/ jueves 17 de mayo de 2018

El desgaste de la figura de candidaturas independientes

Norberto Sánchez Briones*

La reforma constitucional en materia político-electoral de 2014 trajo consigo nuevos planteamientos aplicables a la organización de los procesos electorales en el ámbito federal, pero también en el estatal; hay cambios profundos y procedimientos con mayor exigencia de seguridad y calidad en su implementación y figuras novedosas como las candidaturas independientes.

El artículo 41 de nuestra carta magna prevé los derechos y obligaciones de las y los ciudadanos que optan por contender bajo esta modalidad a un cargo de elección popular, empero perviven reflexiones sobre cómo perfeccionar esta figura para que se garantice la verdadera independencia de una candidatura que no tenga referencia de haber sido considerado como militante, personal administrativo o de dirección de un partido político.

Es claro que se necesita un análisis profundo para estar en condiciones de verificar la independencia, garantizar que el esfuerzo político sea real, que no tenga intereses que escapen del bienestar ciudadano y que marque distancia del régimen de los partidos políticos; el objetivo es fortalecer esta oportunidad de hacer crecer nuestro sistema democrático de participación efectiva para poder votar y ser votado en nuestro país.

En este tema, es relevante referirse, por ejemplo, a asuntos como el acceso a las prerrogativas en radio y televisión, así como al financiamiento público al que tienen derecho las y los candidatos independientes. En este último aspecto, el ambiente está permeado por duras críticas pues, de entrada, pone en desventaja a los candidatos independientes al acotar al presupuesto público viéndolo como un nuevo partido político, y dividiendo el recurso entre los candidatos que logran su registro.

El ITE participa en esta ocasión y por primera vez, como enlace con el INE para que estos candidatos independientes ejerzan su prerrogativa de espacios y tiempos en radio y televisión, y los apoya en todo momento para que no tengan contratiempo alguno. Recordemos que ni partidos, ni precandidatos, ni candidatos independientes podrán contratar o adquirir, por sí o por terceras personas, tiempos en cualquier modalidad de radio y televisión.

En este proceso electoral, la totalidad de los candidatos independientes aceptaron ejercer su prerrogativa de manera libre, además discutieron sobre la pertinencia de hacerlo de manera conjunta o de manera independiente, resultando que de las siete candidaturas independientes, cinco optaron por hacerlo en conjunto y dos de manera individual; por último, en un sorteo decidieron en qué orden de prelación accederían a los promocionales ya aprobados.

Considero que existe un desgate de esta figura por la dificultad en su participación, pero creo firmemente que se puede seguir fortaleciendo, pues la realidad es que aunque el proceso y sus etapas para ser considerado un candidato o candidata independiente son complejos, hay experiencias que nos enseñan que es un camino alternativo, alcanzable en nuestra nueva conformación electoral, que nos deja un aprendizaje invaluable para la ciudadanía, y que se puede ver este sistema como una respuesta a sus aspiraciones legítimas y legales de acceder al poder público por esta vía.

Norberto Sánchez Briones*

La reforma constitucional en materia político-electoral de 2014 trajo consigo nuevos planteamientos aplicables a la organización de los procesos electorales en el ámbito federal, pero también en el estatal; hay cambios profundos y procedimientos con mayor exigencia de seguridad y calidad en su implementación y figuras novedosas como las candidaturas independientes.

El artículo 41 de nuestra carta magna prevé los derechos y obligaciones de las y los ciudadanos que optan por contender bajo esta modalidad a un cargo de elección popular, empero perviven reflexiones sobre cómo perfeccionar esta figura para que se garantice la verdadera independencia de una candidatura que no tenga referencia de haber sido considerado como militante, personal administrativo o de dirección de un partido político.

Es claro que se necesita un análisis profundo para estar en condiciones de verificar la independencia, garantizar que el esfuerzo político sea real, que no tenga intereses que escapen del bienestar ciudadano y que marque distancia del régimen de los partidos políticos; el objetivo es fortalecer esta oportunidad de hacer crecer nuestro sistema democrático de participación efectiva para poder votar y ser votado en nuestro país.

En este tema, es relevante referirse, por ejemplo, a asuntos como el acceso a las prerrogativas en radio y televisión, así como al financiamiento público al que tienen derecho las y los candidatos independientes. En este último aspecto, el ambiente está permeado por duras críticas pues, de entrada, pone en desventaja a los candidatos independientes al acotar al presupuesto público viéndolo como un nuevo partido político, y dividiendo el recurso entre los candidatos que logran su registro.

El ITE participa en esta ocasión y por primera vez, como enlace con el INE para que estos candidatos independientes ejerzan su prerrogativa de espacios y tiempos en radio y televisión, y los apoya en todo momento para que no tengan contratiempo alguno. Recordemos que ni partidos, ni precandidatos, ni candidatos independientes podrán contratar o adquirir, por sí o por terceras personas, tiempos en cualquier modalidad de radio y televisión.

En este proceso electoral, la totalidad de los candidatos independientes aceptaron ejercer su prerrogativa de manera libre, además discutieron sobre la pertinencia de hacerlo de manera conjunta o de manera independiente, resultando que de las siete candidaturas independientes, cinco optaron por hacerlo en conjunto y dos de manera individual; por último, en un sorteo decidieron en qué orden de prelación accederían a los promocionales ya aprobados.

Considero que existe un desgate de esta figura por la dificultad en su participación, pero creo firmemente que se puede seguir fortaleciendo, pues la realidad es que aunque el proceso y sus etapas para ser considerado un candidato o candidata independiente son complejos, hay experiencias que nos enseñan que es un camino alternativo, alcanzable en nuestra nueva conformación electoral, que nos deja un aprendizaje invaluable para la ciudadanía, y que se puede ver este sistema como una respuesta a sus aspiraciones legítimas y legales de acceder al poder público por esta vía.