/ martes 4 de mayo de 2021

Dejar ser, dejar pasar

A Fany-Lu-Moshi-Moshi; llegó el momento, ¡¡¡a trascender!!!

La palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices

A. Einstein

¿Hasta dónde es posible localizar las fronteras de nuestro egoísmo? ¿Hasta cuándo podemos sumergirnos en la percepción de lo cotidiano e ignorar todo aquello que sucede pero que nos negamos a ver?

Si hacemos un esfuerzo por dejar a un lado el entorno electoral, podríamos observar que hay una gran cantidad de temas sin atender mientras nos distraemos con calificativos de “apátridas” o “golpistas a la democracia”.

Es el discurso político simplificado el que determina y esconde todo por un sentido equivocado de rectitud moral. Y esa simplificación nos ciega en distinguir a simple vista una realidad tan compleja como espeluznante como lo que sucede con la niñez rural, porque eso es lo que menos se ve cuando:

El jefe del Comando Norte de Estados Unidos, Glen Van Herk, señala públicamente que el “narcotráfico, migración, tráfico humano son síntomas de las organizaciones criminales transnacionales que operan con frecuencia en zonas sin gobierno: [entre un] "30 y 35 por ciento del territorio de México"… y se responde desde presidencia: “No nos vamos a enganchar”.

Cuando el exembajador Christopher Landau declara que el control efectivo “del territorio mexicano está controlado por los cárteles de la droga [en un 40 por ciento]… y que ello es una amenaza real para ambos países” … y se responde: “Esa es una exageración”.

Cuando organismos internacionales señalan que es México el país más peligroso para ejercer el periodismo producto de la gran cantidad de asesinatos que se registran en una “espiral ascendente de violencia contra periodistas”, agravada por la polarización política y la colusión de servidores públicos con el crimen organizado… y se responde con frases tan desafortunadas como: “hay que tapar la boca a los reporteros”.

Cuando Organizaciones de la Sociedad Civil alertan que, durante los últimos dos años han asesinado a 45 activistas defensores comunitarios, de derechos económicos, sociales, culturales, ambientales, de la diversidad sexual, civil y comunicadores, y que decir de los candidatos políticos asesinados o secuestrados… y se responde desde presidencia: yo tengo otros datos”.

Cuando se viaja por la tierra caliente de Michoacán o Guerrero y se observa a plena luz del día como los sicarios, los policías comunitarios o la gente armada circula por todos los territorios municipales libremente; y es ahí donde los candidatos a cargos de representación popular son representantes de los “paramilitares” … y se responde desde el poder: “nosotros tenemos una concepción distinta”.

Cuando a pesar de que todas las alertas territoriales el fuego cruzado entre cárteles captura regiones completas, donde ni el Ejército, la Marina ni la Guardia Nacional tienen presencia, como sucede actualmente en el municipio de Aguililla Michoacán… y se responde: con un desplegado de presencia de las fuerzas del orden por 24 hrs., para después, abandonar a las regiones a su suerte.

Cuando una tropa de niños militares aparece en la escena nacional y nos recuerda el drama de los niños soldados en la revolución mexicana, pero al mismo tiempo, nos inmortaliza la tragedia que viven miles de niños reclutados por todos los bandos que engruesan sus fuerzas militares mostrándonos los escenarios más trágicos de la humanidad en nuestro propio país.

Lo perverso de este asunto de distorsionar la realidad es que con ello se llega a ocultar que cada día es más común que desde esos territorios sin gobierno empiecen a circular “mensajes” donde a través de videos explícitos se muestre a sicarios ejecutando a niños (casi jóvenes); intimidando a la población para que no denuncien… Con tristeza, y en vísperas de la celebración del día del niño, comparto con usted querido lector que a esta columna llegó de forma anónima (WhatsApp) uno de esos videos inhumanos que muestra una ejecución.

Una evidencia donde se derrumba el discurso político “de los otros datos”, ante la espeluznante realidad de las comunidades abandonadas, de la niñez rural, de la suerte de los huérfanos en territorios olvidados, donde la autoridad está comprometida con todo, menos con los menos desprotegidos y los derechos humanos. Cayendo con ello en la máxima de “Dejar ser, dejar pasar”.

  • Analista Político. Colaborador de Integridad Ciudadana A.C. @Integridad_AC @VJ1204

A Fany-Lu-Moshi-Moshi; llegó el momento, ¡¡¡a trascender!!!

La palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices

A. Einstein

¿Hasta dónde es posible localizar las fronteras de nuestro egoísmo? ¿Hasta cuándo podemos sumergirnos en la percepción de lo cotidiano e ignorar todo aquello que sucede pero que nos negamos a ver?

Si hacemos un esfuerzo por dejar a un lado el entorno electoral, podríamos observar que hay una gran cantidad de temas sin atender mientras nos distraemos con calificativos de “apátridas” o “golpistas a la democracia”.

Es el discurso político simplificado el que determina y esconde todo por un sentido equivocado de rectitud moral. Y esa simplificación nos ciega en distinguir a simple vista una realidad tan compleja como espeluznante como lo que sucede con la niñez rural, porque eso es lo que menos se ve cuando:

El jefe del Comando Norte de Estados Unidos, Glen Van Herk, señala públicamente que el “narcotráfico, migración, tráfico humano son síntomas de las organizaciones criminales transnacionales que operan con frecuencia en zonas sin gobierno: [entre un] "30 y 35 por ciento del territorio de México"… y se responde desde presidencia: “No nos vamos a enganchar”.

Cuando el exembajador Christopher Landau declara que el control efectivo “del territorio mexicano está controlado por los cárteles de la droga [en un 40 por ciento]… y que ello es una amenaza real para ambos países” … y se responde: “Esa es una exageración”.

Cuando organismos internacionales señalan que es México el país más peligroso para ejercer el periodismo producto de la gran cantidad de asesinatos que se registran en una “espiral ascendente de violencia contra periodistas”, agravada por la polarización política y la colusión de servidores públicos con el crimen organizado… y se responde con frases tan desafortunadas como: “hay que tapar la boca a los reporteros”.

Cuando Organizaciones de la Sociedad Civil alertan que, durante los últimos dos años han asesinado a 45 activistas defensores comunitarios, de derechos económicos, sociales, culturales, ambientales, de la diversidad sexual, civil y comunicadores, y que decir de los candidatos políticos asesinados o secuestrados… y se responde desde presidencia: yo tengo otros datos”.

Cuando se viaja por la tierra caliente de Michoacán o Guerrero y se observa a plena luz del día como los sicarios, los policías comunitarios o la gente armada circula por todos los territorios municipales libremente; y es ahí donde los candidatos a cargos de representación popular son representantes de los “paramilitares” … y se responde desde el poder: “nosotros tenemos una concepción distinta”.

Cuando a pesar de que todas las alertas territoriales el fuego cruzado entre cárteles captura regiones completas, donde ni el Ejército, la Marina ni la Guardia Nacional tienen presencia, como sucede actualmente en el municipio de Aguililla Michoacán… y se responde: con un desplegado de presencia de las fuerzas del orden por 24 hrs., para después, abandonar a las regiones a su suerte.

Cuando una tropa de niños militares aparece en la escena nacional y nos recuerda el drama de los niños soldados en la revolución mexicana, pero al mismo tiempo, nos inmortaliza la tragedia que viven miles de niños reclutados por todos los bandos que engruesan sus fuerzas militares mostrándonos los escenarios más trágicos de la humanidad en nuestro propio país.

Lo perverso de este asunto de distorsionar la realidad es que con ello se llega a ocultar que cada día es más común que desde esos territorios sin gobierno empiecen a circular “mensajes” donde a través de videos explícitos se muestre a sicarios ejecutando a niños (casi jóvenes); intimidando a la población para que no denuncien… Con tristeza, y en vísperas de la celebración del día del niño, comparto con usted querido lector que a esta columna llegó de forma anónima (WhatsApp) uno de esos videos inhumanos que muestra una ejecución.

Una evidencia donde se derrumba el discurso político “de los otros datos”, ante la espeluznante realidad de las comunidades abandonadas, de la niñez rural, de la suerte de los huérfanos en territorios olvidados, donde la autoridad está comprometida con todo, menos con los menos desprotegidos y los derechos humanos. Cayendo con ello en la máxima de “Dejar ser, dejar pasar”.

  • Analista Político. Colaborador de Integridad Ciudadana A.C. @Integridad_AC @VJ1204