/ viernes 19 de noviembre de 2021

El espectador | ¿Desaparecerá la UIF?

Constituida el 7 de mayo de 2004, durante la presidencia del panista Vicente Fox, la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda surgió como una respuesta del gobierno mexicano a la exigencia internacional de combatir de mejor forma los delitos de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita (ORPI) y, muy importante para las grandes potencias mundiales, el Financiamiento al Terrorismo.

Sin embargo, durante casi 15 años la denominada UIF se mantuvo en las penumbras; no sólo porque pasó prácticamente desapercibida durante tres diferentes gobiernos, sino porque desde esa oficina ubicada en la avenida Constituyentes se cometieron diversos actos de extorsión contra los particulares, principalmente en la administración de Enrique Peña Nieto y bajo la dirección del exprocurador del estado de México Alberto Bazbaz.

Fue hasta el arribo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en diciembre de 2018, cuando la UIF empezó a acaparar los reflectores; esto con la designación en su titularidad del exfiscal especializado en delitos electorales Santiago Nieto, el mismo que había detonado en México las investigaciones sobre el caso Odebrecht y el presunto financiamiento ilícito de esta empresa a la campaña presidencial de 2012.

Perseguido por su confrontación con Emilio Lozoya, el queretano Nieto Castillo encontró refugio en la Cuarta Transformación, donde se convirtió de inmediato en la figura que sostenía el discurso de la lucha contra la corrupción, al grado de que ante la opinión pública la Unidad de Inteligencia Financiera alcanzó el grado de fiscalía y se consolidó a la figura administrativa del congelamiento de cuentas como medida principal contra la impunidad.

Fue así que, desde enero de 2019 y hasta septiembre de 2021, la UIF de Santiago Nieto emitió 362 acuerdos de bloqueo, en los que se congelaron los activos financieros de seis mil 109 sujetos, integrantes principalmente de las bandas del crimen organizado..

La operación técnica de esta oficina rompió las barreras internacionales y, por tanto, consiguió ganar la confianza de las agencias de investigación norteamericanas. Durante los últimos tres años, oficinas como la DEA, el FBI y el IRS observaron en Santiago Nieto un aliado en materia de intercambio de información; por lo que Estados Unidos se colocó como el país con mayor colaboración con la UIF, materializada ésta con 29 peticiones de datos de inteligencia en este 2021.

En suma, la antes desconocida UIF se convirtió durante el actual sexenio en una entidad de procuración de justicia, más que necesaria en un proyecto de gobierno que hizo de ese objetivo su principal promesa y prioridad. Corresponderá ahora a Pablo Gómez mantener aceitados esos motores, para que esta entidad no vuelva a sumirse en la oscuridad.

Constituida el 7 de mayo de 2004, durante la presidencia del panista Vicente Fox, la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda surgió como una respuesta del gobierno mexicano a la exigencia internacional de combatir de mejor forma los delitos de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita (ORPI) y, muy importante para las grandes potencias mundiales, el Financiamiento al Terrorismo.

Sin embargo, durante casi 15 años la denominada UIF se mantuvo en las penumbras; no sólo porque pasó prácticamente desapercibida durante tres diferentes gobiernos, sino porque desde esa oficina ubicada en la avenida Constituyentes se cometieron diversos actos de extorsión contra los particulares, principalmente en la administración de Enrique Peña Nieto y bajo la dirección del exprocurador del estado de México Alberto Bazbaz.

Fue hasta el arribo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en diciembre de 2018, cuando la UIF empezó a acaparar los reflectores; esto con la designación en su titularidad del exfiscal especializado en delitos electorales Santiago Nieto, el mismo que había detonado en México las investigaciones sobre el caso Odebrecht y el presunto financiamiento ilícito de esta empresa a la campaña presidencial de 2012.

Perseguido por su confrontación con Emilio Lozoya, el queretano Nieto Castillo encontró refugio en la Cuarta Transformación, donde se convirtió de inmediato en la figura que sostenía el discurso de la lucha contra la corrupción, al grado de que ante la opinión pública la Unidad de Inteligencia Financiera alcanzó el grado de fiscalía y se consolidó a la figura administrativa del congelamiento de cuentas como medida principal contra la impunidad.

Fue así que, desde enero de 2019 y hasta septiembre de 2021, la UIF de Santiago Nieto emitió 362 acuerdos de bloqueo, en los que se congelaron los activos financieros de seis mil 109 sujetos, integrantes principalmente de las bandas del crimen organizado..

La operación técnica de esta oficina rompió las barreras internacionales y, por tanto, consiguió ganar la confianza de las agencias de investigación norteamericanas. Durante los últimos tres años, oficinas como la DEA, el FBI y el IRS observaron en Santiago Nieto un aliado en materia de intercambio de información; por lo que Estados Unidos se colocó como el país con mayor colaboración con la UIF, materializada ésta con 29 peticiones de datos de inteligencia en este 2021.

En suma, la antes desconocida UIF se convirtió durante el actual sexenio en una entidad de procuración de justicia, más que necesaria en un proyecto de gobierno que hizo de ese objetivo su principal promesa y prioridad. Corresponderá ahora a Pablo Gómez mantener aceitados esos motores, para que esta entidad no vuelva a sumirse en la oscuridad.