/ viernes 6 de noviembre de 2020

El PRI, en su momento de oportunidad

Vaya que causó reacciones la reunión que el gobernador Marco Mena sostuvo con los tres aspirantes a la candidatura del PRI a la gubernatura estatal.

El pasado fin de semana, el primer priista del estado informó que tuvo un acercamiento de amigos con el presidente del Comité Directivo Estatal del partido, Noé Rodríguez Roldán; la presidenta municipal de Tlaxcala, Anabell Ávalos Zempoalteca, y el titular de la Secretaría de Educación Pública del Estado (Sepe), Florentino Domínguez Ordóñez.

Como lo manifestó el mandatario estatal a través de sus redes sociales, y como más tarde lo confirmarían los propios precandidatos, el principal objetivo de esta reunión se centró en el diálogo para mantener el desarrollo en rubros de salud, educación y defensa del empleo en la entidad.

Sin duda, el priismo de Tlaxcala se encuentra en un importante momento de oportunidad política.

En primer lugar, la construcción de la unidad intrapartidista avanza y se refleja en las expresiones de respaldo de los aspirantes al trabajo que se lleva a cabo para fortalecer al PRI. La voluntad por regresar al partido a la senda del triunfo abona a la cohesión que se requiere para lograr que el tricolor vuelva a la senda del triunfo.

En segundo lugar, el liderazgo del gobernador Marco Mena y los buenos resultados de su gestión generan confianza y reconocimiento al interior de las filas del partido, que se prestigia con los logros alcanzados en áreas importantes del quehacer gubernamental, como la salud, la educación, el empleo, la creación de infraestructura y el combate a la pobreza.

No resulta extraño entender que ese liderazgo es un importante activo para el PRI, de cara al 2021, y que, en función del mismo, el partido ha asumido una nueva actitud que recobra simpatías por las posibilidades reales de crecimiento que ofrece a Tlaxcala.

Y en tercer lugar, el perfil y la trayectoria de los precandidatos, todos ellos con experiencia política y administrativa que da garantías de profesionalismo y resultados, lo cual es un elemento a valorar en este momento de improvisaciones y desatinos a manos del gobierno de Morena a nivel federal.

Los tres aspirantes se han dado a la tarea de posicionarse, y en este proceso han recibido el respaldo de personajes afines al propio gobernador, con la convicción de sacar adelante esta etapa, y posterior a la selección del candidato, reagruparse en torno a quien abanderará al priismo.

Realmente hay, en el PRI, un entendimiento de las experiencias del pasado y de la situación del momento presente, por lo que a la militancia y a los precandidatos les toca permanecer firmes, sobre esta línea de acción trazada para lograr la unidad, que será uno de los pilares fundamentales para hacer frente a los retos del próximo año.

Vaya que causó reacciones la reunión que el gobernador Marco Mena sostuvo con los tres aspirantes a la candidatura del PRI a la gubernatura estatal.

El pasado fin de semana, el primer priista del estado informó que tuvo un acercamiento de amigos con el presidente del Comité Directivo Estatal del partido, Noé Rodríguez Roldán; la presidenta municipal de Tlaxcala, Anabell Ávalos Zempoalteca, y el titular de la Secretaría de Educación Pública del Estado (Sepe), Florentino Domínguez Ordóñez.

Como lo manifestó el mandatario estatal a través de sus redes sociales, y como más tarde lo confirmarían los propios precandidatos, el principal objetivo de esta reunión se centró en el diálogo para mantener el desarrollo en rubros de salud, educación y defensa del empleo en la entidad.

Sin duda, el priismo de Tlaxcala se encuentra en un importante momento de oportunidad política.

En primer lugar, la construcción de la unidad intrapartidista avanza y se refleja en las expresiones de respaldo de los aspirantes al trabajo que se lleva a cabo para fortalecer al PRI. La voluntad por regresar al partido a la senda del triunfo abona a la cohesión que se requiere para lograr que el tricolor vuelva a la senda del triunfo.

En segundo lugar, el liderazgo del gobernador Marco Mena y los buenos resultados de su gestión generan confianza y reconocimiento al interior de las filas del partido, que se prestigia con los logros alcanzados en áreas importantes del quehacer gubernamental, como la salud, la educación, el empleo, la creación de infraestructura y el combate a la pobreza.

No resulta extraño entender que ese liderazgo es un importante activo para el PRI, de cara al 2021, y que, en función del mismo, el partido ha asumido una nueva actitud que recobra simpatías por las posibilidades reales de crecimiento que ofrece a Tlaxcala.

Y en tercer lugar, el perfil y la trayectoria de los precandidatos, todos ellos con experiencia política y administrativa que da garantías de profesionalismo y resultados, lo cual es un elemento a valorar en este momento de improvisaciones y desatinos a manos del gobierno de Morena a nivel federal.

Los tres aspirantes se han dado a la tarea de posicionarse, y en este proceso han recibido el respaldo de personajes afines al propio gobernador, con la convicción de sacar adelante esta etapa, y posterior a la selección del candidato, reagruparse en torno a quien abanderará al priismo.

Realmente hay, en el PRI, un entendimiento de las experiencias del pasado y de la situación del momento presente, por lo que a la militancia y a los precandidatos les toca permanecer firmes, sobre esta línea de acción trazada para lograr la unidad, que será uno de los pilares fundamentales para hacer frente a los retos del próximo año.