/ viernes 3 de agosto de 2018

Autoridades exhiben ignorancia

Decisiones de autoridades elegidas equivocadamente por la ciudadanía, empleando el poder público tratan de mejorar obras públicas sin considerar opiniones de conocedores del tema a resolver, es el caso reciente de la declaración del secretario de Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Vivienda, Francisco Javier Romero, respecto a la construcción de las gradas del estadio Tlahuicole (el que posee la oreja), donde según opinión del citado personaje público, tendrán que perforar 30 metros de profundidad para el basamento, opinión que reprueban ingenieros tlaxcaltecas con más de 30 años de experiencia en estudio de Mecánica de Suelos, cuyos conocimientos aplicados se han ejecutado en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Las aclaraciones que aportan ingenieros, peritos en la materia de Mecánica de Suelos, basados en conocimientos técnicos-científicos, perforar ese volumen de tierra requiere de millones de pesos, empleo de tiempo-trabajo innecesarios e inversión de un capital excesivo en erigir cimientos que representan dispendio de miles o millones de pesos. Además, comentan que para garantizar cimientos resistentes basta emplear pilotes que fortalezcan la compactación del suelo.

Inadmisible que autoridades premiadas por la política de campanario pretendan realizar obras que no están debidamente sustentadas en conocimientos científicos; asimismo, soslayar la experiencia de los que poseen el conocimiento y experiencia para erigir obras públicas, es tiempo que este tipo de autoridades sin la posesión de conocimientos acertados que deben mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía, dejen de ejercer la función que desconocen. Afortunadamente la futura Presidencia de la República está haciendo notar con nombramientos de ciudadanos que han mostrado y demostrado su capacidad en la función que han ejercido y que sin duda ejercerán durante su nombramiento como funcionarios públicos. Todavía presente la obra mal ubicada del asta bandera más alta de la ciudad, construida con cimientos exagerados donde se emplearon recursos financieros excesivos y… donde obstruyeron banqueta para uso necesario de peatones, obra que indudablemente exhibe, de acuerdo con la psicología, complejo de inferioridad, cuando que el exceso de gasto oneroso en materiales de construcción las debieron aplicar, por ejemplo, en la construcción de la red de agua potable y su purificación venenosa de metales.

Existe otro caso por mencionar, el del municipio de Tlaxcala, que siendo la capital del Estado y ostentando historia precortesiana y cortesiana, recibe a grupos de visitantes nacionales y extranjeros que no pueden hospedarse por falta hoteles con suficiente capacidad de alojamiento. Además, el rostro que presenta la pequeña ciudad es vergonzante: hundimientos en las calles, inundaciones por drenajes obstruidos, ausencia de camiones recolectores de basura, presencia de jaurías por los portales y zócalo, abundancia de puestos de comida en parque central así como puestos de artículos varios. Ese es el rostro que la autoridad municipal de Tlaxcala ofrece la ciudad histórica al turismo. Tanto titulares de Turismo como del municipio no tratan de mejorar presentación citadina como lo hacen otros estados de la República. Es vergonzante la explotación económica del uso de calles centrales de la pequeña ciudad capital.

El municipio actual ha saturado a la ciudad de estacionamientos en ambas aceras, en casi todas las calles, generando con ello congestionamiento vehicular. No se ha ocupado (como es su obligación), de exigir a conductores de transporte del servicio público respeto a peatones, tampoco se ha ocupado de hacer respetar reglamento respecto a la velocidad de combis y camiones, así como las “carreritas” que efectúan durante tarde, mañana y noche en la ciudad.

Han cambiado semáforos nuevos donde todavía funcionaban con eficiencia; sin embargo, no han instalado donde son requeridos prioritariamente para protección de niños, adultos y ancianos.

Esta municipalidad está haciendo daño a los habitantes, ello porque toman decisiones que supuestamente otorga su autoridad, la que debe contemplar opinión ciudadana a la que no convocan para tomar acuerdos referente a obras por construir que son prioritarias, por ejemplo el gran negocio operado con el cambio de lámparas (focos), para alumbrado público (donde seguramente costó miles de pesos), y que ha servido para reducir en un 50 %, la iluminación citadina porque instalaron lámparas modernas, pero que no sirven para brindar alumbrado necesario para la seguridad.

Decisiones de autoridades elegidas equivocadamente por la ciudadanía, empleando el poder público tratan de mejorar obras públicas sin considerar opiniones de conocedores del tema a resolver, es el caso reciente de la declaración del secretario de Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Vivienda, Francisco Javier Romero, respecto a la construcción de las gradas del estadio Tlahuicole (el que posee la oreja), donde según opinión del citado personaje público, tendrán que perforar 30 metros de profundidad para el basamento, opinión que reprueban ingenieros tlaxcaltecas con más de 30 años de experiencia en estudio de Mecánica de Suelos, cuyos conocimientos aplicados se han ejecutado en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Las aclaraciones que aportan ingenieros, peritos en la materia de Mecánica de Suelos, basados en conocimientos técnicos-científicos, perforar ese volumen de tierra requiere de millones de pesos, empleo de tiempo-trabajo innecesarios e inversión de un capital excesivo en erigir cimientos que representan dispendio de miles o millones de pesos. Además, comentan que para garantizar cimientos resistentes basta emplear pilotes que fortalezcan la compactación del suelo.

Inadmisible que autoridades premiadas por la política de campanario pretendan realizar obras que no están debidamente sustentadas en conocimientos científicos; asimismo, soslayar la experiencia de los que poseen el conocimiento y experiencia para erigir obras públicas, es tiempo que este tipo de autoridades sin la posesión de conocimientos acertados que deben mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía, dejen de ejercer la función que desconocen. Afortunadamente la futura Presidencia de la República está haciendo notar con nombramientos de ciudadanos que han mostrado y demostrado su capacidad en la función que han ejercido y que sin duda ejercerán durante su nombramiento como funcionarios públicos. Todavía presente la obra mal ubicada del asta bandera más alta de la ciudad, construida con cimientos exagerados donde se emplearon recursos financieros excesivos y… donde obstruyeron banqueta para uso necesario de peatones, obra que indudablemente exhibe, de acuerdo con la psicología, complejo de inferioridad, cuando que el exceso de gasto oneroso en materiales de construcción las debieron aplicar, por ejemplo, en la construcción de la red de agua potable y su purificación venenosa de metales.

Existe otro caso por mencionar, el del municipio de Tlaxcala, que siendo la capital del Estado y ostentando historia precortesiana y cortesiana, recibe a grupos de visitantes nacionales y extranjeros que no pueden hospedarse por falta hoteles con suficiente capacidad de alojamiento. Además, el rostro que presenta la pequeña ciudad es vergonzante: hundimientos en las calles, inundaciones por drenajes obstruidos, ausencia de camiones recolectores de basura, presencia de jaurías por los portales y zócalo, abundancia de puestos de comida en parque central así como puestos de artículos varios. Ese es el rostro que la autoridad municipal de Tlaxcala ofrece la ciudad histórica al turismo. Tanto titulares de Turismo como del municipio no tratan de mejorar presentación citadina como lo hacen otros estados de la República. Es vergonzante la explotación económica del uso de calles centrales de la pequeña ciudad capital.

El municipio actual ha saturado a la ciudad de estacionamientos en ambas aceras, en casi todas las calles, generando con ello congestionamiento vehicular. No se ha ocupado (como es su obligación), de exigir a conductores de transporte del servicio público respeto a peatones, tampoco se ha ocupado de hacer respetar reglamento respecto a la velocidad de combis y camiones, así como las “carreritas” que efectúan durante tarde, mañana y noche en la ciudad.

Han cambiado semáforos nuevos donde todavía funcionaban con eficiencia; sin embargo, no han instalado donde son requeridos prioritariamente para protección de niños, adultos y ancianos.

Esta municipalidad está haciendo daño a los habitantes, ello porque toman decisiones que supuestamente otorga su autoridad, la que debe contemplar opinión ciudadana a la que no convocan para tomar acuerdos referente a obras por construir que son prioritarias, por ejemplo el gran negocio operado con el cambio de lámparas (focos), para alumbrado público (donde seguramente costó miles de pesos), y que ha servido para reducir en un 50 %, la iluminación citadina porque instalaron lámparas modernas, pero que no sirven para brindar alumbrado necesario para la seguridad.