/ miércoles 9 de septiembre de 2020

Caras y Máscaras | ¿Qué hacer?

Las noticias son verdaderamente preocupantes, para todos, pero más para los “ciudadanos de a pie”, o sea para quienes integran las dos terceras partes de la población, la de menores ingresos. Veamos.

La Secretaría de Salud (SSA) federal informó que hasta el pasado lunes 7 de septiembre en el país sumaban 637 mil 509 casos positivos acumulados de Covid-19 y 67 mil 781 muertes por esa causa; la dependencia estatal, por su parte, dio a conocer que para tal fecha se registraron 6 mil 664 casos positivos y mil 15 fallecimientos en la entidad tlaxcalteca.

Según datos publicados en junio, los estragos en la actividad económica por la pandemia del coronavirus y las medidas de confinamiento ocasionaron la pérdida de 12.5 millones de empleos en la república. Al respecto Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México, escribió en su cuenta de Twitter: “Dicho y hecho. Hace unas semanas dije que era muy probable que se perdiera más empleo informal que formal. La ETOE -primera Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)- confirma que en abril se perdieron 2.1 millones de empleos formales versus 10.4 millones de informales.”

De acuerdo con expectativas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), hechas públicas el 15 de julio, la crisis económica desatada por el coronavirus en el mundo dejará a millones de personas en la pobreza y la pobreza extrema, y México, de todos los países de América Latina, será el país con mayores tasas de crecimiento en este rubro en 2020, por ello en este año el porcentaje de mexicanos en situación de pobreza y pobreza extrema pasará de 53% a 66.9%, del total de la población.

En el mismo mes de julio, un informe del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), detalló que, debido a la emergencia sanitaria, que ha provocado pérdida de empleos y fuentes de ingreso, el número de personas en condiciones de pobreza extrema habría aumentado en 16 millones, al pasar de 22 a 38 millones de febrero a mayo del año en curso, una cifra más elevada que la presentada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la cual planteaba que el impacto sería de 10.7 millones de mexicanos en pobreza laboral al cierre de 2020.

Ante tal panorama alentaban la esperanza noticias que revelaban los impulsos por trasponer las angustias generadas por la pandemia.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador celebró que, de acuerdo a los registros del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), México recuperó 52 mil empleos en agosto. “Es una lucecita que indica que vamos a salir del túnel", escribió en un mensaje acompañado de un video publicado en sus redes sociales.

El 28 de julio la revista Forbes publicó que, de acuerdo con la Secretaría del Bienestar, los programas sociales de la administración federal apoyan a 24.5 millones de personas y que, desde que inició la pandemia por Covid-19, misma que ha provocado crisis sanitaria y la parálisis económica en el país, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador incorporó a dos millones de personas a sus programas de desarrollo social. Tales apoyos económicos son la principal apuesta del gobierno federal para impulsar la economía, que ha sufrido un fuerte descalabro desde que se aplicaron medidas de confinamiento y cierre de actividades para contener el virus.

Sin embargo, organismos como Acción Ciudadana Frente a la Pobreza y el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), han advertido que los programas de desarrollo social serán insuficientes para atender a todas las personas que perdieron su empleo, así como a las familias que vieron reducidos sus ingresos durante esta pandemia. Coincidentemente, los resultados del estudio del PUED-UNAM, “al igual que los del Coneval, indicarían que las transferencias de la administración federal no estarían teniendo un impacto significativo en mitigar la crisis que vive la población”.

A lo anterior hay que agregar el pronóstico de la revista inglesa The Economist, aparecido el 26 de agosto, según el cual la economía mexicana logrará alcanzar el nivel que sustentaba en 2019, hasta el segundo semestre del año 2025, esto porque “México ha sido uno de los países más golpeados por el coronavirus.”

El sábado 29 de agosto de 2020, finalmente, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, acentuó el pesimismo al anticipar que, si bien para 2021 se espera un repunte de la economía, el escenario será peor que en 2018 y 2019, porque “ya no habrá guardaditos” y, aunque no se contrate nueva deuda, ésta se incrementará entre 10 y 17 puntos del PIB por efecto del tipo de cambio.

Las noticias son verdaderamente preocupantes, para todos, pero más para los “ciudadanos de a pie”, o sea para quienes integran las dos terceras partes de la población, la de menores ingresos. Veamos.

La Secretaría de Salud (SSA) federal informó que hasta el pasado lunes 7 de septiembre en el país sumaban 637 mil 509 casos positivos acumulados de Covid-19 y 67 mil 781 muertes por esa causa; la dependencia estatal, por su parte, dio a conocer que para tal fecha se registraron 6 mil 664 casos positivos y mil 15 fallecimientos en la entidad tlaxcalteca.

Según datos publicados en junio, los estragos en la actividad económica por la pandemia del coronavirus y las medidas de confinamiento ocasionaron la pérdida de 12.5 millones de empleos en la república. Al respecto Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México, escribió en su cuenta de Twitter: “Dicho y hecho. Hace unas semanas dije que era muy probable que se perdiera más empleo informal que formal. La ETOE -primera Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)- confirma que en abril se perdieron 2.1 millones de empleos formales versus 10.4 millones de informales.”

De acuerdo con expectativas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), hechas públicas el 15 de julio, la crisis económica desatada por el coronavirus en el mundo dejará a millones de personas en la pobreza y la pobreza extrema, y México, de todos los países de América Latina, será el país con mayores tasas de crecimiento en este rubro en 2020, por ello en este año el porcentaje de mexicanos en situación de pobreza y pobreza extrema pasará de 53% a 66.9%, del total de la población.

En el mismo mes de julio, un informe del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), detalló que, debido a la emergencia sanitaria, que ha provocado pérdida de empleos y fuentes de ingreso, el número de personas en condiciones de pobreza extrema habría aumentado en 16 millones, al pasar de 22 a 38 millones de febrero a mayo del año en curso, una cifra más elevada que la presentada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la cual planteaba que el impacto sería de 10.7 millones de mexicanos en pobreza laboral al cierre de 2020.

Ante tal panorama alentaban la esperanza noticias que revelaban los impulsos por trasponer las angustias generadas por la pandemia.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador celebró que, de acuerdo a los registros del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), México recuperó 52 mil empleos en agosto. “Es una lucecita que indica que vamos a salir del túnel", escribió en un mensaje acompañado de un video publicado en sus redes sociales.

El 28 de julio la revista Forbes publicó que, de acuerdo con la Secretaría del Bienestar, los programas sociales de la administración federal apoyan a 24.5 millones de personas y que, desde que inició la pandemia por Covid-19, misma que ha provocado crisis sanitaria y la parálisis económica en el país, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador incorporó a dos millones de personas a sus programas de desarrollo social. Tales apoyos económicos son la principal apuesta del gobierno federal para impulsar la economía, que ha sufrido un fuerte descalabro desde que se aplicaron medidas de confinamiento y cierre de actividades para contener el virus.

Sin embargo, organismos como Acción Ciudadana Frente a la Pobreza y el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), han advertido que los programas de desarrollo social serán insuficientes para atender a todas las personas que perdieron su empleo, así como a las familias que vieron reducidos sus ingresos durante esta pandemia. Coincidentemente, los resultados del estudio del PUED-UNAM, “al igual que los del Coneval, indicarían que las transferencias de la administración federal no estarían teniendo un impacto significativo en mitigar la crisis que vive la población”.

A lo anterior hay que agregar el pronóstico de la revista inglesa The Economist, aparecido el 26 de agosto, según el cual la economía mexicana logrará alcanzar el nivel que sustentaba en 2019, hasta el segundo semestre del año 2025, esto porque “México ha sido uno de los países más golpeados por el coronavirus.”

El sábado 29 de agosto de 2020, finalmente, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, acentuó el pesimismo al anticipar que, si bien para 2021 se espera un repunte de la economía, el escenario será peor que en 2018 y 2019, porque “ya no habrá guardaditos” y, aunque no se contrate nueva deuda, ésta se incrementará entre 10 y 17 puntos del PIB por efecto del tipo de cambio.