/ miércoles 10 de octubre de 2018

CARAS Y MÁSCARAS

Escudo de Armas de Tlaxcala

Uno de los actos del programa con el cual se celebró el 493 aniversario de la fundación de la ciudad de Tlaxcala fue la presentación del libro Escudo de Armas de Tlaxcala, su autor, Luis Fernando Herrera Valdez, es maestro en Historia del Arte por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Este libro es el segundo del acervo editorial que conforma el Ayuntamiento del Municipio de Tlaxcala, presidido por la licenciada Anabel Ávalos Zempoalteca, con motivo de los 500 años de historia compartida entre Tlaxcala y España, el primero fue la edición facsimilar de la Historia de la Milagrosísima Imagen de Ntra. Sra. de Ocotlán, escrito por Manuel de Loayzaga y presentado al público en el mes de agosto pasado.

El libro Escudo de Armas de Tlaxcala proporciona abundante información sobre el origen, significado y trayectoria del escudo que inicialmente representó a la ciudad de Tlaxcala y actualmente es símbolo del estado del mismo nombre.


ORIGEN

El 20 de marzo de 1532, la Reina Isabel I de Portugal (esposa de Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico) firmó la cédula en la que se reconocía a Puebla como ciudad y se le daba el título y los derechos de: “Ciudad de los Ángeles”.

Ante tal situación, Diego Maxixcatzin, principal del señorío de Ocotelulco, a la cabeza de una embajada de nobles tlaxcaltecas, en 1534 viajó a España para gestionar ante el Rey el reconocimiento de Tlaxcala como ciudad, dado el riesgo que representaba la fundación de un cabildo español muy cercano, que a la larga habría de extender su jurisdicción y alcanzar a Tlaxcala, con lo que la nobleza india perdería el poder local que hasta ese momento había logrado retener.

La comisión resultó exitosa, pues mediante una real provisión –una cédula real- la realeza reconoció a Tlaxcala otorgándole privilegios que, una y otra vez, serían defendidos por el gobierno indio durante todo el virreinato. El primer privilegio fue el reconocimiento de Tlaxcala como una ciudad con título de lealtad y facultad para poseer y usar escudo de armas, lo que representaba el aval imperial para tener un gobierno propio e impartir justicia; otro privilegio fue la incorporación del territorio provincial de Tlaxcala a la corona de Castilla con carácter de inalienable, o sea, que no podría ser cedido ni como señorío, ni como encomienda, ni como donación en tiempo alguno.

Al respecto, Herrera Valdez comenta: “Así, el gobierno indio tlaxcalteca obtenía un estatus de preminencia frente a los otros cabildos novohispanos, las villas de la Veracruz, Segura de la Frontera, Medellín, Espíritu Santo y México, pero especialmente frente al de Puebla, cuya fundación fue autorizada en 1532, aunque no se le concedió escudo de armas sino hasta 1538”.


EL SUSTENTÁCULO

El maestro Herrera Valdez refiere que el escudo de Tlaxcala tuvo como primer soporte la real provisión -o cédula real como comúnmente se le conoce-, redactada en Madrid en 1535. Tal instrumento jurídico-diplomático fue escrito e ilustrado sobre pergamino, en el que destaca un minucioso trabajo en miniatura que, a manera de cenefa (banda con dibujos repetidos que se coloca como adorno a lo largo de un documento o pared), enmarca casi en su totalidad el área reservada al texto caligráfico. El escudo concedido quedó pintado en la parte central, inscrito en un cuadrete azul bordeado por un marco dorado.

La parte superior de la cenefa de la cédula real contiene en el centro el escudo -las ‘grandes armas’- del emperador Carlos V, mismo que expresa el estatus y la presencia virtual del soberano otorgante, que, desde lo alto de la composición gráfica, sugiere que emite y avala todo el contenido de la real provisión.

El término ‘armas’ engloba las insignias que diferencian a unas naciones, ciudades o personas, de otras. En este caso, las ‘grandes armas’ contienen los escudos de los linajes austriacos y españoles de Carlos V, así como el collar de la borgoñona Orden del Toisón de Oro, una de las órdenes de caballería más prestigiosas y antiguas de Europa, muy ligada a la dinastía de los Habsburgo y a las coronas de Austria y España.

En las secciones laterales de la cenefa, sobre un fondo dorado, están pintadas varias especies de vegetación con flores, entre las cuales vuelan mariposas y algunas avecillas están posadas sobre los follajes. El texto está encabezado por una letra ‘D’ capitular, dentro de la cual aparece un aspa dorada que representa la Cruz de San Andrés, patrón de la casa de Borgoña; sobre el ángulo superior del aspa se puede ver la corona imperial y del inferior cuelga la piel dorada de un cordero, que representa la venera (insignia que llevaban sobre el pecho los caballeros de ciertas órdenes militares) de la Orden del Toisón de Oro.

El texto de la cédula -o real provisión- inicia con la obligada cláusula jurídica con la que se presenta la autoridad soberana que emite el documento, sigue con la fórmula protocolaria que da cuenta de quien solicita la merced y los méritos que presenta para ello, a saber: “los servicios prestados por la élite india… y sus pueblos… en beneficio de la Corona de Castilla”; continúa con la cláusula dispositiva donde queda expresada la acción jurídica solicitada, prosiguen las disposiciones protocolarias que establecen la obligación de cumplir con lo establecido en la provisión, para concluir con las firmas de la emperatriz -reina consorte y regente- Isabel de Portugal, del secretario de Carlos V, Juan Vázquez de Molina y de los integrantes del Consejo de Indias.



SIGNIFICADO

En derredor del escudo de armas aparece su blasón o sea la descripción literal de la imagen heráldica, Luis Fernando Herrera Valdez, autor del libro que se comenta, describe los componentes y sus símbolos de la siguiente manera: “La figura principal del escudo de armas de Tlaxcala es un castillo amurallado… síntesis visual de las fronteras occidentales castellanas para desplazar a los moros y recuperar la península para la cristiandad… El castillo está rematado por una bandera de oro, cargada con un águila… (que) puede entenderse como representación del mismo césar Carlos como sacro emperador, soportado en la Corona de Castilla y con dominio sobre los territorios peninsulares y firmes de ultramar… Al campo principal del escudo de Tlaxcala… le fue agregada una bordura (pieza que rodea el interior del escudo) de plata…, (que) se puede tener por símbolo de protección, favor y recompensa reales. La bordura ostenta letras, coronas, palmas, huesos y cráneos vinculados con los méritos y servicios de Tlaxcala y con el favor y protección que la Corona castellana le otorgó. Esta pieza también hace referencia, por su metal, a la fe católica, cuyo establecimiento en territorio mesoamericano no hubiera sido posible sin el apoyo del patriciado tlaxcalteca a la empresa de Cortés.

De las letras, “La primera es la ‘I’, que corresponde al nombre latinizado de Juana de Castilla –Iohanna- seguida por una corona real abierta, símbolo de su ‘maiestas’ como propietaria de la corona castellana, mas no de ‘potestas’ ni ‘autorictas’ vedadas por su supuesta demencia (por lo que la llamaban Juana “La Loca”); la letra ‘K’, que le sigue, corresponde al nombre germanizado de Carlos V –Karl- seguida también por una corona real abierta símbolo esta sí de ‘maiestas’, ‘potestas’ y ‘autorictas’ efectivamente ejercidas; la última letra ‘F’, corresponde al nombre del príncipe Felipe, heredero de los reinos españoles, pero no del Sacro Imperio.”

Continúa Herrera Valdez: “En los flancos de la bordura fueron cargadas dos hojas de palma, símbolo de triunfo y victoria. Se trata de un reconocimiento a la victoria militar de los señores tlaxcaltecas sobre los mexicas en agosto de 1521, y en consecuencia, es símbolo también de triunfo de la fe católica defendida por el césar Carlos. El aspa de huesos y los dos cráneos humanos refuerzan la idea de victoria.


TRAYECTORIA

Años después de que la embajada tlaxcalteca regresó de España, la nobleza indígena hizo alarde del privilegio de tener un escudo de armas; así, en 1538, con motivo de la primera celebración de una de las fiestas más importantes de la monarquía española, la de Corpus Christi, “estos tlaxcaltecas sacaron su escudo de armas, que el emperador les dio cuando a este pueblo hizo ciudad…” De entonces a la fecha el escudo de armas de Tlaxcala en la forma no ha cambiado, ni en su esencia que simboliza el histórico y dramático punto de partida de la actual nación mexicana.


Escudo de Armas de Tlaxcala

Uno de los actos del programa con el cual se celebró el 493 aniversario de la fundación de la ciudad de Tlaxcala fue la presentación del libro Escudo de Armas de Tlaxcala, su autor, Luis Fernando Herrera Valdez, es maestro en Historia del Arte por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Este libro es el segundo del acervo editorial que conforma el Ayuntamiento del Municipio de Tlaxcala, presidido por la licenciada Anabel Ávalos Zempoalteca, con motivo de los 500 años de historia compartida entre Tlaxcala y España, el primero fue la edición facsimilar de la Historia de la Milagrosísima Imagen de Ntra. Sra. de Ocotlán, escrito por Manuel de Loayzaga y presentado al público en el mes de agosto pasado.

El libro Escudo de Armas de Tlaxcala proporciona abundante información sobre el origen, significado y trayectoria del escudo que inicialmente representó a la ciudad de Tlaxcala y actualmente es símbolo del estado del mismo nombre.


ORIGEN

El 20 de marzo de 1532, la Reina Isabel I de Portugal (esposa de Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico) firmó la cédula en la que se reconocía a Puebla como ciudad y se le daba el título y los derechos de: “Ciudad de los Ángeles”.

Ante tal situación, Diego Maxixcatzin, principal del señorío de Ocotelulco, a la cabeza de una embajada de nobles tlaxcaltecas, en 1534 viajó a España para gestionar ante el Rey el reconocimiento de Tlaxcala como ciudad, dado el riesgo que representaba la fundación de un cabildo español muy cercano, que a la larga habría de extender su jurisdicción y alcanzar a Tlaxcala, con lo que la nobleza india perdería el poder local que hasta ese momento había logrado retener.

La comisión resultó exitosa, pues mediante una real provisión –una cédula real- la realeza reconoció a Tlaxcala otorgándole privilegios que, una y otra vez, serían defendidos por el gobierno indio durante todo el virreinato. El primer privilegio fue el reconocimiento de Tlaxcala como una ciudad con título de lealtad y facultad para poseer y usar escudo de armas, lo que representaba el aval imperial para tener un gobierno propio e impartir justicia; otro privilegio fue la incorporación del territorio provincial de Tlaxcala a la corona de Castilla con carácter de inalienable, o sea, que no podría ser cedido ni como señorío, ni como encomienda, ni como donación en tiempo alguno.

Al respecto, Herrera Valdez comenta: “Así, el gobierno indio tlaxcalteca obtenía un estatus de preminencia frente a los otros cabildos novohispanos, las villas de la Veracruz, Segura de la Frontera, Medellín, Espíritu Santo y México, pero especialmente frente al de Puebla, cuya fundación fue autorizada en 1532, aunque no se le concedió escudo de armas sino hasta 1538”.


EL SUSTENTÁCULO

El maestro Herrera Valdez refiere que el escudo de Tlaxcala tuvo como primer soporte la real provisión -o cédula real como comúnmente se le conoce-, redactada en Madrid en 1535. Tal instrumento jurídico-diplomático fue escrito e ilustrado sobre pergamino, en el que destaca un minucioso trabajo en miniatura que, a manera de cenefa (banda con dibujos repetidos que se coloca como adorno a lo largo de un documento o pared), enmarca casi en su totalidad el área reservada al texto caligráfico. El escudo concedido quedó pintado en la parte central, inscrito en un cuadrete azul bordeado por un marco dorado.

La parte superior de la cenefa de la cédula real contiene en el centro el escudo -las ‘grandes armas’- del emperador Carlos V, mismo que expresa el estatus y la presencia virtual del soberano otorgante, que, desde lo alto de la composición gráfica, sugiere que emite y avala todo el contenido de la real provisión.

El término ‘armas’ engloba las insignias que diferencian a unas naciones, ciudades o personas, de otras. En este caso, las ‘grandes armas’ contienen los escudos de los linajes austriacos y españoles de Carlos V, así como el collar de la borgoñona Orden del Toisón de Oro, una de las órdenes de caballería más prestigiosas y antiguas de Europa, muy ligada a la dinastía de los Habsburgo y a las coronas de Austria y España.

En las secciones laterales de la cenefa, sobre un fondo dorado, están pintadas varias especies de vegetación con flores, entre las cuales vuelan mariposas y algunas avecillas están posadas sobre los follajes. El texto está encabezado por una letra ‘D’ capitular, dentro de la cual aparece un aspa dorada que representa la Cruz de San Andrés, patrón de la casa de Borgoña; sobre el ángulo superior del aspa se puede ver la corona imperial y del inferior cuelga la piel dorada de un cordero, que representa la venera (insignia que llevaban sobre el pecho los caballeros de ciertas órdenes militares) de la Orden del Toisón de Oro.

El texto de la cédula -o real provisión- inicia con la obligada cláusula jurídica con la que se presenta la autoridad soberana que emite el documento, sigue con la fórmula protocolaria que da cuenta de quien solicita la merced y los méritos que presenta para ello, a saber: “los servicios prestados por la élite india… y sus pueblos… en beneficio de la Corona de Castilla”; continúa con la cláusula dispositiva donde queda expresada la acción jurídica solicitada, prosiguen las disposiciones protocolarias que establecen la obligación de cumplir con lo establecido en la provisión, para concluir con las firmas de la emperatriz -reina consorte y regente- Isabel de Portugal, del secretario de Carlos V, Juan Vázquez de Molina y de los integrantes del Consejo de Indias.



SIGNIFICADO

En derredor del escudo de armas aparece su blasón o sea la descripción literal de la imagen heráldica, Luis Fernando Herrera Valdez, autor del libro que se comenta, describe los componentes y sus símbolos de la siguiente manera: “La figura principal del escudo de armas de Tlaxcala es un castillo amurallado… síntesis visual de las fronteras occidentales castellanas para desplazar a los moros y recuperar la península para la cristiandad… El castillo está rematado por una bandera de oro, cargada con un águila… (que) puede entenderse como representación del mismo césar Carlos como sacro emperador, soportado en la Corona de Castilla y con dominio sobre los territorios peninsulares y firmes de ultramar… Al campo principal del escudo de Tlaxcala… le fue agregada una bordura (pieza que rodea el interior del escudo) de plata…, (que) se puede tener por símbolo de protección, favor y recompensa reales. La bordura ostenta letras, coronas, palmas, huesos y cráneos vinculados con los méritos y servicios de Tlaxcala y con el favor y protección que la Corona castellana le otorgó. Esta pieza también hace referencia, por su metal, a la fe católica, cuyo establecimiento en territorio mesoamericano no hubiera sido posible sin el apoyo del patriciado tlaxcalteca a la empresa de Cortés.

De las letras, “La primera es la ‘I’, que corresponde al nombre latinizado de Juana de Castilla –Iohanna- seguida por una corona real abierta, símbolo de su ‘maiestas’ como propietaria de la corona castellana, mas no de ‘potestas’ ni ‘autorictas’ vedadas por su supuesta demencia (por lo que la llamaban Juana “La Loca”); la letra ‘K’, que le sigue, corresponde al nombre germanizado de Carlos V –Karl- seguida también por una corona real abierta símbolo esta sí de ‘maiestas’, ‘potestas’ y ‘autorictas’ efectivamente ejercidas; la última letra ‘F’, corresponde al nombre del príncipe Felipe, heredero de los reinos españoles, pero no del Sacro Imperio.”

Continúa Herrera Valdez: “En los flancos de la bordura fueron cargadas dos hojas de palma, símbolo de triunfo y victoria. Se trata de un reconocimiento a la victoria militar de los señores tlaxcaltecas sobre los mexicas en agosto de 1521, y en consecuencia, es símbolo también de triunfo de la fe católica defendida por el césar Carlos. El aspa de huesos y los dos cráneos humanos refuerzan la idea de victoria.


TRAYECTORIA

Años después de que la embajada tlaxcalteca regresó de España, la nobleza indígena hizo alarde del privilegio de tener un escudo de armas; así, en 1538, con motivo de la primera celebración de una de las fiestas más importantes de la monarquía española, la de Corpus Christi, “estos tlaxcaltecas sacaron su escudo de armas, que el emperador les dio cuando a este pueblo hizo ciudad…” De entonces a la fecha el escudo de armas de Tlaxcala en la forma no ha cambiado, ni en su esencia que simboliza el histórico y dramático punto de partida de la actual nación mexicana.