/ miércoles 8 de agosto de 2018

El Tlaxcala que viene

Tlaxcala vivirá en el año 2019 situaciones inéditas en cuanto a su estructura y organización política, y la vida pública será reflejo de la última elección que votó por el cambio. La nueva estructura federal y estatal dará un giro político y social, que dará la oportunidad de construir una sinergia entre todos los actores políticos, que permitan mejorar las condiciones de la población tlaxcalteca.

Tendremos un presidente de la República de izquierda que pretende modificar el proyecto económico del país, reducir los gastos de la alta burocracia, reubicar a las secretarias de Estado, atacar la corrupción y atemperar las grandes desigualdades que la mayoría social padece.

En el plano local tenemos un gobernador con 40 meses de actividad pendiente y que ha dedicado sus esfuerzos a crear empleos, cosa que ha logrado, aunque los ingresos de los trabajadores aún son insuficientes para comer y tener una vida digna, pero es un paso positivo e importante.

El gobernador gestiona la instalación de nuevas empresas, como la de Sonavox, de capital chino, esta nueva planta generará 100 empleos formales, se instala actualmente en Huamantla y permitirá el desarrollo de mano de obra tlaxcalteca técnica y calificada, esto se traducirá en mejores empleos y mayores oportunidades a los habitantes de nuestras comunidades, barrios y colonias.

Tendremos, según han anunciado, a una coordinadora de las dependencias federales, desapareciendo a todos los delegados de las 34 dependencias existentes en la entidad, para mejorar la orientación del presupuesto y, por supuesto, la oportunidad de incidir de manera directa en los índices que soportan la desigualdad.

Tendremos una Secretaría de Cultura federal a instalarse de forma permanente, derivado del propósito de reubicación de las dependencias federales en distintas entidades del país, cuyos objetivos se concentran en la igualdad y modernidad anheladas en la era digital, e iniciará el proceso de mudanza, en forma jerárquica y escalonada, de una parte importante de la administración y dirección de las unidades administrativas que depende de la secretaría de cultura.

Tendremos dos senadores de Morena, una del PRI y otra del PAN, más tres diputados federales de Morena, y un Congreso local mayoritario de Morena, tenemos 60 alcaldes de distintos partidos y más de 400 presidentes de comunidad sin voto, pero que representan al 60 % de la población.

Esta es la estructura política y administrativa con la que contará Tlaxcala a partir de 2019. ¿Qué va a pasar?, ¿cuáles son los escenarios con las variables anunciadas?, una de ellas es “la Presidencia de la República itinerante” anunciada por el propio presidente electo. Esto quiere decir que el presidente andará por toda la República, por los estados, por los municipios, regiones y zonas del país, para que, con todo el respaldo del gobierno, pueda orientar e instruir los cambios pertinentes para avanzar en su proyecto, suena interesante porque estará en contacto permanente con las zonas más desprotegidas y pulsará mejor los avances desde las entrañas en donde se generan.

Ya sabemos lo que la sociedad no quiere y rechaza plenamente, recordemos en el pasado reciente que, con el pretexto de apoyar a algunos proyectos productivos agropecuarios con recursos estatales, se le exigía al beneficiario el 90 % del apoyo, a cambio de regalarle el 10 % para que se callara, pero ¿qué proyectos productivos podrían despegar así?, solo los bolsillos de los directivos, sus cuentas, sus ranchos y sus negocios particulares, y vaya que lo consiguieron.

Esta forma de abuso en los gobiernos estatales fueron sancionados con la votación mayoritaria hacia la izquierda, el poder se utilizaba en forma unipersonal solo para sus intereses, las candidaturas no eran para los partidos, eran para sus incondicionales, la justicia era para cubrir sus abusos y matizar sus errores, gobiernos ineficaces para resolver los grandes problemas sociales de la entidad y además excluyentes; gobierno, presupuesto y justicia eran solo para ellos.

Hoy existe la promesa política de que las cosas van a cambiar y la sociedad lo cree, solo falta que la clase política lo asuma y actúe en consecuencia, con armonía, construyendo una gran sinergia por el bien de Tlaxcala.

Hay problemas muy serios como la pobreza, la violencia, la corrupción, la obesidad, la trata y los embarazos de adolescentes, que no se van a resolver en forma aislada por ninguna autoridad, estos graves problemas sociales encuentran solo un resquicio de solución en el trabajo conjunto de todas las autoridades, incluyendo a la sociedad, a la que se debe convocar.

Este es el gran reto del 2019, la gran estrategia de solución pasa por un gran acuerdo de todos los liderazgos políticos, autoridades y ciudadanía en general, organizada, tenaz y participativa, bajo la batuta del gobernador. De ello depende que vayamos controlando y disminuyendo los índices negativos, que vayamos construyendo los indicadores de la agenda 2030, compromiso con la ONU, pero más que quedar bien con este organismo, es para que la sociedad tlaxcalteca y mexicana aún tenga un rayo de esperanza de que los problemas ingentes puedan resolverse.



Tlaxcala vivirá en el año 2019 situaciones inéditas en cuanto a su estructura y organización política, y la vida pública será reflejo de la última elección que votó por el cambio. La nueva estructura federal y estatal dará un giro político y social, que dará la oportunidad de construir una sinergia entre todos los actores políticos, que permitan mejorar las condiciones de la población tlaxcalteca.

Tendremos un presidente de la República de izquierda que pretende modificar el proyecto económico del país, reducir los gastos de la alta burocracia, reubicar a las secretarias de Estado, atacar la corrupción y atemperar las grandes desigualdades que la mayoría social padece.

En el plano local tenemos un gobernador con 40 meses de actividad pendiente y que ha dedicado sus esfuerzos a crear empleos, cosa que ha logrado, aunque los ingresos de los trabajadores aún son insuficientes para comer y tener una vida digna, pero es un paso positivo e importante.

El gobernador gestiona la instalación de nuevas empresas, como la de Sonavox, de capital chino, esta nueva planta generará 100 empleos formales, se instala actualmente en Huamantla y permitirá el desarrollo de mano de obra tlaxcalteca técnica y calificada, esto se traducirá en mejores empleos y mayores oportunidades a los habitantes de nuestras comunidades, barrios y colonias.

Tendremos, según han anunciado, a una coordinadora de las dependencias federales, desapareciendo a todos los delegados de las 34 dependencias existentes en la entidad, para mejorar la orientación del presupuesto y, por supuesto, la oportunidad de incidir de manera directa en los índices que soportan la desigualdad.

Tendremos una Secretaría de Cultura federal a instalarse de forma permanente, derivado del propósito de reubicación de las dependencias federales en distintas entidades del país, cuyos objetivos se concentran en la igualdad y modernidad anheladas en la era digital, e iniciará el proceso de mudanza, en forma jerárquica y escalonada, de una parte importante de la administración y dirección de las unidades administrativas que depende de la secretaría de cultura.

Tendremos dos senadores de Morena, una del PRI y otra del PAN, más tres diputados federales de Morena, y un Congreso local mayoritario de Morena, tenemos 60 alcaldes de distintos partidos y más de 400 presidentes de comunidad sin voto, pero que representan al 60 % de la población.

Esta es la estructura política y administrativa con la que contará Tlaxcala a partir de 2019. ¿Qué va a pasar?, ¿cuáles son los escenarios con las variables anunciadas?, una de ellas es “la Presidencia de la República itinerante” anunciada por el propio presidente electo. Esto quiere decir que el presidente andará por toda la República, por los estados, por los municipios, regiones y zonas del país, para que, con todo el respaldo del gobierno, pueda orientar e instruir los cambios pertinentes para avanzar en su proyecto, suena interesante porque estará en contacto permanente con las zonas más desprotegidas y pulsará mejor los avances desde las entrañas en donde se generan.

Ya sabemos lo que la sociedad no quiere y rechaza plenamente, recordemos en el pasado reciente que, con el pretexto de apoyar a algunos proyectos productivos agropecuarios con recursos estatales, se le exigía al beneficiario el 90 % del apoyo, a cambio de regalarle el 10 % para que se callara, pero ¿qué proyectos productivos podrían despegar así?, solo los bolsillos de los directivos, sus cuentas, sus ranchos y sus negocios particulares, y vaya que lo consiguieron.

Esta forma de abuso en los gobiernos estatales fueron sancionados con la votación mayoritaria hacia la izquierda, el poder se utilizaba en forma unipersonal solo para sus intereses, las candidaturas no eran para los partidos, eran para sus incondicionales, la justicia era para cubrir sus abusos y matizar sus errores, gobiernos ineficaces para resolver los grandes problemas sociales de la entidad y además excluyentes; gobierno, presupuesto y justicia eran solo para ellos.

Hoy existe la promesa política de que las cosas van a cambiar y la sociedad lo cree, solo falta que la clase política lo asuma y actúe en consecuencia, con armonía, construyendo una gran sinergia por el bien de Tlaxcala.

Hay problemas muy serios como la pobreza, la violencia, la corrupción, la obesidad, la trata y los embarazos de adolescentes, que no se van a resolver en forma aislada por ninguna autoridad, estos graves problemas sociales encuentran solo un resquicio de solución en el trabajo conjunto de todas las autoridades, incluyendo a la sociedad, a la que se debe convocar.

Este es el gran reto del 2019, la gran estrategia de solución pasa por un gran acuerdo de todos los liderazgos políticos, autoridades y ciudadanía en general, organizada, tenaz y participativa, bajo la batuta del gobernador. De ello depende que vayamos controlando y disminuyendo los índices negativos, que vayamos construyendo los indicadores de la agenda 2030, compromiso con la ONU, pero más que quedar bien con este organismo, es para que la sociedad tlaxcalteca y mexicana aún tenga un rayo de esperanza de que los problemas ingentes puedan resolverse.