El Partido Revolucionario Institucional (PRI) volvió a la senda del triunfo, y lo hizo solo en dos elecciones locales. En Coahuila, el tricolor arrasó al ganar 16 de 16 distritos electorales para el Congreso local, mientras que en Hidalgo los resultados también fueron favorables, al ganar más del doble de los municipios, pues de 16 pasó a 32.
En una contienda en la que prevaleció la certeza y confianza, se cayó el mito de la invulnerabilidad de Morena, cuyo gobierno a nivel federal ha tenido más errores que aciertos en agravio de los mexicanos. Y el ejemplo más claro lo vemos en la economía.
Desde el año pasado, la desaceleración del crecimiento económico en México era una realidad. El PIB nacional se contrajo -0.3%, y esta situación negativa prevaleció durante el primer trimestre del 2020, al registrarse una disminución de -2.2% anual y de -1.2% trimestral, lo cual se agravó por la emergencia sanitaria de Covid-19.
Por este motivo, los pronósticos para el PIB mexicano este año no son muy alentadores. La perspectiva del Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la economía nacional caerá en -10.5%, mientras que para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), lo hará en -8.6%, y para el Banco Mundial (BM), en -7.5%.
Si lo analizamos con detenimiento, podemos apreciar que ni en 2009 la economía cayó tanto como podría hacerlo en este 2020, y lo más grave es que aún faltan cuatro años más del caprichoso e inexperto gobierno de la Cuarta Transformación.
Por estas y otras razones la gente está reaccionando, y reconoce con desilusión que Morena no solo no está dando resultados, sino que atenta contra la estabilidad y el progreso de los mexicanos con decisiones ocurrentes.
En Tlaxcala, hay condiciones reales para que el PRI refrende la gubernatura. No solo tiene cuadros competitivos y populares, sino los beneficios tangibles de un gobierno como el de Marco Mena, quien se ha mantenido en los últimos meses como uno de los mandatarios con mayor aprobación en el país. Incluso, dentro del PRI, es uno de los gobernadores mejor calificados, particularmente, por la manera en que ha respondido a la crisis económica y sanitaria generada por la pandemia de Covid-19.
Sin duda alguna, los resultados de la jornada electoral del pasado 18 de octubre ponen al PRI como una alternativa viable para gobernar.
En esta etapa, y de cara a los comicios del 2021, se muestra como una oposición inteligente, crítica y constructiva, ingredientes que, sumados a una adecuada plataforma electoral, a candidatos ganadores y los resultados de buenos gobiernos, como se aprecia ya en Tlaxcala, prometen más triunfos.
El tricolor aprendió del 2018, y los ciudadanos están despertando. Llegado el momento, demostrarán que la confianza en la experiencia es lo que se necesita en medio de este escenario de incertidumbre que generan las malas decisiones del gobierno federal y los efectos de la pandemia que, a nivel nacional, han rebasado la capacidad de respuesta de las autoridades de la llamada 4T.
