/ miércoles 27 de abril de 2022

El Espectador | La Sedena se queda como el chinito

En febrero pasado informamos en este espacio que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) pagó alrededor de 275 millones de pesos por placas balísticas, un proceso que despertó suspicacias entre los participantes de la industria ya que se eligieron insumos con supuesto origen estadounidense, sin importar que el común denominador es requerir productos de Israel, debido a su probada calidad.

Los niveles de protección que recibirán los hombres de verde comenzaron a cuestionarse. En algún momento, las preocupaciones se acrecentaron súbitamente cuando el fallo favoreció a Protective Materials Technology, que salió victoriosa de la compra LA-007000998-E277-2021. Los de la competencia aseguran que sus productos son reempaquetados en Estados Unidos por Longfri Technologies, y que en realidad son hechos por la firma china Surrey Hi Tech.

Y todo indica que no están del todo equivocados, ni que solamente guardan rencores por perder un gran negocio. La proveedora ha argumentado retrasos en la entrega de las placas debido al cierre de puertos en China, ante la nueva ola de contagios de Covid-19. Las placas balísticas están atoradas en Shanghai hasta nuevo aviso.

En los pasillos de la dependencia al mando de Luis Cresencio Sandoval, nos cuentan, hay preocupación porque no entregan. Además, ya comienzan a cuestionar la calidad de lo que compraron, pues han comenzado a buscar las pruebas de los productos que garanticen la seguridad de sus soldados.

Desde Protective Materials Technology explican que los materiales provienen de China, pero que son procesados en California.

En algún otro país, este sería un asunto de urgente revisión. Los soldados mexicanos se enfrentan a los cárteles que no escatiman en armamento y protección de sus sicarios. Armas de alto poder que llegan desde los mejores productores para debilitar el Estado de Derecho y hacer su propia ley en territorios en los que ni los militares pueden pisar. En México, es una licitación más, de esas que buscan ahorrar unos pesos sin importar que de ello dependan vidas y la seguridad de los ciudadanos en tiempos violentos.

SANTIAGO CREEL RESPONDE

Apelando a su derecho de réplica, el diputado federal Santiago Creel dice que no es socio ni forma parte de ninguna red de empresas como las que se señalan en este espacio.

“Así como tampoco nunca he tenido problemas con la ley ni con las autoridades. Reitero que todos los ingresos que he recibido en el ejercicio de mi profesión como abogado son de origen lícito y han sido debidamente declarados ante las autoridades competentes, además de que se han pagado los impuestos correspondientes”, asegura en una carta.

Creel responde así al texto donde informamos que una presunta red de empresas factureras del presidente de la Comisión Política del PAN se encuentra bajo investigación del SAT de Raquel Buenrostro, la Unidad de Inteligencia Financiera de Pablo Gómez y la Fiscalía General de la República de Alejandro Gertz.

En febrero pasado informamos en este espacio que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) pagó alrededor de 275 millones de pesos por placas balísticas, un proceso que despertó suspicacias entre los participantes de la industria ya que se eligieron insumos con supuesto origen estadounidense, sin importar que el común denominador es requerir productos de Israel, debido a su probada calidad.

Los niveles de protección que recibirán los hombres de verde comenzaron a cuestionarse. En algún momento, las preocupaciones se acrecentaron súbitamente cuando el fallo favoreció a Protective Materials Technology, que salió victoriosa de la compra LA-007000998-E277-2021. Los de la competencia aseguran que sus productos son reempaquetados en Estados Unidos por Longfri Technologies, y que en realidad son hechos por la firma china Surrey Hi Tech.

Y todo indica que no están del todo equivocados, ni que solamente guardan rencores por perder un gran negocio. La proveedora ha argumentado retrasos en la entrega de las placas debido al cierre de puertos en China, ante la nueva ola de contagios de Covid-19. Las placas balísticas están atoradas en Shanghai hasta nuevo aviso.

En los pasillos de la dependencia al mando de Luis Cresencio Sandoval, nos cuentan, hay preocupación porque no entregan. Además, ya comienzan a cuestionar la calidad de lo que compraron, pues han comenzado a buscar las pruebas de los productos que garanticen la seguridad de sus soldados.

Desde Protective Materials Technology explican que los materiales provienen de China, pero que son procesados en California.

En algún otro país, este sería un asunto de urgente revisión. Los soldados mexicanos se enfrentan a los cárteles que no escatiman en armamento y protección de sus sicarios. Armas de alto poder que llegan desde los mejores productores para debilitar el Estado de Derecho y hacer su propia ley en territorios en los que ni los militares pueden pisar. En México, es una licitación más, de esas que buscan ahorrar unos pesos sin importar que de ello dependan vidas y la seguridad de los ciudadanos en tiempos violentos.

SANTIAGO CREEL RESPONDE

Apelando a su derecho de réplica, el diputado federal Santiago Creel dice que no es socio ni forma parte de ninguna red de empresas como las que se señalan en este espacio.

“Así como tampoco nunca he tenido problemas con la ley ni con las autoridades. Reitero que todos los ingresos que he recibido en el ejercicio de mi profesión como abogado son de origen lícito y han sido debidamente declarados ante las autoridades competentes, además de que se han pagado los impuestos correspondientes”, asegura en una carta.

Creel responde así al texto donde informamos que una presunta red de empresas factureras del presidente de la Comisión Política del PAN se encuentra bajo investigación del SAT de Raquel Buenrostro, la Unidad de Inteligencia Financiera de Pablo Gómez y la Fiscalía General de la República de Alejandro Gertz.