de 2020

Anatomía de lo Social | Mis tres amigos y las citas vía telefónica

Sentados alrededor de la mesa, como los bohemios, departíamos los amigos disfrutando una vaso con agua natural, en virtud de intenso calor de la tarde, además, mientras esperábamos al amigo de la beligerancia permanente, como para paliar la espera, platicábamos un poco sobre las medidas tomadas en la gran mayoría de los establecimientos, para cuidar la salud de los asistentes; por eso, algo que debe reconocerse, es el comportamiento de las personas respecto de su personal cuidado, sin darle muchas consideraciones a las declarativas de que el estado ya se encuentra en otra fase de “menor” riesgo.

Como ven -habló el amigo de la bonanza, en tono de pregunta- sobre el anuncio de la suspensión de nuestra feria, se perderán muchos recursos económicos…

Espera un poco -le dije- todavía, que yo sepa, no hay nada oficial, aunque la posibilidad existe, como ha ocurrido, no solo en las ferias locales, sino en algunas de carácter nacional, mejor esperemos a que se aseguren las cosas y posteriormente hablemos de ello…

Tienes razón -reviró el interpelado- mejor hablemos de una nueva forma de acercamiento a las instituciones con la modalidad de hacer citas por teléfono o mediante el acceso a las plataformas institucionales…

Justo cuando terminaba esa frase llegó el amigo esperado, notándosele en el rostro un enojo, por eso, su saludo fue medio frio para todos, solo acompañado de una gesticulación con la mano, llevada a la altura del corazón, una vez instalado en su lugar, retomó la palabra el interrumpido. Bueno -como les decía- eso de usar la tecnología para hacer algún trámite en las instituciones, me parece algo de lo más acertado, pues eso elimina los tiempos de espera y de respuesta, ojalá que todo se manejara de esa forma…

Se nota que tú no has realizado ningún trámite de los que recomiendas -le interrumpió el amigo recién llegado- pues en efecto, ahora, con el “pretexto” de la pandemia la mayoría de las instituciones pretendieron, sin lograrlo, establecer esta modalidad y, solo para ejemplificar, le comentaré mi experiencia; hoy por la mañana -prosiguió- me presente a las oficinas de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes (Secte) con el propósito de cambiar mi licencia, me sentí alegrado, por ver que muy poca gente se encontraba en sus instalaciones, luego entonces -pensé- creo que esta vez no tardaré nada de tiempo en el intercambio de mi licencia; sin embargo, cuando llegué a la ventanilla, tenían un letrero que decía, más o menos así “Para hacer cualquier trámite deberá sacar una cita a través de la página de esa dependencia”; y bueno, hasta ahí, creí que mi omisión me obligaba a hacer lo conducente.

Vaya, hasta que hiciste lo correcto -le dijo en tono de burla el amigo de la buena posición económica- eso es estar de acuerdo y en disposición sobre las normas y políticas institucionales…

Detén tu palabrería que todavía no termino -mientras hablaba se ponía el dedo índice en los labios en señal de pedir se guardara silencio- después de anotar el nombre de la “liga” le pregunté a una de las personas que ahí se encontraba ¿solo se puede atender por cita?, obteniendo una afirmación como respuesta, entonces le dije, creo que hoy nadie sacó cita pues no hay nadie para atenderlo; entonces deberían atender a quien llega; me parece que por sentido común podía hacerse el trámite…

Bueno, quiero comentar lo siguiente -intervino el amigo de la cordura- a mi parece que efectivamente el uso de la tecnología puede ser muy bueno, lamentablemente, en su operación, las cosas, desvirtúan las buenas intenciones, cuando, a veces, en efecto, por sentido común, se puede brindar el servicio sin menoscabo, de la normatividad institucional; ejemplos hay muchos, tengo que decirlo.

Sentados alrededor de la mesa, como los bohemios, departíamos los amigos disfrutando una vaso con agua natural, en virtud de intenso calor de la tarde, además, mientras esperábamos al amigo de la beligerancia permanente, como para paliar la espera, platicábamos un poco sobre las medidas tomadas en la gran mayoría de los establecimientos, para cuidar la salud de los asistentes; por eso, algo que debe reconocerse, es el comportamiento de las personas respecto de su personal cuidado, sin darle muchas consideraciones a las declarativas de que el estado ya se encuentra en otra fase de “menor” riesgo.

Como ven -habló el amigo de la bonanza, en tono de pregunta- sobre el anuncio de la suspensión de nuestra feria, se perderán muchos recursos económicos…

Espera un poco -le dije- todavía, que yo sepa, no hay nada oficial, aunque la posibilidad existe, como ha ocurrido, no solo en las ferias locales, sino en algunas de carácter nacional, mejor esperemos a que se aseguren las cosas y posteriormente hablemos de ello…

Tienes razón -reviró el interpelado- mejor hablemos de una nueva forma de acercamiento a las instituciones con la modalidad de hacer citas por teléfono o mediante el acceso a las plataformas institucionales…

Justo cuando terminaba esa frase llegó el amigo esperado, notándosele en el rostro un enojo, por eso, su saludo fue medio frio para todos, solo acompañado de una gesticulación con la mano, llevada a la altura del corazón, una vez instalado en su lugar, retomó la palabra el interrumpido. Bueno -como les decía- eso de usar la tecnología para hacer algún trámite en las instituciones, me parece algo de lo más acertado, pues eso elimina los tiempos de espera y de respuesta, ojalá que todo se manejara de esa forma…

Se nota que tú no has realizado ningún trámite de los que recomiendas -le interrumpió el amigo recién llegado- pues en efecto, ahora, con el “pretexto” de la pandemia la mayoría de las instituciones pretendieron, sin lograrlo, establecer esta modalidad y, solo para ejemplificar, le comentaré mi experiencia; hoy por la mañana -prosiguió- me presente a las oficinas de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes (Secte) con el propósito de cambiar mi licencia, me sentí alegrado, por ver que muy poca gente se encontraba en sus instalaciones, luego entonces -pensé- creo que esta vez no tardaré nada de tiempo en el intercambio de mi licencia; sin embargo, cuando llegué a la ventanilla, tenían un letrero que decía, más o menos así “Para hacer cualquier trámite deberá sacar una cita a través de la página de esa dependencia”; y bueno, hasta ahí, creí que mi omisión me obligaba a hacer lo conducente.

Vaya, hasta que hiciste lo correcto -le dijo en tono de burla el amigo de la buena posición económica- eso es estar de acuerdo y en disposición sobre las normas y políticas institucionales…

Detén tu palabrería que todavía no termino -mientras hablaba se ponía el dedo índice en los labios en señal de pedir se guardara silencio- después de anotar el nombre de la “liga” le pregunté a una de las personas que ahí se encontraba ¿solo se puede atender por cita?, obteniendo una afirmación como respuesta, entonces le dije, creo que hoy nadie sacó cita pues no hay nadie para atenderlo; entonces deberían atender a quien llega; me parece que por sentido común podía hacerse el trámite…

Bueno, quiero comentar lo siguiente -intervino el amigo de la cordura- a mi parece que efectivamente el uso de la tecnología puede ser muy bueno, lamentablemente, en su operación, las cosas, desvirtúan las buenas intenciones, cuando, a veces, en efecto, por sentido común, se puede brindar el servicio sin menoscabo, de la normatividad institucional; ejemplos hay muchos, tengo que decirlo.