/ viernes 11 de enero de 2019

ANATOMÍA DE LOS SOCIAL


De la gasolina…

Las grandes masas sucumbirán más fácilmente a una gran mentira que a una pequeña.

Adolf Hitler

Difícil era suponer una tersa transición en el cambio de gobierno, los acontecimientos ocurridos en días cercanos así lo pueden testimoniar, desde el inicio del actual se han encontrado una serie de problemas, cuyo origen se le pueden atribuir a la bisoñez de los nuevos funcionarios o la obstaculización de quienes se han quedado todavía, desde luego esto no puede generalizarse; sin embargo, la realidad genera confusiones, al tiempo de construir culpabilidades donde tal vez no las haya, ese es el caso de presunto desabasto de la gasolina.

En este sentido, se puede considerar como una fortaleza para el gobierno la decisión de cerrar algunos de los ductos distribuidores del combustible, principalmente en el centro del país, no por la simpleza de hacerlo, sino para destapar una cloaca perfectamente controlada desde el interior de Pemex, evidenciándose una red de corrupción en el robo de la gasolina, en consecuencia de las cantidades multimillonarias obtenidas en la práctica cotidiana del ilícito, desde luego, no debe parar, bajo ninguna circunstancia, el proceso de investigación hasta llegar a los culpables directos y “ganadores” del dinero ilegal.

Se ha culpado a los últimos expresidentes del país, en su omisión, hasta su posible complicidad, en el aberrante saqueo del energético, al no intervenir para detener las inescrupulosas acciones de los saqueadores, funcionarios y sindicato, de una de las propiedades de la nación; desde otra perspectiva, en un nivel inmediato superior se encuentra el cacique del sindicato petrolero, su riqueza no puede comprobarse o equipararse con sus ingresos como trabajador; desde ahí ya puede notarse otra omisión, las declaraciones patrimoniales para este sujeto han sido solo para burlarse no solo de las autoridades sino de todo el gremio, desde luego, junto con quienes le han hecho comparsa durante toda su trayectoria como líder y legislador.

Con la actuación de los personajes mencionados, se ha enterrado la historia, la expropiación petrolera habrá de convertirse en una anécdota, así como las proféticas palabras del expresidente López Mateos cuando afirmó que un grupo de mexicanos corruptos le vendería el petróleo a los extranjeros, actualmente esos males, casi irremediables, provocados por los malos mexicanos, mantienen al país sumido en una economía muy limitada.

Esto, quizá, pueda contextualizar lo que se vive en la actualidad respecto del problema del desabasto de gasolina; aunque pareciera no tener algún vínculo, la relación disfrazada entre los que permitían el trasiego del combustible sin registrar la salida de los centros de abasto, hasta la manipulación de las facturas y de los procesos contables, ha desvirtuado la decisión gubernamental; además de propiciar el desvío de los reflectores hacia una de las partes, también sensibles, en la venta clandestina de este energético, es decir, se culpa a los “huachicoleros” del saqueo, con la pretensión de ocultar, así se estima, a los verdaderos responsables de tan “peculiar” delito del robo de gasolina.

La crítica ha sido muy severa, de igual manera las incomodidades por el desabasto de gasolina, la publicidad, muchas veces exagerada en los medios informativos, propicia en la gente un pánico exacerbado, evidenciado en las largas filas para cargar combustible; aunque eso no ocurre en la totalidad de las gasolineras; por eso, esto es un indicativo de manipulación de la realidad; lo mejor de todo sería esperar los resultados de las indagatorias y de las resoluciones respectivas.

Más allá de las posibles decisiones sancionatorias a todos los integrantes del círculo perverso de la corrupción, en una de las instituciones, otrora orgullo de los mexicanos; se han establecido algunas líneas investigativas, en especial de los actores involucrados, ya no únicamente en la venta a los consumidores, sino de la parte trabajadora, desde las áreas contables y financieras, hasta los ya famosos huachicoleros; en donde se gesta y se organiza la distribución y cobro de las ganancias obtenidas, ocultadas, ni siquiera discretamente, en la burocracia de la dependencia; dicho de otra manera, existen dos tipos de trabajadores, los nominalmente registrados y los distribuidores ocultos, amparados en muchos casos por las autoridades, de tal manera entonces, que no es solo el 80% atribuido a la institución sino el total del saqueo, en consecuencia, se puede asegurar, desde una postura particular, que todos tienen su ganancia respectiva.

De igual manera, sin hacer una apología del asunto, escuchada en los círculos del pueblo, la adquisición, dígase compra, de gasolina en establecimientos no registrados, no causa daños al erario público, por el contrario, hasta puede decirse que, ahora sí, este recurso, aunque ya procesado, le pertenece a los mexicanos, por lo tanto pagar 14 pesos por litro, es en parte una retribución a lo que al pueblo le pertenece; hasta puede decirse que estas actividades pueden considerarse como fuentes de empleo para aquellos que no lo tienen y, en adición, de beneficio para las familias.

Sin duda, lo polémico del tema tendrá una continuidad para muchos días, también los criterios mantendrán su tendencia, en particular aquellos que surjan de las clases populares, pues el combustible, para muchos, es factor para realizar las actividades cotidianas, por lo tanto, si realmente existiera un desabasto de combustible, cabría la posibilidad de provocarse un caos desmedido en todas las actividades de la colectividad.

Bajo esta consideración, seguiremos escuchando la postura institucional, sobre el presumible desabasto y el paulatino restablecimiento en la distribución de la gasolina, el ataque de frente a la corrupción, el cierre de tomas clandestinas, el castigo a los responsables del enorme saqueo a las arcas nacionales a través de Petróleos Mexicanos y la recuperación de la economía del país. De igual manera, a la clase política, hoy de izquierda, responsabilizando al gobierno de una decisión equivocada al provocar desabasto y el caos, sin aceptar que fueron ellos al firmar el pacto “contra” México cuyas consecuencias han sido tan nefastas como la reforma energética, en la parte más importante, se podrá seguir escuchando la voz del pueblo, cuyos razonamientos basados en la necesidad le darán el toque de exigencia a las autoridades para que el problema se resuelva en beneficio de los mexicanos, en esta caso, de la gasolina.


De la gasolina…

Las grandes masas sucumbirán más fácilmente a una gran mentira que a una pequeña.

Adolf Hitler

Difícil era suponer una tersa transición en el cambio de gobierno, los acontecimientos ocurridos en días cercanos así lo pueden testimoniar, desde el inicio del actual se han encontrado una serie de problemas, cuyo origen se le pueden atribuir a la bisoñez de los nuevos funcionarios o la obstaculización de quienes se han quedado todavía, desde luego esto no puede generalizarse; sin embargo, la realidad genera confusiones, al tiempo de construir culpabilidades donde tal vez no las haya, ese es el caso de presunto desabasto de la gasolina.

En este sentido, se puede considerar como una fortaleza para el gobierno la decisión de cerrar algunos de los ductos distribuidores del combustible, principalmente en el centro del país, no por la simpleza de hacerlo, sino para destapar una cloaca perfectamente controlada desde el interior de Pemex, evidenciándose una red de corrupción en el robo de la gasolina, en consecuencia de las cantidades multimillonarias obtenidas en la práctica cotidiana del ilícito, desde luego, no debe parar, bajo ninguna circunstancia, el proceso de investigación hasta llegar a los culpables directos y “ganadores” del dinero ilegal.

Se ha culpado a los últimos expresidentes del país, en su omisión, hasta su posible complicidad, en el aberrante saqueo del energético, al no intervenir para detener las inescrupulosas acciones de los saqueadores, funcionarios y sindicato, de una de las propiedades de la nación; desde otra perspectiva, en un nivel inmediato superior se encuentra el cacique del sindicato petrolero, su riqueza no puede comprobarse o equipararse con sus ingresos como trabajador; desde ahí ya puede notarse otra omisión, las declaraciones patrimoniales para este sujeto han sido solo para burlarse no solo de las autoridades sino de todo el gremio, desde luego, junto con quienes le han hecho comparsa durante toda su trayectoria como líder y legislador.

Con la actuación de los personajes mencionados, se ha enterrado la historia, la expropiación petrolera habrá de convertirse en una anécdota, así como las proféticas palabras del expresidente López Mateos cuando afirmó que un grupo de mexicanos corruptos le vendería el petróleo a los extranjeros, actualmente esos males, casi irremediables, provocados por los malos mexicanos, mantienen al país sumido en una economía muy limitada.

Esto, quizá, pueda contextualizar lo que se vive en la actualidad respecto del problema del desabasto de gasolina; aunque pareciera no tener algún vínculo, la relación disfrazada entre los que permitían el trasiego del combustible sin registrar la salida de los centros de abasto, hasta la manipulación de las facturas y de los procesos contables, ha desvirtuado la decisión gubernamental; además de propiciar el desvío de los reflectores hacia una de las partes, también sensibles, en la venta clandestina de este energético, es decir, se culpa a los “huachicoleros” del saqueo, con la pretensión de ocultar, así se estima, a los verdaderos responsables de tan “peculiar” delito del robo de gasolina.

La crítica ha sido muy severa, de igual manera las incomodidades por el desabasto de gasolina, la publicidad, muchas veces exagerada en los medios informativos, propicia en la gente un pánico exacerbado, evidenciado en las largas filas para cargar combustible; aunque eso no ocurre en la totalidad de las gasolineras; por eso, esto es un indicativo de manipulación de la realidad; lo mejor de todo sería esperar los resultados de las indagatorias y de las resoluciones respectivas.

Más allá de las posibles decisiones sancionatorias a todos los integrantes del círculo perverso de la corrupción, en una de las instituciones, otrora orgullo de los mexicanos; se han establecido algunas líneas investigativas, en especial de los actores involucrados, ya no únicamente en la venta a los consumidores, sino de la parte trabajadora, desde las áreas contables y financieras, hasta los ya famosos huachicoleros; en donde se gesta y se organiza la distribución y cobro de las ganancias obtenidas, ocultadas, ni siquiera discretamente, en la burocracia de la dependencia; dicho de otra manera, existen dos tipos de trabajadores, los nominalmente registrados y los distribuidores ocultos, amparados en muchos casos por las autoridades, de tal manera entonces, que no es solo el 80% atribuido a la institución sino el total del saqueo, en consecuencia, se puede asegurar, desde una postura particular, que todos tienen su ganancia respectiva.

De igual manera, sin hacer una apología del asunto, escuchada en los círculos del pueblo, la adquisición, dígase compra, de gasolina en establecimientos no registrados, no causa daños al erario público, por el contrario, hasta puede decirse que, ahora sí, este recurso, aunque ya procesado, le pertenece a los mexicanos, por lo tanto pagar 14 pesos por litro, es en parte una retribución a lo que al pueblo le pertenece; hasta puede decirse que estas actividades pueden considerarse como fuentes de empleo para aquellos que no lo tienen y, en adición, de beneficio para las familias.

Sin duda, lo polémico del tema tendrá una continuidad para muchos días, también los criterios mantendrán su tendencia, en particular aquellos que surjan de las clases populares, pues el combustible, para muchos, es factor para realizar las actividades cotidianas, por lo tanto, si realmente existiera un desabasto de combustible, cabría la posibilidad de provocarse un caos desmedido en todas las actividades de la colectividad.

Bajo esta consideración, seguiremos escuchando la postura institucional, sobre el presumible desabasto y el paulatino restablecimiento en la distribución de la gasolina, el ataque de frente a la corrupción, el cierre de tomas clandestinas, el castigo a los responsables del enorme saqueo a las arcas nacionales a través de Petróleos Mexicanos y la recuperación de la economía del país. De igual manera, a la clase política, hoy de izquierda, responsabilizando al gobierno de una decisión equivocada al provocar desabasto y el caos, sin aceptar que fueron ellos al firmar el pacto “contra” México cuyas consecuencias han sido tan nefastas como la reforma energética, en la parte más importante, se podrá seguir escuchando la voz del pueblo, cuyos razonamientos basados en la necesidad le darán el toque de exigencia a las autoridades para que el problema se resuelva en beneficio de los mexicanos, en esta caso, de la gasolina.