/ jueves 13 de diciembre de 2018

DESHOJANDO EL CEMPAXUCHIL

¡Se nos acabó el año! ¿Ya tienen escrita su carta al niño Dios?

A pasos agigantados se acerca el final del año. Año memorable por muchas razones, entendiendo memorable como digno de guardarse en la memoria por las situaciones ocurridas y que siguen ocurriendo, sucesos bienhechores, tragedias terribles, fenómenos de la naturaleza que han golpeado cruelmente a la humanidad: agua, fuego, aire y tierra se han desatado inmisericordemente. Hemos visto lo que jamás imaginamos ver, fuera quizá de lo narrado en alguna novela de ficción. Y no digamos en los rubros de lo político y lo social: los fenómenos migratorios nacionales e internacionales, los nuevos estilos de las presidencias en varios países, empezando por México. Estos “cambios de paradigma” a algunos les despiertan grandes esperanzas mientras que a otros nos dan un tufo de regreso al pasado, al presidencialismo a ultranza, a medidas radicales desatinadas. Hay decisiones que complacen porque al sacudir el árbol cae el fruto podrido, pero hay sacudidas tan fuertes que cae mucho fruto sano. En fin, aquí estamos, en las vísperas de las fiestas navideñas, pensando y muchas veces adquiriendo lo que vamos a cocinar para las comilonas familiares, eligiendo regalos para los preferidos por nuestro corazón. Como nunca antes, del WhatsApp, el Facebook y los medios digitales consumimos una cantidad masiva de información apenas digerible mentalmente: en qué consisten los bonos financieros, columnas de connotados intelectuales analizando los pros y contras de determinadas decisiones que nos dejan pensando en sus causas y sus consecuencias… Así las cosas, el alud de noticias y datos nos agobia y genera avidez por el descanso de fin de año, deseo de recibir solo información respecto a la salud y el bienestar de nuestros seres amados. Y, pensando en ello, he decidido escribirle al niño Dios una carta de anhelos (Santa Claus es gringo). “Querido Niño Dios: 1.- Te pido misericordia para los migrantes y para la gente que pasando penurias ha tenido que abandonar su hogar y sus pertenencias, huyendo de la adversidad. 2.- Te pido por la salud de las finanzas de nuestros gobiernos -federal, estatal y municipal-, porque si las finanzas públicas están sanas, se podrán hacer obras que proporcionen empleos, ingresos y bienestar a miles de familias. 3.- Te pido que los líderes del mundo –empezando por Trump- consideren como prioridad el cuidado del medio ambiente, las energías limpias y la conciencia de que la contaminación del planeta que habitamos, el daño a la madre tierra, está dando como resultado espantosas tragedias humanas. 4.- Te pido que los gobernantes tengan sensibilidad para desactivar la ira social que reproduce masivamente la brutalidad de Caín. 5.- Te pido que, a pesar de los adelantos tecnológicos, entandamos que el amor y la comunicación interfamiliar no puede reemplazarse con ningún teléfono móvil. 6.- Te pido que recuperemos la sencillez, la bondad y la humildad para tratar a nuestros semejantes. 7.- Te pido que ya no haya tanto accidente carretero, especialmente los causados por el alcohol y las malditas drogas que han empantanado a grandes ciudades. 8.- Te pido que se acabe el abuso contra las mujeres y los niños. 9.- Te pido que los gobernantes y en general quienes integran la clase política, además de ser honestos, sepan leer y escribir, conozcan sus obligaciones y desempeñen eficientemente los cargos públicos que ocupan. 10.- Te pido que, quienes salgan a celebrar las fiestas navideñas y de Año Nuevo, beban con responsabilidad recordando que tanto su familia como las familias de otros pueden ver enlutados sus hogares y que quienes manejan no vayan whatsappeando al volante. 11.- Te pido, por último, que AMLO escuche a los asesores inteligentes que tiene, para que no haga aseveraciones que no estén apegadas a la realidad y que sus testaferros, en ambas cámaras del poder legislativo, no sean tan agachones y tan dispuestos a complacerlo. 12.- Y, como pilón, te pido que ya no haya pobres extremos en México -especialmente niños y ancianos- y que en general se acaben los desencuentros que existen en la humanidad. Por el bien de todos, que así sea.


EN LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD ACERCA DE AYOTZINAPA

Ahora que se ha empeñado el presidente de México en encontrar la verdead en el caso Iguala, se dice que se está descubriendo el hilo negro, un hilo que conduce al interior de la escuela y a dos bandas de narcotraficantes: “Los rojos” y “Los ardillos”, que estaban infiltrados entre los alumnos de la normal a quienes vendían drogas que consumían, estando involucrados, asimismo, tanto familiares como personas de las comunidades cercanas. Si esto resultara cierto, nos preguntamos ¿cómo es que los padres y familiares de los 43 normalistas desaparecidos proclaman que todos los estudiantes “eran gente de bien”? ¿Por qué no han difundido con amplitud la filiación política de Abarca, el presidente municipal de Iguala? ¿Por qué no se ha hablado más acerca de que su esposa pertenecía a una de las familias que encabezaban uno de los grupos? El director dijo que se sabía que la normal estaba infiltrada por grupos del narcotráfico y que los alumnos consumían mariguana o cocaína. Me pregunto, si se revela la verdad “caiga quien caiga” porque “nadie por encima de la ley” ¿los padres que mandan a sus hijos a estudiar a las normales rurales -la mayoría de ellos con bajos recursos económicos- dejarán que sus hijos sigan en ellas sabiendo que existe una red, comandada que mantiene contacto con las 15 normales del sistema? Si la línea de investigación sigue por ese rumbo y se descubre que los desaparecidos fueron asesinados por un grupo rival ¿qué pasará? ¿Los padres aceptarán esa verdad? ¡Nos veremos en enero! ¡Felices fiestas navideñas!

¡Se nos acabó el año! ¿Ya tienen escrita su carta al niño Dios?

A pasos agigantados se acerca el final del año. Año memorable por muchas razones, entendiendo memorable como digno de guardarse en la memoria por las situaciones ocurridas y que siguen ocurriendo, sucesos bienhechores, tragedias terribles, fenómenos de la naturaleza que han golpeado cruelmente a la humanidad: agua, fuego, aire y tierra se han desatado inmisericordemente. Hemos visto lo que jamás imaginamos ver, fuera quizá de lo narrado en alguna novela de ficción. Y no digamos en los rubros de lo político y lo social: los fenómenos migratorios nacionales e internacionales, los nuevos estilos de las presidencias en varios países, empezando por México. Estos “cambios de paradigma” a algunos les despiertan grandes esperanzas mientras que a otros nos dan un tufo de regreso al pasado, al presidencialismo a ultranza, a medidas radicales desatinadas. Hay decisiones que complacen porque al sacudir el árbol cae el fruto podrido, pero hay sacudidas tan fuertes que cae mucho fruto sano. En fin, aquí estamos, en las vísperas de las fiestas navideñas, pensando y muchas veces adquiriendo lo que vamos a cocinar para las comilonas familiares, eligiendo regalos para los preferidos por nuestro corazón. Como nunca antes, del WhatsApp, el Facebook y los medios digitales consumimos una cantidad masiva de información apenas digerible mentalmente: en qué consisten los bonos financieros, columnas de connotados intelectuales analizando los pros y contras de determinadas decisiones que nos dejan pensando en sus causas y sus consecuencias… Así las cosas, el alud de noticias y datos nos agobia y genera avidez por el descanso de fin de año, deseo de recibir solo información respecto a la salud y el bienestar de nuestros seres amados. Y, pensando en ello, he decidido escribirle al niño Dios una carta de anhelos (Santa Claus es gringo). “Querido Niño Dios: 1.- Te pido misericordia para los migrantes y para la gente que pasando penurias ha tenido que abandonar su hogar y sus pertenencias, huyendo de la adversidad. 2.- Te pido por la salud de las finanzas de nuestros gobiernos -federal, estatal y municipal-, porque si las finanzas públicas están sanas, se podrán hacer obras que proporcionen empleos, ingresos y bienestar a miles de familias. 3.- Te pido que los líderes del mundo –empezando por Trump- consideren como prioridad el cuidado del medio ambiente, las energías limpias y la conciencia de que la contaminación del planeta que habitamos, el daño a la madre tierra, está dando como resultado espantosas tragedias humanas. 4.- Te pido que los gobernantes tengan sensibilidad para desactivar la ira social que reproduce masivamente la brutalidad de Caín. 5.- Te pido que, a pesar de los adelantos tecnológicos, entandamos que el amor y la comunicación interfamiliar no puede reemplazarse con ningún teléfono móvil. 6.- Te pido que recuperemos la sencillez, la bondad y la humildad para tratar a nuestros semejantes. 7.- Te pido que ya no haya tanto accidente carretero, especialmente los causados por el alcohol y las malditas drogas que han empantanado a grandes ciudades. 8.- Te pido que se acabe el abuso contra las mujeres y los niños. 9.- Te pido que los gobernantes y en general quienes integran la clase política, además de ser honestos, sepan leer y escribir, conozcan sus obligaciones y desempeñen eficientemente los cargos públicos que ocupan. 10.- Te pido que, quienes salgan a celebrar las fiestas navideñas y de Año Nuevo, beban con responsabilidad recordando que tanto su familia como las familias de otros pueden ver enlutados sus hogares y que quienes manejan no vayan whatsappeando al volante. 11.- Te pido, por último, que AMLO escuche a los asesores inteligentes que tiene, para que no haga aseveraciones que no estén apegadas a la realidad y que sus testaferros, en ambas cámaras del poder legislativo, no sean tan agachones y tan dispuestos a complacerlo. 12.- Y, como pilón, te pido que ya no haya pobres extremos en México -especialmente niños y ancianos- y que en general se acaben los desencuentros que existen en la humanidad. Por el bien de todos, que así sea.


EN LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD ACERCA DE AYOTZINAPA

Ahora que se ha empeñado el presidente de México en encontrar la verdead en el caso Iguala, se dice que se está descubriendo el hilo negro, un hilo que conduce al interior de la escuela y a dos bandas de narcotraficantes: “Los rojos” y “Los ardillos”, que estaban infiltrados entre los alumnos de la normal a quienes vendían drogas que consumían, estando involucrados, asimismo, tanto familiares como personas de las comunidades cercanas. Si esto resultara cierto, nos preguntamos ¿cómo es que los padres y familiares de los 43 normalistas desaparecidos proclaman que todos los estudiantes “eran gente de bien”? ¿Por qué no han difundido con amplitud la filiación política de Abarca, el presidente municipal de Iguala? ¿Por qué no se ha hablado más acerca de que su esposa pertenecía a una de las familias que encabezaban uno de los grupos? El director dijo que se sabía que la normal estaba infiltrada por grupos del narcotráfico y que los alumnos consumían mariguana o cocaína. Me pregunto, si se revela la verdad “caiga quien caiga” porque “nadie por encima de la ley” ¿los padres que mandan a sus hijos a estudiar a las normales rurales -la mayoría de ellos con bajos recursos económicos- dejarán que sus hijos sigan en ellas sabiendo que existe una red, comandada que mantiene contacto con las 15 normales del sistema? Si la línea de investigación sigue por ese rumbo y se descubre que los desaparecidos fueron asesinados por un grupo rival ¿qué pasará? ¿Los padres aceptarán esa verdad? ¡Nos veremos en enero! ¡Felices fiestas navideñas!