/ viernes 9 de agosto de 2019

Deplorable: asesinato de inocentes

Hechos reprobables que se dan en la sociedad capitalista de un país de leyes que aplican severamente hechos cometidos como los recientes de El Paso, Texas, y Chicago que han realizado francotiradores en contra de multitudes de ciudadanos y que algunos agresores han caído bajo balas policíacas y otros se encuentran recluidos en cárceles. Algunos gobiernos a este tipo de agresiones contra multitudes los califican como terroristas, y tal vez acierten en el calificativo, sin embargo; tipificar un hecho delictuoso no remedia el crimen masivo que se ha dado como la moda en los Estados Unidos de Norteamérica.

No basta el castigo severo impuesto a criminales para detener futuros hechos delictivos. y para el sentido común es necesario investigar las causas que lo originan, los factores que lo provocan, a fin de poder contener en parte el impulso de matar a docenas de ciudadanos pacíficos.

El vecino país del norte ha permitido el libre comercio de armas que pueden adquirir ciudadanos para salvaguardar la integridad de la familia y de sus intereses personales, y esos permisos para expenderlas a ciudadanos se extralimita, al permitir la adquisición de armas para la guerra, no solamente se puede comprar arma llamada “corta”, también las de calibre de largo alcance.

De acuerdo con la institución del gobierno estadounidense encargada de contabilizar armas vendidas, éstas sobrepasan al número de habitantes de ese país superarmado. El Estado debe prohibir, en primer término, venta de armas llamadas “largas”, y luego requisarlas de acuerdo con algún programa gubernamental donde no pierda el valor del que las adquirió al amparo de la ley.

La venta indiscriminada de armas en ese país vecino, ha contribuido al contrabando de las mismas para fortalecer a grupos delictivos y según experiencia de autoridades nacionales las decomisadas en nuestro país son de origen estadounidense. Conocedores del comercio referido a venta de máquinas de la muerte el negocio de ellas es importante para el país vecino donde no existen restricciones para su adquisición.

Los hechos reprobables acaecidos recientemente contra la ciudadanía trabajadora se han dado en reiteradas ocasiones, y la efectuada en El Paso, Texas, según informes noticiosos, estuvo dirigida contra los mexicanos, ello de acuerdo a un escrito que adjudican al agresor, que dio muerte a más de una veintena y a otros tantos heridos que se encuentran en sanatorio padeciendo heridas de vida o muerte: niños, mujeres, adultos y viejos quienes pacíficamente acudían a realizar compras consumibles para su hogar los que ya no regresaron. Cuadros dolorosos que dejó matanza indiscriminada dejando niños huérfanos y padres sin hijos, a viudas y viudos. Asesinatos que han desquiciado la estructura interna de familias cuyo futuro es incierto.

El expresidente Obama ha declarado que mientras no exista ley que reglamente la venta de armas de muerte, continuará la criminalidad y al parecer los que obstruyen esa posibilidad de corregir la vendimia hasta ahora tolerada, son miembros del Poder Legislativo (Diputados y Senadores), los que se encuentran en la postura de continuar con la venta de armas prevaleciente.

También especialistas en asuntos delictivos de la naturaleza referida, tipifican a hechos como terroristas, ello aunque no se deba a confrontación política internacional, sino que: simplemente compradores acudirán a los centros comerciales con temor a que se repitan hechos deplorables.

Por vez primera, el gobierno mexicano, al través de la institución diplomática correspondiente, tratará con el gobierno vecino lo acaecido en contra de mexicanos que perdieron la vida. A partir de sucesos terroristas, un país suramericano ha prohibido a sus ciudadanos visitar a los Estados Unidos, por la evidencia presentada como “país inseguro”, ello en correspondencia a lo que el Gobierno de Trump recomienda y hasta prohíbe visitar a ciertos países donde se presentan hechos delincuenciales.


Hechos reprobables que se dan en la sociedad capitalista de un país de leyes que aplican severamente hechos cometidos como los recientes de El Paso, Texas, y Chicago que han realizado francotiradores en contra de multitudes de ciudadanos y que algunos agresores han caído bajo balas policíacas y otros se encuentran recluidos en cárceles. Algunos gobiernos a este tipo de agresiones contra multitudes los califican como terroristas, y tal vez acierten en el calificativo, sin embargo; tipificar un hecho delictuoso no remedia el crimen masivo que se ha dado como la moda en los Estados Unidos de Norteamérica.

No basta el castigo severo impuesto a criminales para detener futuros hechos delictivos. y para el sentido común es necesario investigar las causas que lo originan, los factores que lo provocan, a fin de poder contener en parte el impulso de matar a docenas de ciudadanos pacíficos.

El vecino país del norte ha permitido el libre comercio de armas que pueden adquirir ciudadanos para salvaguardar la integridad de la familia y de sus intereses personales, y esos permisos para expenderlas a ciudadanos se extralimita, al permitir la adquisición de armas para la guerra, no solamente se puede comprar arma llamada “corta”, también las de calibre de largo alcance.

De acuerdo con la institución del gobierno estadounidense encargada de contabilizar armas vendidas, éstas sobrepasan al número de habitantes de ese país superarmado. El Estado debe prohibir, en primer término, venta de armas llamadas “largas”, y luego requisarlas de acuerdo con algún programa gubernamental donde no pierda el valor del que las adquirió al amparo de la ley.

La venta indiscriminada de armas en ese país vecino, ha contribuido al contrabando de las mismas para fortalecer a grupos delictivos y según experiencia de autoridades nacionales las decomisadas en nuestro país son de origen estadounidense. Conocedores del comercio referido a venta de máquinas de la muerte el negocio de ellas es importante para el país vecino donde no existen restricciones para su adquisición.

Los hechos reprobables acaecidos recientemente contra la ciudadanía trabajadora se han dado en reiteradas ocasiones, y la efectuada en El Paso, Texas, según informes noticiosos, estuvo dirigida contra los mexicanos, ello de acuerdo a un escrito que adjudican al agresor, que dio muerte a más de una veintena y a otros tantos heridos que se encuentran en sanatorio padeciendo heridas de vida o muerte: niños, mujeres, adultos y viejos quienes pacíficamente acudían a realizar compras consumibles para su hogar los que ya no regresaron. Cuadros dolorosos que dejó matanza indiscriminada dejando niños huérfanos y padres sin hijos, a viudas y viudos. Asesinatos que han desquiciado la estructura interna de familias cuyo futuro es incierto.

El expresidente Obama ha declarado que mientras no exista ley que reglamente la venta de armas de muerte, continuará la criminalidad y al parecer los que obstruyen esa posibilidad de corregir la vendimia hasta ahora tolerada, son miembros del Poder Legislativo (Diputados y Senadores), los que se encuentran en la postura de continuar con la venta de armas prevaleciente.

También especialistas en asuntos delictivos de la naturaleza referida, tipifican a hechos como terroristas, ello aunque no se deba a confrontación política internacional, sino que: simplemente compradores acudirán a los centros comerciales con temor a que se repitan hechos deplorables.

Por vez primera, el gobierno mexicano, al través de la institución diplomática correspondiente, tratará con el gobierno vecino lo acaecido en contra de mexicanos que perdieron la vida. A partir de sucesos terroristas, un país suramericano ha prohibido a sus ciudadanos visitar a los Estados Unidos, por la evidencia presentada como “país inseguro”, ello en correspondencia a lo que el Gobierno de Trump recomienda y hasta prohíbe visitar a ciertos países donde se presentan hechos delincuenciales.