/ lunes 30 de mayo de 2022

El sexo es biológico, dejen de inventar

La sociedad está confundida entre sexo y género. Con el cabildeo enorme de la ideología de género, las bases biológicas de las diferencias entre hombres y mujeres pretenden ser borradas, eliminadas, corregidas a plumazos y redacciones leguleyas.

A ver si va quedando claro; la igualdad sustantiva por la que las mujeres pugnamos desde hace siglos no tiene que ver con la preferencia sexual de nadie ni contra la diferencia científica real que existe entre ambos sexos. La lucha es para que la mitad de la población tengamos las mismas oportunidades de desarrollo tanto en la vida privada como en la pública, que muchos hombres dejen de creerse mas capaces que la mujer, dueños de sus vidas, mas inteligentes o con más cualidades para ocupar espacios de poder económico, político o social que ellas solo por haber nacido hombres.

Que no por nacer mujer se debe tener una vida de sumisión, violencia o menosprecio social ni tener innato el manual de tendido de camas o lavado de baños. No es verdad lo anterior pero tampoco lo es que los hombres no tengan chip cerebral para aprender a lavar trastos, poner una carga de ropa en la lavadora, doblar uniformes o cambiar un pañal.

Las diferencias anatómicas sí que existen y no desaparecen ni con años de hormonización. Los hombres tienen más masa muscular, mayor capacidad pulmonar, mayor altura promedio. La ideología de género pretende borrar esas diferencias afirmando que el género es algo con lo que se nace, es decir que si “naces” con género mujer se espera que tus roles sean los tradicionalmente asignados a las mujeres y viceversa. Nada mas falso, retrógrada, discriminatorio y machista.

Estos nuevos “gurús” del cabildeo social y político, pretenden borrar a las mujeres hasta de las leyes. Ya hay en Chile, algunas comunidades de España (inclusive en México recién se intentó) borrar la palabra “mujer” de las leyes y sustituirla por “personas menstruantes” o “personas gestantes” abriendo así a las “mujeres” trans la posibilidad de estar embarazadas a la par de asumirse hombres o, a los hombres trans afirmarse como lesbianas.

En todos los casos, la mujer pierde. Se deja de entender que la maternidad es exclusivamente de mujeres, que el vínculo biológico madre-hijo (a) existe como no lo existe con el padre, que amamantar es privilegio de las mujeres y que quien no acepta eso, no solo está sembrando una confusión grave en la psique de su hijo o hija sino plantando un pensamiento dogmático y acientífico que profundiza el borrado y cosificación de las mujeres.

La sustitución de la categoría “sexo” por “identidad de género”, como se afirma desde el colectivo “contraelborradodelasmujeres.com”, convierte la definición de mujer en algo completamente subjetivo y que afecta a nuestra realidad material en muy diversos ámbitos, como son el deporte, la educación, la lesbofobia, la neolengua, la salud, los espacios seguros, la legislación y, lo mas grave, la infancia, validando la idea de que se puede nacer en el cuerpo equivocado. No, no y mil veces no. Quien quiera maquillarse, que se maquille, use falda o pantalón, se dedique a ser física nuclear o enfermero. Nada de eso define su sexo.

Un infante no puede biológicamente decidir lo mejor para sí mismo porque su corteza prefrontal, la del control de impulsos, toma de decisiones, libertad y pensamiento racional, madura hasta los 21 años. Ni siquiera puede legalmente comprar alcohol o tabaco, ¿porqué sí podría decidir “cambiar de sexo” como si eso fuera científicamente posible? Tampoco un hombre debe competir deportivamente en categoría de mujer; a ver, ¿por qué no hay “mujeres” trans compitiendo en categoría de varones? La razón de desventaja que implica para ellas es mas que evidente.

No al borrado de las mujeres, no a la persecución y acoso a quienes luchamos por el reconocimiento de las capacidades y derechos de las mujeres y la obligación de protección a la infancia, no a seguir discriminando, acosando, violentando mujeres. El sexo es biológico. Dejen de inventar.

La sociedad está confundida entre sexo y género. Con el cabildeo enorme de la ideología de género, las bases biológicas de las diferencias entre hombres y mujeres pretenden ser borradas, eliminadas, corregidas a plumazos y redacciones leguleyas.

A ver si va quedando claro; la igualdad sustantiva por la que las mujeres pugnamos desde hace siglos no tiene que ver con la preferencia sexual de nadie ni contra la diferencia científica real que existe entre ambos sexos. La lucha es para que la mitad de la población tengamos las mismas oportunidades de desarrollo tanto en la vida privada como en la pública, que muchos hombres dejen de creerse mas capaces que la mujer, dueños de sus vidas, mas inteligentes o con más cualidades para ocupar espacios de poder económico, político o social que ellas solo por haber nacido hombres.

Que no por nacer mujer se debe tener una vida de sumisión, violencia o menosprecio social ni tener innato el manual de tendido de camas o lavado de baños. No es verdad lo anterior pero tampoco lo es que los hombres no tengan chip cerebral para aprender a lavar trastos, poner una carga de ropa en la lavadora, doblar uniformes o cambiar un pañal.

Las diferencias anatómicas sí que existen y no desaparecen ni con años de hormonización. Los hombres tienen más masa muscular, mayor capacidad pulmonar, mayor altura promedio. La ideología de género pretende borrar esas diferencias afirmando que el género es algo con lo que se nace, es decir que si “naces” con género mujer se espera que tus roles sean los tradicionalmente asignados a las mujeres y viceversa. Nada mas falso, retrógrada, discriminatorio y machista.

Estos nuevos “gurús” del cabildeo social y político, pretenden borrar a las mujeres hasta de las leyes. Ya hay en Chile, algunas comunidades de España (inclusive en México recién se intentó) borrar la palabra “mujer” de las leyes y sustituirla por “personas menstruantes” o “personas gestantes” abriendo así a las “mujeres” trans la posibilidad de estar embarazadas a la par de asumirse hombres o, a los hombres trans afirmarse como lesbianas.

En todos los casos, la mujer pierde. Se deja de entender que la maternidad es exclusivamente de mujeres, que el vínculo biológico madre-hijo (a) existe como no lo existe con el padre, que amamantar es privilegio de las mujeres y que quien no acepta eso, no solo está sembrando una confusión grave en la psique de su hijo o hija sino plantando un pensamiento dogmático y acientífico que profundiza el borrado y cosificación de las mujeres.

La sustitución de la categoría “sexo” por “identidad de género”, como se afirma desde el colectivo “contraelborradodelasmujeres.com”, convierte la definición de mujer en algo completamente subjetivo y que afecta a nuestra realidad material en muy diversos ámbitos, como son el deporte, la educación, la lesbofobia, la neolengua, la salud, los espacios seguros, la legislación y, lo mas grave, la infancia, validando la idea de que se puede nacer en el cuerpo equivocado. No, no y mil veces no. Quien quiera maquillarse, que se maquille, use falda o pantalón, se dedique a ser física nuclear o enfermero. Nada de eso define su sexo.

Un infante no puede biológicamente decidir lo mejor para sí mismo porque su corteza prefrontal, la del control de impulsos, toma de decisiones, libertad y pensamiento racional, madura hasta los 21 años. Ni siquiera puede legalmente comprar alcohol o tabaco, ¿porqué sí podría decidir “cambiar de sexo” como si eso fuera científicamente posible? Tampoco un hombre debe competir deportivamente en categoría de mujer; a ver, ¿por qué no hay “mujeres” trans compitiendo en categoría de varones? La razón de desventaja que implica para ellas es mas que evidente.

No al borrado de las mujeres, no a la persecución y acoso a quienes luchamos por el reconocimiento de las capacidades y derechos de las mujeres y la obligación de protección a la infancia, no a seguir discriminando, acosando, violentando mujeres. El sexo es biológico. Dejen de inventar.