/ jueves 23 de julio de 2020

Deshojando el Cempasúchil | ¡Bien por el gobierno de Tlaxcala!

Fantástica idea la de Marco Mena, gobernador de Tlaxcala, referente a implementar una estrategia mediante la cual se otorgarán créditos de hasta 5 mdp a Mipymes que se vieron afectadas por la pandemia de Covid-19 o –o sea todas- para ello firmó con Nacional Financiera la Carta Intención del Programa Impulso Económico y Fomento al Empleo en Tlaxcala, que tendrá una bolsa total de 115 millones de pesos.

El gobernador Mena enfatizó que la Administración Estatal seguirá aprovechando todas las posibilidades de consolidar inversiones para confirmar la llegada de capitales, con la finalidad de apoyar a los sectores productivos de la entidad, aseguró que Tlaxcala será referencia en el país por la manera en que está manejando la crisis sanitaria y económica que provocó la Covid-19, con la prioridad de mantener un equilibrio entre la protección a la salud y la defensa de las fuentes laborales.

¿Es el Presidente el mejor informado de lo que ocurre en la República?

Cada semana despertamos deseando que no haya más sorpresas desfavorables, ya sea por la pandemia, por el petróleo… o derivadas de las ocurrencias de López Obrador o de las gansadas de Gatell. Así las cosas, entre el sábado y el domingo pasados hubo tres acontecimientos que nos causaron asombro, estupor y hasta ira. El primero fue el circo de la llegada de Lozoya al país, caso en que el presidente se exhibió no como el más y mejor informado de México, ya que, a pesar de la guardia montada por los medios durante varias horas, la Fiscalía General de la República (FGR) decidió no meter a Lozoya al penal al cual se suponía debía llegar y, en lugar de ello lo llevaron a un hospital. Después de varias horas de vuelo, quien salió de España en perfecto estado de salud llegó a México “anémico y con graves problemas estomacales”, lo que ha hecho que se especule - ¿en México? ¡qué raro! - acerca de los motivos por los que el exdirector de Pemex decidió aceptar la extradición y participar “activamente” en las investigaciones de varios fraudes y, supuestamente, embarrar de lodo a varios funcionarios del sexenio pasado, a Videgaray, a Peña y anexas. Lo ridículo fue que el presidente afirmó que Lozoya se encontraba en el reclusorio Norte, cuando en realidad estaba –y está, se dice- en el Hospital Ángeles del Pedregal, ¿donde cuidan su delicada salud???? En realidad, vamos a ver cuáles son las cartas que va a jugar el exfuncionario del sexenio pasado, mientras la fiscalía niega que haya otra situación atrás de la detención de Lozoya, López, el presidente no se cansa de afirmar que es un testigo ¿protegido???’ Sea cual sea, la verdad, al menos ya cumplió su primera misión: ¡distraernos de la violencia y el Covid -19!

Y que nos presentan a un ejército del Cártel Jalisco Nueva Generación

El segundo hecho fue el espectáculo difundido en las redes sociales y reproducido por todas las televisoras del país, donde se presenta el Cártel Jalisco Nueva Generación haciendo alarde con más de 70 “soldados” perfectamente vestidos y armados, delgados, atléticos y aparentemente con gran disciplina; con más de 27 vehículos blindados, haciendo apología del Mencho -Nemesio Oseguera, su líder- se presume que es el mismo grupo que atacó a Omar García Harfuch, director de Seguridad de la Ciudad de México. En un primer video –y, otra vez, el ridículo del Gobierno-, Durazo, que pretende ser gobernador de Sonora, su estado, diciendo que había sido un “montaje”, lo cual fue desmentido de inmediato por expertos en el tema y el lunes, por la mañana, por el propio secretario de la Defensa, general Luis Crescencio Sandoval González. ¿Cuál fue la respuesta del presidente ante esta brutal provocación? “Ni crean que me van a provocar, no vamos a entrar a una guerra con ellos”. Así las cosas, usted que vio el video, ¿no considera que con esa exhibición de fuerza y poderío en cuanto armas, vehículos y personal, delgado y disciplinado, no fue una provocación contra el presidente de la República, las autoridades y la Guardia Nacional, a cuyos integrantes sacaron de los cuarteles para convertirlos en policías -pero les exigen que no respondan al fuego con fuego-???? Y el tercer hecho: ¡el último encargo para el ejército! Además de ser constructor de aeropuertos y sucursales del Banco del Bienestar, policía, etc., ahora va a hacerse cargo de aduanas y puertos, lo que, dicen, podría ser una demostración de fuerza, ya que varias aduanas, especialmente la de Manzanillo, Colima, es una de las más utilizadas por el crimen organizado para el trasiego de drogas como las metanfetaminas. Por lo que sea, todo esto no augura nada bueno para el país, estas acciones demuestran que existe un manto de impunidad que los protege, y que el control territorial y la administración de justicia por parte del estado son solamente cuentos de ciencia ficción. Para evitar que estos grupos delincuenciales sigan creciendo hay que controlar la impunidad y fortalecer los mecanismos de procuración de justicia, hay que eliminar las condiciones políticas y sociales que permiten el florecimiento de las mafias. Casos como los referidos los ha habido en el pasado, sin embargo, no tan espectaculares como los exhibidos actualmente a través de las redes sociales, lo claro es que muestran patentemente la debilidad estructural del estado mexicano.

Fantástica idea la de Marco Mena, gobernador de Tlaxcala, referente a implementar una estrategia mediante la cual se otorgarán créditos de hasta 5 mdp a Mipymes que se vieron afectadas por la pandemia de Covid-19 o –o sea todas- para ello firmó con Nacional Financiera la Carta Intención del Programa Impulso Económico y Fomento al Empleo en Tlaxcala, que tendrá una bolsa total de 115 millones de pesos.

El gobernador Mena enfatizó que la Administración Estatal seguirá aprovechando todas las posibilidades de consolidar inversiones para confirmar la llegada de capitales, con la finalidad de apoyar a los sectores productivos de la entidad, aseguró que Tlaxcala será referencia en el país por la manera en que está manejando la crisis sanitaria y económica que provocó la Covid-19, con la prioridad de mantener un equilibrio entre la protección a la salud y la defensa de las fuentes laborales.

¿Es el Presidente el mejor informado de lo que ocurre en la República?

Cada semana despertamos deseando que no haya más sorpresas desfavorables, ya sea por la pandemia, por el petróleo… o derivadas de las ocurrencias de López Obrador o de las gansadas de Gatell. Así las cosas, entre el sábado y el domingo pasados hubo tres acontecimientos que nos causaron asombro, estupor y hasta ira. El primero fue el circo de la llegada de Lozoya al país, caso en que el presidente se exhibió no como el más y mejor informado de México, ya que, a pesar de la guardia montada por los medios durante varias horas, la Fiscalía General de la República (FGR) decidió no meter a Lozoya al penal al cual se suponía debía llegar y, en lugar de ello lo llevaron a un hospital. Después de varias horas de vuelo, quien salió de España en perfecto estado de salud llegó a México “anémico y con graves problemas estomacales”, lo que ha hecho que se especule - ¿en México? ¡qué raro! - acerca de los motivos por los que el exdirector de Pemex decidió aceptar la extradición y participar “activamente” en las investigaciones de varios fraudes y, supuestamente, embarrar de lodo a varios funcionarios del sexenio pasado, a Videgaray, a Peña y anexas. Lo ridículo fue que el presidente afirmó que Lozoya se encontraba en el reclusorio Norte, cuando en realidad estaba –y está, se dice- en el Hospital Ángeles del Pedregal, ¿donde cuidan su delicada salud???? En realidad, vamos a ver cuáles son las cartas que va a jugar el exfuncionario del sexenio pasado, mientras la fiscalía niega que haya otra situación atrás de la detención de Lozoya, López, el presidente no se cansa de afirmar que es un testigo ¿protegido???’ Sea cual sea, la verdad, al menos ya cumplió su primera misión: ¡distraernos de la violencia y el Covid -19!

Y que nos presentan a un ejército del Cártel Jalisco Nueva Generación

El segundo hecho fue el espectáculo difundido en las redes sociales y reproducido por todas las televisoras del país, donde se presenta el Cártel Jalisco Nueva Generación haciendo alarde con más de 70 “soldados” perfectamente vestidos y armados, delgados, atléticos y aparentemente con gran disciplina; con más de 27 vehículos blindados, haciendo apología del Mencho -Nemesio Oseguera, su líder- se presume que es el mismo grupo que atacó a Omar García Harfuch, director de Seguridad de la Ciudad de México. En un primer video –y, otra vez, el ridículo del Gobierno-, Durazo, que pretende ser gobernador de Sonora, su estado, diciendo que había sido un “montaje”, lo cual fue desmentido de inmediato por expertos en el tema y el lunes, por la mañana, por el propio secretario de la Defensa, general Luis Crescencio Sandoval González. ¿Cuál fue la respuesta del presidente ante esta brutal provocación? “Ni crean que me van a provocar, no vamos a entrar a una guerra con ellos”. Así las cosas, usted que vio el video, ¿no considera que con esa exhibición de fuerza y poderío en cuanto armas, vehículos y personal, delgado y disciplinado, no fue una provocación contra el presidente de la República, las autoridades y la Guardia Nacional, a cuyos integrantes sacaron de los cuarteles para convertirlos en policías -pero les exigen que no respondan al fuego con fuego-???? Y el tercer hecho: ¡el último encargo para el ejército! Además de ser constructor de aeropuertos y sucursales del Banco del Bienestar, policía, etc., ahora va a hacerse cargo de aduanas y puertos, lo que, dicen, podría ser una demostración de fuerza, ya que varias aduanas, especialmente la de Manzanillo, Colima, es una de las más utilizadas por el crimen organizado para el trasiego de drogas como las metanfetaminas. Por lo que sea, todo esto no augura nada bueno para el país, estas acciones demuestran que existe un manto de impunidad que los protege, y que el control territorial y la administración de justicia por parte del estado son solamente cuentos de ciencia ficción. Para evitar que estos grupos delincuenciales sigan creciendo hay que controlar la impunidad y fortalecer los mecanismos de procuración de justicia, hay que eliminar las condiciones políticas y sociales que permiten el florecimiento de las mafias. Casos como los referidos los ha habido en el pasado, sin embargo, no tan espectaculares como los exhibidos actualmente a través de las redes sociales, lo claro es que muestran patentemente la debilidad estructural del estado mexicano.