/ viernes 21 de enero de 2022

¡Entre los fríos de enero y el “tutifruti” social!

Enero de cierzos y heladas. De pronósticos climáticos en el paso de los días. De noche de reyes que ya paso y de “colindancia” con el “dos de la candelaria”. Se antojan ya los tamalitos, el chocolate o atole de maíz cacahuazintle, para que celebremos “el vestir” de la figura sagrada. El dos de febrero siempre será para nuestras tradiciones motivo de comilona muy mexicana, que por ahora y dado el Ómicron que nos acecha, será de acotadas reuniones. Enero-febrero, arranque de una etapa amenazada por la malignidad que agrede a mayores, menores y “repetidores”. De letalidad disminuida. Año marcado por el desastre sanitario como los dos anteriores, pero que, con nuestra actitud, debemos revirarlo “a nuestro favor”. Arranque precario, sin recursos para munícipes de Tlaxcala, que contrario a lo que imaginaron, miran limitado su presupuesto y que, a falta de imaginación, ensayan a veces equívocos y ditirambos. Intenso frío que castañea la dentadura.

Aunque de ser ciertos los pronósticos calendáricos que nuestros padres campesinos llaman cabañuelas, será año lluvioso, que con trabajo y dedicación tal vez sea de buenas cosechas. Ahora es más caro producir que lo que se levanta. Enero… Antecedido por noviembre y diciembre, con una escalada de precios sin precedente, en que el costo de la vida se ha ido a la estratosfera. Sobre todo, frutas, cereales, medicamentos, pan, tortillas y básicos. Con raquíticos bolsillos nos estamos enfrentando a la adversidad económica en donde solo los mayoristas acaparadores y abarroteros de lo enorme salen gananciosos. Es cierto, los insumos se han encarecido, pero comprobado está que si usted “le busca” va a encontrar que algunos tienen buenos precios y otros abusivos, el triple. Enero, que no tiene quien frene la horrorosa especulación. En donde se mantiene la vieja costumbre de los tianguistas dominicales de Chiautempan de que hay que dar más “caro”, porque los “santaneros” tienen más. Uso que surgió de cuando la bonanza textilera de esta región era tal, que éramos un emporio y aunque se acabó con el tratado de libre comercio, pero no esa práctica. El especulador de la “plaza” siempre seguirá practicando aquello de “o bien vendido o bien podrido”. Según acostumbran esa especie de “vividores” que fluctúan especulativamente entre quienes producen y quienes consumen. Enero, en donde aparecen dos medicamentos planetarios, que seguirán apretando las fortunas de las transnacionales, para tratar desde casa a la Covid sin necesidad de hospitalización. Enero de un Citigroup Banamex que anuncia su salida del país, vendiendo sus activos, cargando de salida sus “maletotas” presentes y futuras repletas por la enorme tajada del salvamento bancario. Portando entre sus haberes bienes patrimoniales del arte mexicano que debieran quedar en el patrimonio de la nación. Esto y más… Enero… Preámbulo para un dos de la candelaria, con tamalitos, unos de carne de cabeza de puerco, otros de rajas rojas y otros más de queso ranchero con epazote. Pero que todos habremos de embodegar felices en nuestros “inventarios intestinales”… ¡Enero prometedor, hagámoslo realidad con todo nuestro esfuerzo y optimismo!… ¡Hay canijo!... ¡Están fuertes los fríos!... ¿La edad tendrá algo que ver?...

  • Con raquíticos bolsillos nos estamos enfrentando a la adversidad económica en donde solo los mayoristas acaparadores y abarroteros de lo enorme salen gananciosos.

Es cierto, los insumos se han encarecido, pero comprobado está que si usted “le busca” va a encontrar que algunos tienen buenos precios y otros abusivos, el triple.

Enero de cierzos y heladas. De pronósticos climáticos en el paso de los días. De noche de reyes que ya paso y de “colindancia” con el “dos de la candelaria”. Se antojan ya los tamalitos, el chocolate o atole de maíz cacahuazintle, para que celebremos “el vestir” de la figura sagrada. El dos de febrero siempre será para nuestras tradiciones motivo de comilona muy mexicana, que por ahora y dado el Ómicron que nos acecha, será de acotadas reuniones. Enero-febrero, arranque de una etapa amenazada por la malignidad que agrede a mayores, menores y “repetidores”. De letalidad disminuida. Año marcado por el desastre sanitario como los dos anteriores, pero que, con nuestra actitud, debemos revirarlo “a nuestro favor”. Arranque precario, sin recursos para munícipes de Tlaxcala, que contrario a lo que imaginaron, miran limitado su presupuesto y que, a falta de imaginación, ensayan a veces equívocos y ditirambos. Intenso frío que castañea la dentadura.

Aunque de ser ciertos los pronósticos calendáricos que nuestros padres campesinos llaman cabañuelas, será año lluvioso, que con trabajo y dedicación tal vez sea de buenas cosechas. Ahora es más caro producir que lo que se levanta. Enero… Antecedido por noviembre y diciembre, con una escalada de precios sin precedente, en que el costo de la vida se ha ido a la estratosfera. Sobre todo, frutas, cereales, medicamentos, pan, tortillas y básicos. Con raquíticos bolsillos nos estamos enfrentando a la adversidad económica en donde solo los mayoristas acaparadores y abarroteros de lo enorme salen gananciosos. Es cierto, los insumos se han encarecido, pero comprobado está que si usted “le busca” va a encontrar que algunos tienen buenos precios y otros abusivos, el triple. Enero, que no tiene quien frene la horrorosa especulación. En donde se mantiene la vieja costumbre de los tianguistas dominicales de Chiautempan de que hay que dar más “caro”, porque los “santaneros” tienen más. Uso que surgió de cuando la bonanza textilera de esta región era tal, que éramos un emporio y aunque se acabó con el tratado de libre comercio, pero no esa práctica. El especulador de la “plaza” siempre seguirá practicando aquello de “o bien vendido o bien podrido”. Según acostumbran esa especie de “vividores” que fluctúan especulativamente entre quienes producen y quienes consumen. Enero, en donde aparecen dos medicamentos planetarios, que seguirán apretando las fortunas de las transnacionales, para tratar desde casa a la Covid sin necesidad de hospitalización. Enero de un Citigroup Banamex que anuncia su salida del país, vendiendo sus activos, cargando de salida sus “maletotas” presentes y futuras repletas por la enorme tajada del salvamento bancario. Portando entre sus haberes bienes patrimoniales del arte mexicano que debieran quedar en el patrimonio de la nación. Esto y más… Enero… Preámbulo para un dos de la candelaria, con tamalitos, unos de carne de cabeza de puerco, otros de rajas rojas y otros más de queso ranchero con epazote. Pero que todos habremos de embodegar felices en nuestros “inventarios intestinales”… ¡Enero prometedor, hagámoslo realidad con todo nuestro esfuerzo y optimismo!… ¡Hay canijo!... ¡Están fuertes los fríos!... ¿La edad tendrá algo que ver?...

  • Con raquíticos bolsillos nos estamos enfrentando a la adversidad económica en donde solo los mayoristas acaparadores y abarroteros de lo enorme salen gananciosos.

Es cierto, los insumos se han encarecido, pero comprobado está que si usted “le busca” va a encontrar que algunos tienen buenos precios y otros abusivos, el triple.