/ lunes 3 de mayo de 2021

El avance y las condiciones de Tlaxcala

Los resultados del Censo de Población y Vivienda 2020 reflejan un desempeño favorable de los programas y las estrategias de desarrollo en Tlaxcala para atender las demandas de la sociedad y enfrentar los rezagos que causan la pobreza y la marginación.

El trabajo coordinado en los últimos años en el estado ha sido importante para reducir las desigualdades sociales y generar un piso parejo en beneficio de la población tlaxcaltecas, y en este momento, en que tienen lugar las campañas electorales, es relevante que los ciudadanos sepan el estado actual de los diversos rubros de atención de la política social en Tlaxcala.

Por ejemplo, la tasa de analfabetismo, es decir, el porcentaje de la población mayor de 15 años que no sabe leer o escribir, se redujo de 7.8% en 2000, a 5.2% en 2010 y a 3.3% en 2020.

Asimismo, el grado promedio de escolaridad presenta una tendencia creciente, al pasar de 7.6 años en 2000, a 8.8 en 2010 y a 9.8 en 2020.

Esto significa que el compromiso en educación ha favorecido que más personas adquieran conocimientos elementales, pero también para que más personas continúen estudiando.

Por otra parte, entre 2010 y 2020, el porcentaje de población tlaxcalteca que declaró estar afiliada a los servicios de salud aumentó de 61.6% a 71.8%, es decir, el número de personas con acceso a este tipo de servicios creció en poco más de 10 puntos porcentuales, lo que refleja el esfuerzo por ampliar la cobertura en este sector.

La industria de la construcción ha tenido un auge relevante, lo que se relaciona con la situación económica de las personas. En 2000, había 194 mil 472 viviendas particulares habitadas; en 2010, 274 mil 202, y en 2020, 341 mil 577.

Además, las políticas de planificación familiar también han tenido impacto en la población, ya que el promedio de ocupantes por vivienda mantiene una tendencia decreciente, de 4.9 en 2000, pasó a 4.3 en 2010 y a 3.9 en 2020.

Respecto a la labor para reducir las carencias en los hogares, se puede decir que ha sido positivo, ya que, entre 2000 y 2020, el porcentaje de viviendas con disponibilidad de agua entubada pasó de 90.2% a 97.5%.

Y en torno al empleo y los ingresos en los hogares, se puede decir que ha permitido reducir la brecha de servicios digitales, pues entre 2010 y 2020, la disponibilidad de teléfonos celulares en las viviendas creció de 54.5% a 85.0%; de internet, de 12.0% a 38.7%; y de computadoras o laptops, de 19.8% a 28.3%.

Ante este escenario, llama la atención que el grueso de quienes aspiran a la gubernatura estatal dé por hecho que “todo está mal”, pues pareciera que carecen de un diagnóstico objetivo de la situación de los aspectos que más interesan a la ciudadanía, situación que, lamentablemente, poco abona a fortalecer la confianza en las instituciones y en las propias campañas.

Los datos que produce el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) resultan necesarios para el diseño de políticas gubernamentales en los años por venir, precisamente, porque el Censo de Población y Vivienda es una herramienta elemental para conocer el avance y las condiciones del estado.

Ojalá las plataformas electorales pudieran estar orientadas por estos datos. Eso le daría seriedad a su intención de lograr un estado más justo e igualitario en beneficio de las personas.

Obviamente, hay retos en todos los rubros de atención, particularmente, porque la pandemia de Covid-19 tuvo un impacto negativo en la sociedad.

Esperemos que quienes aspiren a gobernar el estado demuestren más conocimiento sobre el modo de enfrentar los desafíos que suponen aumentar la escolaridad, de garantizar la igualdad de género, aumentar el acceso a servicios de salud, reducir las carencias en las viviendas y favorecer la disponibilidad de servicios digitales.


Los resultados del Censo de Población y Vivienda 2020 reflejan un desempeño favorable de los programas y las estrategias de desarrollo en Tlaxcala para atender las demandas de la sociedad y enfrentar los rezagos que causan la pobreza y la marginación.

El trabajo coordinado en los últimos años en el estado ha sido importante para reducir las desigualdades sociales y generar un piso parejo en beneficio de la población tlaxcaltecas, y en este momento, en que tienen lugar las campañas electorales, es relevante que los ciudadanos sepan el estado actual de los diversos rubros de atención de la política social en Tlaxcala.

Por ejemplo, la tasa de analfabetismo, es decir, el porcentaje de la población mayor de 15 años que no sabe leer o escribir, se redujo de 7.8% en 2000, a 5.2% en 2010 y a 3.3% en 2020.

Asimismo, el grado promedio de escolaridad presenta una tendencia creciente, al pasar de 7.6 años en 2000, a 8.8 en 2010 y a 9.8 en 2020.

Esto significa que el compromiso en educación ha favorecido que más personas adquieran conocimientos elementales, pero también para que más personas continúen estudiando.

Por otra parte, entre 2010 y 2020, el porcentaje de población tlaxcalteca que declaró estar afiliada a los servicios de salud aumentó de 61.6% a 71.8%, es decir, el número de personas con acceso a este tipo de servicios creció en poco más de 10 puntos porcentuales, lo que refleja el esfuerzo por ampliar la cobertura en este sector.

La industria de la construcción ha tenido un auge relevante, lo que se relaciona con la situación económica de las personas. En 2000, había 194 mil 472 viviendas particulares habitadas; en 2010, 274 mil 202, y en 2020, 341 mil 577.

Además, las políticas de planificación familiar también han tenido impacto en la población, ya que el promedio de ocupantes por vivienda mantiene una tendencia decreciente, de 4.9 en 2000, pasó a 4.3 en 2010 y a 3.9 en 2020.

Respecto a la labor para reducir las carencias en los hogares, se puede decir que ha sido positivo, ya que, entre 2000 y 2020, el porcentaje de viviendas con disponibilidad de agua entubada pasó de 90.2% a 97.5%.

Y en torno al empleo y los ingresos en los hogares, se puede decir que ha permitido reducir la brecha de servicios digitales, pues entre 2010 y 2020, la disponibilidad de teléfonos celulares en las viviendas creció de 54.5% a 85.0%; de internet, de 12.0% a 38.7%; y de computadoras o laptops, de 19.8% a 28.3%.

Ante este escenario, llama la atención que el grueso de quienes aspiran a la gubernatura estatal dé por hecho que “todo está mal”, pues pareciera que carecen de un diagnóstico objetivo de la situación de los aspectos que más interesan a la ciudadanía, situación que, lamentablemente, poco abona a fortalecer la confianza en las instituciones y en las propias campañas.

Los datos que produce el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) resultan necesarios para el diseño de políticas gubernamentales en los años por venir, precisamente, porque el Censo de Población y Vivienda es una herramienta elemental para conocer el avance y las condiciones del estado.

Ojalá las plataformas electorales pudieran estar orientadas por estos datos. Eso le daría seriedad a su intención de lograr un estado más justo e igualitario en beneficio de las personas.

Obviamente, hay retos en todos los rubros de atención, particularmente, porque la pandemia de Covid-19 tuvo un impacto negativo en la sociedad.

Esperemos que quienes aspiren a gobernar el estado demuestren más conocimiento sobre el modo de enfrentar los desafíos que suponen aumentar la escolaridad, de garantizar la igualdad de género, aumentar el acceso a servicios de salud, reducir las carencias en las viviendas y favorecer la disponibilidad de servicios digitales.


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