/ miércoles 7 de agosto de 2019

CARAS Y MÁSCARAS

Puebla y Tlaxcala, ciudades hermanas

El pasado lunes 29 de julio las alcaldesas Claudia Rivera Vivanco y Anabell Ávalos Zempoalteca anunciaron que, en las próximas semanas, previos los acuerdos de sus cabildos, formalizarán el hermanamiento de las ciudades capitales de los estados de Puebla y Tlaxcala.

De hecho ambas metrópolis se encuentran hermanadas desde la fundación de la primera, pues en sus construcciones iniciales, su catedral inclusive, participaron numerosos tlaxcaltecas, de modo que la formalización del hermanamiento anunciada tendrá el simbolismo de renovar y fortalecer los vínculos amistosos y de mutuo apoyo fincados desde hace más de 400 años.

Así lo reconocieron las titulares de las presidencias mencionadas, quienes coincidieron en que, pese a la cercanía entre ambas comunas y la relación permanente en todos los ámbitos, es necesario afirmar los lazos de amistad y materializar las oportunidades de crecimiento mediante una relación directa y perdurable entre ambas poblaciones.

Con base en lo anterior plantearon la posibilidad de dar paso a proyectos conjuntos en los ámbitos cultural, económico y ambiental, para generar mejores alternativas de desarrollo a sus municipios.

Como muestra de la factibilidad de tal propósito se tiene la reciente firma de las dos alcaldesas, junto con sus homólogos de Puebla y Tlaxcala, de una carta-compromiso para impulsar acciones orientadas al saneamiento, insoslayable y urgente, de los ríos Atoyac y Zahuapan.

Origen y acontecimientos históricos

La ciudad de Puebla se fundó en la época virreinal en la zona denominada Cuetlaxcoapan, que quiere decir "donde las serpientes cambian de piel". La fecha de la fundación fue el 16 de abril de 1531, cuando, según cuenta la leyenda, los ángeles descendieron del cielo y señalaron al obispo de Tlaxcala Julián Garcés, dónde se tenía que construir la ciudad, debido a ello se le conoció primeramente como Puebla de los Ángeles.

La fundación de Puebla tuvo dos propósitos, por una parte, albergar al creciente número de españoles marginados del sistema de encomiendas, convirtiéndose, por tanto, en una ciudad apartada de los asentamientos indígenas y, por otra, satisfacer la necesidad de una ruta corta entre la ciudad de México y Veracruz.

Su estratégica ubicación geográfica, su clima y la atención especial que, desde sus inicios, ha tenido por parte de las autoridades superiores, la monarquía europea primero y la república mexicana después, favorecieron decisivamente el progreso económico y cultural de la ciudad de Puebla, así como su participación destacada en acontecimientos de relevancia para la nación mexicana.

Segunda ciudad en importancia de la Nueva España, en 1532, la corona española le otorgó el título de Ciudad de Puebla de los Ángeles, en 1558 el de Noble y Leal Ciudad de Puebla de los Ángeles, en 1561 el de Muy Noble y Leal Ciudad de Puebla de los Ángeles y en 1576 el de Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Puebla de los Ángeles.

De entre los numerosos hechos históricos en los que Puebla es escenario destaca, durante la Intervención Francesa, la derrota, el 5 de mayo de 1862, en los Cerros de Loreto y Guadalupe, del "Ejército más poderoso del Mundo" por las fuerzas mexicanas comandadas por el General Ignacio Zaragoza, acontecimiento que motivó que el 11 de septiembre de 1862, por decreto del Presidente Benito Juárez, se designara a la ciudad Puebla de Zaragoza.

Destaca, también, el trágico episodio en el que, el 18 de noviembre de 1910, los hermanos Carmen, Aquiles y Máximo Serdán se convirtieron en los primeros mártires de la Revolución Mexicana, al ser delatada su conspiración contra el gobierno de Porfirio Díaz y ser sacrificados los varones por los soldados federales.

Desarrollo económico

La satisfacción de las necesidades básicas del creciente número de residentes españoles, la afluencia de viajeros entre la capital de la Nueva España y el puerto de Veracruz, así como la llegada paulatina de inmigrantes de Italia, Alemania, Francia y el Líbano, propiciaron que la ciudad de Puebla se convirtiera en el centro agrícola, industrial y comercial más importante de la Nueva España y, posteriormente, en una dinámica y creciente zona económica con el establecimiento y desarrollo de las industrias de la construcción, textil, de otros ramos y automovilística en los tiempos más recientes.

Paralelamente se dio el desarrollo de los servicios de salud, educativos, de esparcimiento y culturales. Actualmente la ciudad de Puebla, que forma parte de la Zona Metropolitana Puebla-Tlaxcala, por la belleza y el cuidado de sus valores urbanísticos fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1987.

Firmes vínculos con Tlaxcala

Puebla, desde el inicio de su existencia, ha sido lugar de residencia de una gran número de tlaxcaltecas: trabajadores, comerciantes y estudiantes, lo mismo que de artistas destacados, como Agustín Arrieta y Desiderio Hernández Xochitiotzin.

La importancia de las relaciones entre Puebla y Tlaxcala se manifiesta, por otra parte, en el creciente volumen de tránsito en uno y otro sentido, lo que ha generado la necesidad de construir tres carreteras que intercomunican a ambos centros urbanos: la más antigua por Zacatelco y Panzacola, la denominada vía corta y, la más reciente, la autopista de San Lorenzo Almecatla a Santa Ana Chiautempan.

Además del empleo del que se benefician ambas capitales, cabe mencionar la disponibilidad de servicios múltiples, como los de salud, educativos, comerciales, financieros, técnicos y recreativos. La Central de Abastos surte de todo género de comestibles a los consumidores tlaxcaltecas.

En la catedral se encuentra sepultado el ilustre tlaxcalteca Trinidad Sánchez Santos y existe una capilla en honor a la imagen de la virgen de Ocotlán. Así, dar formalidad a la hermandad antigua fortalece los vínculos de amistad presentes y futuros.

Puebla y Tlaxcala, ciudades hermanas

El pasado lunes 29 de julio las alcaldesas Claudia Rivera Vivanco y Anabell Ávalos Zempoalteca anunciaron que, en las próximas semanas, previos los acuerdos de sus cabildos, formalizarán el hermanamiento de las ciudades capitales de los estados de Puebla y Tlaxcala.

De hecho ambas metrópolis se encuentran hermanadas desde la fundación de la primera, pues en sus construcciones iniciales, su catedral inclusive, participaron numerosos tlaxcaltecas, de modo que la formalización del hermanamiento anunciada tendrá el simbolismo de renovar y fortalecer los vínculos amistosos y de mutuo apoyo fincados desde hace más de 400 años.

Así lo reconocieron las titulares de las presidencias mencionadas, quienes coincidieron en que, pese a la cercanía entre ambas comunas y la relación permanente en todos los ámbitos, es necesario afirmar los lazos de amistad y materializar las oportunidades de crecimiento mediante una relación directa y perdurable entre ambas poblaciones.

Con base en lo anterior plantearon la posibilidad de dar paso a proyectos conjuntos en los ámbitos cultural, económico y ambiental, para generar mejores alternativas de desarrollo a sus municipios.

Como muestra de la factibilidad de tal propósito se tiene la reciente firma de las dos alcaldesas, junto con sus homólogos de Puebla y Tlaxcala, de una carta-compromiso para impulsar acciones orientadas al saneamiento, insoslayable y urgente, de los ríos Atoyac y Zahuapan.

Origen y acontecimientos históricos

La ciudad de Puebla se fundó en la época virreinal en la zona denominada Cuetlaxcoapan, que quiere decir "donde las serpientes cambian de piel". La fecha de la fundación fue el 16 de abril de 1531, cuando, según cuenta la leyenda, los ángeles descendieron del cielo y señalaron al obispo de Tlaxcala Julián Garcés, dónde se tenía que construir la ciudad, debido a ello se le conoció primeramente como Puebla de los Ángeles.

La fundación de Puebla tuvo dos propósitos, por una parte, albergar al creciente número de españoles marginados del sistema de encomiendas, convirtiéndose, por tanto, en una ciudad apartada de los asentamientos indígenas y, por otra, satisfacer la necesidad de una ruta corta entre la ciudad de México y Veracruz.

Su estratégica ubicación geográfica, su clima y la atención especial que, desde sus inicios, ha tenido por parte de las autoridades superiores, la monarquía europea primero y la república mexicana después, favorecieron decisivamente el progreso económico y cultural de la ciudad de Puebla, así como su participación destacada en acontecimientos de relevancia para la nación mexicana.

Segunda ciudad en importancia de la Nueva España, en 1532, la corona española le otorgó el título de Ciudad de Puebla de los Ángeles, en 1558 el de Noble y Leal Ciudad de Puebla de los Ángeles, en 1561 el de Muy Noble y Leal Ciudad de Puebla de los Ángeles y en 1576 el de Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Puebla de los Ángeles.

De entre los numerosos hechos históricos en los que Puebla es escenario destaca, durante la Intervención Francesa, la derrota, el 5 de mayo de 1862, en los Cerros de Loreto y Guadalupe, del "Ejército más poderoso del Mundo" por las fuerzas mexicanas comandadas por el General Ignacio Zaragoza, acontecimiento que motivó que el 11 de septiembre de 1862, por decreto del Presidente Benito Juárez, se designara a la ciudad Puebla de Zaragoza.

Destaca, también, el trágico episodio en el que, el 18 de noviembre de 1910, los hermanos Carmen, Aquiles y Máximo Serdán se convirtieron en los primeros mártires de la Revolución Mexicana, al ser delatada su conspiración contra el gobierno de Porfirio Díaz y ser sacrificados los varones por los soldados federales.

Desarrollo económico

La satisfacción de las necesidades básicas del creciente número de residentes españoles, la afluencia de viajeros entre la capital de la Nueva España y el puerto de Veracruz, así como la llegada paulatina de inmigrantes de Italia, Alemania, Francia y el Líbano, propiciaron que la ciudad de Puebla se convirtiera en el centro agrícola, industrial y comercial más importante de la Nueva España y, posteriormente, en una dinámica y creciente zona económica con el establecimiento y desarrollo de las industrias de la construcción, textil, de otros ramos y automovilística en los tiempos más recientes.

Paralelamente se dio el desarrollo de los servicios de salud, educativos, de esparcimiento y culturales. Actualmente la ciudad de Puebla, que forma parte de la Zona Metropolitana Puebla-Tlaxcala, por la belleza y el cuidado de sus valores urbanísticos fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1987.

Firmes vínculos con Tlaxcala

Puebla, desde el inicio de su existencia, ha sido lugar de residencia de una gran número de tlaxcaltecas: trabajadores, comerciantes y estudiantes, lo mismo que de artistas destacados, como Agustín Arrieta y Desiderio Hernández Xochitiotzin.

La importancia de las relaciones entre Puebla y Tlaxcala se manifiesta, por otra parte, en el creciente volumen de tránsito en uno y otro sentido, lo que ha generado la necesidad de construir tres carreteras que intercomunican a ambos centros urbanos: la más antigua por Zacatelco y Panzacola, la denominada vía corta y, la más reciente, la autopista de San Lorenzo Almecatla a Santa Ana Chiautempan.

Además del empleo del que se benefician ambas capitales, cabe mencionar la disponibilidad de servicios múltiples, como los de salud, educativos, comerciales, financieros, técnicos y recreativos. La Central de Abastos surte de todo género de comestibles a los consumidores tlaxcaltecas.

En la catedral se encuentra sepultado el ilustre tlaxcalteca Trinidad Sánchez Santos y existe una capilla en honor a la imagen de la virgen de Ocotlán. Así, dar formalidad a la hermandad antigua fortalece los vínculos de amistad presentes y futuros.