/ viernes 22 de enero de 2021

Anatomía de lo Social | Psicosis

La pasión por dominar es la más terrible de todas las enfermedades del espíritu humano.

Voltaire

Desafortunadamente, el mal uso de la información respecto del grave y serio problema por los que atraviesa la humanidad, ha provocado falsas creencias sobre la existencia y tratamiento que se le está dando a la pandemia provocada por el virus de la Covid-19, gente inescrupulosa utiliza las redes sociales para exhibir cualquier clase de videos, en especial aquellos sobre los efectos colaterales en la aplicación de la vacuna antiviral, de igual manera comentarios sobre medicinas alternativas para la curación del mal.

Ese distanciamiento con la realidad, extiendo de manera exponencial, hasta promover la negación al momento de poder recibir su aplicación; en muchos casos se dice que se inocula un chip que habrá de controlar a las personas para todas las actividades, bajo la manipulación de algún gobierno, quedando sometidos a la voluntad de quienes fabrican las vacunas, en específico de los gobiernos.

También se han hecho virales videos donde aparentemente se simula la aplicación, donde el que recibe ni siquiera se descubre el brazo, quien la aplica, sin las medidas de seguridad, es decir, no usa guantes, no lava sus manos, hasta el imaginario de la inyección, estas acciones, obviamente, ponen en entredicho la utilidad de la vacuna; aquí es donde debe intervenir la Secretaria de Gobernación para prohibir este tipo de publicaciones, que provocan miedo colectivo, de ahí que mucha gente, así se ha escuchado, no se dejará vacunar.

Más allá de este manejo absurdo de la información, se presumen otros intereses, donde se involucran los malignos procedimientos de la clase política, cuando, por ejemplo, se dice que no existen los recursos suficientes parta adquirir las dosis necesarias para vacunar a todos los mexicanos; evidenciando el interés de denostar, las posibilidades de lograr una cobertura total para frenar el esparcimiento de la pandemia; desde luego, tampoco se justifica el hecho de pretender ayudar a otros países antes que al propio; en este juego de la política, se propicia también la creencia de que los gobiernos se pusieron de acuerdo en permitir que se propagara el virus para después aparecer como los mesías salvadores de la humanidad.

Evidentemente, entre esa lucha por el poder y el control de las personas, más en tiempos preelectorales, el manejo de quienes aspiran se contraponen a quienes lo detentan; lo malo del asunto son aquellos cuyo papel queda sujeto a las condiciones que imponga no solo la necesidad, sino las autoridades correspondientes a la salud.

Sin la pretensión de ser pragmático, en la búsqueda de buscar culpables y responsables, de todas las provocaciones causadas por tantas palabrerías, queda ir a la búsqueda de una realidad, basada en el interés de lograr, o de recuperar, lo perdido, desde luego, especialmente la salud, en consecuencia, la libertad en todas sus manifestaciones.

Por eso es importante para el pueblo hacer a un lado todas esas insinuaciones sobre los peligros inminentes como resultado de la vacunación, evitar a toda costa difundir esa información perversa en el popular WhatsApp personal, o en el Facebook, asumiendo que esto no ayuda en nada a una realidad tangible, el virus está aquí, solo la lucha colectiva puede debilitarlo.

Por supuesto, en contrasentido a todas las malas artes de los individuos sin conciencia, es mejor exigir, como un derecho constitucional, la oportuna información sobre la logística de la aplicación de las vacunas, desde los procesos de selección de las personas, los lugares de aplicación, las fechas y horarios para evitar las aglomeraciones, pero, sobre todo, cuáles serán los canales y los medios para informar a los candidatos para vacunarse, o bien, será a través de las instituciones como el IMSS o el ISSSTE para sus afiliados, en fin, esto sí es valioso y serio, por lo tanto, se esperan acciones inmediatas para darle certeza a los mexicanos y se acabe con todo aquello que solo ha provocado una terrible psicosis.

La pasión por dominar es la más terrible de todas las enfermedades del espíritu humano.

Voltaire

Desafortunadamente, el mal uso de la información respecto del grave y serio problema por los que atraviesa la humanidad, ha provocado falsas creencias sobre la existencia y tratamiento que se le está dando a la pandemia provocada por el virus de la Covid-19, gente inescrupulosa utiliza las redes sociales para exhibir cualquier clase de videos, en especial aquellos sobre los efectos colaterales en la aplicación de la vacuna antiviral, de igual manera comentarios sobre medicinas alternativas para la curación del mal.

Ese distanciamiento con la realidad, extiendo de manera exponencial, hasta promover la negación al momento de poder recibir su aplicación; en muchos casos se dice que se inocula un chip que habrá de controlar a las personas para todas las actividades, bajo la manipulación de algún gobierno, quedando sometidos a la voluntad de quienes fabrican las vacunas, en específico de los gobiernos.

También se han hecho virales videos donde aparentemente se simula la aplicación, donde el que recibe ni siquiera se descubre el brazo, quien la aplica, sin las medidas de seguridad, es decir, no usa guantes, no lava sus manos, hasta el imaginario de la inyección, estas acciones, obviamente, ponen en entredicho la utilidad de la vacuna; aquí es donde debe intervenir la Secretaria de Gobernación para prohibir este tipo de publicaciones, que provocan miedo colectivo, de ahí que mucha gente, así se ha escuchado, no se dejará vacunar.

Más allá de este manejo absurdo de la información, se presumen otros intereses, donde se involucran los malignos procedimientos de la clase política, cuando, por ejemplo, se dice que no existen los recursos suficientes parta adquirir las dosis necesarias para vacunar a todos los mexicanos; evidenciando el interés de denostar, las posibilidades de lograr una cobertura total para frenar el esparcimiento de la pandemia; desde luego, tampoco se justifica el hecho de pretender ayudar a otros países antes que al propio; en este juego de la política, se propicia también la creencia de que los gobiernos se pusieron de acuerdo en permitir que se propagara el virus para después aparecer como los mesías salvadores de la humanidad.

Evidentemente, entre esa lucha por el poder y el control de las personas, más en tiempos preelectorales, el manejo de quienes aspiran se contraponen a quienes lo detentan; lo malo del asunto son aquellos cuyo papel queda sujeto a las condiciones que imponga no solo la necesidad, sino las autoridades correspondientes a la salud.

Sin la pretensión de ser pragmático, en la búsqueda de buscar culpables y responsables, de todas las provocaciones causadas por tantas palabrerías, queda ir a la búsqueda de una realidad, basada en el interés de lograr, o de recuperar, lo perdido, desde luego, especialmente la salud, en consecuencia, la libertad en todas sus manifestaciones.

Por eso es importante para el pueblo hacer a un lado todas esas insinuaciones sobre los peligros inminentes como resultado de la vacunación, evitar a toda costa difundir esa información perversa en el popular WhatsApp personal, o en el Facebook, asumiendo que esto no ayuda en nada a una realidad tangible, el virus está aquí, solo la lucha colectiva puede debilitarlo.

Por supuesto, en contrasentido a todas las malas artes de los individuos sin conciencia, es mejor exigir, como un derecho constitucional, la oportuna información sobre la logística de la aplicación de las vacunas, desde los procesos de selección de las personas, los lugares de aplicación, las fechas y horarios para evitar las aglomeraciones, pero, sobre todo, cuáles serán los canales y los medios para informar a los candidatos para vacunarse, o bien, será a través de las instituciones como el IMSS o el ISSSTE para sus afiliados, en fin, esto sí es valioso y serio, por lo tanto, se esperan acciones inmediatas para darle certeza a los mexicanos y se acabe con todo aquello que solo ha provocado una terrible psicosis.