/ viernes 6 de marzo de 2020

¿Democracia sindical en el SNTE?

¿Será posible la democratización de uno de los sindicatos más corruptos? ¿Podrán los maestros que han estado durante varios sexenios manipulados por pseudolíderes ejercer el voto universal, directo y secreto? ¿Estarán dispuestos los eternos manipuladores de agremiados al sindicato a permitir democratizar al magisterio? Se debe considerar que el magisterio nacional afiliado al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el más grande de Latinoamérica, estuvo (y está) integrado por maestros en contra de su voluntad, porque el gobierno, otorgada la plaza como docente y, en automático, la cuota sindical que debe aportar quincenalmente se asignaba para su cobro al SNTE. Esa cuota ha sido durante muchos años el imán para los “líderes” corruptos, porque esas cuotas magisteriales durante años, se han convertido en botín del que han gozado los secretarios generales (ahora presidentes), de la citada organización. Saqueado ese tesoro de maestros por muchos años, y el ejemplo palpable es la “lideresa” Gordillo, que por sus declaraciones hizo saber al público que había heredado mucho dinero de sus parientes.

La pregunta es: ¿Será posible que el magisterio actual pueda ejercer voto libre para elegir a sus representantes? ¿Será que, ahora, los manipuladores profesionales dentro del sindicato por varios lustros, den la oportunidad de ejercer un derecho denegado a los docentes honorables para eliminar la corrupción ejercida por el binomio SEP-SNTE?

Si actualmente el magisterio nacional se organiza estará luchando para que se estructure una verdadera fuerza contra la corrupción perpetua del SNTE, y esa fuerza que es posible establecerla será de tal magnitud moral capaz de enviar ante la justicia a todos aquéllos síndicos que estuvieron en el poder y saquearon las arcas sindicales. Son las circunstancias políticas que actualmente presenta el gobierno de López Obrador, para llevar al sillón de los acusados a todos los “líderes” llamados “charros”, que denigraron con sus acciones al trabajo que debe desempeñar un auténtico sindicato, sin embargo, fue un sindicato que olvidó la defensa de los intereses de sus agremiados.

Los grupos democráticos de docentes tienen la tarea de agrupar a más compañeros afines a la idea de utilizar la democracia vituperada por pasados “pseudolíderes”.

Si se observa, a la fecha continúan en el poder administrativo de la educación los mismos cuadros que impuso Esther Gordillo, por ello el sindicato continúa manipulando plazas y ubicaciones de maestros, esta situación que prevalece genera repercusión en la impartición de la buena educación.

¿Por qué siempre “heredó” la camarilla anterior el poder sindical, amparándose en elección “democrática” con votos del magisterio. Por mucho tiempo el propio SNTE hizo sus reglas para cambio de secciones sindicales (de cada estado), el juego electoral estaba (y está) organizado de tal forma para que el siguiente elegido como Secretario General quede ungido por medio del voto magisterial como nuevo dirigente.

Momento oportuno para que el magisterio exija ahora, en primer término, sea elegido el Comité Nacional del SNTE con intervención de una institución nacional con el propósito de que su arbitrio sea de carácter legal, puede ser el Instituto Nacional Electoral proporcionando todos los requisitos que requiera una elección democrática, expidiendo la convocatoria con señalamientos para el proceso electoral, como son boletas, tiempo de campañas, debates y desde luego que los votos sean contabilizados por la institución electoral, haciendo la diferencia de hacer a un lado el conteo vicioso y por demás maléfico del propio sindicato. Sería de gran relevancia como ejemplo nacional e internacional para el sindicalismo de todos los países, que la organización de maestros mexicanos ha elegido a sus dirigentes por medio democrático. Si se llevara a cabo esta propuesta, se daría el primer paso para democratizar a un sindicato por muchos años corrupto. De seguir con el mismo juego ejercido a la fecha por los dirigentes del SNTE nacional, será una utopía establecer una organización democrática, la que es urgente establecer para el bien del magisterio y también de la educación que todavía está maniatada por las acciones sindicales que no han querido desaparecer.

La educación también requiere de un ejército de docentes sindicalizados que luchen patrióticamente por mejorar la educación nacional.

¿Será posible la democratización de uno de los sindicatos más corruptos? ¿Podrán los maestros que han estado durante varios sexenios manipulados por pseudolíderes ejercer el voto universal, directo y secreto? ¿Estarán dispuestos los eternos manipuladores de agremiados al sindicato a permitir democratizar al magisterio? Se debe considerar que el magisterio nacional afiliado al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el más grande de Latinoamérica, estuvo (y está) integrado por maestros en contra de su voluntad, porque el gobierno, otorgada la plaza como docente y, en automático, la cuota sindical que debe aportar quincenalmente se asignaba para su cobro al SNTE. Esa cuota ha sido durante muchos años el imán para los “líderes” corruptos, porque esas cuotas magisteriales durante años, se han convertido en botín del que han gozado los secretarios generales (ahora presidentes), de la citada organización. Saqueado ese tesoro de maestros por muchos años, y el ejemplo palpable es la “lideresa” Gordillo, que por sus declaraciones hizo saber al público que había heredado mucho dinero de sus parientes.

La pregunta es: ¿Será posible que el magisterio actual pueda ejercer voto libre para elegir a sus representantes? ¿Será que, ahora, los manipuladores profesionales dentro del sindicato por varios lustros, den la oportunidad de ejercer un derecho denegado a los docentes honorables para eliminar la corrupción ejercida por el binomio SEP-SNTE?

Si actualmente el magisterio nacional se organiza estará luchando para que se estructure una verdadera fuerza contra la corrupción perpetua del SNTE, y esa fuerza que es posible establecerla será de tal magnitud moral capaz de enviar ante la justicia a todos aquéllos síndicos que estuvieron en el poder y saquearon las arcas sindicales. Son las circunstancias políticas que actualmente presenta el gobierno de López Obrador, para llevar al sillón de los acusados a todos los “líderes” llamados “charros”, que denigraron con sus acciones al trabajo que debe desempeñar un auténtico sindicato, sin embargo, fue un sindicato que olvidó la defensa de los intereses de sus agremiados.

Los grupos democráticos de docentes tienen la tarea de agrupar a más compañeros afines a la idea de utilizar la democracia vituperada por pasados “pseudolíderes”.

Si se observa, a la fecha continúan en el poder administrativo de la educación los mismos cuadros que impuso Esther Gordillo, por ello el sindicato continúa manipulando plazas y ubicaciones de maestros, esta situación que prevalece genera repercusión en la impartición de la buena educación.

¿Por qué siempre “heredó” la camarilla anterior el poder sindical, amparándose en elección “democrática” con votos del magisterio. Por mucho tiempo el propio SNTE hizo sus reglas para cambio de secciones sindicales (de cada estado), el juego electoral estaba (y está) organizado de tal forma para que el siguiente elegido como Secretario General quede ungido por medio del voto magisterial como nuevo dirigente.

Momento oportuno para que el magisterio exija ahora, en primer término, sea elegido el Comité Nacional del SNTE con intervención de una institución nacional con el propósito de que su arbitrio sea de carácter legal, puede ser el Instituto Nacional Electoral proporcionando todos los requisitos que requiera una elección democrática, expidiendo la convocatoria con señalamientos para el proceso electoral, como son boletas, tiempo de campañas, debates y desde luego que los votos sean contabilizados por la institución electoral, haciendo la diferencia de hacer a un lado el conteo vicioso y por demás maléfico del propio sindicato. Sería de gran relevancia como ejemplo nacional e internacional para el sindicalismo de todos los países, que la organización de maestros mexicanos ha elegido a sus dirigentes por medio democrático. Si se llevara a cabo esta propuesta, se daría el primer paso para democratizar a un sindicato por muchos años corrupto. De seguir con el mismo juego ejercido a la fecha por los dirigentes del SNTE nacional, será una utopía establecer una organización democrática, la que es urgente establecer para el bien del magisterio y también de la educación que todavía está maniatada por las acciones sindicales que no han querido desaparecer.

La educación también requiere de un ejército de docentes sindicalizados que luchen patrióticamente por mejorar la educación nacional.