/ viernes 8 de febrero de 2019

¿En qué medida beneficia Infonavit?

Desde épocas remotas el hombre ha tratado de satisfacer sus necesidades primordiales para vivir: el alimento, la protección corporal y un techo como abrigo y seguridad.

Esas necesidades persisten y persistirán mientras el humano habite esta tierra. La vida moderna requiere comida, vestido y casa donde resguardarse con su familia.

Por lo tanto es una necesidad que se da en sociedad el tener trabajo para conseguir alimentos y ropa, así como una casa de protección y abrigo.

Para el ciudadano que desempeña un trabajo y su sueldo no es suficiente para comprar una casa, pero sí le permite pagar en abonos una nueva, entonces tiene que hipotecar el inmueble. Sin embargo le es muy difícil al aspirante contar con los requisitos para adquirir de un banco el préstamo hipotecario con el propósito de poder contar con el inmueble.

Para facilitar a la clase trabajadora el trámite de adquisición de una casa habitación, el gobierno fundó en 1972 el Instituto de Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), con el objetivo de otorgar crédito al trabajador con propósito de adquirir una vivienda. ¿Quiénes son los titulares de esa institución? Lo conforman: el gobierno, el sector empresarial y los trabajadores. Ellos son los que se encargan de otorgar crédito hipotecario a interesados en adquirir inmueble, repararlo o ampliarlo, o bien para construir casa en un terreno.

Los períodos de hipotecas difieren unos de otros dependiendo el total del costo del bien adquirido y el poder de pago del trabajador. El Instituto, al otorgar el préstamo hipotecario, está beneficiando al trabajador que por su fuerza de trabajo está imposibilitado a reunir una cantidad del costo de una vivienda. Sin embargo, por medio del citado Instituto, gozará de la vivienda con aportaciones mensuales para el pago de la hipoteca concedida. Al término del período de pago del adeudo, contará el trabajador con las escrituras de propiedad que puede ser después de 10, 15 o 30 años.

Ahora, un ejemplo real de una persona a la que le fue otorgado préstamo hipotecario por 310 mil pesos para la adquisición de un departamento aquí en Tlaxcala, y para finiquitar esa cantidad durante 30 años, está aportando $2,400.00 (dos mil cuatrocientos pesos) mensuales. Si hacemos una pequeña operación aritmética para conocer el costo al finiquitar todos los abonos correspondientes al período concertado obtendremos el siguiente resultado: el abono mensual multiplicado por año arroja la siguiente cantidad: $28,000.00, éstos multiplicados por 30 años el resultado matemático es de: $864,000,00 (ochocientos sesenta y cuatro mil pesos). Así que el costo total del inmueble es casi tres veces el costo original. ¿Por qué tan elevado el costo en abonos? Por los intereses, el capital es el capital y éste no perdona.

Los trabajadores que se han comprometido con el Infonavit, después de ciertos años de cotizar su adeudo, les parece interminable porque se quejan: que los abonos cada año son mayores. Al respecto; el Gobierno Federal ya puso el dedo en el asunto, el actual Ejecutivo Federal en una alocución prometió terminar con “los pagos que nunca terminan”, refiriéndose a los deudores del Instituto citado. El Gobierno implementará un procedimiento para disminuir esos “pagos que nunca acaban”.

Aquí cabe una reflexión: ¿En qué medida beneficia el Infonavit? ¿Será justo que un trabajador pague casi dos veces más el costo de la vivienda? Y… que durante la vida activa de trabajo periódicamente pagará esa deuda gigantesca contraída por la necesidad de proteger a su familia.

Es muy cierto que el Infonavit remedia la necesidad de tener una casa donde vivir, con la promesa basada en las aportaciones del trabajador posteriormente se convierta en propiedad familiar, ello después de muchos años de pagar las cuotas asignadas; sin embargo, desde el punto de vista social y económico prevalece alguna injusticia cuando el valor que se paga sobrepasa límites del capital por los exagerados intereses que los bancos aplican.

Se espera que con ayuda gubernamental se alivie la carga económica para el trabajador y pueda emplear dinero en otras actividades o necesidades de la familia.

Es muy cierto que el Infonavit remedia la necesidad de tener una casa donde vivir, con la promesa basada en las aportaciones del trabajador posteriormente se convierta en propiedad familiar, ello después de muchos años de pagar las cuotas asignadas; sin embargo, desde el punto de vista social y económico prevalece alguna injusticia cuando el valor que se paga sobrepasa límites del capital por los exagerados intereses que los bancos aplican.

Desde épocas remotas el hombre ha tratado de satisfacer sus necesidades primordiales para vivir: el alimento, la protección corporal y un techo como abrigo y seguridad.

Esas necesidades persisten y persistirán mientras el humano habite esta tierra. La vida moderna requiere comida, vestido y casa donde resguardarse con su familia.

Por lo tanto es una necesidad que se da en sociedad el tener trabajo para conseguir alimentos y ropa, así como una casa de protección y abrigo.

Para el ciudadano que desempeña un trabajo y su sueldo no es suficiente para comprar una casa, pero sí le permite pagar en abonos una nueva, entonces tiene que hipotecar el inmueble. Sin embargo le es muy difícil al aspirante contar con los requisitos para adquirir de un banco el préstamo hipotecario con el propósito de poder contar con el inmueble.

Para facilitar a la clase trabajadora el trámite de adquisición de una casa habitación, el gobierno fundó en 1972 el Instituto de Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), con el objetivo de otorgar crédito al trabajador con propósito de adquirir una vivienda. ¿Quiénes son los titulares de esa institución? Lo conforman: el gobierno, el sector empresarial y los trabajadores. Ellos son los que se encargan de otorgar crédito hipotecario a interesados en adquirir inmueble, repararlo o ampliarlo, o bien para construir casa en un terreno.

Los períodos de hipotecas difieren unos de otros dependiendo el total del costo del bien adquirido y el poder de pago del trabajador. El Instituto, al otorgar el préstamo hipotecario, está beneficiando al trabajador que por su fuerza de trabajo está imposibilitado a reunir una cantidad del costo de una vivienda. Sin embargo, por medio del citado Instituto, gozará de la vivienda con aportaciones mensuales para el pago de la hipoteca concedida. Al término del período de pago del adeudo, contará el trabajador con las escrituras de propiedad que puede ser después de 10, 15 o 30 años.

Ahora, un ejemplo real de una persona a la que le fue otorgado préstamo hipotecario por 310 mil pesos para la adquisición de un departamento aquí en Tlaxcala, y para finiquitar esa cantidad durante 30 años, está aportando $2,400.00 (dos mil cuatrocientos pesos) mensuales. Si hacemos una pequeña operación aritmética para conocer el costo al finiquitar todos los abonos correspondientes al período concertado obtendremos el siguiente resultado: el abono mensual multiplicado por año arroja la siguiente cantidad: $28,000.00, éstos multiplicados por 30 años el resultado matemático es de: $864,000,00 (ochocientos sesenta y cuatro mil pesos). Así que el costo total del inmueble es casi tres veces el costo original. ¿Por qué tan elevado el costo en abonos? Por los intereses, el capital es el capital y éste no perdona.

Los trabajadores que se han comprometido con el Infonavit, después de ciertos años de cotizar su adeudo, les parece interminable porque se quejan: que los abonos cada año son mayores. Al respecto; el Gobierno Federal ya puso el dedo en el asunto, el actual Ejecutivo Federal en una alocución prometió terminar con “los pagos que nunca terminan”, refiriéndose a los deudores del Instituto citado. El Gobierno implementará un procedimiento para disminuir esos “pagos que nunca acaban”.

Aquí cabe una reflexión: ¿En qué medida beneficia el Infonavit? ¿Será justo que un trabajador pague casi dos veces más el costo de la vivienda? Y… que durante la vida activa de trabajo periódicamente pagará esa deuda gigantesca contraída por la necesidad de proteger a su familia.

Es muy cierto que el Infonavit remedia la necesidad de tener una casa donde vivir, con la promesa basada en las aportaciones del trabajador posteriormente se convierta en propiedad familiar, ello después de muchos años de pagar las cuotas asignadas; sin embargo, desde el punto de vista social y económico prevalece alguna injusticia cuando el valor que se paga sobrepasa límites del capital por los exagerados intereses que los bancos aplican.

Se espera que con ayuda gubernamental se alivie la carga económica para el trabajador y pueda emplear dinero en otras actividades o necesidades de la familia.

Es muy cierto que el Infonavit remedia la necesidad de tener una casa donde vivir, con la promesa basada en las aportaciones del trabajador posteriormente se convierta en propiedad familiar, ello después de muchos años de pagar las cuotas asignadas; sin embargo, desde el punto de vista social y económico prevalece alguna injusticia cuando el valor que se paga sobrepasa límites del capital por los exagerados intereses que los bancos aplican.