/ viernes 16 de febrero de 2018

Deslucida Tlaxcala

La propaganda turística que se realiza para visitar a la ciudad de Tlaxcala es incongruente por la realidad física que presenta. Las instituciones a las que corresponde atender necesidades de la pequeña ciudad no han desempeñado, hasta el momento, el papel encomendado para hacer de la capital del Estado una ciudad bonita con ambiente acogedor para visitantes y capitalinos. Solo el cumplimiento de los funcionarios, que demuestre con la acción su amor por el servicio, puede subsanar la abandonada polis tlaxcalteca.

Hoy se nota el abandono que presenta la pequeña ciudad capital, donde los servicios necesarios no se aplican, como es el caso del abandono de las calles con hundimientos, que no han sido causados por los terremotos, porque hace meses que están presentes, y cuando llueve se forman pequeñas lagunas, en la calle 20 de Noviembre y otras. Es probable que esos hundimientos del piso acusen un socavón que puede ser de dimensiones peligrosas para vehículos que transitan por esas calles.

La autoridad municipal está ausente. Algunas esquinas donde operaban semáforos, necesarios para la seguridad de peatones y conductores, derribados por choferes en estado de ebriedad, que han sido detenidos y se supone que la ley les ha obligado a reparar el daño. ¿Entonces por qué la autoridad municipal no instala los aparatos necesarios para seguridad vial? Esta administración municipal no ha instalado semáforos en cruceros peligrosos de la ciudad y tampoco se ha ocupado de regular la vialidad del servicio público al que continuamente ocupa calles que no corresponden a su ruta.

Visitantes nacionales y extranjeros han observado la presencia de canes callejeros que duermen placenteramente alrededor del kiosco. Ello significa que los encargados de recoger a perros sin dueño, no desempeñan su función.

La política comercial del Municipio opera en contra del comercio establecido, el que también aporta impuestos al erario. Es desleal la renta de espacios públicos para comerciantes que vienen de otros estados de la República a vender los mismos productos del comercio formal. La instalación de venta de comida en la periferia de la parte trasera del edificio de San José deja el piso lleno de basura y grasa dando un aspecto repugnante.

Se supone que: las autoridades competentes en el caso de salvaguardar monumentos clasificados como tesoros culturales, y con motivo de los sismos, fue acordonada la zona peligrosa, hoy con la venia del pequeño funcionario del Municipio encargado de dar permisos a comerciantes ambulantes, dio la orden de invadir la zona señalada como peligrosa, soslayando la protección ubicada por el gobierno federal. Aquí una pregunta: ¿en el caso presente, qué hace al respecto el titular del Instituto Nacional de Antropología e Historia? ¿Permiten que el Centro Histórico de la ciudad esté invadido por expendedores de tacos y “gorditas” fritas?

La Secretaría de Turismo, encargada de promover visitas a Tlaxcala ¿se habrá percatado del estado que guarda la ciudad en cuanto a su presentación? Tendrá conocimiento del grupo de tomadores de bebidas embriagantes que a diario ocupan un lugar atrás de la iglesia de San José. Tendrá esa dependencia la experiencia del estado que guardan las banquetas que tienen agujeros de registros sanitarios o de otra índole que no han sido restaurados. ¿Y de las salientes de lozas que generan peligrosamente tropiezos a peatones?

Y las fugas de agua que no se han reparado desde hace meses, el agua se está agotando y si la autoridad no protege la vida, corrigiendo las fugas, ¿entonces a quien se debe acudir?

Las emisiones de gases tóxicos que las combis expulsan y que envenenan la atmósfera de la capital, no las corrigen, a pesar de estar en vigor el reglamento ecológico. Es obligación del agente de tránsito infraccionar la violación ecológica, en beneficio de la comunidad. ¿Por qué no lo hacen? ¿Qué los detiene? ¿Y… las carreras citadinas por ganar pasajeros, cuándo las regularán? ¿Será que no son funciones de agentes de tránsito?

Es de sentido común que autoridades responsables de cuidar intereses de la sociedad ejerzan sus funciones para mejorar el rostro de nuestra pequeña ciudad, para que la nombren: ciudad chiquita y bonita.

La ciudad debe ofrecer al propio y extraño una imagen agradable y atractiva que invite al mundo del turismo.

La propaganda turística que se realiza para visitar a la ciudad de Tlaxcala es incongruente por la realidad física que presenta. Las instituciones a las que corresponde atender necesidades de la pequeña ciudad no han desempeñado, hasta el momento, el papel encomendado para hacer de la capital del Estado una ciudad bonita con ambiente acogedor para visitantes y capitalinos. Solo el cumplimiento de los funcionarios, que demuestre con la acción su amor por el servicio, puede subsanar la abandonada polis tlaxcalteca.

Hoy se nota el abandono que presenta la pequeña ciudad capital, donde los servicios necesarios no se aplican, como es el caso del abandono de las calles con hundimientos, que no han sido causados por los terremotos, porque hace meses que están presentes, y cuando llueve se forman pequeñas lagunas, en la calle 20 de Noviembre y otras. Es probable que esos hundimientos del piso acusen un socavón que puede ser de dimensiones peligrosas para vehículos que transitan por esas calles.

La autoridad municipal está ausente. Algunas esquinas donde operaban semáforos, necesarios para la seguridad de peatones y conductores, derribados por choferes en estado de ebriedad, que han sido detenidos y se supone que la ley les ha obligado a reparar el daño. ¿Entonces por qué la autoridad municipal no instala los aparatos necesarios para seguridad vial? Esta administración municipal no ha instalado semáforos en cruceros peligrosos de la ciudad y tampoco se ha ocupado de regular la vialidad del servicio público al que continuamente ocupa calles que no corresponden a su ruta.

Visitantes nacionales y extranjeros han observado la presencia de canes callejeros que duermen placenteramente alrededor del kiosco. Ello significa que los encargados de recoger a perros sin dueño, no desempeñan su función.

La política comercial del Municipio opera en contra del comercio establecido, el que también aporta impuestos al erario. Es desleal la renta de espacios públicos para comerciantes que vienen de otros estados de la República a vender los mismos productos del comercio formal. La instalación de venta de comida en la periferia de la parte trasera del edificio de San José deja el piso lleno de basura y grasa dando un aspecto repugnante.

Se supone que: las autoridades competentes en el caso de salvaguardar monumentos clasificados como tesoros culturales, y con motivo de los sismos, fue acordonada la zona peligrosa, hoy con la venia del pequeño funcionario del Municipio encargado de dar permisos a comerciantes ambulantes, dio la orden de invadir la zona señalada como peligrosa, soslayando la protección ubicada por el gobierno federal. Aquí una pregunta: ¿en el caso presente, qué hace al respecto el titular del Instituto Nacional de Antropología e Historia? ¿Permiten que el Centro Histórico de la ciudad esté invadido por expendedores de tacos y “gorditas” fritas?

La Secretaría de Turismo, encargada de promover visitas a Tlaxcala ¿se habrá percatado del estado que guarda la ciudad en cuanto a su presentación? Tendrá conocimiento del grupo de tomadores de bebidas embriagantes que a diario ocupan un lugar atrás de la iglesia de San José. Tendrá esa dependencia la experiencia del estado que guardan las banquetas que tienen agujeros de registros sanitarios o de otra índole que no han sido restaurados. ¿Y de las salientes de lozas que generan peligrosamente tropiezos a peatones?

Y las fugas de agua que no se han reparado desde hace meses, el agua se está agotando y si la autoridad no protege la vida, corrigiendo las fugas, ¿entonces a quien se debe acudir?

Las emisiones de gases tóxicos que las combis expulsan y que envenenan la atmósfera de la capital, no las corrigen, a pesar de estar en vigor el reglamento ecológico. Es obligación del agente de tránsito infraccionar la violación ecológica, en beneficio de la comunidad. ¿Por qué no lo hacen? ¿Qué los detiene? ¿Y… las carreras citadinas por ganar pasajeros, cuándo las regularán? ¿Será que no son funciones de agentes de tránsito?

Es de sentido común que autoridades responsables de cuidar intereses de la sociedad ejerzan sus funciones para mejorar el rostro de nuestra pequeña ciudad, para que la nombren: ciudad chiquita y bonita.

La ciudad debe ofrecer al propio y extraño una imagen agradable y atractiva que invite al mundo del turismo.