/ martes 24 de julio de 2018

El Tintero

¿AUSTERIDAD REPUBLICANA?

El Plan Nacional de Austeridad que dio a conocer el cuasi presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, ha provocado un debate generalizado a favor y en contra de las medidas anunciadas. En un país como México, dolido por los altos índices de corrupción e impunidad y, que por 77 años fue gobernado por el Partido Revolucionario Institucional y 12 años por Acción Nacional, la opulencia, el dispendio, el abuso y la voracidad, son una constante.

Los altos salarios, los viajes, fiestas, viáticos, “moches” y diezmos en obras, son parte de esa cultura de la opacidad y la discrecionalidad que, sin duda, debe ser desterrada. Las medidas anunciadas y el tope salarial que ha impuesto López Obrador por la cantidad de 108 mil pesos mensuales, obliga no solo a reflexionar sobre la clase burocrática de Tlaxcala sino a exigirle que se conduzca con eficiencia, eficacia, profesionalismo y ética, dejando a un lado los escándalos y dar los resultados que la población exige.

En el caso del Poder Ejecutivo, el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez tiene una remuneración bruta mensual de $114,583.68; un secretario de Gabinete percibe $87,548.27 y un director gana $46,032.65.

Cómo olvidar ese evento oficial en el que hubo un sinfín de caras largas de quienes se sentían señalados, cuando el jefe del Ejecutivo local hizo un llamado a dejar a un lado la falta de interés y deslealtad con el ciudadano y acusó que, sin dar resultados, muchos funcionarios obran y se expresan mal del propio gobierno. El problema es que muchos de esos servidores siguen mostrando deslealtad y apatía despachando cómodamente en sus oficinas con la burocracia que los caracteriza.

El Poder Judicial es otro síntoma de ineficiencia pública, según su portal de transparencia, el magistrado presidente, Héctor Maldonado Bonilla, tiene una percepción bruta de 54,122.46 pesos y los magistrados $37,077.38. Empero, no dan a conocer, a detalle, montos por compensación, despensa, percepción complementaria, bono trimestral, apoyo anual y especial, regalos de fin de año, telefonía móvil y gasolina.

De hecho, ese cuerpo colegiado es considerado la “burocracia dorada de la entidad”, a pesar de que sus resultados con la ciudadanía son tan buenos. No vamos lejos, de acuerdo con un estudio sobre la corrupción en ese ente, realizado en 2014 por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), ocho de cada 10 tlaxcaltecas había sido víctimas de ese mal al realizar sus trámites judiciales.

Y así, podemos dar un repaso por los organismos autónomos, donde la presidenta consejera del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones, Elizabeth Piedras Martínez, tiene una percepción de $85 mil 209 pesos y el presidente de la CEDH, Víctor Cid, gana $55, 000.00 mensuales, eso sí, éste último con un trabajo más que mediocre.

Mientras tanto, los comisionados de la IAIP-Tlax perciben $30,000.00 mensuales y su trabajo en favor de la transparencia es nulo. En el caso de la UAT, es imposible tener acceso a su portal de transparencia aunque sabemos que esa institución está convertida en un patrimonio familiar y que, en su momento, deberán dejar de pagar las pensiones vitalicias a los exrectores. Y de los diputados locales mejor ni hablar, lo bueno es que ya se van y fueron rotundamente reprobados por el pueblo en las recientes elecciones.

Hoy más que nunca lo que la gente reclama son servidores más comprometidos con su trabajo y con la atención de calidad, pero, sobre todo, un trato digno hacia la ciudadanía. Ojalá así lo entiendan quienes se desempeñan en el sector público.

*************

EPÍLOGO…

1.- A COMERSE LO QUE QUEDA DEL BOLILLO…Tras su fracaso electoral, los grupos panistas ya se mueven para adueñarse de las ruinas del Partido Acción Nacional. Por lo pronto, ya levantaron la mano José Gilberto Temoltzin Martínez, dos veces diputado local plurinominal; ha perdido en dos ocasiones la candidatura a diputado federal pluri y es más conocido por sus conflictos legales con sus empresas que por el trabajo a favor de ese instituto. Damián Mendoza es el eterno aspirante a la dirigencia, en dos ocasiones ha fracasado, pero ahora es impulsado por Adolfo Escobar. En tanto, Ángelo Gutiérrez Hernández nunca ha buscado la dirigencia, pero mantiene amarres internos para ganar ese espacio, aunque está obligado a demostrar que ya no depende del adrianismo.

En números reales, el adrianismo tiene 400 votos duros (con todo y el sufragio de los alcaldes que, en su mayoría, no ayudan mucho ya que no son militantes ni conocen al partido); los adolfos, por su lado, poseen 200 votos pero pesa en ellos que el líder Adolfo Escobar cada lunes tiene que firmar el libro de procesados del Cereso porque fue acusado penalmente por desvíos cuando fungió como alcalde capitalino.

Ángelo Gutiérrez tiene 350 votos, pero debe tejer buenas alianzas para ganar esta partida; José Gilberto Temoltzin tiene 200 pero nunca ha hecho trabajo territorial;

Claudia Pérez posee 200 aunque hoy está más identificada con el morenismo y Carlos Carreón cuenta con 100, pero carga con el desgaste del pasado proceso y su limitada visión para sacar adelante al blanquiazul, mientras que Miguel Ángel Polvo, Juan Carlos Sánchez y Felipe Flores, juntos tienen 120, así que solo aspiran a tener una chambita. Julio Hernández, a su vez, goza de 50 votos, pero en las pasadas elecciones, como coordinador estatal de la campaña de Ricardo Anaya, hizo un pésimo papel. Los números no mienten y quien posea más ganará. El PAN hoy tiene un padrón de tres mil 218 militantes y los municipios que representan el 50% del total son Tlaxcala, Chiautempan, Huamantla, Tlaltelulco, Apetatitlan, San Pablo del Monte, Apizaco, Yauhquemehcan, Zacatelco, Contla, Cuaxomulco y Santa Cruz Tlaxcala.

¡Hasta el próximo martes!

¿AUSTERIDAD REPUBLICANA?

El Plan Nacional de Austeridad que dio a conocer el cuasi presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, ha provocado un debate generalizado a favor y en contra de las medidas anunciadas. En un país como México, dolido por los altos índices de corrupción e impunidad y, que por 77 años fue gobernado por el Partido Revolucionario Institucional y 12 años por Acción Nacional, la opulencia, el dispendio, el abuso y la voracidad, son una constante.

Los altos salarios, los viajes, fiestas, viáticos, “moches” y diezmos en obras, son parte de esa cultura de la opacidad y la discrecionalidad que, sin duda, debe ser desterrada. Las medidas anunciadas y el tope salarial que ha impuesto López Obrador por la cantidad de 108 mil pesos mensuales, obliga no solo a reflexionar sobre la clase burocrática de Tlaxcala sino a exigirle que se conduzca con eficiencia, eficacia, profesionalismo y ética, dejando a un lado los escándalos y dar los resultados que la población exige.

En el caso del Poder Ejecutivo, el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez tiene una remuneración bruta mensual de $114,583.68; un secretario de Gabinete percibe $87,548.27 y un director gana $46,032.65.

Cómo olvidar ese evento oficial en el que hubo un sinfín de caras largas de quienes se sentían señalados, cuando el jefe del Ejecutivo local hizo un llamado a dejar a un lado la falta de interés y deslealtad con el ciudadano y acusó que, sin dar resultados, muchos funcionarios obran y se expresan mal del propio gobierno. El problema es que muchos de esos servidores siguen mostrando deslealtad y apatía despachando cómodamente en sus oficinas con la burocracia que los caracteriza.

El Poder Judicial es otro síntoma de ineficiencia pública, según su portal de transparencia, el magistrado presidente, Héctor Maldonado Bonilla, tiene una percepción bruta de 54,122.46 pesos y los magistrados $37,077.38. Empero, no dan a conocer, a detalle, montos por compensación, despensa, percepción complementaria, bono trimestral, apoyo anual y especial, regalos de fin de año, telefonía móvil y gasolina.

De hecho, ese cuerpo colegiado es considerado la “burocracia dorada de la entidad”, a pesar de que sus resultados con la ciudadanía son tan buenos. No vamos lejos, de acuerdo con un estudio sobre la corrupción en ese ente, realizado en 2014 por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), ocho de cada 10 tlaxcaltecas había sido víctimas de ese mal al realizar sus trámites judiciales.

Y así, podemos dar un repaso por los organismos autónomos, donde la presidenta consejera del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones, Elizabeth Piedras Martínez, tiene una percepción de $85 mil 209 pesos y el presidente de la CEDH, Víctor Cid, gana $55, 000.00 mensuales, eso sí, éste último con un trabajo más que mediocre.

Mientras tanto, los comisionados de la IAIP-Tlax perciben $30,000.00 mensuales y su trabajo en favor de la transparencia es nulo. En el caso de la UAT, es imposible tener acceso a su portal de transparencia aunque sabemos que esa institución está convertida en un patrimonio familiar y que, en su momento, deberán dejar de pagar las pensiones vitalicias a los exrectores. Y de los diputados locales mejor ni hablar, lo bueno es que ya se van y fueron rotundamente reprobados por el pueblo en las recientes elecciones.

Hoy más que nunca lo que la gente reclama son servidores más comprometidos con su trabajo y con la atención de calidad, pero, sobre todo, un trato digno hacia la ciudadanía. Ojalá así lo entiendan quienes se desempeñan en el sector público.

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EPÍLOGO…

1.- A COMERSE LO QUE QUEDA DEL BOLILLO…Tras su fracaso electoral, los grupos panistas ya se mueven para adueñarse de las ruinas del Partido Acción Nacional. Por lo pronto, ya levantaron la mano José Gilberto Temoltzin Martínez, dos veces diputado local plurinominal; ha perdido en dos ocasiones la candidatura a diputado federal pluri y es más conocido por sus conflictos legales con sus empresas que por el trabajo a favor de ese instituto. Damián Mendoza es el eterno aspirante a la dirigencia, en dos ocasiones ha fracasado, pero ahora es impulsado por Adolfo Escobar. En tanto, Ángelo Gutiérrez Hernández nunca ha buscado la dirigencia, pero mantiene amarres internos para ganar ese espacio, aunque está obligado a demostrar que ya no depende del adrianismo.

En números reales, el adrianismo tiene 400 votos duros (con todo y el sufragio de los alcaldes que, en su mayoría, no ayudan mucho ya que no son militantes ni conocen al partido); los adolfos, por su lado, poseen 200 votos pero pesa en ellos que el líder Adolfo Escobar cada lunes tiene que firmar el libro de procesados del Cereso porque fue acusado penalmente por desvíos cuando fungió como alcalde capitalino.

Ángelo Gutiérrez tiene 350 votos, pero debe tejer buenas alianzas para ganar esta partida; José Gilberto Temoltzin tiene 200 pero nunca ha hecho trabajo territorial;

Claudia Pérez posee 200 aunque hoy está más identificada con el morenismo y Carlos Carreón cuenta con 100, pero carga con el desgaste del pasado proceso y su limitada visión para sacar adelante al blanquiazul, mientras que Miguel Ángel Polvo, Juan Carlos Sánchez y Felipe Flores, juntos tienen 120, así que solo aspiran a tener una chambita. Julio Hernández, a su vez, goza de 50 votos, pero en las pasadas elecciones, como coordinador estatal de la campaña de Ricardo Anaya, hizo un pésimo papel. Los números no mienten y quien posea más ganará. El PAN hoy tiene un padrón de tres mil 218 militantes y los municipios que representan el 50% del total son Tlaxcala, Chiautempan, Huamantla, Tlaltelulco, Apetatitlan, San Pablo del Monte, Apizaco, Yauhquemehcan, Zacatelco, Contla, Cuaxomulco y Santa Cruz Tlaxcala.

¡Hasta el próximo martes!