/ jueves 28 de mayo de 2020

Deshojando el Cempasúchil | ¿Cambio de paradigmas como consecuencia de la pandemia?

Desde que se desató la pandemia en el mundo, he temido que, cuando pudiera, la gente regresaría a las viejas costumbres y rutinas: volvería a deforestar al planeta, a contaminar, sin entender que las cosas no pueden seguir igual que antes.

Hay varios países que están analizando, en diferentes rubros, el comportamiento que deben tener sus ciudadanos; hay pensadores, analistas y filósofos que afirman que esta pandemia, que confinó al 90 % de la humanidad en sus casas, marcará un parteaguas, que regresaremos al cuidado de la naturaleza, a la preservación de la salud, al autoconsumo, etc., pero… ¿cada gran fábrica construirá unidades habitacionales para que sus empleados no sigan perdiendo horas en transportarse de su hogar a su lugar de trabajo, ni se expongan a contagios? Lo ideal sería que reaprendiéramos a cultivar nuestros propios huertos de traspatio. ¿En donde usted vive hay un pedacito para hacerlo? o mora en uno de esos ridículos y minúsculos palomares que se han construido, lo que reduce el tamaño de las habitaciones, al grado de que ya no caben los abuelos y eso causa que muchos hayan quedado a su suerte, sin tener un lugar digno donde vivir, bueno, ni siquiera para tener acceso a los alimentos indispensables… ¿De verdad ya se recuperó la unión familiar?, o sus integrantes solo se soportaron esperando volver a sus viejas rutinas. Hay quien dice que después de haber ya más de tres millones de muertos en el mundo, esto provocará, lo mismo que otras epidemias, un cambio en la manera de relacionarnos. Algunos atacan al capitalismo y en particular al neoliberalismo que enriqueció a unos pocos y empobreció a millones, pero, con las políticas económicas equivocadas que se han tomado recientemente al final en México el saldo será de más de 2 y medio millones de desempleados y unos 12 millones más de pobres.

Ay Puebla… ¿Qué hiciste para merecer a tu actual gobernante?

Siempre hay temas que atraen nuestra atención. Ahora son, sin lugar a dudas, las decisiones tiránicas e irracionales del gobernador de Puebla Miguel Barbosa. Una de ellas, de las últimas, se relaciona con la Ley de Educación del Estado de Puebla, mediante la que pretende adueñarse de los bienes inmuebles de las universidades privadas y en general de las escuelas de todos los niveles “para que sean parte del sistema estatal de educación” ??? ¿Con qué dinero pagará esos inmuebles? ¡Y hay otras disposiciones tan idiotas como pintarlas del mismo color, controlar planes y programas y fijar colegiaturas ¡”para beneficiar a los jóvenes”! Por una parte, no creo que un gobernador deba y pueda apropiarse de la propiedad privada y, por otra, los padres y los alumnos tienen derecho a elegir sus opciones educativas. Además: 1.- Si la educación en Puebla tiene buena fama es gracias a los consorcios educativos privados con capitales nacionales y extranjeros que se han instalado en su territorio, lo que ha convertido a la entidad en el emporio educativo de México; de escuelas públicas sólo una a nivel universitario tiene reconocimiento y conste que estamos hablando de más de 350 universidades privadas. Claro, ya llovieron los amparos y hasta el coordinador de la Cámara de Senadores, Ricardo Montreal, dijo que el capricho gubernamental estaba mal, que eso no debería proceder, que tendría que pasar al Tribunal Superior de Justicia. 2.- La prohibición de que iniciaran los trabajos las armadoras de autos –a pesar de la orden dada directamente por Trump a AMLO- lo cual está causando inconformidades y va a estorbar la reactivación de la economía que pretende hacerse en EEUU. Lo peor es que no lo justifica con razonamientos sino que dice “que porque se le da la gana” aprovechando el respeto la soberanía territorial de los estados en materia de salud – ¡lo va regañar su dueño!- 3.- los tianguistas de San Martín Texmelucan se volvieron a instalar en Mazatecochco –y eso que Puebla está en los primeros cinco lugares de contagios y muertes por la Covid-19-. Por si fuera poco lo anterior, hay que sufrir la manera en que contesta este tiranuelo de pacotilla –pobre Puebla ya tuvieron que soportar al nefasto Bartlett, al “gober precioso” y ahora a este morenista (que habla solo según su propia interpretación de la situación), imitador patético de quien lo impuso y sobre quien siguen pesando sospechas por el “accidente” de la gobernadora de Puebla y su marido-; pretende imitar a AMLO, solo que… no es lo mismo Chana que Juana… al susodicho no le queda, no tiene el carisma, la empatía con el pueblo que tiene “el preciso”… quien, pese a sus continuas ocurrencias, quizá porque en el fondo tienen buenas intenciones pero la manera de llevarlas al cabo no es la adecuada.

¿Después de la Covid-19 regresaremos a viejas y nefastas rutinas?

¿De verdad las sociedades y sus gobernantes habrán aprendido la lección que nos está dejando el Coronavirus? En días pasados únicamente leíamos estadísticas… el martes la estadística arrojó 500 muertos en un día, pero ahora ya sabemos de conocidos que han muerto en un hospital, acompañados solo por personajes maravillosos que tratan a toda costa de salvar vidas, pero que para protegerse parece que traen trajes de astronautas, mientras los enfermos se ahogan, aunque tengan respirador. Lo peor es que, según las estadísticas, sólo dos de diez que llegan a la situación extrema se salvan y no para tener una buena calidad de vida. Hasta que no exista la vacuna necesaria tendremos que seguir guardando precauciones y, una vez descubierta, tendremos que repensar en nuestros sistemas de salud, de educación, de convivencia… porque, mientras nos espantamos con el número de contagios y muertes que nos dan a conocer diariamente -aunque se dice que por falta de aplicación de pruebas se debiera multiplicar al menos por tres, oficialmente rebasamos los 8 mil muertos- estamos subiendo en la escala de peligrosidad del contagio.

Desde que se desató la pandemia en el mundo, he temido que, cuando pudiera, la gente regresaría a las viejas costumbres y rutinas: volvería a deforestar al planeta, a contaminar, sin entender que las cosas no pueden seguir igual que antes.

Hay varios países que están analizando, en diferentes rubros, el comportamiento que deben tener sus ciudadanos; hay pensadores, analistas y filósofos que afirman que esta pandemia, que confinó al 90 % de la humanidad en sus casas, marcará un parteaguas, que regresaremos al cuidado de la naturaleza, a la preservación de la salud, al autoconsumo, etc., pero… ¿cada gran fábrica construirá unidades habitacionales para que sus empleados no sigan perdiendo horas en transportarse de su hogar a su lugar de trabajo, ni se expongan a contagios? Lo ideal sería que reaprendiéramos a cultivar nuestros propios huertos de traspatio. ¿En donde usted vive hay un pedacito para hacerlo? o mora en uno de esos ridículos y minúsculos palomares que se han construido, lo que reduce el tamaño de las habitaciones, al grado de que ya no caben los abuelos y eso causa que muchos hayan quedado a su suerte, sin tener un lugar digno donde vivir, bueno, ni siquiera para tener acceso a los alimentos indispensables… ¿De verdad ya se recuperó la unión familiar?, o sus integrantes solo se soportaron esperando volver a sus viejas rutinas. Hay quien dice que después de haber ya más de tres millones de muertos en el mundo, esto provocará, lo mismo que otras epidemias, un cambio en la manera de relacionarnos. Algunos atacan al capitalismo y en particular al neoliberalismo que enriqueció a unos pocos y empobreció a millones, pero, con las políticas económicas equivocadas que se han tomado recientemente al final en México el saldo será de más de 2 y medio millones de desempleados y unos 12 millones más de pobres.

Ay Puebla… ¿Qué hiciste para merecer a tu actual gobernante?

Siempre hay temas que atraen nuestra atención. Ahora son, sin lugar a dudas, las decisiones tiránicas e irracionales del gobernador de Puebla Miguel Barbosa. Una de ellas, de las últimas, se relaciona con la Ley de Educación del Estado de Puebla, mediante la que pretende adueñarse de los bienes inmuebles de las universidades privadas y en general de las escuelas de todos los niveles “para que sean parte del sistema estatal de educación” ??? ¿Con qué dinero pagará esos inmuebles? ¡Y hay otras disposiciones tan idiotas como pintarlas del mismo color, controlar planes y programas y fijar colegiaturas ¡”para beneficiar a los jóvenes”! Por una parte, no creo que un gobernador deba y pueda apropiarse de la propiedad privada y, por otra, los padres y los alumnos tienen derecho a elegir sus opciones educativas. Además: 1.- Si la educación en Puebla tiene buena fama es gracias a los consorcios educativos privados con capitales nacionales y extranjeros que se han instalado en su territorio, lo que ha convertido a la entidad en el emporio educativo de México; de escuelas públicas sólo una a nivel universitario tiene reconocimiento y conste que estamos hablando de más de 350 universidades privadas. Claro, ya llovieron los amparos y hasta el coordinador de la Cámara de Senadores, Ricardo Montreal, dijo que el capricho gubernamental estaba mal, que eso no debería proceder, que tendría que pasar al Tribunal Superior de Justicia. 2.- La prohibición de que iniciaran los trabajos las armadoras de autos –a pesar de la orden dada directamente por Trump a AMLO- lo cual está causando inconformidades y va a estorbar la reactivación de la economía que pretende hacerse en EEUU. Lo peor es que no lo justifica con razonamientos sino que dice “que porque se le da la gana” aprovechando el respeto la soberanía territorial de los estados en materia de salud – ¡lo va regañar su dueño!- 3.- los tianguistas de San Martín Texmelucan se volvieron a instalar en Mazatecochco –y eso que Puebla está en los primeros cinco lugares de contagios y muertes por la Covid-19-. Por si fuera poco lo anterior, hay que sufrir la manera en que contesta este tiranuelo de pacotilla –pobre Puebla ya tuvieron que soportar al nefasto Bartlett, al “gober precioso” y ahora a este morenista (que habla solo según su propia interpretación de la situación), imitador patético de quien lo impuso y sobre quien siguen pesando sospechas por el “accidente” de la gobernadora de Puebla y su marido-; pretende imitar a AMLO, solo que… no es lo mismo Chana que Juana… al susodicho no le queda, no tiene el carisma, la empatía con el pueblo que tiene “el preciso”… quien, pese a sus continuas ocurrencias, quizá porque en el fondo tienen buenas intenciones pero la manera de llevarlas al cabo no es la adecuada.

¿Después de la Covid-19 regresaremos a viejas y nefastas rutinas?

¿De verdad las sociedades y sus gobernantes habrán aprendido la lección que nos está dejando el Coronavirus? En días pasados únicamente leíamos estadísticas… el martes la estadística arrojó 500 muertos en un día, pero ahora ya sabemos de conocidos que han muerto en un hospital, acompañados solo por personajes maravillosos que tratan a toda costa de salvar vidas, pero que para protegerse parece que traen trajes de astronautas, mientras los enfermos se ahogan, aunque tengan respirador. Lo peor es que, según las estadísticas, sólo dos de diez que llegan a la situación extrema se salvan y no para tener una buena calidad de vida. Hasta que no exista la vacuna necesaria tendremos que seguir guardando precauciones y, una vez descubierta, tendremos que repensar en nuestros sistemas de salud, de educación, de convivencia… porque, mientras nos espantamos con el número de contagios y muertes que nos dan a conocer diariamente -aunque se dice que por falta de aplicación de pruebas se debiera multiplicar al menos por tres, oficialmente rebasamos los 8 mil muertos- estamos subiendo en la escala de peligrosidad del contagio.