/ miércoles 14 de febrero de 2018

CARAS Y MÁSCARAS

  • LA EXPRESIÓN INMATERIAL DEL PATRIMONIO CULTURAL

El pasado viernes 9 de los corrientes, en el Museo de la Memoria se presentó el libro “Comunidades en movimiento. Aproximaciones a la expresión inmaterial del patrimonio cultural.”. En la Introducción, el coordinador de la edición, el antropólogo social Lucio Lara Plata, indica: “Este libro aborda la dimensión viva de la cultura: el patrimonio cultural inmaterial, sustrato del tejido social, manifestación de las representaciones sociales y de los imaginarios colectivos.”

Añade: “El patrimonio cultural inmaterial continúa siendo un tema polémico, digo continua, porque no es, como en ocasiones se piensa, un tema reciente o nuevo en las discusiones antropológicas: Al menos desde la década de los 70 a la fecha, tanto en los ámbitos internacional y nacionales ha sido ampliamente discutido y analizado desde enfoques diferentes acompañados de una nutrida producción científica.”

Para referir algunos elementos presentes en el debate, Lara Plata acude a Chiara Bortoloto, antropóloga e investigadora del Instituto Interdisciplinario de Antropología Contemporánea (IIAC), quien, entre otros, identifica los siguientes: a) Teóricos del patrimonio que critican la noción como una “aberración intelectual”, dicotómica e innecesaria; b) Otros la caracterizan como una “obsesión patrimonial”; c) Desde la etnología, están quienes señalan que las medidas adoptadas por la UNESCO, con carácter universalista, generan una tendencia a convertir los procesos culturales en objetos de museo; d) La salvaguardia está orientada más a las representaciones que a la cultura viva; e) Se reduce a los portadores a “archivos vivientes”; f) Se fomenta que la cultura “tradicional” sea vista como espectáculo y g) La patrimonialización es vertical y selectiva y, en ocasiones, no cuenta con el consenso, consentimiento o conocimiento de los portadores de la tradición.

En tal marco los autores del libro desarrollan sus planteamientos, advierte el coordinador, quien expresa: “Deseamos que el libro contribuya a que los interesados en estos temas cuenten con una visión crítica en torno del patrimonio cultural inmaterial y sea un referente para las acciones de intervención y salvaguardia en beneficio de sus actores centrales: los portadores de la tradición.” Los autores y los artículos son los siguientes:

El propio Lucio Lara Plata, en el artículo titulado “Gestión y producción legal del patrimonio cultural inmaterial”, plantea que varias universidades del país contribuyen a formar gestores culturales que han pasado de elaborar e instrumentar proyectos culturales, al diseño de políticas gubernamentales y asesoría en materia de legislación cultural, a la gestión del patrimonio cultural y natural o bien a ser empresarios culturales. Afirma que el reto actual que enfrentan los gestores del patrimonio cultural inmaterial radica en contribuir a la reproducción de los grupos portadores de cultura, acompañar los procesos de patrimonialización de las tradiciones y diseñar políticas y planes de salvaguardia que garanticen la reproducción, transmisión y continuidad del legado cultural.

Francisco Javier Dorantes Díaz, en su artículo: “El patrimonio cultural intangible en México. Un análisis desde la perspectiva constitucional y de derechos humanos”, plantea la necesidad de concebir el patrimonio como una unidad, pues la actual desarticulación afecta la protección y salvaguardia de los bienes patrimoniales, máxime cuando se trata de un legado para las generaciones futuras.

Carlos Javier Villaseñor Anaya en “Políticas culturales para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial. Antecedentes, evolución y perspectivas a futuro”, afirma que en México han coexistido dos vertientes de políticas públicas relacionadas con lo que las comunidades reconocen como su patrimonio cultural: la fundada por José Vasconcelos, que tuvo por objeto llevar el conocimiento de quienes lo producen a quienes no lo tienen (mediante los libros clásico y las Misiones Culturales, por ejemplo) y la planteada por Manuel Gamio, orientada a conocer el modo de ser, la naturaleza, las aspiraciones y necesidades de las comunidades, a efecto de fomentar su progreso e incorporación a la vida nacional.

Jesús Antonio Machuca Ramírez en “El patrimonio cultural inmaterial ante las transformaciones inducidas por las industrias culturales”, señala que el patrimonio cultural es supeditado de modo creciente a la economía y al mercado mundial y con ello enfrenta nuevos escenarios que generan retos de creatividad y competencia.

Maya Lorena Pérez Ruiz en “¿Tu, él, ellos o yo patrimoniolizamos?”, aborda los problemas que se suscitan en torno a los procesos de patrimonialización, como el acaparamiento de bienes culturales de autoría colectiva por sectores del mismo grupo cultural, el despojo de expresiones culturales por actores externos o la apropiación de los recursos sociales para beneficio de agentes privados.

Luis Ignacio Gómez Arriola en “De cómo la música de mariachi salió del rancho y se transformó en patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO”, hace referencia a los antecedentes históricos y el proceso de la postulación por parte del Estado Mexicano para la incorporación de esta expresión popular a la “Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”.

Gloria López Morales en “Salvaguardia del patrimonio gastronómico de México: Aventura intelectual e imperativo de supervivencia”, destaca cómo el éxito de la propuesta mexicana ha detonado un auge de las cocinas del mundo, debido a que en ellas subyacen mensajes culturales que refuerzan la diversidad cultural y preconizan la necesidad de apoyarse en la tradición antes que instalarse en la innovación o la emulación de otros modelos de alimentación.

Alejandro Salafranca Vázquez en “El Quijote y los usos del español en México: una ventana etnohistórica a un patrimonio cultural inmaterial”, demuestra que el Quijote atesora y resguarda un uso del español de principios del seiscientos que resulta más similar al español mexicano contemporáneo que al español de la España de nuestros días.

Este libro resulta de lectura obligada para los interesados en identificar con precisión los elementos que configuran el patrimonio cultural inmaterial que da identidad a los tlaxcaltecas.

  • LA EXPRESIÓN INMATERIAL DEL PATRIMONIO CULTURAL

El pasado viernes 9 de los corrientes, en el Museo de la Memoria se presentó el libro “Comunidades en movimiento. Aproximaciones a la expresión inmaterial del patrimonio cultural.”. En la Introducción, el coordinador de la edición, el antropólogo social Lucio Lara Plata, indica: “Este libro aborda la dimensión viva de la cultura: el patrimonio cultural inmaterial, sustrato del tejido social, manifestación de las representaciones sociales y de los imaginarios colectivos.”

Añade: “El patrimonio cultural inmaterial continúa siendo un tema polémico, digo continua, porque no es, como en ocasiones se piensa, un tema reciente o nuevo en las discusiones antropológicas: Al menos desde la década de los 70 a la fecha, tanto en los ámbitos internacional y nacionales ha sido ampliamente discutido y analizado desde enfoques diferentes acompañados de una nutrida producción científica.”

Para referir algunos elementos presentes en el debate, Lara Plata acude a Chiara Bortoloto, antropóloga e investigadora del Instituto Interdisciplinario de Antropología Contemporánea (IIAC), quien, entre otros, identifica los siguientes: a) Teóricos del patrimonio que critican la noción como una “aberración intelectual”, dicotómica e innecesaria; b) Otros la caracterizan como una “obsesión patrimonial”; c) Desde la etnología, están quienes señalan que las medidas adoptadas por la UNESCO, con carácter universalista, generan una tendencia a convertir los procesos culturales en objetos de museo; d) La salvaguardia está orientada más a las representaciones que a la cultura viva; e) Se reduce a los portadores a “archivos vivientes”; f) Se fomenta que la cultura “tradicional” sea vista como espectáculo y g) La patrimonialización es vertical y selectiva y, en ocasiones, no cuenta con el consenso, consentimiento o conocimiento de los portadores de la tradición.

En tal marco los autores del libro desarrollan sus planteamientos, advierte el coordinador, quien expresa: “Deseamos que el libro contribuya a que los interesados en estos temas cuenten con una visión crítica en torno del patrimonio cultural inmaterial y sea un referente para las acciones de intervención y salvaguardia en beneficio de sus actores centrales: los portadores de la tradición.” Los autores y los artículos son los siguientes:

El propio Lucio Lara Plata, en el artículo titulado “Gestión y producción legal del patrimonio cultural inmaterial”, plantea que varias universidades del país contribuyen a formar gestores culturales que han pasado de elaborar e instrumentar proyectos culturales, al diseño de políticas gubernamentales y asesoría en materia de legislación cultural, a la gestión del patrimonio cultural y natural o bien a ser empresarios culturales. Afirma que el reto actual que enfrentan los gestores del patrimonio cultural inmaterial radica en contribuir a la reproducción de los grupos portadores de cultura, acompañar los procesos de patrimonialización de las tradiciones y diseñar políticas y planes de salvaguardia que garanticen la reproducción, transmisión y continuidad del legado cultural.

Francisco Javier Dorantes Díaz, en su artículo: “El patrimonio cultural intangible en México. Un análisis desde la perspectiva constitucional y de derechos humanos”, plantea la necesidad de concebir el patrimonio como una unidad, pues la actual desarticulación afecta la protección y salvaguardia de los bienes patrimoniales, máxime cuando se trata de un legado para las generaciones futuras.

Carlos Javier Villaseñor Anaya en “Políticas culturales para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial. Antecedentes, evolución y perspectivas a futuro”, afirma que en México han coexistido dos vertientes de políticas públicas relacionadas con lo que las comunidades reconocen como su patrimonio cultural: la fundada por José Vasconcelos, que tuvo por objeto llevar el conocimiento de quienes lo producen a quienes no lo tienen (mediante los libros clásico y las Misiones Culturales, por ejemplo) y la planteada por Manuel Gamio, orientada a conocer el modo de ser, la naturaleza, las aspiraciones y necesidades de las comunidades, a efecto de fomentar su progreso e incorporación a la vida nacional.

Jesús Antonio Machuca Ramírez en “El patrimonio cultural inmaterial ante las transformaciones inducidas por las industrias culturales”, señala que el patrimonio cultural es supeditado de modo creciente a la economía y al mercado mundial y con ello enfrenta nuevos escenarios que generan retos de creatividad y competencia.

Maya Lorena Pérez Ruiz en “¿Tu, él, ellos o yo patrimoniolizamos?”, aborda los problemas que se suscitan en torno a los procesos de patrimonialización, como el acaparamiento de bienes culturales de autoría colectiva por sectores del mismo grupo cultural, el despojo de expresiones culturales por actores externos o la apropiación de los recursos sociales para beneficio de agentes privados.

Luis Ignacio Gómez Arriola en “De cómo la música de mariachi salió del rancho y se transformó en patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO”, hace referencia a los antecedentes históricos y el proceso de la postulación por parte del Estado Mexicano para la incorporación de esta expresión popular a la “Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”.

Gloria López Morales en “Salvaguardia del patrimonio gastronómico de México: Aventura intelectual e imperativo de supervivencia”, destaca cómo el éxito de la propuesta mexicana ha detonado un auge de las cocinas del mundo, debido a que en ellas subyacen mensajes culturales que refuerzan la diversidad cultural y preconizan la necesidad de apoyarse en la tradición antes que instalarse en la innovación o la emulación de otros modelos de alimentación.

Alejandro Salafranca Vázquez en “El Quijote y los usos del español en México: una ventana etnohistórica a un patrimonio cultural inmaterial”, demuestra que el Quijote atesora y resguarda un uso del español de principios del seiscientos que resulta más similar al español mexicano contemporáneo que al español de la España de nuestros días.

Este libro resulta de lectura obligada para los interesados en identificar con precisión los elementos que configuran el patrimonio cultural inmaterial que da identidad a los tlaxcaltecas.