/ martes 12 de junio de 2018

El Tintero

EL PALACIO DE LA IGNOMINIA

Los diputados de la LXII Legislatura se quieren asumir como reyezuelos.

Y es que, siendo representantes populares, están obligados, entre otras cosas, a defender las causas sociales, incrementar la calidad de vida de las personas, ofrecer bienestar, vigilar el uso del dinero público, ser abiertos, tener contacto con la gente, ser honestos, veraces, justos y respetar la ley.

Pero no, en Tlaxcala los señores hacen todo lo contrario y, desde la semana pasada, convirtieron al Congreso local en el “Palacio de la Ignominia”.

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, ignominia es una ofensa grave que sufre el honor o la dignidad de una persona o grupo social, es decir, deshonor, descrédito de quien ha perdido el respeto a los demás a causa de una acción indigna o vergonzosa. Es la pérdida de la reputación, es sinónimo de injuria y vergüenza.

No se le puede llamar de otra forma al patético “Acuerdo con carácter de urgente y obvia resolución por el que se determinan los criterios de uso diferenciado de los accesos al interior y exterior del recinto oficial” –impulsado por el priista José Martín Rivera Barrios y que, por cierto, solo fue rechazado por la legisladora independiente –antes del Partido de la Revolución Democrática, Floria Moría Hernández Hernández.

Tanto se rasgaron las vestiduras para protestar por el muro (para limitar el flujo de migrantes) que pretende construir en la frontera norte el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump y a quien, incluso, varios de ellos, en su momento, tacharon de tirano, que terminaron igual o peor que el republicano al instalar su propia “muralla” para evitar rozarse con la gente y tener contacto directo con sus representados.

Explico: desde la semana pasada los congresistas aprobaron que ahora el Congreso local tendrá tres accesos:el primero para ingresar a las sesiones y al patio vitral; el segundo está reservado para diputados, personal de confianza y trabajadores y el tercero para la gente de base, comunicadores y sociedad en general.

Eso se llama discriminación porque sus laberintos significan un trato diferente y perjudicial que se da a una persona por motivos de raza, sexo, ideas políticas y hasta religión.

La “casa de pueblo” terminó por convertirse en una fortaleza de reyezuelos que ya tiene bien identificados a los tlaxcaltecas de primera, segunda y tercera.

Pero la celeridad con la que actuaron no tiene otra explicación más que la de evadir a pobladores hartos del actuar de los congresistas y ávidos de respuestas a sus demandas sociales.

Así con esa celeridad que aprobaron sus guaridas, hubiesen acatado la ley y cumplido con las disposiciones de las autoridades electorales federales y estatales para tomar protesta a los suplentes de los diputados con licencia que hoy andan en campaña buscando ser ratificados en el cargo.

Así como son buenos para diseñar acuerdos que les permitan esconderse de la gente y de los cuestionamientos de los medios de comunicación, deberían ser responsables y acudir a las sesiones pues para eso les pagan.

No tienen respeto por nadie. Los medios de comunicación tampoco tendrán margen de maniobra. El trato con los diputados será difícil y complicado, no menor a lo que ya es con Cynthia Fernández, vocera del Legislativo y quien, de comunicación, sabe lo que yo de Astrología.



Siendo una acción discriminatoria debería ser un tema que ocupara al presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, Víctor Manuel Cid del Prado, el problema es que está igual o peor, pues recientemente se aventó la puntada de decir, en una reunión con autoridades, víctimas y litigantes, que cuando soliciten a un observador, solo acudirá si la victima presenta un grado de vulnerabilidad, es decir, para que la comisión actúe, es necesario que las personas vivan en pobreza extrema, hayan sido vilmente vejadas en su integridad física, lesionadas o torturadas.

De pena ajena y así cumplirá un año al frente de ese organismo. Ni a quien irle.

************

1.- EPÍLOGO…

AGITACIÓN EN EL IMSS…Javier Guevara Dávila, titular de la Coordinación de Abasto de la delegación, estalló en cólera cuando fueron puestos al descubierto varios de los abusos cometidos en la oficina que preside y que, quién sabe por qué motivo, no ha querido ver el delegado de la institución, Gibran Alejandro de la Torre González.

De inmediato, el funcionario menor busco cobijo de su amigo el delegado, pero TINTERO supo que ya no lo encontró como antes sobre todo porque, en el ámbito nacional, Mikel Arriola Peñalosa, entonces director general del organismo, y hoy candidato del Partido Revolucionario Institucional a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, ya había sido involucrado en presuntos actos de corrupción en lo que tiene que ver con licitaciones para obras, compra de medicamentos y materiales para la institución.

Las cosas no brillan bien para Gibran Alejandro de la Torre porque, a nivel nacional, ya se maquina un cambio total de delegados. Al tiempo.

¡Hasta el próximo martes!


EL PALACIO DE LA IGNOMINIA

Los diputados de la LXII Legislatura se quieren asumir como reyezuelos.

Y es que, siendo representantes populares, están obligados, entre otras cosas, a defender las causas sociales, incrementar la calidad de vida de las personas, ofrecer bienestar, vigilar el uso del dinero público, ser abiertos, tener contacto con la gente, ser honestos, veraces, justos y respetar la ley.

Pero no, en Tlaxcala los señores hacen todo lo contrario y, desde la semana pasada, convirtieron al Congreso local en el “Palacio de la Ignominia”.

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, ignominia es una ofensa grave que sufre el honor o la dignidad de una persona o grupo social, es decir, deshonor, descrédito de quien ha perdido el respeto a los demás a causa de una acción indigna o vergonzosa. Es la pérdida de la reputación, es sinónimo de injuria y vergüenza.

No se le puede llamar de otra forma al patético “Acuerdo con carácter de urgente y obvia resolución por el que se determinan los criterios de uso diferenciado de los accesos al interior y exterior del recinto oficial” –impulsado por el priista José Martín Rivera Barrios y que, por cierto, solo fue rechazado por la legisladora independiente –antes del Partido de la Revolución Democrática, Floria Moría Hernández Hernández.

Tanto se rasgaron las vestiduras para protestar por el muro (para limitar el flujo de migrantes) que pretende construir en la frontera norte el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump y a quien, incluso, varios de ellos, en su momento, tacharon de tirano, que terminaron igual o peor que el republicano al instalar su propia “muralla” para evitar rozarse con la gente y tener contacto directo con sus representados.

Explico: desde la semana pasada los congresistas aprobaron que ahora el Congreso local tendrá tres accesos:el primero para ingresar a las sesiones y al patio vitral; el segundo está reservado para diputados, personal de confianza y trabajadores y el tercero para la gente de base, comunicadores y sociedad en general.

Eso se llama discriminación porque sus laberintos significan un trato diferente y perjudicial que se da a una persona por motivos de raza, sexo, ideas políticas y hasta religión.

La “casa de pueblo” terminó por convertirse en una fortaleza de reyezuelos que ya tiene bien identificados a los tlaxcaltecas de primera, segunda y tercera.

Pero la celeridad con la que actuaron no tiene otra explicación más que la de evadir a pobladores hartos del actuar de los congresistas y ávidos de respuestas a sus demandas sociales.

Así con esa celeridad que aprobaron sus guaridas, hubiesen acatado la ley y cumplido con las disposiciones de las autoridades electorales federales y estatales para tomar protesta a los suplentes de los diputados con licencia que hoy andan en campaña buscando ser ratificados en el cargo.

Así como son buenos para diseñar acuerdos que les permitan esconderse de la gente y de los cuestionamientos de los medios de comunicación, deberían ser responsables y acudir a las sesiones pues para eso les pagan.

No tienen respeto por nadie. Los medios de comunicación tampoco tendrán margen de maniobra. El trato con los diputados será difícil y complicado, no menor a lo que ya es con Cynthia Fernández, vocera del Legislativo y quien, de comunicación, sabe lo que yo de Astrología.



Siendo una acción discriminatoria debería ser un tema que ocupara al presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, Víctor Manuel Cid del Prado, el problema es que está igual o peor, pues recientemente se aventó la puntada de decir, en una reunión con autoridades, víctimas y litigantes, que cuando soliciten a un observador, solo acudirá si la victima presenta un grado de vulnerabilidad, es decir, para que la comisión actúe, es necesario que las personas vivan en pobreza extrema, hayan sido vilmente vejadas en su integridad física, lesionadas o torturadas.

De pena ajena y así cumplirá un año al frente de ese organismo. Ni a quien irle.

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1.- EPÍLOGO…

AGITACIÓN EN EL IMSS…Javier Guevara Dávila, titular de la Coordinación de Abasto de la delegación, estalló en cólera cuando fueron puestos al descubierto varios de los abusos cometidos en la oficina que preside y que, quién sabe por qué motivo, no ha querido ver el delegado de la institución, Gibran Alejandro de la Torre González.

De inmediato, el funcionario menor busco cobijo de su amigo el delegado, pero TINTERO supo que ya no lo encontró como antes sobre todo porque, en el ámbito nacional, Mikel Arriola Peñalosa, entonces director general del organismo, y hoy candidato del Partido Revolucionario Institucional a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, ya había sido involucrado en presuntos actos de corrupción en lo que tiene que ver con licitaciones para obras, compra de medicamentos y materiales para la institución.

Las cosas no brillan bien para Gibran Alejandro de la Torre porque, a nivel nacional, ya se maquina un cambio total de delegados. Al tiempo.

¡Hasta el próximo martes!