/ viernes 27 de mayo de 2022

¡Claro que hay motivo de “pesos”…!

¡Lo que no hay es justificación! Resulta, que hay pleito “ranchero” entre varias “famiglias” municipales de Tlaxcala. No es para menos. En ellos, quienes manejan el dinero se “agandallan” a síndicos y regidores.

Están ciertos que esta es “su oportunidad” y si los anteriores lo hicieron, ¿Por qué ellos no? Así es que reclaman su “moche”. Ya pasaron nueve meses y quieren reponer lo gastado en campaña y luego asegurar el futuro. Porque salvo excepciones, éste no “brillará” para muchos. Hasta ahí quedarán sus carreras políticas. “No te hiciste de dinero por pen…denciero”. Ese es el verdadero fondo del problema. El manejo del presupuesto. El “number one”, se amafia con el tesorero, para disponer del “villano”. Justificarlo es “chamba” de este último. No sabemos quién o cuándo les recortarán las uñas a estas ratas trienales indecentes, que roban felices porque hasta hoy, ningún ladrón de esa calaña está “guardado”. Pareciera que vivimos un sistema de contubernios, donde “para que me dejen hacer debo dejar hacer”. El “presi…” “agarra” del presupuesto, de los ingresos propios, de las participaciones federales, de los “ajustes trimestrales”, o como en Chiautempan, de los ingresos de sanitarios, estacionamientos, parquímetros, comercio en vía pública, panteón, agua potable, multas por obras públicas, la feria anual, etc. Etc. Todo lo que la imaginación del primogénito a cargo del municipio decida. La “cobija” presupuestal es corta y las ambiciones son grandes. “O nos toca a todos o a nadie”. “Si aquel ya estrenó, yo quiero”, “Si está haciendo casa yo también”. “Si comen caro…que inviten”. El sistema de cohechos y componendas se irá ajustando a una realidad operativa hasta que a todos “salpique” y en esto, pareciera que no hay ley ni autoridad capaz de poner orden.

¿Por qué a los que se fueron no los castigó la ley? La respuesta la daría una auditoría externa a los expedientes municipales de los sospechosos, que aún tramitan observaciones en la Contaduría Superior del Congreso, de quien, dicho sea de paso, se rumora que fue ratificada porque “repartió tajadas” entre los actuales diputados. Se sabe que un portafolio bien “apretadito” con seis ceros, perdona cualquier “pecado” o “maquilla” para que el “pecador” no llegue a las barandillas penales y si llega, que no prospere la acusación. En la “mecánica” municipal, desde el recolector de basura que selecciona para vender de trasmano, el inspector de vista corta pero mano extendida. El policía que recibe gratificación. El Juez Municipal al que cohechan. El comandante policiaco al que lo alcanzan las gratitudes ciudadanas o peor aún, lleva sus “pillos nocturnos”, o el del Registro Civil que “rectifica actas”. La secretaria que “adelanta” citas o las retrasa. Todos -con honrosas excepciones- ven su oportunidad de enriquecerse. Hasta el encargado de obras públicas que “escamotea” al municipio los materiales. Esa es la realidad, y vuelvo a decir, no hay ley que los frene o autoridad que la aplique.

  • Todos duermen en colchón, no en cemento. Mientras esta sea la triste realidad, las “familias” municipales andarán a “la greña” ante la atónita mirada ciudadana que contempla como morenistas o no, todos son una caterva de corruptos que merecen estar en la cárcel -con honrosas excepciones-, que quisiéramos conocer para aplaudirles.

Pero así cursan su periodo las “famiglias” municipales. Peor otras como en Xicohtzinco, sin entenderse y matándose entre ellas. El Altísimo nos libre de toda esa maldad.

¡Lo que no hay es justificación! Resulta, que hay pleito “ranchero” entre varias “famiglias” municipales de Tlaxcala. No es para menos. En ellos, quienes manejan el dinero se “agandallan” a síndicos y regidores.

Están ciertos que esta es “su oportunidad” y si los anteriores lo hicieron, ¿Por qué ellos no? Así es que reclaman su “moche”. Ya pasaron nueve meses y quieren reponer lo gastado en campaña y luego asegurar el futuro. Porque salvo excepciones, éste no “brillará” para muchos. Hasta ahí quedarán sus carreras políticas. “No te hiciste de dinero por pen…denciero”. Ese es el verdadero fondo del problema. El manejo del presupuesto. El “number one”, se amafia con el tesorero, para disponer del “villano”. Justificarlo es “chamba” de este último. No sabemos quién o cuándo les recortarán las uñas a estas ratas trienales indecentes, que roban felices porque hasta hoy, ningún ladrón de esa calaña está “guardado”. Pareciera que vivimos un sistema de contubernios, donde “para que me dejen hacer debo dejar hacer”. El “presi…” “agarra” del presupuesto, de los ingresos propios, de las participaciones federales, de los “ajustes trimestrales”, o como en Chiautempan, de los ingresos de sanitarios, estacionamientos, parquímetros, comercio en vía pública, panteón, agua potable, multas por obras públicas, la feria anual, etc. Etc. Todo lo que la imaginación del primogénito a cargo del municipio decida. La “cobija” presupuestal es corta y las ambiciones son grandes. “O nos toca a todos o a nadie”. “Si aquel ya estrenó, yo quiero”, “Si está haciendo casa yo también”. “Si comen caro…que inviten”. El sistema de cohechos y componendas se irá ajustando a una realidad operativa hasta que a todos “salpique” y en esto, pareciera que no hay ley ni autoridad capaz de poner orden.

¿Por qué a los que se fueron no los castigó la ley? La respuesta la daría una auditoría externa a los expedientes municipales de los sospechosos, que aún tramitan observaciones en la Contaduría Superior del Congreso, de quien, dicho sea de paso, se rumora que fue ratificada porque “repartió tajadas” entre los actuales diputados. Se sabe que un portafolio bien “apretadito” con seis ceros, perdona cualquier “pecado” o “maquilla” para que el “pecador” no llegue a las barandillas penales y si llega, que no prospere la acusación. En la “mecánica” municipal, desde el recolector de basura que selecciona para vender de trasmano, el inspector de vista corta pero mano extendida. El policía que recibe gratificación. El Juez Municipal al que cohechan. El comandante policiaco al que lo alcanzan las gratitudes ciudadanas o peor aún, lleva sus “pillos nocturnos”, o el del Registro Civil que “rectifica actas”. La secretaria que “adelanta” citas o las retrasa. Todos -con honrosas excepciones- ven su oportunidad de enriquecerse. Hasta el encargado de obras públicas que “escamotea” al municipio los materiales. Esa es la realidad, y vuelvo a decir, no hay ley que los frene o autoridad que la aplique.

  • Todos duermen en colchón, no en cemento. Mientras esta sea la triste realidad, las “familias” municipales andarán a “la greña” ante la atónita mirada ciudadana que contempla como morenistas o no, todos son una caterva de corruptos que merecen estar en la cárcel -con honrosas excepciones-, que quisiéramos conocer para aplaudirles.

Pero así cursan su periodo las “famiglias” municipales. Peor otras como en Xicohtzinco, sin entenderse y matándose entre ellas. El Altísimo nos libre de toda esa maldad.