/ martes 4 de septiembre de 2018

EL TINTERO

LOS PENDIENTES EN EL SERVICIO PÚBLICO


El pasado primero de julio, millones de mexicanos expresaron su inconformidad en las urnas en contra de los problemas que aquejan a la sociedad mexicana: la inseguridad pública, la corrupción, la impunidad y una larga lista de lastres que preocupan y urge erradicar.

Sin duda que fue un claro mensaje a los personajes que se dedican al servicio público.

Y trataré de enlistar algunos de estos pendientes.

Ya iniciaron los trabajos de la LXIII Legislatura local, como todos sabemos una legislatura donde la paridad de género rindió sus frutos y le ha dado al sector femenino la representación histórica por la que habían luchado.

Ojalá esto sirva como ejemplo y le devuelvan a esa “soberanía popular”, la legitimidad y credibilidad que sus antecesores con acciones desatinadas y poca visión política enviaron al cesto de la basura.

De entrada, hay muchos pendientes sobre los cuales deben ponerse a trabajar las diputadas y diputados de esta Legislatura que comienza. De entrada establecer una agenda legislativa coherente con la realidad es uno de los reclamos sociales que la sociedad demanda.

Urge hacer una revisión al marco jurídico local, ya que muchas leyes ya son obsoletas y otras requieren su actualización a los tiempos que se viven. Dejar a un lado las componendas y el amiguismo en la designación de funcionarios que por mandato constitucional les corresponde, solo es viable si desde ahora establecen una ley que les ayude a establecer dicho método y donde se privilegie los conocimientos y el perfil profesional, ante todo.

La armonización de la Constitución local y la Federal, es otro tema a revisión, donde se le pueda otorgar autonomía a la Procuraduría General de Justicia, así como al Tribunal de Justicia Administrativa, donde incluso se establezca que el Fiscal Anticorrupción y el de Asuntos Electorales sea designado mediante convocatoria pública abierta a fin de fortalecer el combate a la corrupción.

Es necesario hacer de la rendición de cuentas una verdadera estrategia para acabar con los abusos de munícipes y servidores, que han visto en el servicio público una forma de enriquecerse al amparo de poder político. Para ello, se necesita que el trabajo del Órgano de Fiscalización Superior se profesionalice y que los informes que rinda sean respetados. Es decir, acabar con las componendas de los dictámenes de las cuentas públicas.

En fin, los pendientes que tiene son muchos, es hora de que empiecen a legislar con perspectiva de género y de evitar la discriminación como lo hicieron sus antecesores y ello pueden ser viable si se rodean de un equipo de profesionales que les ayude en tan compleja tarea.

Recordemos que algunos integrantes de esta Legislatura, en sus primeras entrevistas, no pudieron responder a preguntas básicas; como sus facultades de legislar, fiscalizar y gestionar, o el número de artículos de los que se compone la Constitución federal o la local. Espero no sea el inicio de un mal presagio.

Del Poder Judicial, se espera que sus magistrados, jueces y servidores públicos hagan una realidad la impartición de justicia pronta y expedita. Eviten los actos de corrupción y dejen a un lado el glamour y la frivolidad que tiene sus altos funcionarios. Y simplemente se pongan a trabajar en favor de los justiciables.

Del Poder Ejecutivo, sobre el mensaje que el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, que emitió después de las elecciones, muchos servidores simplemente no entendieron o no han encontrado la fórmula de su trabajo en favor de la sociedad, ahí está el titular de la Secretaria de Políticas Públicas y de Participación Ciudadana, que nadie entiende para que fue creada.

O del titular de la Secretaría de Turismo, que solo es visto en las paellas o las pasarelas sociales pero su aportación a favor de las políticas públicas que por ley tienen encomendado, no da una.

A los organismos públicos autónomos, se les pide que dejen de ser figuras decorativas en el andamiaje administrativo y se pongan a trabajar en favor de los derechos que tienen que tutelar. Y así la lista puede ser larga como acabar el nepotismo que priva al interior de la Universidad Autónoma de Tlaxcala.

El mensaje que la sociedad ha enviado es claro; es el fin de los linajes políticos, los apellidos de alcurnia o de abolengo. Es sencillamente, el momento de dar resultados en el servicio público.

¡Hasta el próximo martes!


LOS PENDIENTES EN EL SERVICIO PÚBLICO


El pasado primero de julio, millones de mexicanos expresaron su inconformidad en las urnas en contra de los problemas que aquejan a la sociedad mexicana: la inseguridad pública, la corrupción, la impunidad y una larga lista de lastres que preocupan y urge erradicar.

Sin duda que fue un claro mensaje a los personajes que se dedican al servicio público.

Y trataré de enlistar algunos de estos pendientes.

Ya iniciaron los trabajos de la LXIII Legislatura local, como todos sabemos una legislatura donde la paridad de género rindió sus frutos y le ha dado al sector femenino la representación histórica por la que habían luchado.

Ojalá esto sirva como ejemplo y le devuelvan a esa “soberanía popular”, la legitimidad y credibilidad que sus antecesores con acciones desatinadas y poca visión política enviaron al cesto de la basura.

De entrada, hay muchos pendientes sobre los cuales deben ponerse a trabajar las diputadas y diputados de esta Legislatura que comienza. De entrada establecer una agenda legislativa coherente con la realidad es uno de los reclamos sociales que la sociedad demanda.

Urge hacer una revisión al marco jurídico local, ya que muchas leyes ya son obsoletas y otras requieren su actualización a los tiempos que se viven. Dejar a un lado las componendas y el amiguismo en la designación de funcionarios que por mandato constitucional les corresponde, solo es viable si desde ahora establecen una ley que les ayude a establecer dicho método y donde se privilegie los conocimientos y el perfil profesional, ante todo.

La armonización de la Constitución local y la Federal, es otro tema a revisión, donde se le pueda otorgar autonomía a la Procuraduría General de Justicia, así como al Tribunal de Justicia Administrativa, donde incluso se establezca que el Fiscal Anticorrupción y el de Asuntos Electorales sea designado mediante convocatoria pública abierta a fin de fortalecer el combate a la corrupción.

Es necesario hacer de la rendición de cuentas una verdadera estrategia para acabar con los abusos de munícipes y servidores, que han visto en el servicio público una forma de enriquecerse al amparo de poder político. Para ello, se necesita que el trabajo del Órgano de Fiscalización Superior se profesionalice y que los informes que rinda sean respetados. Es decir, acabar con las componendas de los dictámenes de las cuentas públicas.

En fin, los pendientes que tiene son muchos, es hora de que empiecen a legislar con perspectiva de género y de evitar la discriminación como lo hicieron sus antecesores y ello pueden ser viable si se rodean de un equipo de profesionales que les ayude en tan compleja tarea.

Recordemos que algunos integrantes de esta Legislatura, en sus primeras entrevistas, no pudieron responder a preguntas básicas; como sus facultades de legislar, fiscalizar y gestionar, o el número de artículos de los que se compone la Constitución federal o la local. Espero no sea el inicio de un mal presagio.

Del Poder Judicial, se espera que sus magistrados, jueces y servidores públicos hagan una realidad la impartición de justicia pronta y expedita. Eviten los actos de corrupción y dejen a un lado el glamour y la frivolidad que tiene sus altos funcionarios. Y simplemente se pongan a trabajar en favor de los justiciables.

Del Poder Ejecutivo, sobre el mensaje que el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, que emitió después de las elecciones, muchos servidores simplemente no entendieron o no han encontrado la fórmula de su trabajo en favor de la sociedad, ahí está el titular de la Secretaria de Políticas Públicas y de Participación Ciudadana, que nadie entiende para que fue creada.

O del titular de la Secretaría de Turismo, que solo es visto en las paellas o las pasarelas sociales pero su aportación a favor de las políticas públicas que por ley tienen encomendado, no da una.

A los organismos públicos autónomos, se les pide que dejen de ser figuras decorativas en el andamiaje administrativo y se pongan a trabajar en favor de los derechos que tienen que tutelar. Y así la lista puede ser larga como acabar el nepotismo que priva al interior de la Universidad Autónoma de Tlaxcala.

El mensaje que la sociedad ha enviado es claro; es el fin de los linajes políticos, los apellidos de alcurnia o de abolengo. Es sencillamente, el momento de dar resultados en el servicio público.

¡Hasta el próximo martes!