/ martes 24 de agosto de 2021

Desastres "naturales" de la 4T

Con la extinción de 109 fideicomisos impulsada por Morena, con la finalidad de ‘lograr la austeridad republicana’ despareció también la posibilidad de que el Estado Mexicano pueda contribuir con la reconstrucción de zonas azotadas por fenómenos naturales.

Así ocurrió en Veracruz, donde tras el paso del huracán Grace que alcanzó categoría 3, hizo destrozos principalmente en aquel estado, dejando sin vivienda, energía eléctrica, víveres y caminos a las familias que viven en esa zona.

La desaparición del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) deja a la deriva las necesidades de quienes han tenido la desgracia de perder sus bienes materiales. Pareciera, pues, un acto de indiferencia ante "el dolor evitable" al que se refería Carlos Castillo Peraza.

  • Lejos estamos de tener un gobierno humano, como se quiere hacer creer. Distantes de un gobierno que entienda las necesidades de los mexicanos.

Los gobiernos de Morena se han caracterizado por la improvisación, el desaseo de sus finanzas públicas, la opacidad y la arbitrariedad.

Mientras miles de familias sufren en los estados afectados por el meteoro, el gobierno de la 4T sigue pensando en cómo ganar elecciones, en cómo lograr alimentar a una base electoral, y no en cómo sacar adelante al pueblo de México.

Cierto es que la federación hoy no está preparada para enfrentar una catástrofe de magnitudes como Katrina, mucho menos pensar en cómo levantar a un país que sea azotado con sismos como los ocurridos en 1985 o 2017.

Si agregamos a esta fórmula el crecimiento desmedido de la pobreza, la desigualdad, la incapacidad para gestionar la crisis por la pandemia, la falta de empleos, los constantes ataques a los órganos autónomos, a la libre expresión y a la propia oposición desde el gobierno, tenemos en resumen a un gobierno fallido, frente a un pueblo que depositó en él su confianza y la esperanza del progreso que nunca llegó.

Un nuevo congreso

El inicio de la próxima Legislatura está cerca, y es prudente replantear aquello que destruyó Morena y que como país tardamos décadas en crear.

El reto que está por venir para el Congreso es verdaderamente representar la voluntad del pueblo de México, y nunca más hacer de este poder de la Unión, una simple ventanilla de trámite a donde no se mueva ni una coma de una iniciativa enviada por el Ejecutivo federal.

Desde la oposición, nuestro compromiso seguirá siendo con las y los ciudadanos y frontal ante un gobierno inoperante y corrupto.

Agradezco el favor de su lectura.

Con la extinción de 109 fideicomisos impulsada por Morena, con la finalidad de ‘lograr la austeridad republicana’ despareció también la posibilidad de que el Estado Mexicano pueda contribuir con la reconstrucción de zonas azotadas por fenómenos naturales.

Así ocurrió en Veracruz, donde tras el paso del huracán Grace que alcanzó categoría 3, hizo destrozos principalmente en aquel estado, dejando sin vivienda, energía eléctrica, víveres y caminos a las familias que viven en esa zona.

La desaparición del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) deja a la deriva las necesidades de quienes han tenido la desgracia de perder sus bienes materiales. Pareciera, pues, un acto de indiferencia ante "el dolor evitable" al que se refería Carlos Castillo Peraza.

  • Lejos estamos de tener un gobierno humano, como se quiere hacer creer. Distantes de un gobierno que entienda las necesidades de los mexicanos.

Los gobiernos de Morena se han caracterizado por la improvisación, el desaseo de sus finanzas públicas, la opacidad y la arbitrariedad.

Mientras miles de familias sufren en los estados afectados por el meteoro, el gobierno de la 4T sigue pensando en cómo ganar elecciones, en cómo lograr alimentar a una base electoral, y no en cómo sacar adelante al pueblo de México.

Cierto es que la federación hoy no está preparada para enfrentar una catástrofe de magnitudes como Katrina, mucho menos pensar en cómo levantar a un país que sea azotado con sismos como los ocurridos en 1985 o 2017.

Si agregamos a esta fórmula el crecimiento desmedido de la pobreza, la desigualdad, la incapacidad para gestionar la crisis por la pandemia, la falta de empleos, los constantes ataques a los órganos autónomos, a la libre expresión y a la propia oposición desde el gobierno, tenemos en resumen a un gobierno fallido, frente a un pueblo que depositó en él su confianza y la esperanza del progreso que nunca llegó.

Un nuevo congreso

El inicio de la próxima Legislatura está cerca, y es prudente replantear aquello que destruyó Morena y que como país tardamos décadas en crear.

El reto que está por venir para el Congreso es verdaderamente representar la voluntad del pueblo de México, y nunca más hacer de este poder de la Unión, una simple ventanilla de trámite a donde no se mueva ni una coma de una iniciativa enviada por el Ejecutivo federal.

Desde la oposición, nuestro compromiso seguirá siendo con las y los ciudadanos y frontal ante un gobierno inoperante y corrupto.

Agradezco el favor de su lectura.