/ miércoles 19 de septiembre de 2018

Caras y máscaras

427 Aniversario de la fundación de San Esteban de la Nueva Tlaxcala


Antes de la colonización de Saltillo, Coahuila, había una importante población indígena en la región; los indios huachichiles y rayados o borrados, conformaban dos de las tribus denominadas genéricamente chichimecas asentadas en ese territorio.


Saltillo fue conquistado hacia el año 1577 por un grupo de 15 colonizadores españoles al mando del portugués Alberto del Canto. No estando habituados a la actividad agrícola, el propósito principal de tales pobladores era esclavizar a los indios para convertirlos en entes productivos del campo, dentro de la villa que pertenecía en aquél entonces a la Nueva Vizcaya, reino que unía a los actuales estados de Chihuahua, Sinaloa, Durango y una pequeña parte de Coahuila.


Pero, contra lo esperado, los indios huachichiles, en su condición de nómadas, no permitieron la imposición y el saqueo, por lo contrario, duraron décadas luchando en defensa de su territorio. De modo que años después de la fundación de la Villa de Santiago, los conquistadores empezaron a desistir de su propósito, decisión que comunicaron al virrey don Luis de Velasco solicitando su auxilio. En respuesta, el gobernante resolvió enviar a dicha comunidad un grupo de tlaxcaltecas para que cultivaran las tierras del valle y sirvieran de ejemplo a los nómadas de la región.


Así, en junio de 1591 salieron casi 400 familias tlaxcaltecas hacia las tierras chichimecas a colonizar nuevos rumbos. Una gran caravana enfiló hacia el norte, transportando en sus carretas la biota (animales y plantas) tlaxcalteca y un bagaje cultural, político, social, económico y material, que cambió la vida de los indígenas nómadas y seminómadas de esa árida región.


En atención a las condiciones planteadas por los tlaxcaltecas, el virrey les proporcionó tierra, ganado, instrumentos de labranza y permiso de portar armas, de modo que sembraron trigo y maíz, huertos de manzanos, duraznos, membrillos y nogales; introdujeron la cría de borregos y con su lana fabricaron frazadas -de ahí surgió el tradicional “Sarape de Saltillo”-, productos famosos de sus actividades fueron también los dulces de frutas y de leche, así como el pan de pulque.


El pasado jueves 13 de septiembre en la ciudad de Saltillo se conmemoró el 427 aniversario de la fundación por los tlaxcaltecas, en 1591, del pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala. En el acto celebratorio se escenificaron las ceremonias simbólicas de la Plantación de la Cruz y el Rompimiento de la Vara, así como danzas de Matachines, para recordar el momento de la llegada del capitán español Francisco de Urdiñola, acompañado de frailes franciscanos, así como de 71 familias tlaxcaltecas (102 hombres, 85 mujeres, 38 niños y 20 niñas), encabezadas por Buenaventura de Paz, nieto del guerrero Xicoténcatl, para fundar el pueblo mencionado.


La celebración se realizó en la Plaza de la Nueva Tlaxcala, ubicada a espaldas del Palacio de Gobierno. Esta plaza en la que se encuentra una escultura de aproximadamente cinco metros de altura, realizada por Erasmo Fuentes, que simboliza el proceso de evangelización, la colonización y la unión de dos civilizaciones, fue inaugurada el 8 de septiembre de 1991, con la presencia del entonces gobernador del estado Eliseo Mendoza Berrueto y de Beatriz Paredes del estado de Tlaxcala, con el propósito de conmemorar los cuatrocientos años de la llegada de los tlaxcaltecas a Saltillo.


El programa para celebrar la fundación del pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala comprendió la realización de un coloquio sobre la efeméride, con la participación de historiadores externos y locales, y una exposición de arte sacro en el templo de San Esteban. El templo de San Esteban es el más antiguo de los templos de Saltillo, su construcción se inició el 13 de septiembre de 1592, sobre un terreno cedido por el ayuntamiento de la Villa de Santiago del Saltillo, un año después del asentamiento de los tlaxcaltecas en el recién fundado pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala.


En la realización del coloquio participaron el Colegio de Investigaciones Históricas del Sureste de Coahuila, la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila y la sociedad Amigos de la Cultura Norestense. Los temas abordados fueron: “Coahuila indígena”; “Alimentos tlaxcaltecas en el Valle”; “Espacios y convivencias: tlaxcaltecas y su relación con pobladores e indígenas del Noreste”; “Colonizadores tlaxcaltecas del siglo XVI”; “Tlaxcaltecas en la pacificación del Noreste”; “La minería de los tlaxcaltecas en el Noreste de México en el siglo XVI”; “Influencia tlaxcalteca en la sierra de Zapalinamé”; “Explotación y depredación de los recursos naturales en el valle de Saltillo, siglo XVI”; “El pueblo de San Francisco: primer asentamiento tlaxcalteca en el valle de Coahuila, 1676; “La Salida de las 400 familias tlaxcaltecas” y “Monografía de la danza tlaxcalteca”.


Durante la Colonia la población de Saltillo se dividía en dos partes por medio de un canal o arroyo que nacía en el manantial “Ojo de Agua” y bajaba por la calle Allende. La villa de Santiago del Saltillo y el pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala eran independientes, tanto en sus autoridades civiles como en las religiosas, aunque estaban unidos en la defensa contra los nómadas, la comercialización de sus productos y las fiestas importantes.


Posteriormente, aunque el crecimiento de ambos núcleos demográficos fue acelerado y hubo frecuentes conflictos por las tierras y agostaderos entre los españoles y los tlaxcaltecas, muchos de ellos salieron de Saltillo para fundar otras poblaciones como Parras, Viesca, Monclova, Nava, Nadadores y Candela en Coahuila; Monterrey, Guadalupe, Bustamante y Villa Aldama en Nuevo León e incluso San Antonio en Texas.


427 Aniversario de la fundación de San Esteban de la Nueva Tlaxcala


Antes de la colonización de Saltillo, Coahuila, había una importante población indígena en la región; los indios huachichiles y rayados o borrados, conformaban dos de las tribus denominadas genéricamente chichimecas asentadas en ese territorio.


Saltillo fue conquistado hacia el año 1577 por un grupo de 15 colonizadores españoles al mando del portugués Alberto del Canto. No estando habituados a la actividad agrícola, el propósito principal de tales pobladores era esclavizar a los indios para convertirlos en entes productivos del campo, dentro de la villa que pertenecía en aquél entonces a la Nueva Vizcaya, reino que unía a los actuales estados de Chihuahua, Sinaloa, Durango y una pequeña parte de Coahuila.


Pero, contra lo esperado, los indios huachichiles, en su condición de nómadas, no permitieron la imposición y el saqueo, por lo contrario, duraron décadas luchando en defensa de su territorio. De modo que años después de la fundación de la Villa de Santiago, los conquistadores empezaron a desistir de su propósito, decisión que comunicaron al virrey don Luis de Velasco solicitando su auxilio. En respuesta, el gobernante resolvió enviar a dicha comunidad un grupo de tlaxcaltecas para que cultivaran las tierras del valle y sirvieran de ejemplo a los nómadas de la región.


Así, en junio de 1591 salieron casi 400 familias tlaxcaltecas hacia las tierras chichimecas a colonizar nuevos rumbos. Una gran caravana enfiló hacia el norte, transportando en sus carretas la biota (animales y plantas) tlaxcalteca y un bagaje cultural, político, social, económico y material, que cambió la vida de los indígenas nómadas y seminómadas de esa árida región.


En atención a las condiciones planteadas por los tlaxcaltecas, el virrey les proporcionó tierra, ganado, instrumentos de labranza y permiso de portar armas, de modo que sembraron trigo y maíz, huertos de manzanos, duraznos, membrillos y nogales; introdujeron la cría de borregos y con su lana fabricaron frazadas -de ahí surgió el tradicional “Sarape de Saltillo”-, productos famosos de sus actividades fueron también los dulces de frutas y de leche, así como el pan de pulque.


El pasado jueves 13 de septiembre en la ciudad de Saltillo se conmemoró el 427 aniversario de la fundación por los tlaxcaltecas, en 1591, del pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala. En el acto celebratorio se escenificaron las ceremonias simbólicas de la Plantación de la Cruz y el Rompimiento de la Vara, así como danzas de Matachines, para recordar el momento de la llegada del capitán español Francisco de Urdiñola, acompañado de frailes franciscanos, así como de 71 familias tlaxcaltecas (102 hombres, 85 mujeres, 38 niños y 20 niñas), encabezadas por Buenaventura de Paz, nieto del guerrero Xicoténcatl, para fundar el pueblo mencionado.


La celebración se realizó en la Plaza de la Nueva Tlaxcala, ubicada a espaldas del Palacio de Gobierno. Esta plaza en la que se encuentra una escultura de aproximadamente cinco metros de altura, realizada por Erasmo Fuentes, que simboliza el proceso de evangelización, la colonización y la unión de dos civilizaciones, fue inaugurada el 8 de septiembre de 1991, con la presencia del entonces gobernador del estado Eliseo Mendoza Berrueto y de Beatriz Paredes del estado de Tlaxcala, con el propósito de conmemorar los cuatrocientos años de la llegada de los tlaxcaltecas a Saltillo.


El programa para celebrar la fundación del pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala comprendió la realización de un coloquio sobre la efeméride, con la participación de historiadores externos y locales, y una exposición de arte sacro en el templo de San Esteban. El templo de San Esteban es el más antiguo de los templos de Saltillo, su construcción se inició el 13 de septiembre de 1592, sobre un terreno cedido por el ayuntamiento de la Villa de Santiago del Saltillo, un año después del asentamiento de los tlaxcaltecas en el recién fundado pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala.


En la realización del coloquio participaron el Colegio de Investigaciones Históricas del Sureste de Coahuila, la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila y la sociedad Amigos de la Cultura Norestense. Los temas abordados fueron: “Coahuila indígena”; “Alimentos tlaxcaltecas en el Valle”; “Espacios y convivencias: tlaxcaltecas y su relación con pobladores e indígenas del Noreste”; “Colonizadores tlaxcaltecas del siglo XVI”; “Tlaxcaltecas en la pacificación del Noreste”; “La minería de los tlaxcaltecas en el Noreste de México en el siglo XVI”; “Influencia tlaxcalteca en la sierra de Zapalinamé”; “Explotación y depredación de los recursos naturales en el valle de Saltillo, siglo XVI”; “El pueblo de San Francisco: primer asentamiento tlaxcalteca en el valle de Coahuila, 1676; “La Salida de las 400 familias tlaxcaltecas” y “Monografía de la danza tlaxcalteca”.


Durante la Colonia la población de Saltillo se dividía en dos partes por medio de un canal o arroyo que nacía en el manantial “Ojo de Agua” y bajaba por la calle Allende. La villa de Santiago del Saltillo y el pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala eran independientes, tanto en sus autoridades civiles como en las religiosas, aunque estaban unidos en la defensa contra los nómadas, la comercialización de sus productos y las fiestas importantes.


Posteriormente, aunque el crecimiento de ambos núcleos demográficos fue acelerado y hubo frecuentes conflictos por las tierras y agostaderos entre los españoles y los tlaxcaltecas, muchos de ellos salieron de Saltillo para fundar otras poblaciones como Parras, Viesca, Monclova, Nava, Nadadores y Candela en Coahuila; Monterrey, Guadalupe, Bustamante y Villa Aldama en Nuevo León e incluso San Antonio en Texas.